Últimamente
he hecho un interesante descubrimiento, el de algo que he dado en
llamar “palabras casi península”. Resultan ser palabras
que como las penínsulas geográficas terminan en un sufijo muy
parecido a istmo…
es decir en el sufijo –ismo…
casi
istmo. Podemos
considerar dos clases de “palabras casi península”
a.
“Palabras casi península”
de acción o de actitud.
Suelen ser palabras que
vienen de la derivación de una determinada actitud
o acción
ante la vida, pero a las que se suele aplicar el sufijo –ismo.
Podemos poner algunos
ejemplos: consumo à
consum-ismo; producciónà
porductiv-ismo; autoà
aut-ismo
(muy poco utilizada, pero debería usarse más por que nos informa
sobre dos características del aut-ismo
o del de autista: obseso del coche, del auto, que deriva en una
personalidad autista);
etc.
En
este tipo de palabras casi península
de acción o de actitud,
podemos describir, aunque sea brevemente, su comportamiento y
características en algunos ejemplos.
Por
ejemplo, el consumo
podemos considerarlo como el abastecimiento y la asimilación de
algún producto, físico o intangible, que es necesario para mantener
una buena calidad de vida humana. Y el consumismo
consiste en su correspondiente –ismo,
significa un desorbitado consumo de cosas innecesarias el cual es, en
la mayor parte de los casos, degradante de una adecuada calidad de
vida humana.
Con
las palabras producción
y productiv-ismo
sucede algo similar.
Producción
es la generación de
algún producto, físico o intangible, que es necesario para mantener
una buena calidad de vida humana.
Productiv-ismo,
es la desmesurada generación de productos innecesarios, el cual es,
en la mayor parte de los casos, degradante de una adecuada calidad de
vida humana.
b.
“Palabras casi península”
de inadecuada extensión
ideológica. En otras
ocasiones, significan (casi siempre engañosamente) un seguimiento,
por parte de un grupo, movimiento social, partido, etc., de una
ideología, de las ideas o conceptos, de algún autor, pensador,
artista, literato, etc. Ejemplos: Marx
à marx-ismo;
Bakunin (teoría
anarquista) à
Bakunin-ismo
o anarqu-ismo;
Darwin
àdarwin-ismo;
Mathus
à malthusian-ismo.
En
general, se suelen presentar como una sana extensión hacia grandes
grupos humanos de ideas o conceptos, de algún autor, pensador,
artista, literato, etc.; pero en la mayoría de los casos (aunque no
en todos o no en la totalidad) derivan en interpretaciones rígidas y
sectarias
verdaderos apéndices cancerosos y deformatorios de la célula madre
de la que derivan en una metástasis muy dañina. Si conseguimos
aislar a estos grupos peligrosos, conseguiremos algo parecido a lo
que suele suceder con los pólipos cancerosos. Como, por ejemplo,
sucedió con el mío, evité la quimioterapia. Si, pólipos
cancerosos separados de las células madre sanas por el pedúnculo o
istmo
(y aquí sí que hay que hablar de istmo,
que en lugar de unir separa) conseguimos que la enfermedad sea menos
dañina y superable.
Estos
ismos
“ideologicos”muchas veces(no siempre) terminan con un sentido
diametralmente opuesto al de la “célula madre”, es decir al
pensamiento originario.
Dentro
de las “Palabras casi península”
de inadecuada extensión
ideológica podemos
analizar brevemente algunas de ellas.
Por
ejemplo, en cuanto a Marx, su teoría fue una de las teorías
sociales más interesantes de la historia de la humanidad porque se
centraba fundamentalmente en la búsqueda del fin de la explotación
del hombre por el hombre, en contra de la concentración capitalista
de capital, la reducción de la jornada laboral, etc. Por el
contrario el marx-ismo,
sobre todo el puesto en marcha en la Unión Soviética, se lanzó,
(aunque se autodenominaba marxista)
en sentido contrario y opuesto a la idea de Marx. Un seudo-marxismo
lanzado a un productivismo desmesurado y a la intensa explotación
del obrero para poder aumentar la acumulación de capital dentro del
Capitalismo de Estado. Y lo hizo imitando el modo de producción
capitalista occidental, mediante un productiv-ismo
estandarizante de cadena y posteriormente incorporando la nefasta
“revolución verde” que gravitaba en torno a las grandes
petroleras, y que produjo un sistemático deterioro de los
ecosistemas de la Biosfera. Gracias a este mimetismo con el
capitalismo occidental, la Unión Soviética se pudo incorporar al
competitiv-ismo
productivista en contra del bloque Occidental.
En
cuanto al ejemplo de Darwin,
este autor descubrió e investigó de forma profunda e interesante la
evolución de las especies vegetales, y sobre todo las animales, a
través de su lucha competitiva por la supervivencia, en esta lucha
sólo sobrevivían las más fuertes y sucumbían las más débiles y
con mayor dificultad de adaptarse al medio ambiente. El Darwin-ismo
(representado en buena parte por el nazismo,
el fascismo,
el franquismo,
etc., de los años´30 y´40; y hoy en día por el neoliberalismo
de ganadores y perdedores) de forma simplista planteó imitar esta
cruel competitividad en la sociedad humana sin tener en cuenta dos
circunstancias fundamentales:
a.
En la ley de la selva no solo existe la competitividad, sino que
incluso está más extendido el apoyo mutuo de diferentes especies y
es extremadamente extendido el fenómeno de la simbiosis.
b.
En cualquier caso, no hay porque obligatoriamente trasladar la ley de
la selva a la sociedad humana. Ello solo nos conduce a planteamientos
inhumanos. Y precisamente, el ser humano debe de diferenciase de los
animales en su human-ismo.
Y aquí, ahora, estoy utilizando un palabra
casi península,
human-ismo
pero no lo hago en el sentido eufemístico, que cada vez es más
utilizado por el neoliberalismo. Como por ejemplo el término de
“ayuda humanitaria” cuando el belicismo neoliberal habla de
“bombardeo humanitario de ciudades para salvar vidas”.
Ya
dije que no en todos los casos (aunque si en la mayoría) las
palabras casi penínsulas
son inaceptables. Pues bien, hay que aceptar que el ser humano,
gracias a su inteligencia superior, puede llegar a superar en todos
los casos la lucha por la subsistencia, sustituyéndola, en todos los
casos, por el apoyo mutuo y la convivencialidad.
Hay
que recordar que esta desorbitada y mala interpretación del
darwin-ismo,
dio origen a las teorías nazis y fascismos y a holocaustos
hitlerianos cuyo fin era el exterminio de todo aquel que no forma
parte de una casta superior, “aria”, y sobre todo de los más
débiles y minusválidos. Es decir, un darvinismo con una falta total
de human-ismo.
En este último caso (human-ismo)
esta palabra casi
península puede
considerarse completamente admisible, aunque existan también
malinterpretaciones.
Otro
ejemplo es el de Ecología
y ecolog-ismo.
El
concepto de ecología
es de lo más interesante si queremos seguir sobreviviendo en el
planeta Tierra, puesto que la biosfera y sus ecosistemas son
vulnerables y frágiles sobre todo si se simplifican con monocultivos
y se contaminan con los derivados del petróleo y otras sustancias y
a causa de la sobre población de la espacie humana. Y, motivados por
este peligro y temor surgieron multitud de variantes de ecolog-ismos:
unos bien informados; otros mal informados, otros mal intencionados
(o al menos mal enfocados) y otros bien intencionados y bien
informados.
Por
no cansar, mencionare solo dos casos de ecolog-ismo:
a.
El mal informado y mal intencionado que es el llamado eco-fasc-ismo,
cuya base fundamental es la exterminación violenta y masiva del
grueso de la población para evitar el deterioro del planeta, (solo
cito aquí dos casos de dos premios Nobel de la Paz, los de Henry
Alfred Kinssiger y Al Gore, no me extenderé en ellos porque que ya
los traté con cierta extensión en mi libro:
El decrecimiento feliz y el desarrollo humano
i
b.
El ecologismo no parcial, no exterminador y que considera importante
un decrecimiento feliz y un desarrollo humano en lugar de su
exterminación masiva.
Se
podrían analizar infinidad de casos de palabras
casi península: anarqu-ismo, maltusian-ismo obrer-ismo,
industrial-ismo, nacional-ismo, fundamental-ismo, futur-ismo,
especial-ismo, etc. pero
se haría muy largo el relato, en todo caso podría dar pié a un
libro-monografía sobre el tema.
Y
en conclusión, hay que decir que la importancia del lenguaje es
vital, puesto que desde distintos puntos de vista, una sola palabra
puede dar resultados, o bien, altamente satisfactorios, o
sencillamente, si es mal empleada y tergiversada, dar unos resultados
nefastos y asesinos.
Las
“palabras casi
península” por su
posibilidad de derivar en palabras rígidas y sectarias, religioso
fundamentalistas y fanáticas pueden generar el asesinato o el
suicidio colectivo. Aunque en esto sí que existen excepciones que
confirman la regla aunque sea bastante raras.
Con
todo esto no quiero decir que automáticamente haya que caer en el
total rechazo (en todos los casos) de una palabra con el sufijo –ismo
(o palabra casi
península), pero sí
que ante ellas se guarde un necesario recelo y prevención, porque,
como he indicado, existe un alto riesgo de que nos conduzcan a un
mundo sectario y fanático, a un mundo religioso e irracional, que
confunda la parte por el todoii,
o, incluso, pueda llegar a estancarse o adoptar posturas de rechazo
del verdadero sentido de la palabra original, o palabra sin –ismo.
i
Julio García Camarero, El decrecimiento feliz y el desarrollo
humano, 2010, pags193-198.
ii
Por ejemplo el fundamentalismo neoliberal, que piensa que todo y lo
único que existe, o al menos el único objetivo de la sociedad debe
ser el crecimiento económico, la acumulación de PIB. O el
parcialismo seudo-marxista de la URSS para el que no existía nada
más que la clase obrera (a la que confundía con el todo) olvidando
y marginando al resto de la totalidad.
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