- La RB es un instrumento idóneo para luchar contra el capitalismo, al non precisar las personas de vender su fuerza de trabajo a los capitalistas, hecho que (textualmente): deja tiempo libre para cuidar coles por la mañana, pescar por la tarde y hacer teatro por la noche.
- La RB no precisa de un crecimiento económico constante porque es una medida redistributiva, por lo que será mayor en cuanto la evolución del PIB sea positiva y menor si es negativa. Ademas, el incremento del PIB no tiene porqué estar ligado al consumo energético siempre que el empleo de tecnologías basadas en el ahorro energético entren a formar parte de la ecuación.
Muchas
otras personas, me apuntaron que la RB no precisaba de un
creciemiento económico ilimitado, dado que; sería sufragada por
medio de aumentar los controles sobre los flujos de capital para que,
de esta manera, el Estado pudiese disponer de mayores ingresos, hecho
que podría venir acompañado de una elevación de la carga
impositiva a los capitales privados. Observemos aquí como la
dialéctica nacida de economía política clásica sigue invariable
aún hoy, entendida siempre como una oposición entre público y
privado. El problema es no entender que lo público tiene el mismo
impacto ecológico que lo privado, pero vayamos por partes.
La
primera de las cosas que debemos destacar es que ese dinero que va a
llegar a nuestros bolsillos por medio de la RB, unicamente tiene
valor en la medida en que podamos intercambiarlo por bienes y
servicios. Esto no tendría demasiada relevancia en cualquier otra
sociedad, pero sí la tiene en las sociedades occidentales, pues los
bienes que nosotros consumimos, están producidos en latitudes del
planeta bien apartadas de nuestros centros de consumo. Para que estas
manufacturas puedan llegar a los mercados europeos, las grandes
empresas multiplican cada año redes de comercio internacional, que
enlazan centros de produción con centros de consumo. Sin estos
enlaces la RB no tendría ningún sentido, simplemente porque los
productos no llegarían a los estantes de las tiendas donde vamos a
gastar el importe de la RB. Con certeza, la RB asegura que los
produtos que llegan a los mercados europeos van a ser consumidos, al
dotar a cada ciudadano de una renta monetaria suficiente para seguir
manteniendo su índice de consumo alto. El aumento del consumo
interno de las economías occidentais fué, desde el inicio de la
segunda mitad del siglo XX, el principal motor del crecimiento
económico, y por lo tanto, del PIB. En esta primera cuestión es
donde la RB se visualiza coma una propuesta francamente favorable al
desenvolvimiento de las sociedades de consumo, aumentando nuestra
huella ecológica sobre el planeta, y garantizando la evolución de
los mercados. En resumen: como decía aquel tema de Dios ke te
Crew “os cartos non se comen”,
en cambio nosotros, para comer todos los días, precisamos de un
sistema económico que nos lleve los productos hasta el supermercado,
y esa relación de dependencia es lo que alimenta el crecimiento
capitalista.
Es
importante también sumar a la ecuación el factor energético, pues
si los productos producidos en Chile, Uruguay, China, Brasil...
llegan a los mercados europeos es gracias a los flujos de
comunicación y transporte que funcionan a base de combustibles
fósiles. La disponibilidad creciente de energía barata explica que
el capitalismo pudiese emprender las grandes aventuras
internacionales que supusieron la globalización, y así aumentar sus
beneficios. La evolución y fortalecimiento de las sociedades de
consumo occidentales se transcribe al sector energético como un
aumento de la demanda y, dado que con una RB la compra de los
produtos por lxs compradorxs finales es segura, los oligopolios se
verán motivados a incentivar la demanda de petróleo para
transportar más productos a los mercados del primer mundo. Hay quién
apunta que las mejoras en el campo energético, destinadas al ahorro
de energía podrían suponer un freno al aumento del consumo de
combustibles. Sin embargo la Paradoja de Jevons ofrece una
explicación de como lo acontecido es exactamente lo contrario. A
medida que se descubren tecnologías más eficientes en el uso de
recursos, el consumo de estos recursos no diminuye sinó que aumenta,
puesto que estas nuevas eficiencias son estimulantes de la
producción, y ofrecen ventajas competitivas para las empresas que
las pongan en funcionamiento. Otrxs argumentan que las enerxías
renovables vendrán a salvar nuestro paraíso artificial de eterno
consumismo. Por falta de espacio, les remito a los conceptos de Taxa
de Retorno Energético y Densidad Energética. En resumen: La RB va
muy a la contra de las perspectivas decrecentistas.
Para
que la RB pueda ser pagada, las empresas precisan tener beneficios
con los que pagar los salarios y, más importante, los impuestos. Que
estos beneficios se hagan reales es fruto de dos tipos de
explotación: laboral y de recursos naturales. Es una medida
crecentista porque no puede ser llevada a cabo sinn que cada año las
grandes empresas exploten nuevas fuentes de recursos con los que
producir, vender y pagar impuestos, impuestos que financian la RB.
Más
aún quedarían cosas por decir. Afirman, las respetables personas
que defienden la RB que, liberados de las cadenas del trabajo
asalariado, lxs proletarixs podrán dedicar el total de su tiempo a
la emancipación. Abunda la bibliografía para argumentar que ese
proceso de liberación del trabajo asalariado no tiene porque
suponer, ni ser inicio de un proceso de emancipación. Una de las
obras más interesantes en este sentido es “O home unidimensional”
de Herbert Marcuse, pero también Horkheimer en “Crítica da razón
instrumental” da buena muestra de cómo la dominación y el
ejercicio de la razón pueden marcha parejas en la realidad de las
sociedades tecno-idustriales, y no responder a los impulsos por la
emancipación social. Es decir, que la propia dominación de las
clases dominantes asegura unas condiciones de vida suficientemente
atractivas y cómodas para que a las clases subalternas ni tan
siquiera piensen en la posibilidad de construír otros mundos. La RB
es una prueba de esto, pues en lugar de cuestionar e incidir sobre
las diferencias políticas de las clases sociais, busca construír un
sistema en el que: se asegure la evolución de la sociedad de
consumo, y se asegure la comodidad suficientemente para que los
individuos no sientan la necesidad de preocuparse por su falta de
soberanía política.
Pues,
como ya anticipé en el anterior articulo, no son las diferencias
económicas, senó las diferencias políticas las que fundamentan las
diferencias de clase. En otras palabras: la capacidade de influír en
el poder instituído de los grandes capitales es mayor que la
capacidade de las clases subalternas de influír en el poder
instituído, por lo que las primeras pueden aprobar medidas legais
(coactivas) para legitimar sus fortunas, explotación sobre humanos y
sobre recursos naturais... Luego lo que está en juego no es el poder
monetario, sinó el poder político: la Soberanía.
No
obstante, tengo que admitir que en el anterior articulo no proponía
nada en positivo. Pues bien, si como vimos, el gran alimento del
capitalismo actual es el consumo de nuestras sociedades, ¿por qué
no favorecemos modelos de economía alternativa paralelas al
capitalismo? En nuestro País (Galiza) hay 700.000 hectáreas de
monte comunal, un terreno inmenso e infrautilizado que es propiedade
directa de los vecinos y vecinas. Por qué no comezamos a elaborar
propuestas para que ese bien de producción básico que es la tierra
sirva de sustento principal de modelos de economía alternativa y no
capitalista? Esta propuesta propiciaría la reducción del desempleo,
la dignificación de las personas, el respeto por el medio ambiente,
el desenvolvimiento de una economía sostenible, el decrecimiento
energético, la disminución de la dependencia del capitalismo,
retomar las culturas populares, repoblar el rural... La RB unicamente
contempla ser ofrecida en Euro. El Euro es una moneda que está muy
lejos de cualquier control democrático, sirve tan solo a los
intereses de los oligopolios. ¿Por qué no se contempla que sea
ofrecida en moneda social? ¿Por qué, si se quieren implantar los
principios de la autonomía y autogestión, le rogamos al Estado más
medidas monetarias? Como bien dice en su articulo José Iglesias
Fernández: “el Estado es un órgano de clase”. En ese caso,
deberíamos intentar no depender economicamente del Estado, ¿o no?
Pues en lugar de esto hay una izquierda que consiera que el Estado
puede ser una garantía en favor de las clases desfavorecidas por el
capitalismo y su estrategia se reduce a tres palabras “dame, dame,
dame”. Nuestro gran problema, como ya se dijo aquí, es que somos
incapaces procurar alternativas que no pasen por esa estrategia que
favorece al par Capital-Estado. 1
1 Ninguén
até o momento foi capaz de responder ao argumento da inflacción
que provocaría a RB e que desactivaría ao instante todas as
“bondades” que traería á poboación.
Si necesitan gente para el campo me puedo sumar.
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