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Emancipación ou Renda Básica? Contrarréplica.

Henrique Pérez Lijó

Ante mi anterior articulo contra la Renta Básica, titulado “Tudo contra a Renda Básica” http://praza.com/opinion/1854/tudo-contra-a-renda-basica/ han surgido una gran variedade de opiniones discordantes. Algo lógico y de todo sano. De todas estas la única que fué publicada en forma de artículo fué la de José Iglesias Fernández, quién hace un estimulante alarde de machirulismo testosterónico. De entre una innumerable sucesión de falacias ad hominen descalificativos de todo tipo e insultos contra mi persona, podemos extraer dos argumentos que parecen tener cierta consistencia:

  • La RB es un instrumento idóneo para luchar contra el capitalismo, al non precisar las personas de vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, hecho que (textualmente): deja tiempo libre para cuidar coles por la mañana, pescar por la tarde y hacer teatro por la noche.
  • La RB no precisa de un crecimiento económico constante porque es una medida redistributiva, por lo que será mayor en cuanto la evolución del PIB sea positiva y menor si es negativa. Ademas, el incremento del PIB no tiene porqué estar ligado al consumo energético siempre que el empleo de tecnologías basadas en el ahorro energético entren a formar parte de la ecuación.

Muchas otras personas, me apuntaron que la RB no precisaba de un creciemiento económico ilimitado, dado que; sería sufragada por medio de aumentar los controles sobre los flujos de capital para que, de esta manera, el Estado pudiese disponer de mayores ingresos, hecho que podría venir acompañado de una elevación de la carga impositiva a los capitales privados. Observemos aquí como la dialéctica nacida de economía política clásica sigue invariable aún hoy, entendida siempre como una oposición entre público y privado. El problema es no entender que lo público tiene el mismo impacto ecológico que lo privado, pero vayamos por partes.

La primera de las cosas que debemos destacar es que ese dinero que va a llegar a nuestros bolsillos por medio de la RB, unicamente tiene valor en la medida en que podamos intercambiarlo por bienes y servicios. Esto no tendría demasiada relevancia en cualquier otra sociedad, pero sí la tiene en las sociedades occidentales, pues los bienes que nosotros consumimos, están producidos en latitudes del planeta bien apartadas de nuestros centros de consumo. Para que estas manufacturas puedan llegar a los mercados europeos, las grandes empresas multiplican cada año redes de comercio internacional, que enlazan centros de produción con centros de consumo. Sin estos enlaces la RB no tendría ningún sentido, simplemente porque los productos no llegarían a los estantes de las tiendas donde vamos a gastar el importe de la RB. Con certeza, la RB asegura que los produtos que llegan a los mercados europeos van a ser consumidos, al dotar a cada ciudadano de una renta monetaria suficiente para seguir manteniendo su índice de consumo alto. El aumento del consumo interno de las economías occidentais fué, desde el inicio de la segunda mitad del siglo XX, el principal motor del crecimiento económico, y por lo tanto, del PIB. En esta primera cuestión es donde la RB se visualiza coma una propuesta francamente favorable al desenvolvimiento de las sociedades de consumo, aumentando nuestra huella ecológica sobre el planeta, y garantizando la evolución de los mercados. En resumen: como decía aquel tema de Dios ke te Crew “os cartos non se comen”, en cambio nosotros, para comer todos los días, precisamos de un sistema económico que nos lleve los productos hasta el supermercado, y esa relación de dependencia es lo que alimenta el crecimiento capitalista.

Es importante también sumar a la ecuación el factor energético, pues si los productos producidos en Chile, Uruguay, China, Brasil... llegan a los mercados europeos es gracias a los flujos de comunicación y transporte que funcionan a base de combustibles fósiles. La disponibilidad creciente de energía barata explica que el capitalismo pudiese emprender las grandes aventuras internacionales que supusieron la globalización, y así aumentar sus beneficios. La evolución y fortalecimiento de las sociedades de consumo occidentales se transcribe al sector energético como un aumento de la demanda y, dado que con una RB la compra de los produtos por lxs compradorxs finales es segura, los oligopolios se verán motivados a incentivar la demanda de petróleo para transportar más productos a los mercados del primer mundo. Hay quién apunta que las mejoras en el campo energético, destinadas al ahorro de energía podrían suponer un freno al aumento del consumo de combustibles. Sin embargo la Paradoja de Jevons ofrece una explicación de como lo acontecido es exactamente lo contrario. A medida que se descubren tecnologías más eficientes en el uso de recursos, el consumo de estos recursos no diminuye sinó que aumenta, puesto que estas nuevas eficiencias son estimulantes de la producción, y ofrecen ventajas competitivas para las empresas que las pongan en funcionamiento. Otrxs argumentan que las enerxías renovables vendrán a salvar nuestro paraíso artificial de eterno consumismo. Por falta de espacio, les remito a los conceptos de Taxa de Retorno Energético y Densidad Energética. En resumen: La RB va muy a la contra de las perspectivas decrecentistas.

Para que la RB pueda ser pagada, las empresas precisan tener beneficios con los que pagar los salarios y, más importante, los impuestos. Que estos beneficios se hagan reales es fruto de dos tipos de explotación: laboral y de recursos naturales. Es una medida crecentista porque no puede ser llevada a cabo sinn que cada año las grandes empresas exploten nuevas fuentes de recursos con los que producir, vender y pagar impuestos, impuestos que financian la RB.

Más aún quedarían cosas por decir. Afirman, las respetables personas que defienden la RB que, liberados de las cadenas del trabajo asalariado, lxs proletarixs podrán dedicar el total de su tiempo a la emancipación. Abunda la bibliografía para argumentar que ese proceso de liberación del trabajo asalariado no tiene porque suponer, ni ser inicio de un proceso de emancipación. Una de las obras más interesantes en este sentido es “O home unidimensional” de Herbert Marcuse, pero también Horkheimer en “Crítica da razón instrumental” da buena muestra de cómo la dominación y el ejercicio de la razón pueden marcha parejas en la realidad de las sociedades tecno-idustriales, y no responder a los impulsos por la emancipación social. Es decir, que la propia dominación de las clases dominantes asegura unas condiciones de vida suficientemente atractivas y cómodas para que a las clases subalternas ni tan siquiera piensen en la posibilidad de construír otros mundos. La RB es una prueba de esto, pues en lugar de cuestionar e incidir sobre las diferencias políticas de las clases sociais, busca construír un sistema en el que: se asegure la evolución de la sociedad de consumo, y se asegure la comodidad suficientemente para que los individuos no sientan la necesidad de preocuparse por su falta de soberanía política.

Pues, como ya anticipé en el anterior articulo, no son las diferencias económicas, senó las diferencias políticas las que fundamentan las diferencias de clase. En otras palabras: la capacidade de influír en el poder instituído de los grandes capitales es mayor que la capacidade de las clases subalternas de influír en el poder instituído, por lo que las primeras pueden aprobar medidas legais (coactivas) para legitimar sus fortunas, explotación sobre humanos y sobre recursos naturais... Luego lo que está en juego no es el poder monetario, sinó el poder político: la Soberanía.

No obstante, tengo que admitir que en el anterior articulo no proponía nada en positivo. Pues bien, si como vimos, el gran alimento del capitalismo actual es el consumo de nuestras sociedades, ¿por qué no favorecemos modelos de economía alternativa paralelas al capitalismo? En nuestro País (Galiza) hay 700.000 hectáreas de monte comunal, un terreno inmenso e infrautilizado que es propiedade directa de los vecinos y vecinas. Por qué no comezamos a elaborar propuestas para que ese bien de producción básico que es la tierra sirva de sustento principal de modelos de economía alternativa y no capitalista? Esta propuesta propiciaría la reducción del desempleo, la dignificación de las personas, el respeto por el medio ambiente, el desenvolvimiento de una economía sostenible, el decrecimiento energético, la disminución de la dependencia del capitalismo, retomar las culturas populares, repoblar el rural... La RB unicamente contempla ser ofrecida en Euro. El Euro es una moneda que está muy lejos de cualquier control democrático, sirve tan solo a los intereses de los oligopolios. ¿Por qué no se contempla que sea ofrecida en moneda social? ¿Por qué, si se quieren implantar los principios de la autonomía y autogestión, le rogamos al Estado más medidas monetarias? Como bien dice en su articulo José Iglesias Fernández: “el Estado es un órgano de clase”. En ese caso, deberíamos intentar no depender economicamente del Estado, ¿o no? Pues en lugar de esto hay una izquierda que consiera que el Estado puede ser una garantía en favor de las clases desfavorecidas por el capitalismo y su estrategia se reduce a tres palabras “dame, dame, dame”. Nuestro gran problema, como ya se dijo aquí, es que somos incapaces procurar alternativas que no pasen por esa estrategia que favorece al par Capital-Estado. 1




1 Ninguén até o momento foi capaz de responder ao argumento da inflacción que provocaría a RB e que desactivaría ao instante todas as “bondades” que traería á poboación.

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