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Decrecimiento energético


La historia del ser Humano, se halla íntimamente ligada a la historia en la búsqueda de fuentes energéticas y a sus formas de aprovechamiento, con el propósito de servirse del medio ambiente. La historia del hombre ha estado ligada a la cantidad y a la velocidad de transformación de la energía; a la capacidad para “ingerirla” mediante los alimentos para su funcionamiento basal, a la capacidad de “captarla y usarla” procedente de la energía del sol, y a la “velocidad de transformación”, en función de la evolución del manejo de estas variables, el ser humano ha evolucionado como ser vivo y no ha perecido en su intento.

Durante el modelo pre-agrícola, la energía ingerida mediante alimentos constituía la principal fuente para su funcionamiento metabólico, la velocidad de transformación de la energía es baja y dónde sólo un 20% puede ser transformada en energía mecánica procedente de la tracción del hombre. El hombre es cazador-recolector.
En el modelo agrícola, el hombre encuentra en la “biomasa” una fuente energética, control y utilización del fuego, madera, rocas, utilización de animales de tracción, donde la velocidad de transformación del medio ambiente aumenta. El hombre se hace pastor-agricultor.

En el agrícola avanzado, las necesidades fisiológicas quedan plenamente satisfechas al tener controlado la agricultura y ganadería, base fundamental de los alimentos, buscando potenciar la energía mecánica procedente de la biomasa, viento y agua fundamentalmente, incrementándose la velocidad de transformación del medio.

Durante el modelo pre-industrial, la eficiencia en la utilización de recursos procedentes de la biomasa, llevó al modelo al colapso, al esquilmar grandes territorios de masa forestal, sobre todo en Europa, ya que la velocidad de utilización de la energía, no permitía la recuperación de la misma.

El modelo industrial, trajo consigo un cambio radical en la fuente energética, el carbón, trajo un cambio en el modelo de intercambio de la misma, se comercializó, y debido a sus propiedades, la velocidad de transformación del medio aumentó vertiginosamente, gracias al potencial mecánico que alberga el carbón. Esto modelo supuso un cambio social, político y medio ambiental. El hombre se hizo comercial.

El modelo industrial avanzado, nos trajo la fuente energética por excelencia, el petróleo, nunca antes en la historia del hombre se había conocido fuente con el poder de transformación del medio, la velocidad que imprime y los cambios tan profundos que han ocasionado desde su utilización moderna. El hombre se hizo antropocéntrico.

Hace unos 150 años la humanidad halló la forma para el aprovechamiento, con carácter comercial, de una fuente energética, los combustibles fósiles, cuyo poder energético y versatilidad disparó un crecimiento económico y social inimaginable hasta entonces. La Humanidad pasó de un desarrollo vegetativo sustentando en las leyes Naturales, a un desarrollo vertiginoso subvencionado por los combustibles fósiles baratos, y que dentro de poco tiempo serán completamente inviable e insostenible.

Gradualmente, nuestras sociedades de consumo, se han vuelto adictas al “aceite de roca”, como toda adicción genera dependencia y, la dependencia significa vulnerabilidad individual y colectiva. Estamos acostumbrados -entre otras muchas cosas- a subirnos a un vehículo propulsado por combustibles fósiles y trasladarnos de aquí para allá para cumplir con nuestros trabajos, para ir de compras, para trasladar a los niños al colegio, enviar y recibir mercaderías a distancia, para irnos de vacaciones o por simple diversión. Usar productos fabricados en el otro lado del mundo, como plásticos y polímeros derivados del petróleo, ya es parte de nuestras vidas. Damos por asumido que esto es algo natural, que siempre fue así y que lo seguirá siendo eternamente. Asumirlo como una adicción puede parecernos en principio algo caprichoso y absurdo. Todavía no podemos aceptar que la Era del Petróleo será una época efímera, excepcional e irrepetible en la historia de la humanidad, y que está llegando a su fin.



El Petróleo barato se acaba, los campos de petróleo de acceso factible se están agotando, cada vez hay que buscar en zonas menos accesibles, más costosas y de menor rendimiento. Los campos de Petróleo que quedan, se han convertido en centros estratégicos en las agendas políticas de todos los gobiernos mundiales y son focos de continuos conflictos.

Nos enfrentamos pues a los inapelables límites de la naturaleza. Hemos traspasado la primera mitad de la era del petróleo, y esta ha sido una época muy excepcional en la historia de la humanidad, en la que hemos visto el rápido desarrollo de todo lo que conocemos, y en la que las irracionales reglas de las especulaciones financieras han tomado el control del mundo. En la actualidad todo se rige por estos principios económicos, los del mundo financiero, las deudas nacionales en constante aumento y el casino global. Sus variables de ajuste están ingresando en la etapa de colapso final porque dependen de un crecimiento económico permanente, el cual a su vez requiere de una energía abundante e ilimitada, y ese ha sido el mayor error del hombre en la definición del sistema, considerar a los combustibles fósiles unos recursos infinitos e inagotables.

La Era del Fin del Petróleo comienza su andadura, y no hay alternativas ni en cantidad ni e en calidad, que permitan sustituir al enorme poder energético de los combustibles fósiles que hacen posible el modelo global. Algunas personas creadoras intentan desarrollar, fantasías tecnológicas y soluciones irrealizables, tales como sistemas de energía libre, movimiento perpetuo, motores que funcionan con agua y todo tipo de elixires mágicos que, a medida que se hace más evidente el colapso energético al que nos aproximamos, finalizarán seguramente con estos desarrollos.

Crecimiento del ser Antropocéntrico.


El hecho es que no existe tecnología humana que pueda cambiar las leyes de la física, que son las leyes de la naturaleza. Ellas son inalterables, inmutables, inapelables, y la ciencia no puede modificarlas. La mayor arrogancia de los seres humanos ha sido creer que podría transformarse en dios y transgredir las leyes del universo. Hoy estamos chocando contra esa pared, y nos encontramos ante una crisis ambiental, económica y social de una magnitud que no tiene precedentes. Es un problema gigantesco, y esto explica porqué los gobiernos se muestran tan reticentes a informar, a tratar el asunto, o siquiera a su aceptación. Están entrampados en un sistema de crecimiento exponencial inviable que no pueden desarmar, y tampoco son capaces de encontrar una solución: “No quieren hacer nada para arreglar el problema, pero aunque quisieran, tampoco podrían.”



Ante la encrucijada y en cuanto a la capacidad para reconocer la situación, comparando nuestro comportamiento con algunos modelos para el tratamiento de adicciones, se ha llegado a la conclusión de que existen cuatro fases bien definidas en el proceso:
  1. Negación: es cuando creemos que no tenemos ningún problema. “Me drogo sí, pero sólo un poco, yo controlo” (Puro pesimismo, no se producirá ningún Declive energético, y en tal caso ya se “inventará algo” para solucionarlo).
  2. Conciencia: ingresamos en ésta fase al darnos cuenta de que algo no va bien y que las cosas no cuadran. “A mi familia, le disgusta que yo tome, lo pasan bastante mal, voy a hacer algo para cambiar”. (El panorama socio económico y el futuro medioambiental es muy preocupante, deberíamos hacer algo.)
  3. Preparación: Es la fase en la que estamos ya estamos totalmente convencidos de que no queda otro camino y tenemos que actuar. “No puedo seguir así, en el curso de éste mes iniciaré un tratamiento”. (Es imprescindible comenzar ahora mismo para que nuestros hijos tengan un futuro mejor)
  4. Acción:  es cuando ya lo estamos haciendo.
¿Por qué nos cuesta tanto aceptarlo?


Una amenaza medioambiental producida o inminente, nos hacen responder y actuar de forma inmediata ante el peligro en cuestión, así lo hacemos ante un terremoto, ante un sunami, un huracán o cualquier otro fenómeno ambiental de grandes magnitudes, cuya amenaza cercana, concreta y tangible nos hace actuar con movimientos coordinados y rápidos para preservar nuestro hábitat.

En cambio los problemas convergentes del Declive energético, el cambio climático y el colapso económico mundial y por lo tanto, la sociedad global, nos parecen todavía una cuestión más bien teórica, y no lo percibimos cercanos, concretos ni tangibles. Frente a ellos, la gran mayoría de nosotros nos encontramos aún en la fase de Negación, o en el mejor de los casos, en la de Conciencia. El principal problema no es entonces el progresivo descenso de fuentes energéticas, ni el progresivo derrumbe de todos los sistemas económicos globales, sino la dificultad que tiene la sociedad para aceptarlos como amenazas concretas y definidas, comprendiendo lo que significan.

Esto sucede, porque observando la realidad de forma aislada. Todos estamos a favor del medio ambiente, nos afecta la agresiones contra la Naturaleza que el modelo consumista realiza, pero todo queda allí, pues vemos que “nuestras vidas” siguen más o menos como siempre sin afectarnos individualmente. Cuando alguien nos habla del Pico del Petróleo, no se nos dispara la secreción de adrenalina. La adrenalina se dispara si alguien nos da un puñetazo en la cara….



La negación es la condición por defecto…Todos vivimos en un continua negación, y resulta muy difícil sacar la cabeza para ver por encima de eso. Deja la negación a un lado, inhala una buena bocanada de aire fresco, y así podrás entender lo que realmente está sucediendo.(Richard Heinberg)
Los nuevos paradigmas pasan siempre por tres fases: al principio se los ridiculiza, luego se los rechaza con violencia, y al final se aceptan como algo evidente. (Chris Marterson)
Un problema nunca antes visto.


En este brevísimo lapso de tiempo, en términos geológicos, desde que la economía se desarrolló en base a los combustibles fósiles baratos en su definición de crecimiento infinito, la población mundial creció igualmente mucho más allá de la capacidad de carga del planeta, y al mismo tiempo nuestra civilización moderna comenzó a creerse (el ser antropocéntrico) que cada vez sería más fuerte, rica y todopoderosa, indestructible e inmortal. Aún hoy descansamos en el paradigma de que podremos continuar disfrutando de estos rendimientos y confort tan descomunales para siempre. Sin embargo ya no hay dudas de que los combustibles fósiles se irán haciendo cada vez más escasos, y por lo tanto más caros e inaccesibles para la mayoría de la población de las sociedades modernas. Su declive se ha iniciado, y todo parece indicar que la tendencia se irá profundizando de manera mucha más rápida que lo previsto. Los síntomas de semejante novedad no se manifestarán cuando hallamos quemado la última gota de crudo, sino mucho antes, ya han comenzado a manifestarse en todo el mundo con hechos significativos, aunque aparentemente aislados.



Población mundial y pico del petróleo: Se observa que el crecimiento exponencial de la población se montó sobre al flanco ascendente del breve intervalo histórico del petróleo (pico sombreado gris). En la actualidad, mientras la población sigue ascendiendo, la explotación petrolera ya comenzó el declive. La gran pregunta es cuánto tiempo más podrán resistir los sistemas globales luego de este quiebre sin precedentes.

Aunque se han intentado desarrollar diversas alternativas a la dependencia energética de los combustibles fósiles, ninguna de ellas ni juntas ni por separado, podrían ocupar o reemplazar a los colosales volúmenes de energía que el sistema económico global demanda. Significativo por el grado de dependencia (entorno al 95% del Transporte mundial, vía carretera, aéreo, marítima depende del líquido elemento) y por lo tanto de vulnerabilidad, es el sistema de Transportes o movilidad, definido y estructurado hacia un elemento líquido como los derivados del Petróleo, donde no existe ni se conoce alternativa importante que pueda reemplazarlo. En el ámbito del suministro eléctrico domiciliario (únicamente el 10% es sustentado por los derivados de los combustibles fósiles), con una planificación visionaria y drásticas restricciones de consumo, podría readecuarse en tecnología y llegar a independizarse de los combustibles fósiles en un plazo de unos 10 años.

La primera persona en vislumbrar el problema al que nos enfrentábamos, fue el geofísico norteamericano M.K. Hubbert (wikipedia) en el año 1956 cuando estableció la teoría del Pico del Petróleo (wikipedia), donde predijo con total exactitud que la declinación en la producción de los campos petrolíferos de Norteamérica se alcanzaría en los años’70. Ignorada y ridiculizada en su época por los sectores políticos, económicos y sociales, la llegada de la década trajo la crisis energética, ratificó su teoría y, solamente años más tarde, los estamentos del sistema y la propia historia confirmó, que la crisis económica de aquellos años fue debida a la crisis energética como consecuencia del declive en la producción en los campos petrolíferos norteamericanos. Hubbert también predijo que en la década de los años 2010 – 2020, se produciría el Pico del Petróleo, de todos los países productores del mundo, es decir, el mundo entraría en declinación energética.



Hasta primeros del siglo XXI, el modelo definido por el hombre desde hace unos 150 años, donde las bases del desarrollo y de la evolución de la humanidad, se definen en el crecimiento “per sé”, incuestionable e infinito, subvencionado por una fuente energética que la naturaleza tardó millones de años en “elaborarla”, que la creó una sola vez, y que el ser humano antropocéntrico, está quemando en tan sólo generación y media. La economía global, el modelo global de crecimiento infinito, se está topando con los límites finitos de la biosfera, surgiendo la gran paradoja: “ingresamos en la cuenta atrás. Al ritmo actual de extracción, consumo y utilización, nos quedan tan sólo unos pocos años de nuestro moderno modelo de vida. Somos 7.000 millones de personas sobre la Tierra, tan sólo un 20% consumen el 80% de los recursos naturales, pero las consecuencias de tal modelo las padecen la totalidad de los seres vivos que pueblan el Planeta Tierra, y solamente tenemos uno”.



Mi padre andaba en camello, yo conduzco en automóvil. Mi hijo vuela en jet, su hijo andará en camello. Proverbio Saudita.

Pasado el Peak Oil, caminaremos hacia la Transición.



A continuación un video de 3m. donde se ofrece una Explicación Visual del Pico del Petróleo, para qué se utiliza el “Oil” y lo que nos puede deparar el futuro después del Pico.


La Gran Emergencia.




El fin de la Era del Petróleo barato

No tenemos otra opción, los recursos naturales del Planeta son finitos y por lo tanto agotables, el modelo global no es sostenible, tenemos que volver hacia economías locales, agrícolas y de carácter autosuficientes, hacia un modelo de vida pausado y respetuoso con el medio ambiente. Debemos desandar forzosamente el camino andado, hacia una época post-industrial, volviendo hacia una vida mucha más local. No es una cuestión opcional, el proceso es inapelable, la humanidad debe prepararse para enfrentarse al gran problema. Debemos tratar de evitar un colapso del sistema social, cuyas consecuencias son impredecibles, tal y como vislumbra la Teoría de Olduvai, hay que recuperar la Resiliencia perdida y, poner en marcha cuanto antes las Iniciativas de Transición en la comunidad en la que vivimos, de no ser así, ¿sabes cómo viajarás durante el tobogán?


Breve historia de los combustibles fósiles: “El último viaje en montaña Rusa”, por el Instituto Post Carbón por Richard Heinberg.





Agradecimientos: a la Red de la Transición de la Comarca Andina en Argentina, por el texto base de éste manifiesto.

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