Julio
García Camarero
La
mayor parte de las personas admiran a las ciudades; y más aún a las
mega-ciudades:
Nueva
York, San Francisco, Sao Paulo, Tokio, Londres, etc.
Y
suelen despreciar a los pueblos a cuyos habitantes se les suele
señalar con apelativos algo despectivos, como aldeanos, rurales,
villanos, paletos, etc.
Pero
no es oro todo lo que reluce y sobre todo en las grandes ciudades,
por mucho que estas reluzcan.
Recientes
investigaciones médicas internacionales han descubierto y
diagnosticado una pandemia que no llegaba a aparecer como tal a la
vista de ojos ciudadanos, aunque ya viene de lejos. Se trata de una
enfermedad muy contagiosa que se presenta como plaga universal y
dentro de los núcleos urbanos. Los científicos le pusieron el
nombre de: “trastorno por déficit de naturaleza”. Su
causante es la extrema escasez (o la inasistencia) de bosque
urbano en donde puedan esparcirse y respirar los urbanitas de las
grandes ciudades.
Entre
los multiples problemas que generan esta pandemia del “trastorno
por déficit de naturaleza” podemos destacar sobre todo cuatro
que además se encuentran interactuados entre sí.
Primer
problema….Lo constituye, en sí, el padecimiento del conjunto
de trastornos que padecen quienes incuban la desdichada y mencionada
enfermedad de Trastorno por déficit de naturaleza, debida a
la gran escasez de bosque urbano en las grandes ciudades. Pero es que
esta enfermedad es consecuencia de un segundo problema, que
describimos a continuación.
Segundo
problema…. En este sistema capitalista que padecemos, las
ciudades no suelen estar diseñadas para las personas, si no sólo
para los coches y para los consumistas-productivistas. Porque
en estas ciudades se da prioridad a los coches (al tráfico), a los
macro-mercados y a los aparcamientos en lugar de las personas.
Y
todo esto se prioriza en lugar de priorizar a los lugares en donde
estas personas puedan disfrutar de: la cultura, el deporte y sobre
todo de los parques y centros cívicos donde pueda disfrutarse de la
naturaleza y puedan producirse los bienes relacionales, encuentros y
recreos entre las personas. En donde se deje de perder el tiempo
conduciendo coches.
Y
además, se da el caso de que estos dos problemas precedentes son
consecuencia de un tercer problema que enseguida explicamos.
Tercer
problema…Es completamente cierto que las macro ciudades se han
configurado para que sean ciudades-parásitos. En efecto, consumen
ingentes cantidades de insumos (alimentos, energías, objetos
materiales, etc.), producen una ingente contaminación atmosférica
derivadas de las combustiones de los automóviles, de las
calefacciones, de las industrias, etc. Y las ciudades también
producen ingente cantidades de residuos (basura, envases de
plástico, etc.) pero sobre todo producen autistas. Si, los
urbanitas son autistas en todos los sentidos de la palabra, en
el sentido de obsesión por conducir el auto y por un individualismo
egoísta, acentuado por la gran escasez de comunicación directa y
cotidiana… de casa al trabajo, del trabajo a casa. Pero es que esto
es debido a un cuarto problema.
Cuarto
problema….En todas las escuelas de este sistema capitalista
tanto sean privadas como públicas, enseñan a ser
consumistas-productivistas-conpetitivistas-autistas. A los
niños se les motiva a ser los primeros de clase, a que el día de
mañana encuentren un buen trabajo en donde sean muy eficientes en el
productivismo de alguna multinacional, a la que podrá ir a trabajar
en un auto de su propiedad, desde una casa de su propiedad y a un
trabajo que le permita comprar ropa de marca, ropa que no todos
pueden llevar. Todas esas palabras que más arriba aparecen unidas
por un guión pueden muy bien servir como definición de la
excesivamente súper valorada palabra ciudadano. Pero esta
supervaloración se debe a que no nos hemos parado a analizar con
algún detenimiento estos graves problemas que adolecen a los tan
excesivamente valorados urbanitas. Pero esto es lo que se tiene que
ser, si se quiere ser normal en esta sociedad capitalista, en lugar
de cómo deberíamos ser: consumidores-cooperadores-apoyadores
mutuos.
Por
todo, esto los barrios de las macro ciudades deberían parecerse a
los pueblos. Deberían ser barrios
pueblo,
con abundante vegetación, con calles peatonales, con lugares
adecuados para el desarrollo de los bienes relaciones y en donde se
sustituya a los autistas
por personas
ricas en bienes relacionales.
Personas ricas no en dinero, sino en relaciones personales y en
conocimiento; personas que tengan, aunque sólo sea en pequeña
proporción, algo de paripateticos.
Que paseen por el parque en donde se comenten pausadamente temas
(como hacían aquellos griegos pioneros de la democracia) como: Arte,
elementos naturales, literatura, lógica,
ateísmo,
etc..
Además el simple paseo ya es un deporte sereno, no es sano
acelerarse, aturdirse para no pensar; como sucede en este siglo
autista. Las propias Olimpiadas no eran otra cosa que ejercicios
militares competitivos para estar en forma para poder desplegar una
mayor violencia guerrera. Y con este aturdimiento eres más
vulnerable a que te introduzcan el chip.
Barrios-pueblo
con relaciones humanas como las que existían en los pueblos con sus
sillitas de enea a la puerta de las casas. En dónde se entablaba un
conocimiento cotidiano de la comunidad más próxima, en lugar de los
ascensores ciudadanos en donde ni siquiera nos miramos a los ojos.
Barrios en los existan escuelas en las en lugar dedicarse a
introducir en el tierno infante el chip de
consumistas-productivistas-conpetitivistas-autistas, enseñen
el apoyo mutuo y cooperativo.
¿Y
qué hace el gobierno de las ciudades para impedir esta pandemia del
trastorno por déficit de naturaleza y de su secuela el
autismo? Pues lo que hace el gobierno es dar prioridad al
tráfico, fomentando sobre todo el tráfico privado de autos que
suelen, por lo común, llevar un solo autista dentro. Prioridad del
auto privado por encima del transporte público, lo cual esconde un
fin oculto: favorecer a las petroleras y a las corporaciones
automovilistas, amén de conseguir mantener de esta manera a la
población atomizada. Una población atomizada, autista, es
más dócil y manejable. Además, otra cosa que hace el gobierno de
la ciudad para impedir esta pandemia del trastorno por déficit de
naturaleza es construir monstruosos macetones rectangulares
(alguien en una asamblea de mi barrio, con buen sentido de
interpretación de la realidad, los llego a comparar a “sarcófagos”)
y enterrar el suelo (es que no consiguen enterarse de que el suelo es
algo vivo, ¡ellos que tan defensores de la vida son!) bajo el
asfalto y bajo las losas de granito. ¡Dejemos las losas de granito
para el cementerio o para el Valle de los Caídos! ¡No queremos
macetas ni que nos entierren un suelo vivo que necesita respirar y
ser permeable para alimentar acuíferos urbanos que favorezcan
el bosque urbano. Para que no muera el ecosistema urbano.
Queremos árboles y suelo que respire.
El
caso del Barrio de Russafa
En
este sentido en el barrio de Russafa estamos luchando para que no
deje de ser un pueblo barrio, multicultural como aún sigue
siendo. Aunque cada vez en pieza ya a ser menos pueblo barrio
a causa de la penetración en Russafa de la especulación del suelo
que está expulsando a la población autóctona al encarecer la vida
en el barrio. Encarecimiento que empieza por el precio de las
viviendas y el tipo de comercios y de hostelería mas pensado para
los más pudientes de fuera del barrio que para los habitantes del
barrio. A consecuencia de esto está apareciendo una sustitución de
la población en Russafa; se están marchando los menos solventes, es
decir los habitantes de siempre y los emigrantes poco pudientes pero
que nos aportaban una invalorable riqueza multicultural. Por el
contrario la especulación nos inunda el barrio de pudientes de otros
barrios. Bien para habitar aquí o bien sólo para consumir de la
hostelería de Russafa, principalmente en las terraza que se
extienden inacabadamente sobre las aceras recién ensanchadas por el
gobierno de la ciudad.
Forasteros solventes que, al contrario de los emigrantes, solo nos taren desde el mundo burgués neoliberal, de donde proceden, una uniformidad procedente del adocenado Pensamiento Único; es decir, una pobreza cultural monocolor en consonancia con los monopolios estandarizantes fundamentados en el consumismo de “lo que se lleva”; es decir de lo que dicta que se lleve la dictadura global del neoliberalismo. La riqueza que aún persiste (ya solo en parte) multicultural del barrio, se encuentra en peligro de extinción; tal y como sucedió en los ríos de la Península con el estupendo cangrejo ibérico, que fue devorado totalmente por el foráneo y nefasto cangrejo americano.
Forasteros solventes que, al contrario de los emigrantes, solo nos taren desde el mundo burgués neoliberal, de donde proceden, una uniformidad procedente del adocenado Pensamiento Único; es decir, una pobreza cultural monocolor en consonancia con los monopolios estandarizantes fundamentados en el consumismo de “lo que se lleva”; es decir de lo que dicta que se lleve la dictadura global del neoliberalismo. La riqueza que aún persiste (ya solo en parte) multicultural del barrio, se encuentra en peligro de extinción; tal y como sucedió en los ríos de la Península con el estupendo cangrejo ibérico, que fue devorado totalmente por el foráneo y nefasto cangrejo americano.
Además,
este fenómeno de sustitución poblacional se está acelerando porque
se da la circunstancia de que el barrio el gobierno de la ciudad lo
está preparando para ser una zona de tránsito hacia el proyectado,
nuevo, caro y elitoso barrio que surgirá en el interior o al menos
en la periferia del futuro Parque Central.
En
Ruzasfa ya hace tiempo que los vecinos hemos entablado una batalla
urbana y hemos conseguido algunos objetivos:
- Salvar el único parque existente en todo el Barrio y que el gobierno de la ciudad quería convertirlo en un garaje destinado a los autistas, con macetones en su techo.
- Que hayan construido una nueva escuela, necesaria por la escasez de plazas escolares, lo que obligaba a muchos niños/as a una emigración escolar a otros barrios. Y ahora, que están terminando de construir el colegio, que ganamos a fuerza de movilizaciones, toca conseguir una enseñanza y cultura que no sea la de siempre, es decir esa que genera consumistas-productivista-conpetitivistas-autistas; y que por el contrario, sí que sea una enseñanza de cultura humana y de apoyo mutuo, creativa y potenciadora de bienes relacionales.
Vemos pues, que entre otros, los
principales males de las ciudades son consecuencia de una errónea
educación enfocada de forma exclusiva hacia el
consumismo-productivismo.
Pero, por otra parte, podríamos
afirmar que la educación de los niños la reciben más en casa que
en la escuela. Podríamos admitir que en una proporción aproximada
del 70% y el 30%, respectivamente; y parece que esto es realmente
así.
Pero, después de haber
realizado estas consideraciones, cabe preguntarnos: ¿y entonces,
quién enseña a los padres a enseñar a los niños? Pues está
claro:
El marketing, que induce muy
eficientemente a la adición al consumismo suicida.
La demagogia electoral, que se
basa en infinidad de falsedades que ni siquiera luego se cumplen.
TV basura, que entre otros
venenos expulsa, el de la exhibición de la competitividad, del
consumismo y el de una omnipresente violencia a la que nos
acostumbramos y con la que convivimos como algo natural e innecesario
de rechazar. Pero una TV, que por el contrario, esconde el espíritu
de cooperación pacifica entre las personas, el de convivencialidad,
el de respeto mutuo.
Y a esto no se le puede llamar
educación si no introducción en el cerebro del niño y del padre el
chip consumista-productivista.
Por lo tanto, en las escuelas lo
más importante será enseñar a los niños a abrir bien los ojos
para que no se dejen introducir chips manipuladores que crean el
hábito al consumismo enajenado y al trabajo enajenado.
Más que educación
manipuladora, en las escuelas, se debe impartir enseñanza pública,
libre de manipulaciones y de chip adocenantes.
Para terminar, tenemos que ver
qué es lo más básico para defender nuestro entorno y nuestra
calidad de vida; y ello será defender una sana enseñanza libre y
pública, reafirmándonos en aquello que insistentemente repite,
cargado de razón, el Presidente de Uruguay José Mujica cuando
declara que la mayor preocupación de su gobierno serán varios
temas:
Primer tema: Enseñanza Pública.
Segundo tema: Enseñanza pública
Tercer Tema: Enseñanza Pública
….
--------------------------------------------------------------------
- Tokio- (Japón) 33.750.000
- Ciudad-México (México) 22.500.000
- Nueva York- (EEUU) 22.250.000
- Sao Paulo (Brasil) 22.150.000
- Seúl (Corea del Sur) 22.000.000
- Mumbai (Bombay) (India) 18.800.000
- Nueva Delhi- (India) 18.100.000
- Los Ángeles ( EEUU) 17.950.000
- Osaka (Japón) 16.900.000
- Yakarta (Indonesia) 16.700.000
- El Cairo (Egipto) 16.200.000
- Moscú (Rusia) 15.650.000
- Calcuta (India) 14.950.000
- Manila (Filipinas) 14.000.000
- Londres (Reino Unido) 13.900.000
- Karachi (Pakistán) 13.100.000
- Buenos Aires (Argentina) 12.750.000
- Shanghai (China) 12.500.000
- Río de Janeiro (Brasil) 12.150.000
- Dhaka (Bangladesh) 12.050.000
- París-Versalles (Francia) 11.570.000
- Teherán-Karaj (Irán) 10.800.000
- Estambul (Turquía) 10.900.000
- Pekín (China) 9.900.000
- Chicago-Gary (EEUU) 9.850.000
- Lagos (Nigeria) 9.600.000
- Hong Kong (China) 8.600.000
- Lima-Callao (Perú) 8.403.000
- Bogotá- (Colombia) 8.000.000
- Nagoya (Japón) 8.130.000
- Washington (EEUU) 7.900.000
- Johanesburgo(Sudáfrica) 7.750.000
- Bangkok (Tailandia) 7.650.000
- Chongqing (China) 7.650.000
- Chennai (India) 7.300.000
- San Francisco (EEUU) 7.250.000
- Kinshasa (Congo) 6.950.000
- Lahore (Pakistán) 6.950.000
- Taipei (Taiwán) 6.800.000
- Toronto(Canadá) 6.700.000
- Bangalore (India) 6.650.000
- Hyderabad (India) 6.350.000
- Caracas (Venezuela)6.200.000
- Santiago (Chile) 6.150.000
- Filadelfia (EEUU) 5.950.000
- San Petersburgo (Rusia) 5.850.000
- Madrid (España) 5.850.000
- Essen (Alemania) 5.800.000
- Detroit (Canadá) 5.800.000
- Boston (EEUU) 5.700.000
------------------------------------------------------------------
*Vemos
que las naciones campeonas en nº de megaciudades y sus
habitantes)son:
1ª EEUU con 7 (suman 76,8
millones de hab.) 2ª India con 6 (suman 56,2 millones de hab.)
3ªChina con 4 (suman 38,7
millones de hab.) 4ª Japón con 3 (que suman 58,8 millones de hab.)
Pueblo barrio, que definición más bonita Julio por todo lo que implica su significado, pero ¿y si le añadimos el prefijo eco y lo convertimos en eco pueblo barrios? Al componente social le añadimos, esa relación con la naturaleza que pretendemos recuperar, y que nunca debimos perder, y que indiscutiblemente esta patente en todo tu articulo
ResponderEliminarSi el 20 % de la población mundial, consume el 80 % de los recursos del planeta es fácil entender que los más graves problemas ambientales se encuentra en las ciudades. L a huella ecológica producida por la ciudad es ignorada por la mayoría de sus habitantes, se calcula que una ciudad como Londres necesita 120 veces su superficie para abastecerse. Como muy bien dices Julio las ciudades deben de ser el primer punto de partida. La ciudad y el territorio son las personas que los ocupan y la mejor forma de conseguir que una ciudad o un eco pueblo barrio funcione con criterios de sostenibilidad es conseguir que sus habitantes lo sientan suyo y puedan intervenir de forma activa en su regeneracion . Construir desde abajo para poder deconstruir la ciudad. Empoderamiento para terminar con ese autismo programado
Muy buen comentario Cesar; y muy interesante el complemento "eco" a la expresión "barrio pueblo"... como diría un italiano !ecco!, esta es la cuestión
ResponderEliminarptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptoptopto
Eliminarpto
ResponderEliminar