Joan Martínez Alier
"En
los últimos meses es inevitable recordar el libro de Frederick
Soddy, Wealth, Virtual
Wealth and Debt (Riqueza,
Riqueza Virtual y Deuda) publicado en 1926. Soddy tenía el premio
Nobel de Química y era catedrático en Oxford. Expliqué sus
principales ideas económicas en mi libro La
Economía y la Ecología de
1991. También Herman Daly ha descrito las propuestas de reforma
monetaria de Frederick Soddy que descansan en las proposiciones
siguientes. Es fácil para el sistema financiero hacer crecer las
deudas (tanto del sector privado como del sector público), y es
fácil también sostener que esa expansión del crédito equivale a
la creación de riqueza verdadera. Sin embargo, en el sistema
económico industrial, el crecimiento de la producción y el
crecimiento del consumo implican a la vez el crecimiento de la
extracción y destrucción final de los combustibles fósiles. La
energía se disipa, no puede ser reciclada.
En
cambio, la riqueza verdadera sería la que se base en el flujo actual
de energía del sol. La contabilidad económica es por tanto falsa
porque confunde el agotamiento de recursos y el aumento de entropía
con la creación de riqueza.
La
obligación de pagar deudas a interés compuesto se podía cumplir
apretando a los deudores durante un tiempo. Otra manera de pagar la
deuda es mediante la inflación (que disminuye el valor del dinero) o
mediante el crecimiento económico que, no obstante, está falsamente
medido porque se basa en recursos agotables infravalorados y en una
contaminación a la que no se da valor económico. Esa era la
doctrina de Soddy, ciertamente aplicable a la situación actual. Fue
sin duda un precursor de la economía ecológica.
En
otras palabras, la economía tiene tres niveles. Por encima está el
nivel financiero que puede crecer mediante préstamos al sector
privado o al estado, a veces sin ninguna garantía de que esos
préstamos puedan devolverse como está ocurriendo en la crisis
actual. El sistema financiero toma prestado contra el futuro,
esperando que el crecimiento económico indefinido proporcione los
medios para pagar los intereses de las deudas y las propias deudas.
Los bancos dan crédito mucho más allá de lo que han recibido como
depósitos, y eso tira del crecimiento económico al menos durante un
tiempo. Por abajo está lo que los economistas llaman la economía
real o la economía productiva. Cuando crece, realmente eso permite
pagar una parte o toda la deuda. Cuando no crece lo suficiente,
quedan deudas por pagar. La montaña de deudas había crecido en el
2008 mucho más allá de lo que era posible pagar con el crecimiento
del PIB. La situación no era financieramente sostenible. Pero
tampoco el PIB era ecológicamente sostenible pues en el tercer
nivel, por debajo de la economía real o productiva de los
economistas, está la economía real-real
de los economistas
ecológicos, es decir, los flujos de energía y materiales cuyo
crecimiento depende en parte de factores económicos (tipos de
mercados, precios) y en parte de los límites físicos.
Actualmente,
no solo hay límites físicos en los recursos sino también en los
sumideros: el cambio climático está ocurriendo por la quema
excesiva de combustibles fósiles y por la deforestación, amenazando
la biodiversidad."
Joan Martínez Alier, “La crisis económica, vista desde la
economía ecológica”, Ecología
Política 36.
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