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Los pecados capitales de occidente

Julia Gas - Público

Eduardo Galeano ha denunciado los siete "pecados capitales" de la sociedad actual con la lectura de varias "historias con minúscula" que, como el propio autor reconoció, no pasarán a formar parte de los anales de la Historia.

El autor de Las venas abiertas de América Latina citó, en primer lugar, el racismo, "que produce amnesia". Porque todos somos, según Galeano, africanos emigrados. "De África sólo sabemos lo que nos enseñó el señor Tarzán", pero fue allí donde "empezó el viaje humano en el mundo". Aunque no es sólo una cuestión de piel, explicó: "La guerra de Irak también es racismo".

También censuró la tradición machista, para lo que se valió de una paradójica anécdota de la Revolución Francesa: los símbolos de las victorias por la defensa de los derechos ciudadanos eran femeninos. En cambio, dijo, cuando las mujeres reivindicaron sus derechos como ciudadanas fueron pasadas por la guillotina.

La legalización del matrimonio homosexual en Argentina, pionero en Latinoamérica, le valió para criticar la intolerancia al diferente, un pecado más al que sumó el desprecio al trabajo. En este mundo al revés, "donde las jornadas de trabajo se miden con los relojes derretidos de Salvador Dalí [...], es el precio lo que fija el valor y no al revés".

Los muros contemporáneos

Galeano también se refirió a "la tendencia de los medios de comunicación a mentir", por lo que afirmó que el mundo miente. El escritor uruguayo reflexionó en este sentido sobre la importancia absoluta que se le dio en su momento al muro de Berlín y lo poco que se habla actualmente sobre los muros de la frontera de México, de Ceuta y Melilla, de Cisjordania o del Sáhara Occidental. "Ni se conocen", ironizó Galeano, que se cuestiona quién lanzó las bombas sobre Hiroshima y Nagashaki. "¿Sería Irán?".

Respecto a la actual crisis económica, Galeano comentó con sorna que tenía la impresión de que no había sido responsabilidad de los especuladores de Wall Street, sino que "la culpa la tiene Grecia".

Sexto pecado: el mundo mata. "La paz mundial está en manos de aquellos que fabrican más armas". Y hoy en día, afirmó Galeano, se invierte más en gastos militares —"criminales", según él— que en acabar con el hambre. "Se fabrica hambre: hambre de pan, hambre de abrazos".

Finalmente, el mundo fabrica enemigos, y lo hace a través del miedo. "La democracia tiene miedo a recordar, las armas tienen miedo a la falta de guerra y los hombres tienen miedo a la mujer sin miedo", concluyó Galeano, no sin antes recordar un dicho africano que refleja que la mano que da siempre está arriba y la que recibe, abajo. "Hay una relación jerárquica", dijo para matizar dos conceptos clave: "La solidaridad es igualdad, la caridad es un riesgo".

Fuente: Eduardo Galeano: "Los hombres tienen miedo a la mujer sin miedo"

Anselmo Muniz - Cultura abierta

Estas reflexiones de Galeano me recuerdan la opinión de un autor dominicano que recién el año pasado publicó una obra titulada Revolución Cotidiana. En esa obra, el Dr. Ángel Pichardo Almonte, señala que vivimos en una sociedad inmersa en una cultura de la dominación, es decir, una cultura que promueve y preserva la dominación de una élite sobre la mayoría. Esta dominación injusta se sustenta, según Pichardo, en siete pilares, que son: 1. Antropocentrismo; 2. Androcentrismo; 3. Racismo; 4. Nacionalismo; 5. Occidentalismo; 6. Reduccionismo; y 7. Adultocentrismo.

A partir de estos pilares se ha creado una cultura que mantiene la dominación de los hombres (en sentido estricto) blancos, adultos, nacidos en los países de occidente, al convencer a buena parte de la humanidad que estos son superiores, como lo son los valores de las potencias occidentales: Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Italia, Alemania, etc.

Al comparar la opinión de ambos autores, es inevitable pensar que a través de la historia reciente, las potencias de Europa Occidental y Norteamérica han logrado occidentalizar el mundo entero. Hoy día creemos que su ciencia, es la única ciencia, que sus valores políticos, son los mejores, que su dominio es inevitable y que su riqueza se debe a su arduo trabajo. Olvidamos que durante siglos estas potencias han orquestado una infinidad de guerras y se han apoderado de casi todo el mundo para extraer las riquezas que hoy poseen. Mientras discutimos sobre conceptos abstractos como la sociedad de la información, el poder del conocimiento, etc., parece que olvidamos cómo se crearon estas potencias y como se mantienen. Claro, como advierte Galeano, “el mundo miente”. Los medios de comunicación de han convertido en auténticos creadores de una nueva “verdad” que en nada se relaciona con la realidad. Mientras que las instituciones encargadas de la educación justifican y promueven estas mentiras.

Pichardo, escribe en su libro: “El reduccionismo busca esconder los intereses de clase e ideológicos que hay detrás de toda interpretación del mundo. Con esto pretende erigir el conocimiento y la visión de mundo de la burguesía como la única válida, ya que es supuestamente ‘objetiva’ y ‘universal” (Revolución Cotidiana, Ediciones Abre Los Ojos, Santo Domingo, 2009, p.139).

Ciertamente parece que el principal pecado en el mundo actual es la mentira. Nos mientes sobre nuestros orígenes, nos mienten sobre las diferencias, nos mienten sobre las enfermedades y las medicinas, nos mienten sobre los otros, nos mienten sobre nosotros, nos mienten sobre las guerras, nos mienten sobre la paz… Nos mienten, porque es más cómodo creernos las mentiras en vez de transformar la realidad. Basta ya de creernos las mentiras, es hora de empezar a investigar y a estudiar.

Fuente: Siete Pecados capitales según Galeano




1 comentario:

  1. Desde que descubrí que los pecados capitales eran y tenían que ver con el capital, perdí el miedo al pecado.
    Ahora soy una mujer sin miedo.

    Salud.

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