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Arturo Escobar: "Se deben crear alternativas al desarrollo"


 
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Arturo Escobar, antropólogo colombiano, se doctoró en Estados Unidos y es profesor en la Universidad de Carolina del Norte, pero trabaja mucho en Colombia, especialmente con comunidades negras. Vive a caballo entre Norteamérica y Colombia. Es uno de los mayores especialistas mundiales en antropología del desarrollo, pero también ha estudiado los movimientos sociales, el diseño, las transiciones civilizatorias y la ecología política. Ha venido a Barcelona, una ciudad que visita con cierta frecuencia, para asistir al congreso de Antropólogos Iberoamericanos en Red (AIBR). Nos recibe, relajado, en el jardín de una cafetería de la plaça Molina, muy cerca de Gràcia, un barrio que le fascina por la vitalidad de sus movimientos sociales.

Usted se formó en ciencias, pero terminó por dedicarse a la Antropología. ¿Cómo fue eso?

Yo estudié química en Cali, y tras terminar mis estudios empecé a preocuparme por el hambre en el mundo desde una vertiente técnica. A partir de aquí me vi obligado a cuestionar las políticas de desarrollo, e inevitablemente terminé por plantearme la misma ideología del desarrollo, que es usada como vehículo de penetración cultural. Cuando llegué a este punto, me pasé a la antropología y en este ámbito me fueron de mucha utilidad las teorías de Michel Foucault. A partir de las teorías de Foucault, que explica la utilidad del discurso como herramienta de dominio, empecé a trabajar sobre la invención del desarrollo.

Muchos europeos, cargados de buena voluntad, creen que la cooperación al desarrollo europea es la que puede resolver la situación de los pueblos de Latinoamérica. Usted, ¿qué les diría?

Tendría muchas cosas que decirles. En primer lugar se tendría que matizar sobre las posibilidades de la cooperación al desarrollo para solventar los problemas del mundo. Y se debe distinguir las intenciones de la cooperación de sus prácticas. Mucha gente que trabaja desde Europa con América Latina tiene muy buenas intenciones y desea realmente mejorar las condiciones de las poblaciones pobres y explotadas de esta zona. Pero la mayor parte de la cooperación no consigue impactar sobre los problemas más graves de los latinoamericanos.

¿Toda la cooperación es igual?

Es evidente que hay muchos tipos de cooperación. Yo distinguiría entre tres tipos: la cooperación al desarrollo, la más clásica; la cooperación a la justicia social, que coincidiría con lo que hacen organizaciones como Intermón Oxfam, que pretenden un desarrollo alternativo; y finalmente, lo que yo llamo “cooperación para las transiciones civilizatorias”, la opción más radical y la que yo, desde una visión latinoamericana crítica, creo que se debería reorientar toda la cooperación. Ya no se trata de buscar un modelo de desarrollo alternativo, sino de encontrar alternativas al desarrollo.


¿Qué piensa de las iniciativas de cooperación al desarrollo clásicas?

Por una parte tenemos las iniciativas más convencionales, como la ayuda multilateral, cuyo máximo ejemplo sería la política del Banco Mundial: esto ni siquiera se podría considerar cooperación. Por otra parte tenemos la cooperación clásica, que asume que el mundo seguirá funcionando de la misma forma que ahora funciona, aunque con pequeñas modificaciones. Es lo que proponen muchas de las agencias de ayuda bilateral: pretenden mejorar la situación de la gente manteniendo el sistema. La cooperación para el desarrollo, en esta opción sólo puede funcionar, como mucho, como paliativo, ayudando a grupos particulares. Puede implicar una cierta mejora, a nivel de escuelas, de sanidad, de ayuda alimentaria… Pero esto no conduce a ningún tipo de desarrollo, ya que agrava la dependencia. Ayuda más a los que ayudan que a los ayudados. Diría que es un tipo de estrategia que, como mucho, va a reducir ligeramente la pobreza. Es la continuación de las viejas teorías del desarrollo aplicadas a la situación contemporánea.

¿Cómo actuaría la cooperación para la justicia social?

Se trata de iniciativas más ambiciosas. La cooperación para la solidaridad, cuyo paradigma sería OXFAM, busca transformar el mundo. Se enfoca en tres ámbitos: la desigualdad, los derechos humanos y la destrucción ambiental. Propone que la cooperación debe contribuir a cambiar esta situación injusta. En este sentido, modifica algunas de las premisas del desarrollo, pero, en conjunto, forma parte de la teoría del desarrollo dominante, capitalista y patriarcal.

¿Cuál es la propuesta de la cooperación para las transiciones civilizatorias?

Se trata de una cooperación que cuestiona las creencias básicas de la teoría del desarrollo: el crecimiento, el individualismo, el progreso, la eficiencia, el capitalismo… Este tipo de cooperación apuesta por otra forma de pensar y construir lo que antes se llamaba desarrollo. Por ejemplo, en algunos puntos de América Latina han aplicado la teoría del buen vivir, una concepción holística, heredada de los pueblos indígenas, que plantea otra forma de relacionarse con las personas, con las comunidades y con el universo, y que no tiene nada que ver con las teorías del crecimiento capitalista.

¿De qué premisas parte la cooperación para las transiciones civilizatorias?

La cooperación para las transiciones civilizatorias cuestiona el mundo. Cuestiona las normas de este mundo, lo que no hacían los otros tipos de cooperación. Cuestiona el mundo moderno globalizado del capitalismo y argumenta que este tipo de mundo es la causa de la crisis social, climática y de significado que estamos viviendo hoy en día. Por eso aboga por la transición civilizatoria; es decir, por acabar con el modelo occidental del capitalismo patriarcal.

¿Cómo actúa la cooperación para la transición civilizatoria?

En primer lugar, esta cooperación parte de la base que se deben crear condiciones para el “buen vivir” como alternativa al desarrollo. No se trata tanto de conseguir un gran crecimiento, sino de garantizar el acceso de las poblaciones a aquellos bienes que ellas mismas consideran esenciales. En segundo lugar, esta cooperación actúa desde lo que se ha llamado “justicia cognitiva”: no sólo debe partir de los juicios de los expertos que vienen de las organizaciones del Norte, sino que la base de actuación deben ser los conocimientos que tienen las comunidades y las poblaciones. Se debe evitar imponer la propia visión del mundo a los otros, una cosa muy difícil en la práctica, pero uno de los principios básicos de este concepto de cooperación. En conjunto, la cooperación debe formar parte de una estrategia global, que no aborde sólo cambios en una región del Sur, sino que pretenda una reforma global del planeta, porque los problemas tienen un origen común. El Norte global debe reflexionar, también, sus estrategias, y debe plantearse muy seriamente el decrecimiento. La cooperación debe ser un puente entre transiciones: entre las del Sur global y las del Norte global.


¿Debemos, pues, renunciar al crecimiento?

Todos, Norte y Sur, debemos renunciar a la obsesión por el crecimiento. La obsesión por el crecimiento llevó al capital y a la modernidad que destruyeron y siguen destruyendo el planeta. El Sur necesita crecer en algunas áreas como salud y educación, para proporcionar condiciones decentes de vida para su población. Pero el Sur no puede evolucionar pensando sólo en el crecimiento y manteniendo una ideología extractivista. El decrecimiento debe ser para todos: las transiciones deben ser para todo el planeta. Debemos bajarnos del tren del progreso, que es el que está acabando con nosotros.

¿Dónde pretende conducir el mundo este tipo de cooperación?

No se quiere implantar un único proyecto como alternativa al modelo existente. Lo que se quiere es consolidar una multiplicidad de modelos en que se va a cuestionar la modernidad globalizada. El principio más interesante lo sugirió la revolución zapatista: “Queremos un mundo donde quepan muchos mundos”. A partir de aquí se ha acuñado el concepto de pluriverso, una alternativa al concepto tan extendido de universo. Hay un solo planeta, pero hay muchos mundos que pueden tener alternativas válidas y que deben poder convivir. En el mundo, hoy, hay conceptos de sociedad distintas; la cooperación para las transiciones se orienta hacia crear condiciones para que estos mundos subalternos puedan sobrevivir en el planeta.

¿Cómo debe ser la cooperación para no terminar oprimiendo a los supuestos beneficiarios?

Una cooperación responsable debe contribuir a la liberación de la madre tierra. Debe ayudar, también, a la autonomía de las comunidades y los pueblos implicados. Y, finalmente, debe contribuir al pluriverso. Para que esto sea así, debe trabajar con organizaciones de base que trabajen por sus derechos, por el buen vivir, por la defensa de la madre tierra… Pero, en realidad, muy pocas ONG pueden o quieren ayudar o financiar organizaciones políticas de base. Con frecuencia se niegan a trabajan con organizaciones étnicas y territoriales, que son las que tienen mayor capacidad de transformación social.

Con frecuencia los partidarios de la cooperación para las transiciones civilizatorias se refieren al posdesarrollo. ¿Qué es esto?

Se trata de una teoría que aparece en los años noventa, sobre todo por parte de intelectuales del Sur Global, como reacción al discurso del desarrollo. Se trata de una crítica a la modernización, al crecimiento… Desde el posdesarrollo los intelectuales de África, Asia y América Latina se negaron a que se les etiquetara como subdesarrollados y a que se los pretendiera desarrollar. El posdesarrollo no es una etapa que se alcanza, sino un espacio que se crea; un espacio para pensar las sociedades del Sur al margen del paradigma del desarrollo.


Usted tiene una sólida formación científica, pero no confía demasiado en los expertos, ¿por qué?

El conocimiento experto ha servido para crear y consolidar las formas de dominación que existen hoy en día, y esto lo aprendí leyendo a Foucault. Pero, por otra parte, en mi trabajo con las comunidades me empecé a dar cuenta de los conocimientos sofisticados que tienen los activistas. Saben cómo quieren que sea la vida de sus comunidades, y normalmente no se les presta atención. Las comunidades, como menos influidas por la modernidad están, mejor saben cómo convivir y cómo relacionarse con su entorno. En conjunto, los estudios de los expertos han contribuido a invisibilizar los conocimientos y saberes importantes y válidos que tienen muchos pueblos.

¿Qué ha cambiado del mundo con el estallido de la crisis de 2008? ¿Ha habido un replanteamiento del modelo?

Ni el Estado ni los actores políticos ha realizado ningún replanteamiento del sistema. Incluso las mismas personas que llevaban las altas finanzas en 2008 son las que las siguen llevando hoy en día. Sólo ha habido una mínima regulación del sistema financiero, pero sus bases son las mismas. En contrapartida, ha habido desde la base movimientos que se han planteado que era necesario un cambio: Occupy Wal Street, los indignados en España, las protestas afroamericanas en Estados Unidos, los movimientos campesinos en América Latina, nuevas propuestas intelectuales por la transición en diferentes partes del mundo… Este es el otro lado de la moneda. Gustavo Esteva, el pensador crítico mexicano, afirma que el modelo ya llegó a su fin y que las transiciones ya están ocurriendo.  Están aumentando, a nivel mundial, los activismos en muchos sectores: en el ámbito de los alimentos, del transporte, de la salud, de la alimentación, de la energía…

¿Qué impacto tienen las redes sociales en la vida colectiva? ¿Suponen la aparición de nuevas formas de sociabilidad?

No tengo mucha esperanza en la solidaridad creada por las redes sociales. En los años noventa era optimista: creía que las redes sociales iban a crear nuevas formas de comunidad. En la práctica se ha exacerbado el individualismo, la separación, la adicción, la desconexión... Las redes sociales tienen un gran potencial para contribuir a la transición civilizatoria, porque pueden conectar sociedades a nivel local, regional y transnacional. Pero deben ser usadas de forma inteligente, para recrear comunidades reales, no sólo virtuales. Las redes deben fortalecer las comunicaciones cara a cara, no suplirlas. Pero hasta ahora, a nivel global, no han jugado este papel.

Interseccionalidad: Un problema lógico en la representación

Daniel Martínez Ávila - La Marea

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La interseccionalidad da nombre a los sistemas entrelazados de opresión. El concepto surgió durante el segundo movimiento feminista en los Estados Unidos: las mujeres afroamericanas y de otras minorías no se veían totalmente representadas en los discursos feministas blancos y empezaron a escribir sobre su posición en el centro de una discriminación dual y sistemática de racismo y sexismo. Este sistema multidimensional de opresión interconectada es conocido como interseccionalidad. En lugar de examinar o luchar cada sistema de discriminación separadamente, la teoría de la interseccionalidad estudia el espacio en el que los varios sistemas de opresión coinciden y entran en conflicto unos con otros.

Desde finales de los años 1980, otros grupos también han reconocido el fenómeno de la interseccionalidad. Aunque unos grupos serán más sensibles que otros, en principio cualquier grupo podría ser objeto de perjuicio. Los problemas de interseccionalidad en sistemas de organización ocurren cuando usuarios pertenecientes a varios grupos marginados son representados, entendiéndose por grupos marginados aquellos que están en los márgenes del sistema, es decir, que no están en el centro o “mainstream”. Siempre que en un sistema haya grupos no representados existirán límites en la representación y por lo tanto grupos sí representados que estén marginados.

Un aspecto fundamental es que los sistemas de organización no son neutrales (no son universales). Las decisiones que se toman al desarrollar los sistemas privilegiarán a unos grupos sobre otros, y lógicamente los sistemas son casi siempre diseñados para el privilegio del grupo mayoritario. El problema no es que un sistema esté sesgado y adaptado al grupo mayoritario (siempre y cuando existan alternativas y sistemas adecuados para otros grupos), el problema es que un sistema sesgado sea presentado como neutral, universal y apto para todos los grupos. Es importante reconocer los sesgos para saber qué sistemas son más adecuados para cada grupo. Por otra parte, también es necesario que los grupos minoritarios y marginados puedan disponer de sistemas específicos para cada grupo como alternativa a los sistemas universales. Los intentos universales de arreglar los sesgos en los sistemas universales, aunque cargados de buenas intenciones, solo han enmascarado y prolongado los problemas de representación.

Los sistemas actuales se basan en gran medida en la lógica aristotélica, utilizan categorizaciones, definición de clases en función de sus características e inferencias. Cuando se desarrollan las clases se hace de forma lineal, primero se determinan unas facetas primarias, luego unas secundarias, etc. Los grupos representados por las facetas primarias estarán más privilegiados que los representados por las facetas secundarias y sucesivas. Aunque este desarrollo de facetas se trata de un proceso completamente arbitrario, siempre que haya una representación física será necesario determinar un orden. Por ejemplo, ¿dónde colocaríamos en una biblioteca la literatura de mujeres africanas? una opción sería desarrollar primero la faceta sexo y luego la faceta nacionalidad, agrupando todos los libros escritos por mujeres de todas las nacionalidades juntos silenciando su condición africana; otra opción sería desarrollar primero la faceta nacionalidad y luego la faceta sexo, agrupando toda la literatura africana junta y silenciando que sean mujeres. En cualquiera de las decisiones las mujeres africanas serán agrupadas junto a grupos que no representan completamente su condición. Aunque una solución sería la creación una clase específica para la intersección, los sistemas basados en la lógica tradicional no siempre lo permitirán, ya que el árbol de dependencias físicas crearía un problema de herencia múltiple. Sin embargo, aunque siempre existirán problemas lógicos en el desarrollo de sistemas, una conciencia sobre el concepto de interseccionalidad permitirá una mayor efectividad en la representación de estos grupos.

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Daniel Martínez Ávila es doctor en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid. Ha visitado y es colaborador asiduo de la University of Wisconsin-Milwaukee. Su especialización es la organización del conocimiento, los estudios de género y la filosofía del software libre.

Crisis ecológica, económica y social. Diagnóstico y propuestas para una alternativa política

Daniel Albarracín y Carlos Pereda. 2015.

Revista Éxodo
 
Un diagnóstico de la evolución de la economía en la sociedad española no se puede hacer aisladamente sino teniendo en cuenta los estrechos vínculos entre economía, ecología y sociología política, y ubicando el caso español en el contexto europeo y de las relaciones internacionales. Todas estas dimensiones están articuladas en lo concreto y tanto el diagnóstico como las propuestas políticas que se esbozan a continuación parten de una visión crítica con el modelo social establecido.


La acumulación productiva y el objetivo de lucro como lógicas sistémicas abocan a una depredación del medio, a la explotación de unas clases (mayoritarias) por otras (minoritarias) y a la rivalidad y jerarquización entre los pueblos. Las instituciones estatales, supranacionales y las grandes corporaciones transnacionales aplican estas lógicas hasta donde les es posible, mediante la regulación del campo mercantil, fiscal, penal, etc., la defensa de la propiedad privada de los medios productivos y la libertad de movimiento de los capitales, y el despliegue de modelos de competitividad mercantil y explotación laboral cuyos límites solo se encuentran en las resistencias populares, sindicales y políticas de los y las de abajo.



 
El reto ecológico
 

El curso ecológico de nuestro planeta está sometido a una alteración que pone en tela de juicio la sostenibilidad de la vida, no sólo para las próximas generaciones sino también para la nuestra. Y la razón principal de esta gravísima alteración del medio ambiente, que da pie a la mayor ola de extinción de especies en la historia del planeta y a una degradación profundísima de las condiciones y territorios habitados por la especie humana, no tiene que ver con causas naturales sino, más bien, con el modelo de producción y consumo que orienta las bases de nuestra economía. Un modelo acostumbrado a consumir compulsivamente materias primas y energías no renovables, altamente emisor de gases de efecto invernadero que contaminan la tierra y el agua, generando una huella ecológica cada vez más grande, con residuos tóxicos en expansión que hacen del planeta algo parecido a un vertedero. Las consecuencias de este modelo de crecimiento son devastadoras y plantean grandes retos ecohumanos:




  1. El caos climático, producido por la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, cuyas consecuencias en el calentamiento global nos enfrentan a plazos exiguos (a lo más cinco años) para emprender medidas planetarias de transición energética hacia un esquema de energías renovables, electrificación del sistema productivo y de transporte, extracción productiva de baja emisión en carbono, y reducido recurso a materias primas y energía.
  2. Un proceso de finalización del acceso razonable y barato a energías fósiles, por otro lado las principales causantes de la emisión de gases de efecto invernadero. El Peak oil ya se ha producido, y aunque nuevas formas agresivas de extracción (fractura hidráulica, nuevos yacimientos en el ártico, etc.) pueden retrasarlo, o realizar sustituciones internas entre diferentes fuentes (gas natural) con mayores reservas, sin duda alguna es una de las razones de los grandes conflictos militares y fronterizos de nuestra época, por lo que es de urgencia vital sustituir estas fuentes, sin caer en el abismo civilizatorio del peligro de las nucleares.
  3. El agotamiento de tierras fértiles, materias primas de uso industrial y zonas irrigadas con agua potable de calidad. El calentamiento, la erosión y la desertificación están reduciendo las aguas dulces en la tierra y explican en gran medida los conflictos políticos y bélicos en numerosas zonas del planeta. Las corporaciones privadas globales se apropian de las materias primas esenciales, entre las que destacan las bases de la industria alimentaria mundial. Las grandes potencias están emprendiendo una adquisición a gran escala de zonas ricas en materias primas, tierras fértiles y zonas abastecidas de agua (para riegos y uso humano) cuya escasez está agudizándose, más aún con las prácticas de privatización en la propiedad y gestión de estos bienes comunes, socavando principios clave como el de soberanía alimentaria.

Los desafíos para enfrentar estas cuestiones insoslayables comprometen a un cambio de modelo productivo y energético, defensa y cuidado de los bienes comunes, infraestructuras sostenibles, desarrollo de energías renovables, economía ecológica, agricultura de proximidad, soberanía alimentaria, minoración y reciclaje de residuos, etc., tal como se recoge en el Cuadro 1.


Cuadro 1
Productivismo vs sostenibilidad ecológica


PROBLEMAS ALTERNATIVAS
Caos climático: calentamiento global Cambio del modelo energético y productivo para minimizar la emisión de gases de efecto invernadero: infraestructuras sostenibles, transporte colectivo y electrificado, etc.
Fin de las energías fósiles y nuevas extracciones agresivas. Transición hacia las renovables, no a las nuevas formas de extracción (fractura hidráulica). Monopolio privado de las renovables y dosificación de su implantación
Paneles solares, carriles bici, parques eólicos, maremotriz, biomasa, etc.
Agotamiento materias primas y conflictos bélicos Respetar biosfera y ecosistemas.
Economía ecológica.
Antes alimentos que agrocombustibles…
Amenaza, privatización y agotamiento de bienes comunes elementales (Agua, Tierra, Alimentos) Derecho universal a los bienes comunes.
Soberanía Alimentaria.
Gestión pública participativa…
Ciudades y mundo rural sostenibles
Residuos y contaminación: huella ecológica creciente. Biomímesis. Economía sostenida y autocontenida, ciclos cerrados. Economía de proximidad.
Minoración y reciclaje de residuos.

 

El reto económico: oligarquía política, finanzas y transnacionales
 
En las modernas sociedades capitalistas el aparato del Estado se ha convertido en una herramienta de regulación flexible al servicio del capital transnacional. En este sentido, los responsables de la política económica son una casta alejada de los intereses de la mayoría cuando sus principales fines se dirigen a facilitar las inversiones rentables a bajo coste fiscal y laboral, y a garantizar que el sistema financiero y la gran industria puedan encontrar apoyos y rescates ante eventuales crisis de envergadura. Las decisiones de inversión se toman en función de las expectativas de rentabilidad efectiva para los agentes capitalistas: accionariado y acreedores de deuda, con frecuencia de origen extranjero (según el Fondo Monetario Internacional, un tercio del accionariado español en diciembre de 2013 pertenecía a inversores extranjeros, la mayoría de cinco países: Francia, Alemania, Estados Unidos, Luxemburgo y Reino Unido).



En la actual etapa neoliberal, tras la crisis de rentabilidad de los años 70, hay contradicciones añadidas, fruto de las políticas de reestructuración y ajuste, así como de desregulación financiera y desarrollo de políticas expansivas –especialmente favorables al sistema bancario– que han facilitado hasta 2007 el abaratamiento del crédito. Pero a partir de ese año la combinación de un deterioro de la tasa de rentabilidad y un ascenso de las cargas financieras constriñó los factores fundamentales de la acumulación capitalista (inversión, crecimiento del empleo y de la masa salarial, etc.) y, con ellos, se abrió una etapa de oscilación entre la recesión y el estancamiento, con efectos sociales especialmente negativos para la mayoría de la población trabajadora.



En toda esta situación, los actores más aventajados han sido las grandes corporaciones transnacionales privadas, con alto poder de mercado e influencia política. Las estrategias de oligopolización, en forma de empresa-red transnacional, de rescate estatal y de ajuste de empleo y salarial han compensado en parte la reducción media de la tasa de ganancia efectiva, en detrimento de una fortísima destrucción del pequeño empresariado y de un desempleo brutal. En términos de algunos economistas críticos, podríamos estar atravesando una fase de decadencia, cuanto menos en Europa –extensible en diversos grados a la tríada que suma a Japón y EEUU–, de la onda larga de acumulación en vigor, en un capitalismo global donde emergen nuevos actores. Las grandes corporaciones exploran su transnacionalización, relocalizando las industrias manufactureras y reservándose los procesos tecnológicos y comerciales estratégicos.



En el marco de la Unión Europea nos encontramos con un marco institucional, económico y monetario propicio para el capital transnacional europeo, y pronto, si se llega aplicar el Tratado de Libre Comercio con EEUU, para el estadounidense. El Sistema Euro es la arquitectura que determina la marcha de Europa, y que la constituye como un área favorable al capital transnacional. El Sistema Euro equivale a un entramado institucional construido de manera asimétrica por acuerdos intergubernamentales, en el que se articula una política económica basada en el ajuste permanente (desde el Tratado de Maastricht, pasando por el Tratado de Lisboa, llegando al Pacto Fiscal), un presupuesto público irrisorio (centrado sobre todo en política agrícola) y la instauración de una moneda única, sin armonización fiscal ni laboral, y gestionada por el Banco Central Europeo que se ha pautado para controlar la inflación y adoptar una política monetaria basada en la flexibilidad cuantitativa al servicio de la confianza en los mercados interbancarios.



En resumen, el sistema Euro es el esquema institucional con el que ha cobrado cuerpo la financiarización y la austeridad en la política económica del continente. Un modelo que implica exigencias permanentes de devaluación fiscal y salarial, garantías y rescates para el sistema bancario privado, en detrimento de las condiciones y servicios públicos para las poblaciones europeas. Se trata de un sistema que propicia que aquellos países con peor inserción en la división europea del trabajo y con unos niveles de productividad más bajos, acumulen permanentemente déficits en la balanza de pagos, base que empuja a un mayor endeudamiento con las economías y sistemas financieros que presentan una mejor situación en estos capítulos. Esto implica una concentración de capitales en los países centroeuropeos, sobre todo en este periodo de gran recesión.



La ausencia de mecanismos de corrección y compensación de los flujos financieros especulativos aboca a un crecimiento desmesurado del endeudamiento privado que, en el caso de España, ha superado el 350% del PIB, provocando entre otros efectos la conversión de deuda privada en deuda pública a través de rescates bancarios, fiscalidad regresiva, subvenciones a las grandes empresas, etc. Esta deuda no sólo comporta un lastre monumental para nuestra economía sino un peso cada vez mayor para el gasto público (más de 30.000 millones de euros en los últimos años en pago de intereses) lo que provoca recortes en la política social y afectan especialmente a los sectores sociales más frágiles. El cuadro 2 sintetiza estos problemas y propone algunas líneas alternativas.




Cuadro 2
Tiranía financiera vs democracia económica


PROBLEMAS ALTERNATIVAS
Tiranía de las grandes corporaciones transnacionales y oligopolización Democracia económica: trabajo autogestionario de las empresas. No al Tratado de Libre Comercio UE-USA
Democracia secuestrada por la gran banca y lobbies privados en connivencia con la casta política Gobierno público bajo control social. Procesos constituyentes. Regulación de la función social de las empresas. Nacionalización de los sectores estratégicos
Economía al servicio del lucro Primero satisfacer las necesidades y derechos básicos de toda la población.
Política fiscal progresiva sobre los beneficios, la gran propiedad y las rentas altas
Crisis bancaria: cortocircuito del crédito, rescates bancarios, etc. Auditoría de la deuda pública e impago de la deuda ilegítima. Banca Pública bajo control social
Sistema Euro: corsé de Tratados de Austeridad, BCE y Moneda Única al servicio de las empresas europeas transnacionales Poner la economía y la moneda al servicio de la gente. Presupuesto Público Europeo fuerte y redistributivo. Reforma del BCE o, en su defecto, desobediencia y construir área supranacional solidaria

 

La cuestión social
 
En el marco del actual modelo socioeconómico se restringen los derechos laborales y sociales, y se produce un retroceso importante de los servicios públicos, lo que ocasiona mayor vulnerabilidad, peores condiciones materiales de vida y, en definitiva, menos autogobierno de la propia existencia. En especial, el paro de larga duración unido a la precariedad del empleo temporal y a tiempo parcial (no voluntario) se han convertido en una trampa de la que es cada vez más difícil salir, en especial para muchas mujeres que suelen padecer menores oportunidades laborales, escasas posibilidades de promoción, ocupaciones restringidas y una fuerte brecha salarial, mientras se siguen ocupando mayoritariamente del trabajo doméstico y reproductivo.



Para propiciar una restauración de las tasas de beneficio se ha aplicado medicina de caballo en materia de empleo, aplicando dos reformas laborales, la de 2010 y, sobre todo, la de 2012, que alteran la naturaleza de las relaciones laborales en el caso español: se pulveriza la cobertura de la negociación colectiva, la primacía de los acuerdos se da en las empresas y no en los sectores, los convenios decaen al cabo de un año si no se renuevan, rompiéndose el principio de ultraactividad, y se facilita y abarata el despido de manera drástica, generalizando la inestabilidad en el empleo, ampliando el empleo a tiempo parcial con bajos ingresos, y manteniendo tasas de desempleo por encima del 20%. Tal como recoge el Barómetro Social de España a partir de la Estadística de Salarios de la Agencia Tributaria, 2013 ha sido el año con un salario medio más bajo de toda la serie histórica, iniciada en 1992, y con una mayor distancia o desigualdad entre salarios altos y bajos.



Los corsés constitucionales al pago de la deuda pública (art. 135) y los compromisos hipócritas de control del déficit (que se centran en recortes en servicios públicos y derechos sociales, pero son sumamente generosos con los rescates y la desfiscalización al capital privado) han propiciado que la deuda soberana haya pasado del 37% del PIB en 2007 al 100% en 2015. Se han aplicado sin piedad políticas públicas de austeridad y recortes, que profundizan la recesión en la que está inmerso el capital privado, dominado por una desinversión rentable de carácter selectivo, o por la relocalización directa de capitales y unidades productivas.



En el plano social el panorama es desolador: recortes drásticos en el ámbito de la educación, de la sanidad, de la atención a la dependencia y de las pensiones; privatización de las últimas empresas públicas; y recortes salariales y de las prestaciones a las personas en paro y en situación de extrema necesidad que engordan los niveles de pobreza, exclusión social, desahucios y polarización de la renta y la riqueza.



Ante este diagnóstico, resulta evidente que es preciso emprender unas políticas alternativas a las vigentes, bajo parámetros democráticos que, a día de hoy, brillan por su ausencia. El Cuadro 3 apunta algunas propuestas en esa dirección.




Cuadro 3
Sistema excluyente-patriarcal vs condiciones dignas de vida y convivencia


PROBLEMAS ALTERNATIVAS
División sexual del trabajo Reparto del trabajo doméstico y extra-doméstico. Políticas de igualdad. Escuelas infantiles, atención a la dependencia
Desigualdad social. Polarización creciente de la renta y la riqueza Política fiscal progresiva y desarrollo de políticas sociales.
Impuesto sobre grandes fortunas y sobre transacciones financieras. Reinversión de beneficios bajo control social.
Salario máximo y aumento del SMI
Paro y empleo precario Trabajo decente generalizado, con estabilidad y movilidad del puesto. Reducción del tiempo de trabajo y anticipación de la edad de jubilación.
Potenciar servicio público de empleo
Pobreza y Exclusión Social. Recorte de servicios públicos básicos Derechos de ciudadanía y renta básica.
Construir el bien común y los servicios públicos no burocratizados, bajo control social
Gente sin techo, casas sin gente Alta fiscalidad sobre las viviendas en desuso o vacías.
Parque público de alquiler asequible.
Regulación deuda hipotecaria vivienda principal (rescate ciudadano y quita del principal)

Oprimidos y opresores

Barbijaputa - eldiario.es

Por muchos años que lleve en Twitter, nunca deja de sorprenderme la virulencia de los linchamientos, máxime cuando ese linchamiento viene producido por decir obviedades.

 Hace unos días, escribí este tuit:

Desde ese día, 29 de abril, hasta hoy, 5 de mayo, he recibido miles de respuestas que incluyen en su mayoría insultos. Sin más argumentación. Miles de respuestas se dice rápido, pero se vive lento.
Lo cierto es que el tuit tiene un fallo, ya que ésos no son todos los grupos de opresión existentes, hay muchos más. Pero el linchamiento no se produjo porque faltaran grupos, sino porque yo estaba inventando dichos grupos.

Ahora, con más espacio que un tuit, expliquemos de nuevo qué es la interseccionalidad. Digo otra vez porque ya hace unos años tuve otro linchamiento por el mismo tema y escribí esto.

A finales de los años 60, la sociología empezó a analizar la sociedad basándose en la interseccionalidad, gracias al feminismo multirracial, que no se sentía representado por el feminismo blanco. Obviamente, las mujeres negras sufren muchas más discriminaciones que las blancas, y esto no se contemplaba entonces, sino que se generalizaba en ser o no ser mujer para determinar si estabas o no oprimida, sin tener en cuenta otras formas de opresión.

Este extracto que Daniel Martínez Ávila (doctor en Documentación por la Universidad Carlos III de Madrid)  escribió para La Marea creo que ejemplifica perfectamente la dificultad de representar a los colectivos más discriminados, ya que la opresiones se trenzan entre ellas. 

"Por ejemplo, ¿dónde colocaríamos en una biblioteca la literatura de mujeres africanas? Una opción sería desarrollar primero la faceta sexo y luego la faceta nacionalidad, agrupando todos los libros escritos por mujeres de todas las nacionalidades juntos silenciando su condición africana; otra opción sería desarrollar primero la faceta nacionalidad y luego la faceta sexo, agrupando toda la literatura africana junta y silenciando que sean mujeres. En cualquiera de las decisiones las mujeres africanas serán agrupadas junto a grupos que no representan completamente su condición. Aunque una solución sería la creación de una clase específica para la intersección, los sistemas basados en la lógica tradicional no siempre lo permitirán, ya que el árbol de dependencias físicas crearía un problema de herencia múltiple. Sin embargo, aunque siempre existirán problemas lógicos en el desarrollo de sistemas, una conciencia sobre el concepto de interseccionalidad permitirá una mayor efectividad en la representación de estos grupos".

La interseccionalidad, en resumen, ayuda a analizar la realidad de los modelos de opresión que se basan en raza, género, clase social, etc, señalando cómo se interrelacionan entre ellos, ya que no actúan de forma individual. Esto significa, por ejemplo, que yo, que soy una mujer blanca, estoy oprimida en cuanto a que al ser mujer, no disfruto de los mismos privilegios que un hombre, pero a su vez, tengo privilegios por ser blanca, con los que oprimo a una mujer negra. Si soy consciente de todos mis privilegios (algo muy difícil porque al no ser negra no tengo esa experiencia de opresión) conseguiré no sólo desprenderme de los privilegios que sí son rechazables, sino de actuar proactivamente contra esa opresión. También está claro que yo como mujer blanca tengo privilegios sobre los negros, pero hay más factores que pueden determinar que un negro tenga infinitos más privilegios que yo, por ejemplo, Obama. Pero Obama no me oprime como negro, sino por un sinfín de privilegios no inherentes a tu raza sino a otros factores como el de clase. De la misma forma, Merkel es una clara opresora de un obrero, pero no por ser mujer, sino por su situación de poder sobre él, además de su clase.

Sobre la forma de concienciarnos de nuestros privilegios y cómo actuamos ante ellos: no es lo mismo no hacer chistes de negros pero callar cuando otro los hace, que no hacerlos y además señalarle a quien los haga que está generando violencia contra la comunidad negra. En esta línea, esto es básicamente lo que pide el feminismo a los hombres: no sólo se trata, por ejemplo, de no hacer chistes machistas, sino desde tu posición de privilegio como hombre, señalarle a quien los haga que está perpetuando la misoginia. Es decir, actuar contra cualquier opresión como actúas cuando la opresión es contra ti.

Las protestas e insultos (casi todas de hombres blancos heterosexuales que se sentían aludidos) a aquel tuit iban seguidas de la negación de que ellos (ninguno) oprimieran en absoluto. Muchos aseguraban directamente que no tenían tales privilegios, otros admitían tenerlos pero no hacer uso de ellos. Éste fue el "análisis" de la mayoría de miles de respuestas acerca de la interseccionalidad, una teoría con la que la sociología lleva décadas analizando nuestra sociedad. Que los grupos opresores no existían. Sin más. Respuestas, no olvidemos, salpicadas de insultos y amenazas, incluso un señor aseguró que mis afirmaciones se podían tildar de "terrorismo".

¿Cómo se puede luchar contra un sistema de opresión si los privilegiados no somos conscientes de nuestros privilegios y, además, respondemos con violencia cuando nos los señalan? ¿Cómo amortiguamos el impacto sobre grupos oprimidos/discriminados si no sólo no empatizamos con ellos sino que además negamos que lo estén?

Pero sigamos: dentro del grupo opresor al que pertenecen los hombres, se interconectan otros modelos de opresión, por ejemplo: no es lo mismo ser un hombre blanco heterosexual que ser hombre blanco homosexual. Ambos oprimen a la mujer en cuanto a que ambos son hombres, pero entre ellos, el primero oprime al segundo, ya que disfruta de privilegios sobre él. ¿Se puede uno deshacer de todos sus privilegios si lo desea? No. No siempre es una cuestión de bondad o de voluntad, por eso no entiendo que este tema hiera tantas sensibilidades y haya tantísimas personas ofendidas cuando se le cataloga de "opresor".

Siguiendo este ejemplo: un hombre blanco heterosexual no se puede desprender de muchos privilegios que tiene sobre un hombre blanco homosexual, como por ejemplo, el de no sufrir homofobia. ¿Es voluntario el no sufrir homofobia? Obviamente no, no puedes deshacerte de ese privilegio (que es en sí un derecho, pero también un privilegio cuando tú lo tienes y otro no), al igual que yo no puedo desprenderme del privilegio de no tener barreras arquitectónicas, barreras que sí tienen personas discapacitadas. Otro ejemplo: un hombre del primer mundo oprime a un hombre del tercer mundo de mil maneras, una fácil de ver: tiene un móvil hecho con coltán, material extraído del Congo durante años con mano de obra infantil.

Lo que sí sería de ayuda es que, individualmente, revisáramos nuestros propios privilegios y actuáramos en consecuencia. Porque como bien apunta el escritor jamaicano Marlon James en este vídeo, no se trata simplemente de no estar de acuerdo con la opresión, sino de hacer algo contra ella en la medida de nuestras posibilidades (debajo del vídeo está la traducción al español).








"Tengo una pregunta para ti: ¿Eres 'no' o 'anti'? Hace unos meses, como respuesta a los asesinatos de Freddie Gray y Tamir Rice, mi amiga Kaitlyn subió a Facebook un post apuntando la diferencia entre 'no racista' y 'antirracista'. La mayoría de nosotros somos no racistas, porque el racismo es considerado algo moralmente reprobable. Nos sentimos seguros de nosotros mismos siendo simplemente no racistas. "No soy un fanático, no canto esa palabra que empieza por 'n' cuando suena mi tema de rap favorito, yo no voté a ese tío, no quemo cruces. No soy un skinhead. No soy, no hago, yo nunca, no puedo". Y la forma en que termina esta postura moral, este código de vida y de enfrentar las injusticias del mundo es no haciendo absolutamente nada. Esto es lo maravilloso del 'no': puedes quitártelo de encima solo con dejarte caer en la cama e irte a dormir. ¿Qué haces sentado en casa y viendo las cosas pasar en televisión en lugar de hacer algo al respecto? Porque eres no racista y no antirracista.

Ahora haz esto por mí: cambia la palabra racista por violador. "No soy un violador, no soy amigo de ningún violador. No he comprado el último disco de ese violador". Todas esas cosas que no estás haciendo. Mientras tanto, hay gente que está siendo violada y, jóvenes negros, asesinados. No es suficiente con que tú no hagas estas cosas. Irte a la cama con la conciencia tranquila no va a evitar que los estudiantes sean atacados. Que pienses que el cambio climático es terrible no detendrá el cambio climático. Que tengas claro que no eres antinegros, o antimusulmanes no evitará el próximo crimen de odio. Y es maravilloso que reconozcas a toda la gente gay valiente que es perseguida, pero no son ellos quienes necesitan ser valientes. Tenemos que ser activos, se trata de contar con personas responsables. Debemos entender que cuando alguien es dañado, todos somos dañados. Y tenemos que dejar de pensar que las injusticias que suceden en este mundo están fuera de nuestra responsabilidad. Debemos dejar de ser 'no' y comenzar a ser 'anti'.

 



¿Por qué fracasan las revoluciones?

"Cada vez que existen paros o bloqueos de caminos, es difícil para las mujeres de bajos recursos económicos subsistir en nuestros hogares por llevar la carga, el peso de la economía del hogar. La capacidad de resistir calladamente, la angustia y la desesperación de las mujeres urbanas y rurales, las tres semanas de paralización por la consecuencia de los bloqueos de caminos y marchas obligadas por algunos dirigentes vecinales y caudillos indígenas de varios sectores...


Compañera, hermana, estás marchando junto con los compañeros, junto con tus hermanos, como una forma de visibilizar tu presencia, tu lucha consecuente con la causa y por la justicia. Pero los dirigentes, los caudillos, no toman en cuenta nuestra participación. Para ellos no tenemos voz propia, nos invisibilizan, solamente somos un tumulto de defensa para facilitar el paro o el bloqueo. A pesar de nuestra lucha, que es más decidida y de resistencia, más que todo con nuestra valentía como mujeres, si opinamos, se apropian de nuestra sabiduría; mientras que a nuestros dirigentes les excita la sangre, cuando hay enfrentamientos, alucinan; cuando existe más crisis, les alegra. Disfrutan de las ollas vacías sin importarles sus hijos, sus hijas, sus familias, su gente, su pueblo. Las mujeres tenemos que marchar, y al mismo tiempo estamos sosteniendo nuestro hogar. Si venimos desde nuestras comunidades, a pesar de estar cansadas, tenemos que ser cocineras y realizar las ollas comunes para todos nuestros compañeros.

Señores dirigentes y caudillos, si tomaran en cuenta a sus compañeras, a sus hermanas, para realizar y hacer un paro cívico e indefinido, marchas indefinidas, sería diferente, planificadas con creatividad. No pasaríamos tanta hambre. Las protestas, las marchas, serían efectivas y creativas, como anhelamos, como soñamos las mujeres; nos encaminaríamos para recuperar nuestros recursos naturales, y haríamos una convocatoria hecha por nosotras y con nuestras propuestas hacia la Asamblea Constituyente.

Ahora, con sus machismos, autoritarismos, igual que la policía imponente, violentos como el ejército, racistas como las élites de Santa Cruz y del país, no conseguiremos nada, ni siquiera logramos la unidad y, esos sí, encontramos el odio, la amargura, mejoramos el divisionismo, el clasismo, hemos fortalecido al fascismo de la derecha, además, hemos dado fuerza a los partidos políticos tradicionales. Seguirá la impunidad, para los asesinos. Seguirá todo lo mismo: la pobreza.”

Florentina Alegre, feminista, aymara, autónoma.

Extraído del libro ‘Matria. El horizonte de lo posible’. Victoria Sendón de León

¿Es el decrecimiento una utopía realizable?

Francisco Fernández Buey

Desde este punto de vista, la reivindicación de la bioeconomía de Georgescu-Roegen vendría a oponerse, precisamente por el carácter radical de la misma, al ecologismo meramente reformista que sigue defendiendo el concepto de “desarrollo”. Se sugiere así que en el mundo actual hay ya ecologismos de distintos tipos y que el decrecimiento es necesario para un ecologismo consecuente, pues no podemos seguir produciendo refrigeradores, coches o aviones a reacción mejores y más grandes sin producir al mismo tiempo también residuos "mejores" y más grandes. Lo que significa, como afirmaba Georgescu-Roegen, que el proceso económico es de naturaleza entrópica.

Y siendo eso así, ¿qué tipo de economía oponer a las economías aún dominantes? Lo que los teóricos del decrecimiento llaman economía sana o decrecimiento sostenible se basaría en el uso de energías renovables (solar, eólica y, en menor grado, biomasa o vegetal e hidráulica) y en una reducción drástica del actual consumo energético, de manera que la energía fósil que actualmente se utiliza quedaría reducida a usos de supervivencia o a usos médicos. Esto implicaría, entre otras cosas, la práctica desaparición del transporte aéreo y de los vehículos con motor de explosión, que serían sustituidos por la marina a vela, la bicicleta, el tren y la tracción animal; el fin de las grandes superficies comerciales, que serían sustituidas por comercios de proximidad y por los mercados; el fin de los productos manufacturados baratos de importación, que serían sustituidos por objetos producidos localmente; el fin de los embalajes actuales, sustituidos por contenedores reutilizables; el fin de la agricultura intensiva, sustituida por la agricultura tradicional de los campesinos; y el paso a una alimentación mayormente vegetariana, que sustituiría a la alimentación cárnica.

En términos generales todo esto representaría, en suma, un cambio radical de modelo económico, o sea, el paso a una economía que, en palabras de los teóricos del decrecimiento, seguiría siendo de mercado, pero controlada tanto por la política como por el consumidor. La economía de mercado controlada o regulada tendría que evitar todo fenómeno de concentración, lo que, a su vez, supondría el fin del sistema de franquicias; potenciaría el fomento de un tipo de artesano y de comerciante que es propietario de su propio instrumento de trabajo y que decide sobre su propia actividad. Se trataría, pues, de una economía de pequeñas entidades y dimensiones, que, además -- y esto es otro punto fuerte de la actual teoría del decrecimiento-- no tendría que generar publicidad. Esto pasa por ser una conditio sine qua non para el descrecimiento sostenible. La producción de equipos que necesita de inversión sería financiada por capitales mixtos, privados y públicos, también controlados desde el ámbito político. Y el modelo alternativo introduciría, además, la prohibición de privatizar los servicios públicos esenciales (acceso al agua, a la energía disponible, a la educación, a la cultura, a los transportes públicos, a la salud y a la seguridad de las personas).

La economía del decrecimiento estaría orientada hacia un comercio justo real para evitar así la servidumbre, las nuevas formas de esclavitud que se dan en el mundo actual y el neocolonialismo. En la mayoría de las aproximaciones recientes a la idea de decrecimiento se postula que éste tendría que organizarse no sólo para preservar el medio ambiente sino también para restaurar aquel mínimo de justicia social sin el cual el planeta está condenado a la explosión, porque supervivencia social y supervivencia biológica están siempre interrelacionadas.

Extracto del artículo de Francisco Fernández Buey ¿Es el decrecimiento una utopía realizable?. Publicado en el nº 100 de la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, Madrid, 2008.

Choque de civilizaciones

Javier Arias - Alterglbalizacion's weblog




La Civilizacion Capitalista dice...
"El egoísmo personal es el mejor motor para la economía".
La Civilizacion Humanista dice...
"El egoísmo personal carcome los fundamentos de la convivencia y ,a la larga,
los de la propia economía".

La Civilizacion Capitalista dice...
"Las empresas privadas crean la riqueza. El sector público consume la riqueza".
La Civilizacion Humanista dice...
"El sol, la lluvia y el trabajo de los seres vivos crean la riqueza. Todos los
seres creamos y todos consumimos."

La Civilizacion Capitalista dice...
"La búsqueda insaciable del lucro personal da sentido a la vida".
La Civilizacion Humanista dice...
"La búsqueda del beneficio grupal y colectivo da sentido a la vida. El egoísmo
como estilo de vida nos encierra en el abismo de la soledad y la enfermedad
mental."

La Civilizacion Capitalista dice...
"El capital impone las reglas que deben cumplir las condiciones laborales en
cada lugar y momento".
La Civilizacion Humanista dice...
La dignidad humana fija las condiciones laborales que debe respetar el capital.

La Civilizacion Capitalista dice...
"La propiedad privada es sagrada. Cada ente debe acumular tanta propiedad como
sea capaz.
La Civilizacion Humanista dice...
"Los recursos naturales son sagrados y deben ser disfrutados por todos.
Mientras un sólo ser humano muera de hambre la acumulación es un forma de
robo".

La Civilizacion Capitalista dice...
"La Democracia no debe formar parte de las reglas que rigen las empresas."
La Civilizacion Humanista dice...
"La Democracia tiene que entrar en todas partes para que deje de ser una
cáscara hueca".

La Civilizacion Capitalista dice...
"Los beneficios obtenidos por entes privados deben crecer siempre".
La Civilizacion Humanista dice...
"El Bienestar social y los Derechos humanos deben crecer siempre, incluso a
costa de los beneficios monetarios de los entes privados".

La Civilizacion Capitalista dice...
"La acción militar es garantía de poder, éxito y seguridad".
La Civilizacion Humanista dice...
"La acción militar es garantía de destrucción, terrorismo, empobrecimiento y
miedo."

La Civilizacion Capitalista dice...
"El altruismo es un comportamiento económicamente ineficaz".
La Civilizacion Humanista dice...
"El altruismo es el motor de una sociedad en desarrollo."

Residuos para desecho

Dada la naturaleza entrópica del proceso económico, el residuo es un ‘output’ tan inevitable como el ‘input’ de los recursos naturales. Más y mejores motos, coches, aviones, refrigeradores, etc., causarán no sólo más y mayor agotamiento de los recursos naturales, sino también más y mejor contaminación.

El residuo es un fenómeno físico que es generalmente nocivo para la vida humana. Deteriora constantemente el entorno de muchas maneras: químicamente, como en la contaminación de mercurio; nuclearmente, como en el desecho radioactivo; físicamente como en la minería a cielo abierto.

La mayor parte del desecho molesto –basura, cadáveres, excremento- también se reduce por procesos naturales. Hay procesos higiénicos incómodos, pero lo importante es que estos desperdicios no causan un daño permanente o irreductible a nuestro entorno; no ocurre siempre así, por ejemplo con los residuos nucleares (en el caso del plutonio-239, la reducción de un 50 por 100 tarda veinticinco mil años)

La humanidad es como una familia que consume unos suministros limitados que hay en la despensa y arroja los inevitables desperdicios en un cubo de basura finito: el espacio en torno a nosotros.

El calor adicional en que se transforma finalmente toda la energía de origen terrestre cuando es utilizada por el hombre puede afectar el delicado equilibrio termodinámico de nuestro planeta mediante las islas de calor producidas por las plantas industriales de energía alterando la flora y fauna local de ríos, lagos e incluso mares ribereños o puede aumentar la temperatura de la Tierra hasta fundir los casquetes helados.

Para saber más: Energía y mitos económicos. Nicholas Georgescu-Roegen. 1975

Vivir sencillamente: simplicidad voluntaria


Podemos ver que la simplicidad voluntaria es revolucionaria en la medida que es la antítesis del sistema que necesita el crecimiento continuado por subsistir. Como ya alertaba Illich en los años setenta, delante de los límites del sistema, nos encontramos en la posibilidad de una reconstrucción convivencial fundada en la austeridad voluntaria que emerge de la ética individual y colectiva, llevando a la renuncia voluntaria de toda producción y consumo de objetos/instrumentos que malogren la armonía dinámica del sistema.

En el otro extremo, el ecofascismo, la respuesta autoritaria y represiva que emerge de la imperiosa necesidad de preservar los delicados y complejos equilibrios sociales y ecológicos a partir del control y la imposición tecnocrática y policial de normativas, restricciones y todo tipos de controles sobre la acción individual y colectiva allá dónde estos limites no son logrados en función de la conciencia individual y colectiva de las personas.

Tener menos por vivir más allá de nuestra supervivencia social y biológica; la simplicidad voluntaria se justifica por si misma como un elemento central del arte de vivir y vivir bien. Contrariamente a la creencia moderna que ve en el crecimiento y la acumulación ilimitadas la base del progreso y de la mejora cualitativa, el bien (la ética) y el bueno (l’estética) se basan en el equilibrio entre las partes de un sistema y no en el crecimiento desenfrenado de una de sus partes.

Así, tal y como muestra Max-Neef en su Desarrollo a escala humana, las necesidades humanas son finitas y limitadas, no ilimitadas. Lo que pueden ser infinitos son los satisfactores, es decir, los medios que diferentes sociedades tienen para satisfacerlos. Tenemos una necesidad limitada de ingestión de alimentos e incluso de necesidades intangibles como la libertad o la participación. De hecho, una vez que llegamos a un grado adecuado de libertad y autonomía a la hora de estructurar nuestra existencia, abdicamos con placer de parte de nuestra libertad individual en pro de la participación y las relaciones con las demás.

De hecho, más allá de un determinado límite, la satisfacción de determinadas necesidades se traduce no en bienestar, sino en enfermedad. La sobrealimentación se convierte en obesidad y la sobrelibertad en soledad y, tal y como muestran Maturana y Varela, en la pérdida de todo que nos caracteriza como humanos en la medida que somos el fruto de una historia individual y colectiva dónde nos (re)creamos continuamente en nuestras interrelaciones con los demás.

Traducción de un extracto del artículo Viure simplement per simplement viure escrito por Andri W. Shahel en el número 162 de la revista Illacrua monogràfic decreixement

La hipótesis Gaia

Gaia es la Tierra vista como un sistema singular, una entidad viva, en la que, como ocurre con otros organismos vivos, su composición química y su temperatura se autorregulan de acuerdo con el estado más favorable para la vida.

La hipótesis Gaia considera la evolución de los organismos como algo tan estrechamente emparejado con la evolución de su medio ambiente físico y químico, que juntos forman un único proceso evolutivo, que es autorregulador.

Por tanto, el clima, la composición de las rocas, el aire y los océanos no vienen dados simplemente por la geología; también son consecuencia de la presencia de la vida. A través de la incesante actividad de los organismos vivos, las condiciones en el planeta se han mantenido favorables para la persistencia de la vida durante los últimos 3.600 millones de años.

Gaia sería un organismo vivo que utiliza la energía solar y realiza un metabolismo a escala planetaria. Un tipo de energía libre de grado alto, como la luz del sol, reduce su gradiente dentro de los límites del espacio planetario, y excreta energía de grado bajo, como rayos infrarrojos al espacio.

La Tierra parece tener una atmósfera que retiene justo la cantidad correcta de calor para mantener un clima cómodo para los organismos vivos, y ha sido así desde la aparición de la vida. Las bacterias han creado y mantenido los organismos vivos, interrelacionándose químicamente con el medio ambiente para crear unas condiciones lo más favorables posibles para la vida mediante en un proceso evolutivo – la simbiogénesis-, que permitiera el mantenimiento de Gaia.

Para saber más: Microcosmos. Lynn Margulis.

Para saber más: Gaia. James Lovelock.

Simbiogénesis


Hay dos tipos de vida: Las bacterias y las comunidades de bacterias. Toda la vida son bacterias y las bacterias son unidades, son seres vivos, unidades vivas. Todo lo demás, que se ve como animales o plantas, son seres compuestos por más de un tipo de bacteria. Es decir, son el resultado de la simbiogénesis entre más de un tipo de bacteria.

La simbiogénesis consistiría en el cambio evolutivo que se da mediante la asociación de dos o más especies diferentes para formar un nuevo organismo, se trata de un verdadero motor evolutivo, y los protagonistas no son los genes, sino las bacterias. Ellas son los verdaderos artífices de la biodiversidad y complejidad biológica.

La vida se originó con las bacterias, unos organismos que se expandieron primero en el agua, donde modificaron el líquido y produjeron gases.

En condiciones favorables las bacterias pueden doblar su población cada veinte minutos de modo que, en cuestión de un solo día y a partir de un único espécimen, el número de individuos de un cultivo puede llegar a varios miles de millones.

Su capacidad de transmisión de la información, se basa en tres estrategias que funcionan en paralelo y que no tienen nada que ver con la transmisión vertical de información genética por descendencia -infinitamente más lenta y dificultosa- que caracteriza a nuestra especie:

(1) transmisión de material genético (conjugación) a través del tubo conyugal desarrollado a tal propósito;

(2) transmisión de ADN de una bacteria a otra por medio de virus bacteriófago (trasducción) y

(3) traspaso de material genético (transformación) entre bacterias -o de otros organismos a éstas- por penetración de la pared celular.

Estamos pues hablando nada menos que de un sistema polifacético de multiplicación y de transmisión cuasi instantánea, en red y de forma horizontal -sin tener que esperar de una generación a otra- de las claves genéticas para la adaptación y la supervivencia. De ahí la inmensa variedad del mundo bacteriano, de cuya diversidad y según algunos estudios, apenas conocemos el uno por ciento. De ahí la enorme capacidad de las bacterias para vivir en ambientes absolutamente inhóspitos y distintos, desde las cumbres más heladas hasta las simas marinas más profundas, con oxígeno o sin él, con luz o sin ella, etc.


Para saber más: Entrevista a Lynn Margulis en la UAB Barcelona.

Para saber más: Las cosas por su nombre. David Sempau.

Para saber más: Microcosmos. Lynn Margulis y Dorion Sagan.

Para saber más: Captando genomas. Lynn Margulis y Dorion Sagan.

Vida y complejidad


Para considerar que una entidad está viva, ésta ha de ser ante todo autopoyética (construcción de uno mismo), es decir, ha de mantenerse activamente contra las adversidades del mundo. La vida responde a las adversidades utilizando materia y energía para permanecer intacta, este automantenimiento activo se encuentra en la base de toda vida conocida.

Todas las células (unidad mínima de vida) reaccionan a las perturbaciones externas para conservar aspectos clave de su identidad dentro de sus límites. Esto les da identidad y memoria

En cualquier organismo, en cualquier entidad autopoiésica, es posible identificar una fuente específica de energía sustentable (luz visible, oxidación del metano o del sulfuro), junto con otra de carbono (azúcar, proteína, dióxido de carbono), nitrógeno u otros elementos químicos necesarios.

La mayoría de las evolucionistas argumentan que la vida se originó en la Tierra, tal vez por causa de un determinado gradiente químico entre compuestos ricos en hidrógeno y otras sustancias ricas en carbono y oxígeno. La vida desarrolló la identidad de la célula.

La vida como un sistema cíclico más, con una dilatada historia (alrededor de 4.000 millones de años), cuya existencia queda explicada por su eficacia en la reducción de gradientes, superior a la de los sistemas no vivos a los que reemplaza.

Sin embargo, el problema de lo complejo es que es complejo; casi siempre, lo complejo modifica el sistema y lo transforma. Las relaciones no son lineales, existen realimentaciones que cambian las cosas.

Así, la membrana de una célula, controla los intercambios de energía y materia, autorregulando el flujo en función del sistema en que se integra, que a su vez es capaz de incidir en la regulación de su entorno. Lo complejo es así mucho más activo. El sistema que evoluciona intercambia no toda la información que puede, sino la que le interesa, la que le es útil.

Para saber más:
"El Origen de Gaia". Editorial Abecedario. Carlos de Castro.

Para saber más: Captando genomas. Lynn Margulis y Dorion Sagan. 2.002.

Para saber más: Microcosmos. Lynn Margulis y Dorion Sagan. 1.986.

Deterioro del empleo

Julio García Camarero

El mercado de trabajo asalariado es un ámbito clave del sistema capitalista ya que en él los propietarios de los recursos productivos y financieros movilizan la fuerza de trabajo. Es decir, la población en edad de trabajar ofrece su única mercancía disponible: la mano de obra. A pesar de que para denominar este ámbito se emplee de forma corriente el concepto “mercado”, que hace referencia a un intercambio entre partes que se suelen considerar libres e iguales, el mercado laboral en realidad hace referencia a una relación social central de un modelo de sociedad marcado por la desigualdad, la explotación y el dominio de las empresas y entidades financieras, como consecuencia de poseer la propiedad privada de los recursos financieros y productivos, son las que deciden y controlan el número de empleos asalariados que necesitan, dejando desempleados a todos aquellos trabajadores que no les hagan falta a las empresas.

Por tanto, el trabajo está sometido a los vaivenes de las necesidades de acumulación y crecimiento: los períodos de plena ocupación se encadenan con etapas de fuerte paro, y cambian substancialmente los tipos de relaciones laborales.

En el Informe TAIFA No3 se expuso cómo el mundo del trabajo en la etapa de crecimiento económico precedente a la crisis actual había experimentado un giro neoliberal que adecuó las relaciones laborales a las necesidades de la “acumulación flexible”. Los tiempos de trabajo y el volumen de las plantillas se ajustaron cada vez más a las variaciones de la producción. Se estimuló el empleo mediante políticas de activación dentro del marco del ‘workfare’, pero orientando las formas de trabajo hacia el empleo temporal, formas irregulares de trabajo (“autónomos”), trabajadores sin contrato, trabajo a tiempo parcial, etc. Lo que, condujo a un incremento de la precariedad, y al retroceso en los salarios reales de los trabajadores. En el estado español, el resultado fueron unas tasas de empleo al alza (la tasa de ocupación se elevó del 41% al 54% entre 1997 y 2007) pero con una creciente precariedad, (entre el 50-60% de toda la mano de obra empleada trabajaba en precario). 

Y toda esta visión tan negativa del panorama laboral futuro, solo nos muestra el prologo de que muy próximamente pueda suceder. Y es que el verdadero enemigo del empleo es el crecimiento porque gracias a él aparece la posibilidad para las grandes corporaciones de poder sustituir a los trabajadores por robots, mediante la aplicación de fuertes inversiones a partir de los recursos obtenidos en el crecimiento del PIB. Y esto, sino se reduce drásticamente la jornada laboral y el consumismo-productivismo, pronto nos traerá un desempleo de dimensiones inverosímiles. Es algo que podremos ver, como ejemplo, en el caso de China, que ya es el país mas desarrollado del mundo (desde el punto de vista capitalista) porque ya es el que tiene las empresas más automatizadas, mayor crecimiento del PIB, y mayor paro y precariedad en todo el mundo.

Mirando a China podemos ver como será, en muy pocos lustros, el capitalismo global de todo el planeta Tierra, si no es que antes no ha saltado todo por lo aires en una crisis final. Puede que al capitalismo no le hunda “una lucha final”, como dice la letra del himno de la Internacional, sino más bien una crisis final. O sea, una muerte natural por atracón.
 
Y pasemos a ver este caso de china a partir de una noticia muy indicativa, una entrevista que le hizo EFE a un alto directivo de la empresa iPhone:

La fabricante del iPhone quiere sustituir a un millón de empleados por robots.[…] El plan se desarrolla en tres fases y el objetivo final es la automatización completa, dijo Day Chia-peng, director general del comité de desarrollo de tecnología de automatización de Foxconn, según informa este jueves la agencia taiwanesa CNA.
La primera fase consiste en crear puestos de trabajo automatizados para las tareas peligrosas o que los empleados no quieren o no les interesa realizar […] la segunda fase automatiza líneas de ensamblaje completas y la tercera robotiza completamente la fábrica.[…]
Foxconn planea fábricas totalmente automatizadas en Chengdu, suroeste de China, para la producción de tabletas, y en Chongqing, también en el suroeste de China, para producir ordenadores todo en uno. El grupo Foxconn ya cuenta con más de 40.000 robots industriales “Foxbot” en sus fábricas y planea añadir unos 10.000 robots más anuales.1