Yayo Herrero
En pleno debate sobre las bases materiales de la economía mundial, irrumpió una idea: el progreso tecnológico aumentaría la eficiencia en el uso de los recursos, reduciendo la generación de residuos y la sustitución de las materias primas por otras más eficaces; esta idea presagiaba una progresiva independencia del crecimiento económico respecto al consumo de energía y recursos naturales. Este proceso, que desligaba crecimiento y límites, fue denominado desmaterialización de la economía.
Esta idea se veía reforzada con la aparición de las nuevas tecnologías de la comunicación, de las que se decía que teóricamente posibilitaban un crecimiento económico ilimitado con gasto escaso de energía y materiales.
Lamentablemente, la realidad no ha acompañado estos augurios optimistas y los costes ambientales de los nuevos procesos de fabricación, así como el aumento de consumo global (efecto rebote o paradoja de jevons) muestran que la necesidad de considerar los límites es cada vez más angustiosa.
Algunos ejemplos los tenemos en la tecnología del automóvil, que a pesar de haber conseguido motores más eficientes en el gasto de combustible, ha multiplicado el mismo al venderse muchos más coches y ser de mayor peso. Otro ejemplo es el del gasto del papel, que hipotéticamente iba a disminuir con la aparición del ordenador, ya que la posibilidad de almacenar información electrónicamente permitía la creación de la “oficina sin papeles”. Pues bien, entre 1960 y 1997 el consumo de papel en los Estados Unidos se ha multiplicado por 5. Pero, es que además, según el análisis realizado por Plätzer y Göstching, la lectura de un periódico on line utiliza diez veces más energía de origen fósil y genera dos veces más residuos, que un periódico de papel. (CARPINTERO, 2005).
Los esfuerzos tecnológicos para mejorar la eficiencia en el uso de recursos naturales y en la reducción de la contaminación pueden ser muy valiosos, sin embargo, no han demostrado servir para minimizar el deterioro ecológico, ya que conllevan enormes costes ambientales respecto a los productos a los que sustituyen y generan, en muchos casos, un efecto rebote que transforma la eficiencia y ahorro en un consumo a mayor escala de los productos fabricados.
Para saber más: Movimiento ecologista ante la crisis global. Yayo Herrero.
Querida Yayo, una vez más vuelves a poner (como tantas veces) el dedo en la llaga: deshaces un falso optimismo (muy necesario de deshacer en estos tiempos) sobre las hipotéticas y definitivas alternativas que permitan “otro crecimiento” (así es como lo llama Vicenç Navarro) augurado por un sector de desertores del decrecimiento, como puedan ser:
ResponderEliminarVicenç Navarro, José Manuel Naredo, Daniel Tanuro, el presidente Rafael Correa, entre otros.
Para más detalles al respecto se puede consultar mi artículo en decrecimiento.info:
http://www.decrecimiento.info/2014/08/critica-los-polemicos-con-el.html