tag:blogger.com,1999:blog-270366662024-03-14T07:17:29.645+01:00decrecimientoSalir de la adicción jerárquica, poner en el centro la vidaAntonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.comBlogger1937125tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-91584393075418826032022-08-01T20:44:00.005+02:002022-08-01T20:47:03.343+02:00www.decrecimiento.blogspot.com<p>A fin de que trabajo llevado a cabo en este blog no se pierda.</p><p> </p><p>La nueva direccion del blog es:</p><p> </p><p><br /></p><p><span style="font-size: large;"> <span> www.decrecimiento.blogspot.com</span></span></p><p><span style="font-size: large;"><span> </span></span></p><p><span style="font-size: small;"> </span></p><p>El blog decrecimiento.info ya no es el dominio de este blog.</p><p> </p><p>Su camino se ha terminado.</p><p> </p><p>Gracias por compartir este viaje</p><p> </p><p> </p><p>Antonio <br /></p>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-8018968685456100202020-10-17T16:36:00.001+02:002020-10-17T16:40:30.697+02:00Resumen 'En la espiral de la energía'<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU0rAgva7qXVmsCR1U432rbjl3KWE52Og1DDxdtOwWLdjI3FI2TiCGbudYO5DzhptwfRjaBO6_jDGKsXsDx0AI_9eX249zFs_XLSUaSb9Ofa1Pu9CpQhBse1FIpJ_In3qHvNGZ6g/s800/libro-en-la-espiral-de-la-energia-2-edicion-revisada-y-ampliada-800x640.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="800" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU0rAgva7qXVmsCR1U432rbjl3KWE52Og1DDxdtOwWLdjI3FI2TiCGbudYO5DzhptwfRjaBO6_jDGKsXsDx0AI_9eX249zFs_XLSUaSb9Ofa1Pu9CpQhBse1FIpJ_In3qHvNGZ6g/s320/libro-en-la-espiral-de-la-energia-2-edicion-revisada-y-ampliada-800x640.jpg" width="320" /></a></div><br /> <span face=""PT Sans Narrow", Helvetica, Arial, Lucida, sans-serif" style="background-color: white; color: #333333; font-size: 16px;">Estamos en un momento de cambios radicales: el colapso del capitalismo global y de su civilización. Para construir sociedades justas, democráticas y sostenibles durante este proceso, creemos que es esencial comprender mejor elementos sustanciales de la historia de la humanidad y del futuro más probable. Este libro es una invitación al diálogo colectivo para elaborar las estrategias e iniciativas emancipadoras que necesitamos.</span><p></p><p><a href="https://www.15-15-15.org/webzine/download/resumen-de-en-la-espiral-de-la-energia/?fbclid=IwAR09gTnYX3nerpASRdiE62MB2kqkyU20zKzvTZaC6tWZDCgcYP9HukMWUb4">Resumen 'En la espiral de la energía'</a>'</p>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-84430157976739182672020-03-15T18:54:00.003+01:002020-03-15T18:54:36.906+01:00Una modesta proposición<img alt="https://www.15-15-15.org/webzine/wp-content/uploads/2020/03/una-moesta-proposicion-POR-miguel-brieva-photo-20200312-160925-720x706-1.jpg" class="shrinkToFit" height="556" src="https://www.15-15-15.org/webzine/wp-content/uploads/2020/03/una-moesta-proposicion-POR-miguel-brieva-photo-20200312-160925-720x706-1.jpg" width="567" />Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com171tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-28117967111701429192020-03-14T17:09:00.000+01:002020-03-14T17:09:03.527+01:00Hacia una educación decrecentista<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB28PLf_Ro25Jr1zvs7_JFfDze7CfNuRkNdNQcqzowG21XT-nXboL26HdMXn6mXV4BxrJQrYHT-c_Z4waoNrLXk0VgzVSjymq6C8WgjISJMKMwMEU7LELnH1CbxdXWe5Aj2W0M3g/s1600/educacion+decrecentista.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgB28PLf_Ro25Jr1zvs7_JFfDze7CfNuRkNdNQcqzowG21XT-nXboL26HdMXn6mXV4BxrJQrYHT-c_Z4waoNrLXk0VgzVSjymq6C8WgjISJMKMwMEU7LELnH1CbxdXWe5Aj2W0M3g/s1600/educacion+decrecentista.jpeg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><a href="http://sindominio.net/wp/decrecimientomadrid/">Decrece Madrid</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Puedo afirmar rotundamente, tras seis años dedicándome a lidiar contra los gigantes de la educación oficial, institucionalizada y burocratizada de nuestro equivocado estado, que el decrecimiento brilla por su ausencia en los currículos oficiales. La materia de Geografía, junto con la de Ciencias Naturales, comparten una serie de ítems que parecen acercarse a la idea del Medio Ambiente. El problema es que los libros de texto, diseñados con gran premeditación, buscan a conciencia eliminar todo espíritu crítico en el alumnado. Sé de lo que hablo: cientos de palabras apretujadas en una amalgama sin sentido, con el único cometido de exigir al que se enfrenta a ellas una capacidad de loro memorístico, de borrego que rumia una comida con desgana, porque no se la presentan conectada con la realidad. Y así seguimos midiendo la valía intelectual de nuestra juventud: todo aquel que desee el éxito académico, que se ajuste bien las cuerdas que le ofrecemos, y que aprenda para olvidar.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Bajo nuestra perspectiva, lógicamente, el decrecimiento si es un concepto, una información o un acerbo cultural conectado plenamente con la realidad, y por tanto, significativo bajo el prisma de quien quiere llevar a cabo una educación para el cambio, una educación de y para ciudadanxs conscientes y críticos con el entorno y el sistema en el que se desarrollan sus vidas. Pero claro, esta visión de la labor pedagógica es la que, por poner un solo ejemplo, provocó el asesinato de Ferrer y Guardia a manos del estado español, hace solamente cien años. Es un solo ejemplo, pero ya dice mucho.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En base a todo lo anterior, volvemos a lo mismo de siempre. El sistema educativo no funciona, o mejor dicho funcionan muy bien, pero en base a unos intereses de dominación y sometimiento ideológico. Por tanto, somos anti sistema. Por tanto nuestra labor tiene que ser lidiada fuera del sistema.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Y me pregunto, así, a bote pronto, que requisitos debería tener en cuenta una educación decrecentista. Pues así, a bote pronto, sin pretender hacer un ensayo esmerado, se me vienen a la cabeza dos simples conceptos: empatía e información veraz.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La empatía, o capacidad de ponerse en el lugar del otro, sea este un ser humano, un lince ibérico, un manzano o un cachito de oasis en medio del desierto, debería de ser uno de esos valores que el currículo llama transversales. La empatía, sin embargo, es tratada desde las instituciones como una de esas actitudes perniciosas que lleva a los seres humanos a trabajar en colectivo, y a rechazar la conducta del que no es empático (por ejemplo, nuestro actual ministro de Medio Ambiente: “el medio ambiente no puede paralizar el progreso económico”. Arias Cañete). Conclusión: también la empatía es antisistema. Es un valor humano que reclama ayuda en tiempos de crisis ecológica. Y todo aquel que haya reflexionado mínimamente en la pedagogía entiende que hay muchas, muchísimas maneras de potenciar este valor en nuestrxs alumnxs.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Y termino con el segundo concepto: la información veraz. Hace unos años tuve que hablar por primera vez a mis alumnxs de la globalización y el medio ambiente. Me enfrenté con el libro de texto, con el fin de certificar lo que ya sabía. Tras diez minutos leyendo y releyendo varias veces la información que desplegaba el libro sobre dichas cuestiones, y haciendo un ejercicio de “empatía”, entendí porque estxs chicxs carecen de motivación alguna. Si su profesor es incapaz de entender algo, como lo van a hacer ellos. Y no se entiende porque no es una información veraz, es decir, una información rigurosa que alude a una realidad. No se entiende porque es una abstracción sin sentido que hay que coger con pinzas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El libro en cuestión presentaba la globalización en un tema y la crisis medio ambiental en otro. En segundo lugar no había ninguna idea que aludiera a las conexiones causa-efecto que hay entre uno y otro concepto. En tercer lugar, concretando con el tema de medio ambiente, dice que sí, que gran parte de la responsabilidad sobre la crisis ecológica es humana. ¿Y?…y nada más, ya está.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿Por qué no explican quienes son los que causan el mayor destrozo medioambiental?. ¿Por qué no señalan a las grandes corporaciones, o a las decisiones de podridos políticos…como los mayores responsables del destrozo que estamos provocando en el planeta?. ¿Por qué no nos muestran vías de cambio, prácticas que encuentren soluciones?. El decrecimiento solo es una de tantas…</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Prefieren decirnos que a ver si cerramos el grifo del agua mientras nos lavamos los dientes, y quedarse tan a gusto responsabilizándonos del desastre de la falta de agua limpia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La educación institucionalizada es uno de los mejores instrumentos de represión y adoctrinamiento. Pero la que se encuentra libre de trabas, es una vía para la revolución. Desde el decrecimiento defenderemos donde sea y ante quien sea esta segunda acepción.</span><br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-14159656577992770282020-03-12T10:09:00.000+01:002020-03-12T10:09:04.506+01:00La Tierra no es muda<br />
<h3 class="subtitle">
<div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidi23kyKCyHvSdCGXJ1bAipauK4ovbbYy7J9AQOQ4rahfHa8lyb1BHpjiAqaAfZQaJI_is-o4D-qVkkQSv9NHuocn5rpgwd-uL_yBgiChsn6v6D6QOuWy3TwRIl2JfRB9DMqzTEw/s1600/la+tierra+no+es+muda.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidi23kyKCyHvSdCGXJ1bAipauK4ovbbYy7J9AQOQ4rahfHa8lyb1BHpjiAqaAfZQaJI_is-o4D-qVkkQSv9NHuocn5rpgwd-uL_yBgiChsn6v6D6QOuWy3TwRIl2JfRB9DMqzTEw/s320/la+tierra+no+es+muda.jpeg" width="217" /></a></div>
<div>
<span style="font-size: large;"><i><span style="font-weight: normal;">Con edición de los profesores de la <a class="autolink" href="http://www.ugr.es/">UGR</a> Alberto Matarán y Fernando López Castellano,
el libro compila textos de varios autores, en los que se trata, entre otros asuntos,
del desarrollo sostenible y el postdesarrollo, la globalización, el “decrecimiento”,
o la sostenibilidad</span></i></span><br />
<ul>
</ul>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
La Editorial <a class="autolink" href="http://www.ugr.es/">Universidad de Granada</a>,
el CICODE y la Cátedra “José Saramago” publican “La tierra no es muda.
Diálogos entre el desarrollo sostenible y el postdesarrollo”, un libro
con edición de los profesores de la <a class="autolink" href="http://www.ugr.es/">UGR</a>
Alberto Matarán y Fernando López Castellano, en el que se compilan
textos de varios autores, que tratan, entre otros asuntos, del
desarrollo sostenible y el postdesarrollo, la globalización, el
“decrecimiento”, o la sostenibilidad.
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
Según los editores de este volumen, “en el verano de 1930, J. M. Keynes,
uno de los economistas más influyentes del pasado siglo, dictaba una
conferencia de significativo título en la Residencia de Estudiantes de
Madrid: El futuro económico de nuestros nietos. A lo largo de su
discurso, el economista británico mostraba su confianza en que la
abundancia creada por el crecimiento iba a permitirles cultivar el arte
de vivir y que su auténtico problema sería el de cómo ocupar el tiempo
de ocio conseguido mediante la ciencia y el interés compuesto”.
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">De la abundancia a la escasez
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
Así, durante unas décadas pareció que este anhelo iba a lograrse, pero
la crisis de los 70 tornó la certidumbre en miedo y la abundancia en
escasez. La globalización era el nuevo “simulacro” del desarrollo y el
Consenso de Washington su fetiche. En paralelo a las propuestas del
Consenso surgieron nuevos planteamientos que venían a considerar otra
vez la idea del progreso y a revisar los fines y medios del desarrollo.
El Informe sobre el Desarrollo Humano del PNUD, de 1990, recogería estas
ideas y las plasmaría en el índice de desarrollo humano (IDH).
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
Del lado ambiental surgió el concepto de desarrollo sostenible para
manifestar que la naturaleza no permitía cualquier modalidad de
desarrollo. El análisis postdesarrollista niega el propio concepto de
desarrollo argumentando que el problema no es la falta de desarrollo
sino la propia naturaleza, capitalista y depredadora, del desarrollo. La
apuesta por el decrecimiento, “sangre de la tierra”, en póetica
expresión de Georgescu-Roegen, implica que éste ha de ser sostenible,
que no debe generar una crisis social que cuestione la democracia y el
humanismo.
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
Los editores afirman que “ha pasado casi un siglo y los nietos de la
generación de Keynes siguen lejos de superar el problema económico, de
cultivar el arte de vivir y de resolver el dilema de cómo ocupar el
tiempo de ocio. ¿Cuál será el futuro de los nuestros? Para asegurarlo
habría que sustituir el concepto convencional de bienestar, basado en el
acceso al consumo, por el de buen vivir”, que incorpora una dimensión
ecológica, e implica un cambio cultural; y seguir clamando, con
Max-Neef, para que al mundo distinto de lo humano se le reconozcan sus
derechos”.
</span><br />
<span style="font-size: large; font-weight: normal;"><br /></span>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">
Este libro trae al lector una selección de textos que le ayudarán en
esa tarea. La obra reúne, así, las reflexiones y contribuciones sobre
alternativas para la sostenibilidad de un conjunto de autores, tales
como Koldo Unceta, Wolfgang Sachs, Jorge Riechmann, Federico Aguilera,
Serge Latouche, Eduardo Gudynas, M. Max-Neef, Enrique Leff, Raffaele
Paloscia, José Fariña, Esther Vivas, Luis González y Ernest García. </span></div>
<div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-weight: normal;"><br /></span></span></div>
<div>
<span style="font-size: large; font-weight: normal;">Que la tierra no es muda lo hemos ido aprendiendo poco a
poco. Mientras, muchos pueblos originarios han sabido respetar los
ciclos de la tierra<span dtx-highlight-backgroundcolor="lime" id="dtx-highlighting-item"> y </span>avanzar sin amenazarla. El crecimiento de nuestra sociedad está basado en un<span dtx-highlight-backgroundcolor="yellow" id="dtx-highlighting-item"> con</span>sumo avasallador<span dtx-highlight-backgroundcolor="yellow" id="dtx-highlighting-item"> con </span>nuestros recursos. Estos son algunos de los planteamientos de partida del libro <a href="http://www.librosprometeo.com/libro/ver/id/871968/titulo/LA-TIERRA-NO-ES-MUDA-DIALOGOS-ENTRE-EL-DESARROLLO-SOSTENIBLE-Y-EL-POSTDESARROLLO.html">La tierra no es muda. Diálogos entre el desarrollo sostenible<span dtx-highlight-backgroundcolor="lime" id="dtx-highlighting-item"> y </span>el posdesarrollo</a>,
publicado por la Universidad de Granada. </span></div>
</div>
</h3>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com10tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-58724607669360653932020-03-10T18:20:00.000+01:002020-03-10T18:20:00.794+01:00La guerra contra la vida<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilZMNI-IS7yLyzJZAHcrIP0IUghR_lbWig5zeZLyCdPxy0IVNGNpC_pOUpClYEA9G3dwoJ03MnuQEop3pr_e9gQ2WsU5_cICUUds3rd9N2blGuQytUWYC_puiBG7sueS0z9Poihw/s1600/guerravida.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="296" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilZMNI-IS7yLyzJZAHcrIP0IUghR_lbWig5zeZLyCdPxy0IVNGNpC_pOUpClYEA9G3dwoJ03MnuQEop3pr_e9gQ2WsU5_cICUUds3rd9N2blGuQytUWYC_puiBG7sueS0z9Poihw/s320/guerravida.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Máximo Sandín</b> - <a href="http://www.somosbacteriasyvirus.com/somosbacteriasyvirus.html">Somos bacterias y virus</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b><i>La guerra permanente contra los entes biológicos que han construido, regulan y mantienen la vida en nuestro Planeta es el síntoma más grave de una civilización alienada de la realidad que camina hacia su autodestrucción.</i></b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las dos obras fundacionales que constituyen la base teórico-filosófica del pensamiento occidental contemporáneo, de la concepción de la realidad, de la sociedad, de la vida, y que han sido determinantes en las relaciones de los seres humanos entre sí y con la Naturaleza son <i>“La riqueza de las naciones”</i> de Adam Smith y <i>“Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural o el mantenimiento de las razas favorecidas en la lucha por la existencia”</i> de Charles Darwin. La concepción de la naturaleza y la sociedad como un campo de batalla en el que dos fuerzas abstractas, la selección natural y la mano invisible del mercado rigen los destinos de los competidores, ha conducido a una degradación de las relaciones humanas y de los hombres con la naturaleza sin precedentes en nuestra historia que está poniendo a la humanidad al borde del precipicio. El creciente abismo entre los países víctimas de la colonización europea y los países colonizadores, las decenas de guerras permanentes, siempre originadas por oscuros intereses económicos, la destrucción imparable de ecosistemas marinos y terrestres… sólo pueden conducir a la Humanidad a un callejón sin salida.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La gran industria farmacéutica se puede considerar, dentro de este proceso destructivo, un claro exponente de la aplicación de estos principios y de sus funestas consecuencias. La concepción del organismo humano y de la salud como un campo para el mercado, como un objeto de negocio, unida a la visión reduccionista y competitiva de los fenómenos naturales ha conducido a una distorsión de la función que, supuestamente, le corresponde, que puede llegar a constituir un factor más a añadir alos desencadenantes de la catástrofe. Un ejemplo dramáticamente ilustrativo de los peligros de esta concepción es el alarmante aumento de la resistencia bacteriana a los antibióticos, que puede llegar a convertirse en una grave amenaza para la población mundial, al dejarla inerme ante las infecciones (Alekshun M. N. y Levy S. B. 2007). El origen de este problema se encuentra en los dos conceptos mencionados anteriormente, que se traducen en el uso abusivo de antibióticos ante el menor síntoma de infección, su utilización masiva para actividades comerciales como el engorde de ganado, y su comercialización con evidente ánimo de lucro, pero, sobre todo, de la consideración de las bacterias como patógenos, “competidores” que hay que eliminar.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">(...)</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La concepción de la naturaleza basada en el modelo económico y social del azar como fuente de variación (oportunidades) y la competencia como motor de cambio (progreso) impone la necesidad de "competidores" ya sean imaginarios o creados previamente por nosotros y está dañando gravemente el equilibrio natural que conecta todos los seres vivos. Pero la Naturaleza tiene sus propias reglas en las que todo, hasta el menor microorganismo y la última molécula, están involucrados en el mantenimiento y regulación de la vida sobre la Tierra y tiene una gran capacidad de recuperación ante las peores catástrofes ambientales. El ataque permanente a los elementos fundamentales en esta regulación, la agresión a la “red de la vida”, puede tener unas consecuencias que, para nuestra desgracia, sólo podremos comprobar cuando la Naturaleza recobre el equilibrio.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Extraído del artículo <a href="http://www.somosbacteriasyvirus.com/lucha.pdf">'La guerra contra bacterias y virus: Una lucha autodestructiva' de Máximo Sandín</a></span><br />
<br />
<br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-79755637504576313502020-03-08T17:47:00.000+01:002020-03-08T17:47:10.416+01:00Estupidez humana<span style="font-size: large;"><b>Max Neef</b></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAKKIsY6vpRtzxw6Pik1Sg-nt41qy92TJ4_IRjNnIwchhTXahR9e2smM1Q79Xr-tpqto96qXm3yfekmDQCCADQrpBrMjthXeGffK3NBz-fM6Vj65dZ_-Or6oURcSXQOQe8r9gmzA/s1600/estupidez.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhAKKIsY6vpRtzxw6Pik1Sg-nt41qy92TJ4_IRjNnIwchhTXahR9e2smM1Q79Xr-tpqto96qXm3yfekmDQCCADQrpBrMjthXeGffK3NBz-fM6Vj65dZ_-Or6oURcSXQOQe8r9gmzA/s320/estupidez.jpg" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde niño me ha preocupado lo que considero una cuestión importante: "¿Qué es lo que hace únicos a los seres humanos? ¿Hay algún atributo humano que ningún otro animal posea?" La primera respuesta recibida fue que los seres humanos tenemos alma, y los animales no. Esto me sonó extraño y doloroso, porque amaba y amo a los animales. Además, si Dios era tan justo y generoso hecho que yo todavía creía firmemente en esos días no hubiera hecho semejante discriminación. 0 sea, que no me convencí.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Varios años más tarde, bajo la influencia de mis primeros maestros, se me llevó a concluir que nosotros éramos los únicos seres inteligentes, mientras que los animales sólo tienen instintos. No me llevó mucho tiempo darme cuenta que estaba otra vez sobre la pista falsa. Gracias a las contribuciones de la etología, hoy sabemos que los animales también poseen inteligencia. Y reflexioné, hasta que un día finalmente creí que lo tenía; los seres humanos son los únicos seres con sentido del humor. Otra vez fui desengañado por estudios que demuestran que hasta los pájaros se hacen bromas entre sí y se "ríen".</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ya era un estudiante universitario y había casi decidido rendirme, cuando mencioné a mi padre mi frustración. Simplemente me miró y dijo: "¿Por qué no intentas por el lado de la estupidez?". Aunque al principio me sentí impactado, los años pasaron, y me gustaría anunciar, a menos que alguien más pueda reclamar una precedencia legítima, que estoy muy orgulloso de ser probablemente el fundador de una nueva e importante disciplina: la Estupidología. Sostengo, por lo tanto, que la estupidez es un rasgo único de los seres humanos. ¡Ningún otro ser vivo es estúpido, salvo nosotros!</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Extraído del libro 'Desarrollo a escala humana' escrito por Max Neef</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><a href="https://sites.google.com/a/decrecimiento.info/max-neef/">Manfred Max-Neef: Libros, artículos, entrevistas y conferencias.</a></span><br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-78323041962979577952020-03-06T17:28:00.000+01:002020-03-06T17:28:08.011+01:00Decrecimiento, te guste o no<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYKPXxgGL3h42wLcy_N_KbVvH6xE1TNXsCtJUNow2I6b_Sy_kLwQdPohEfxOC2Jp8W6EEHKHtOZFZGIwvLbs0Fbpm_kw_BGxwWGZzkrgOfnHTRUwvpHsh5Y5Dmphq4k_Ek1C_qUA/s1600/gustar.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="255" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYKPXxgGL3h42wLcy_N_KbVvH6xE1TNXsCtJUNow2I6b_Sy_kLwQdPohEfxOC2Jp8W6EEHKHtOZFZGIwvLbs0Fbpm_kw_BGxwWGZzkrgOfnHTRUwvpHsh5Y5Dmphq4k_Ek1C_qUA/s320/gustar.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><i style="font-weight: bold;">Serge Latouche </i>- <a href="http://www.diagonalperiodico.net/">Diagonal</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Los partidarios del decrecimiento escuchan a menudo cosas como "¡el decrecimiento ya está teniendo lugar!". Es un poco apresurado. Nuestro crecimiento puede ser débil, pero todavía no hemos entrado en crecimiento negativo. Con un PIB de mil billones de euros, un 1% de crecimiento sigue siendo diez billones, lo que equivale al 10% del PIB de un país con sólo cien billones de euros (niveles en los que se mueven los países del Sur). Esto sigue siendo demasiado para la regeneración de la biosfera. Pero, lo que es más importante, un proyecto de sociedad de decrecimiento es radicalmente diferente al crecimiento negativo. Lo primero sería comparable a un austero tratamiento al que nos sometemos voluntariamente para mejorar nuestro bienestar ante la amenaza de la obesidad por un consumo excesivo. Lo segundo sería una dieta forzosa que nos puede matar de hambre. Se ha dicho una y otra vez: no hay nada peor que una sociedad de crecimiento sin crecimiento.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Sabemos que si el crecimiento simplemente se ralentiza, nuestras sociedades se sumen en la confusión por causa del paro, el aumento de la brecha entre los ricos y los pobres, el descenso del poder adquisitivo de los más pobres de la sociedad y por el abandono de los programas sociales, sanitarios, educativos, culturales y medioambientales que aseguran un mínimo nivel de vida. Si tenemos que cambiar de dirección, este será el retroceso social y cultural al que nos tendremos que enfrentar. En una conferencia de 1974 titulada Su ecologismo y el nuestro, André Gorz afirmó: "Esta caída en el crecimiento y la producción que hubiera podido ser buena en otro sistema (menos coches, menos ruido, más aire, jornadas laboralesmás cortas, etc.) tendrá efectos completamente negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos".</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El decrecimiento tan sólo puede tenerse en consideración en una "sociedad de decrecimiento", es decir, como parte de un sistema basado en otra lógica. La alternativa es, por tanto, decrecimiento o barbarie. Una sociedad que elija vivir con sobriedad como sugieren aquellos que están en contra de las sociedades de crecimiento, implicaría trabajar menos para vivir mejor, consumir menos pero mejor, producir menos residuos y reciclar más. En pocas palabras recuperar el sentido de proporcionalidad y una huella ecológica sostenible. Buscar la propia felicidad en la interacción social y no en la acumulación frenética. Todo esto requiere una seria descolonización de nuestras mentes, pero las circunstancias nos pueden ayudar a conseguirlo. Los adictos al sistema ciertamente dirán que ya no volverán a ir de vacaciones a las Seychelles. Tendrán que conformarse. La edad de oro del consumismo en kilómetros ha quedado atrás. El deseo de viajar y la necesidad de aventura están, sinduda, inscritas en la esencia del hombre y son fuentes de enriquecimiento que no deberían desaparecer, pero la industria del turismo ha convertido la legítima curiosidad y la investigación educativa en una industria de consumo destructiva. Lo mismo le ha sucedido a la cultura y el tejido social de los países "de destino". El vicio de viajar cada vez más lejos, más rápido, más a menudo (y siempre con los precios más bajos) se debe reconsiderar a la baja. Ante la falta de petróleo y el desequilibrio climático, los viajes serán cada vez más cerca, menos frecuentes, más lentos y más costosos en dinero. A decir verdad, este vicio es tan serio únicamente por el vacío y el desencanto que nos hace vivir cada vez más virtualmente y viajar, en realidad, a expensas del planeta.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Woody Allen dijo que hemos llegado a una bifurcación decisiva. Un camino nos lleva a la extinción de la especie y el otro a la desesperación. Añade: "Espero que seamos capaces de tomar la decisión correcta". El primer desvío es el que hemos tomado. El segundo es el del crecimiento negativo que genera hambre, guerras, pandemias y que probablemente está controlado por un poder ecofascista o ecototalitario, cuyas premisas estamos ya experimentando. El decrecimiento representa una tercera vía: elegir la sobriedad. Para eso tenemos que crear otra manera de relacionarnos con el mundo, con la naturaleza, con las cosas y los seres que pueda ser universalizada en una escala humana. Las sociedades que autolimitan su capacidad para producir también son sociedades alegres.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Serge Latouche, profesor emérito de economía de la Universidad de Orsay</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Fuente: <a href="http://www.diagonalperiodico.net/Decrecimiento-te-guste-o-no.html">http://www.diagonalperiodico.net/Decrecimiento-te-guste-o-no.html</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Texto traducido por AEIOU</span><br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-75106348101355902452020-03-04T22:19:00.000+01:002020-03-04T22:19:00.846+01:00Dejemos de sostener al primer mundo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8yxo9gNO2hNjDCNicGuwC5A2DV5tLj82GWG2Uw59c78ql5ZzZwEPl6fWZc8Uf74H5CWFr_PtFO2yRqz6PYsXHI7xTzjkeie4K8OMmmeP_GquR7Sc2fva9fZpXEigxA2u2tsojyw/s1600/sostenerprimermundo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="212" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8yxo9gNO2hNjDCNicGuwC5A2DV5tLj82GWG2Uw59c78ql5ZzZwEPl6fWZc8Uf74H5CWFr_PtFO2yRqz6PYsXHI7xTzjkeie4K8OMmmeP_GquR7Sc2fva9fZpXEigxA2u2tsojyw/s320/sostenerprimermundo.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Ricardo Natalichio</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Sin ser conscientes de ello, estamos sosteniendo un sistema que nos es totalmente perjudicial, no sólo económicamente, sino ambiental y socialmente.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Durante los últimos años, los países más industrializados que alguna vez decidieron autodenominarse primer mundo, se vienen tambaleando de crisis en crisis. Con gran parte de sus ecosistemas artificializados, amoldados y reducidos a su mínima expresión, y niveles de consumo exacerbados por donde se los mire, su balanza ambiental interna lleva décadas inclinada hacia el lado negativo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Sin embargo, el “subdesarrollo” del tercer mundo ha servido de colchón amortiguador de ese comportamiento durante un largo período. Absorbiendo las emisiones con sus inmensas superficies boscosas aun en pie, soportando la contaminación de sus fábricas en ríos y lagos. Proveyendo de materias primas a costa del agua dulce y los nutrientes de sus ricos suelos a su industria. En fin, con las venas abiertas de innumerables formas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las crisis financieras han ido modificando el mapa para las trasnacionales y en los últimos años ha aumentado considerablemente el porcentaje de ganancias que obtienen de sus filiales en los países del hemisferio sur.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Bancos, telefónicas, celulares, laboratorios, e infinidad de rubros han reportado en el 2011 importantes alzas de sus ingresos provenientes de Latinoamérica, cuando se han disminuido de forma notable en sus propias regiones.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Sin ser conscientes de ello, estamos sosteniendo un sistema que nos es totalmente perjudicial, no sólo económicamente, sino ambiental y socialmente.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Millones de hectáreas de buena tierra sin producir alimentos, sino combustibles para el norte y piensos para su ganado, siendo erosionadas hasta la desertización y fumigadas hasta la esterilización y quitando el sustento a los campesinos de la región, son un claro ejemplo de este modelo fatídico.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pero llega el tiempo en el que podemos hacer oír nuestra voz e intentar imponer un cambio de rumbo. Las multinacionales nos necesitan más que nunca y mucho más de lo que nosotros las necesitamos a ellas. Porque podemos vivir sin sus productos, pero ellas no sobrevivirían sin nuestros recursos naturales, nuestro dinero, nuestro consumo y nuestro consentimiento.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las tres crisis, económica, ecológica y social por las que atraviesa la humanidad nos muestran que es un momento en la historia del hombre moderno, en el que un importante cambio es urgente, necesario y posible.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Se acerca el fin de la era de petróleo, de los combustibles fósiles y eso está obligando a una reformulación de toda la sociedad humana, que durante siglos ha basado en ellos el concepto de progreso. Una nueva concepción de todo lo conocido es imperiosa. Hay que definir nuevas pautas de convivencia entre los seres humanos y con la naturaleza, nuevos paradigmas de desarrollo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las leyes de la vida, de la naturaleza, las que han existido durante millones de años, comienzan a prevalecer sobre las ficticias e impuestas leyes del mercado. El agua es inmensamente más valiosa que el oro y cualquier otro metal, porque es necesaria para la existencia de la vida. Así como producir alimentos es más valioso para la humanidad, que combustibles.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿Debemos volver a la Edad de Piedra? Hoy hay en el mundo más de 2.000 millones de personas intentando sobrevivir en condiciones mucho peores que las de esa época, en la que hubiesen podido alimentarse de la caza y de la pesca y beber agua de un río o de un lago, sin enfermar a causa de la contaminación generada por empresas que producen bienes o extraen materias primas, que ellos jamás llegarán a ver en sus vidas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La cuestión no es volver o no a la edad de piedra, sino evitar la extinción de la vida como la conocemos, por mantener el estilo de vida del 10 ó 20% de la población mundial. La cuestión es iniciar ese cambio, empezando por nosotros mismos y siguiendo por el cambio del sistema en que vivimos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Fuente: Editorial Ambiente y Sociedad N° 508</span><br />
<br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-1251249195442033022020-03-02T14:48:00.000+01:002020-03-02T14:48:01.784+01:00Elogio del catastrofismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuDYUVIFyYC5YsXOcDpjm0l10T5T2xXdZIkTcFmU1H9naHr-z2zaeFSZ303MNi12bMk3hBSC3Q8Z5kqbzSbIyLNZ5IEFaGle9NFDH5ZK3OY4pH6aC-_l1L3yRz-evEBzMF0JjJ1w/s1600/bebe+blanco+mama.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjuDYUVIFyYC5YsXOcDpjm0l10T5T2xXdZIkTcFmU1H9naHr-z2zaeFSZ303MNi12bMk3hBSC3Q8Z5kqbzSbIyLNZ5IEFaGle9NFDH5ZK3OY4pH6aC-_l1L3yRz-evEBzMF0JjJ1w/s1600/bebe+blanco+mama.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;">Suricato - <a href="http://innovacionydecrecimento.blogspot.com/">Innovación y decrecimiento</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Damas y caballeros, me presento: soy un catastrofista. El catastrofismo en temas medioambientales tiene mala prensa. Se arroja a la cara del interlocutor como sinónimo de exageración, pesimismo y poca confianza en las posibilidades de la tecnología de evitar o al menos atenuar los efectos secundarios o las “externalidades negativas” de nuestro maravilloso “modo de vida”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Separemos aguas. Ser catastrofista no significa ser apocalíptico. La doctrina del Apocalipsis es religiosa. El catastrofismo se basa en las evidencias científicas y en el sentido común, ambas cualidades totalmente ausentes de los enunciados apocalípticos. Un catastrofista es un optimista informado y, por lo tanto, indignado. Un decrecentista también.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Repito: soy, junto a muchos otros, un catastrofista. Y a mucha honra. El catastrofismo actual es casi lo inverso de aquella teoría geológica dominante en Europa en los siglos dieciocho y diecinueve que afirmaba que la tierra se formó súbitamente y de forma precisamente “catastrófica”. El catastrofismo actual, con fundamentos más biológicos que geológicos, afirma que las evidencias científicas disponibles apuntan hacia una desaparición más o menos repentina de muchos de los fundamentos de la vida sobre la tierra. Afirmamos que nos enfrentamos ahora a una reducción drástica de las probabilidades de continuación de las formas biológicas como consecuencia de la intervención destructiva de una de las maneras posibles de organización de la vida colectiva de las sociedades humanas sobre la tierra: el productivismo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Este productivismo, expresado a lo largo del siglo veinte como capitalismo industrial o como socialismo de Estado, produjo el mayor daño ambiental conocido y ha dejado a los habitantes de este planeta, a todos no sólo a los humanos, al borde del desastre. El catastrofismo no confunde los efectos antropogénicos con los efectos de las formas políticas, culturales y económicas de organización del animal humano. No es éste en sí mismo el dañino sino las formas contingentes de organización de su vida colectiva en medio de una biosfera finita. La historia medioambiental del siglo veinte muestra los antecedentes de la catástrofe previsible. “En el siglo veinte se cuadruplicó la población del mundo y su economía se multiplicó por 14, mientras que el consumo energético aumentó 16 veces y el factor de expansión de la producción industrial fue de 40. Pero las emisiones de dióxido de carbono fueron 13 ves superiores y el consumo de agua se multiplicó por cuatro” “Es evidente que no mantendremos durante mucho tiempo el ritmo del siglo veinte” (John R. Mc Nelly).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Los catastrofistas pensamos que existen posibilidades de enmendar el rumbo modificando tanto el imaginario productivista como las formas sociales de organización del trabajo, distribución de la riqueza y de relación con la naturaleza. Existen posibilidades culturales, tecnológicas y políticas pero, desgraciadamente, desconocemos sus probabilidades de éxito. A lo mejor los botones de la catástrofe ya han sido tocados. El catastrofismo, transformado en acción y voluntad política, forma parte de la razón decrecentista que trabaja en el estrecho margen que existe entre las posibilidades y las probabilidades de supervivencia.</span><br />
<br />
<br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-10213286782786892142020-02-29T18:14:00.000+01:002020-02-29T18:14:01.832+01:00Reducir la esfera material de la economía no es una opción<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirElfzVOPsJnytQ_Rg33MkVXpDVWcnEjHFlNfadynlvYzzcL_5O6vV-b621pQWMKweJmxPQ4VdbuUxbxdSNFE-IQ3mNP5bESfk8Kez63w8mMdTBDKvsgPRj4vuBn6FZLiqVQ2htA/s1600/esferaeconomica.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirElfzVOPsJnytQ_Rg33MkVXpDVWcnEjHFlNfadynlvYzzcL_5O6vV-b621pQWMKweJmxPQ4VdbuUxbxdSNFE-IQ3mNP5bESfk8Kez63w8mMdTBDKvsgPRj4vuBn6FZLiqVQ2htA/s1600/esferaeconomica.jpeg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><i><b>Entrevista a Yayo Herrero en <a href="http://www.rebelion.org/">Rebelión</a> por Salvador López Arnal</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Permíteme
tomar pie en un reciente artículo tuyo publicado en Pueblos, escrito al
alimón con Luis González Reyes, que lleva por título: “Decrecimiento
justo o barbarie”. ¿Qué significa decrecimiento justo? ¿No todo
decrecimiento es justo? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Reducir la esfera material de la
economía no es una opción. Los propios límites del planeta (agotamiento
de recursos no renovables, saturación de sumideros, disminución de los
suelos fértiles, alteración de los ciclos y las dinámicas de regulación,
etc.) van a obligar a ello. La reacomodación a una esfera material más
pequeña puede hacerse mediante criterios ecofascistas, es decir, una
parte cada vez más pequeña despilfarra y sobreconsume energía, suelo,
agua pesca o materiales, mientras que la cantidad de “excluidos
ambientales” es cada vez mayor. El decrecimiento justo hace referencia a
un proceso planificado de redistribución y reparto de lo que
proporciona la naturaleza a la vez que este proceso se construye de
forma coherente a los límites físicos de la biosfera. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Por qué
consideras que nuestra sociedad es una sociedad del exceso? Numerosos
sectores sociales con tienen mucho margen de maniobra y su consumo no es
ni muchos menos elevado. </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Yo creo que la humanidad en su
conjunto no tiene margen de maniobra. La biocapacidad global del planeta
ha sido superada. En las sociedades ricas el consumo material supera
con mucho la capacidad de sus propios territorios. Es obvio que existe
un componente de clase fundamental y las personas más ricas tienen que
ser obligadas a disminuir de una forma importante su consumo material,
pero me parece importante tener en cuenta que muchas personas que no se
perciben a sí mismas como ricas presentan unos consumos materiales
insostenibles. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La clave está en pensar si esos consumos son
extendibles al conjunto de la población humana. Si no lo son, no son
derechos sino privilegios. ¿Podría toda la población del planeta tener
coche particular? ¿Podrían comer carne cuatro días por semana todos los
seres humanos? Si esos consumos son físicamente imposibles, entonces
tener coche particular o comer carne cuatro días por semana son
privilegios que se mantienen a costa de otras personas y otro
territorios. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Reducir con equidad esos consumos materiales es una
cuestión de justicia en un medio físico limitado. La posibilidad de
hacer crecer la producción material ilimitadamente en un medio
físicamente limitado es uno de los muchos mitos de la economía
capitalista que tristemente ha colonizado el imaginario de muchas
personas de izquierdas. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Déjame insistir. ¿Crees que a pesar de
todo lo estudiado, dicho y actuado esa colonización cultural a la que
apuntas sigue presente en sectores de izquierda? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Sí. En mi
opinión hay sectores de la izquierda que se mueven con el mismo concepto
de producción que maneja la economía capitalista. Conciben la
producción como crecimiento económico y difieren del capitalismo
lógicamente en los criterios de reparto y redistribución de la riqueza. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Al
desenvolverse la economía dentro de un planeta físicamente limitado,
esta afectada por esos mismo límites, por tanto desde la perspectiva de
la izquierda no sólo tenemos que centrar los esfuerzos en repartir la
riqueza, sino que también es preciso cuestionar el sistema de producción
capitalista, simplemente porque no es viable y no es capaz de
garantizar condiciones dignas de supervivencia para todos los seres
humanos y mucho menos para las generaciones futuras (y hablo de décadas,
no de siglos) </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Por qué crees que, paradójicamente, como tu
misma afirmas, la mayor parte de las cosas importantes o imprescindibles
van a menos? ¿Qué son esas cosas “importantes e imprescindibles”? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Basta
con mirar con nuestros propios ojos lo que nos rodea. Muchas especies
marinas de las que nos alimentábamos se han esquilmado o han
desaparecido. Los suelos fértiles, el agua limpia, un aire que no
envenene al respirar, la energía fósil, minerales, la capacidad de
participar e influir, el tiempo dedicado a la reproducción social y al
cuidado de la vida humana, todos estos elementos, que son
imprescindibles para la supervivencia y el bienestar van a menos. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Hablas
también de que los problemas actuales colocan la vida, no sólo la vida
humana, en una situación de riesgo. ¿No exageras el peligro? ¿No ha
habido otros momentos en la historia de la Humanidad donde tampoco el
autocontrol y la limitación han estado a la orden del día? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Efectivamente,
es posible que la vida en su conjunto no esté en peligro. Al fin y al
cabo, si hay bacterias que viven en las instalaciones de una central
nuclear, parece difícil pensar que el metabolismo agro-urbano-industrial
capitalista pueda acabar con toda la vida, aunque desde un punto de
vista antropocéntrico consuela poco que después del colapso queden las
bacterias. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ha habido momentos en los que algunas sociedades
humanas han vivido sin marcarse límites, sin embargo, hasta que no se
dispuso de energía fósil, las posibilidades de superar límites tenía una
dimensión local. La injusticia social y la explotación eran igualmente
monstruosas, pero no existía la capacidad física de deteriorar
globalmente la biosfera. La disponibilidad de petróleo permitió extender
la escala del expolio y el sometimiento a todo el planeta. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Crees
que pensable, no digo deseable, un capitalismo verde, un capitalismo
que genera residuos de forma razonable y no extraiga recursos en exceso?
</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">En mi opinión es absolutamente imposible. El capitalismo no
puede ser verde ni humano porque esencialmente capitalismo y naturaleza,
capitalismo y humanidad son incompatibles. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El capitalismo se
basa en una expansión constante de los beneficios y estos se construyen
sobre la extracción de materiales, la generación de residuos, la
alteración de los ciclos naturales y los procesos de regulación, la
explotación de trabajadores y trabajadoras y la incautación de los
tiempos que en la sociedades patriarcales las mujeres dedican a la
reproducción social y a la gestión cotidiana del bienestar. </span><br />
<span style="font-size: large;">Si
los beneficios crecen –y si no crecen el capitalismo cae– aquellas bases
materiales ocultas sobre las que se asienta y que son limitadas se
destruyen, y con ellas, se destruye la posibilidad de mantener vidas que
merezcan la pena ser vividas. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde el punto de vista de la
sostenibilidad, la economía debe ser el proceso de satisfacción de las
necesidades que permiten el mantenimiento de la vida para todas las
personas. Este objetivo no puede compartir la prioridad con el lucro. Si
prima la lógica de la acumulación, las personas no son el centro de la
economía. El beneficio no se puede conciliar con el desarrollo humano, o
es prioritario uno, o lo es el otro y esta opción determina las
decisiones que se toman en lo social y en lo económico. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Y crees que existe actualmente alguna sociedad en la que las personas sean el centro de la economía? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Hay
muchas sociedades todavía que no se organizan con una lógica
capitalista. No se trata de idealizar a los pueblos originarios, que
obviamente a nuestros ojos pueden tener muchos otros problemas, pero es
obvio que algunos de ellos viven desde hace muchos años poniendo la vida
en el centro. </span><br />
<span style="font-size: large;">Algunas sociedades socialistas, como Cuba, por
ejemplo, con sus contradicciones, ponen el foco en las personas. Sólo
eso puede explicar por qué en momentos duros como el período especial no
se produjeron muertes, hambrunas o violencia tal y como sucedió en EEUU
durante el Katrina o en Haití después del terremoto. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Que en Cuba
los indicadores de esperanza de vida, salud o educación convivan con
unas bajas rentas per cápita indica que las personas, su salud o su
educación son importantes. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Dentro de nuestras propias sociedades
existen contradicciones importantes y si pensamos en los hogares como
núcleo económico podemos ver que la gestión del bienestar cotidiano y la
resolución de las necesidades está en el centro de la actividad
económica de la reproducción social. Esto no quiere decir que se esté
idealizando ya que existe explotación en el empleo doméstico y descansa
en el trabajo oculto de las mujeres, pero la actividad principal no
tiene por objetivo la acumulación y el lucro. Es un trabajo duro del que
se tiene que responsabilizar la sociedad en su conjunto y desde luego
los hombres, pero con todas sus contradicciones, no sigue la lógica
capitalista (aunque el capitalismo no pueda sostenerse sin que esté
oculto (o precario) y sea invisible en la esfera de lo monetizado.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Si
no puede abonarse la idea de un crecimiento ilimitado por la extracción
de recursos y la generación de recursos que ello comporta, ¿estamos
entonces condenados a vivir mal, a vivir con muchas restricciones sobre
todo si pensamos en las generaciones futuras? ¿No es razonable pensar
que, hagamos lo que hagamos, al final, aunque se genere algún milagro
tecnológico para ir tirando en el trayecto, la Humanidad está condenada?
</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Yo creo que la promesa tecnológica es otro de los mitos
adormecedores ante la necesidad de un cambio radica. La tecnología se
presenta como que aquello que nos salvará de todo, incluso de los
problemas que ella misma ha creado.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tenemos un problema político,
no tecnológico. Es un problema de reparto de riqueza, un problema de
aplicar principios de suficiencia, un problema que sólo se resolverá
desbancando al capital y los mercados como epicentro de la sociedad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La
tecnociencia es necesaria y puede ayudar a construir una sociedad de
sostenibilidad y justicia pero tendrá que estar situada al servicio de
un proyecto político que ponga la justicia, el bienestar y la
conservación de la vida en el centro. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En mi opinión necesitamos
más filosofía que tecnología. Con las necesidades materiales básicas
cubiertas, los seres humanos son capaces de construir vidas dignas
desarrollando al máximo sus capacidades relacionales y comunitarias. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Y qué tipo de filosofía necesitamos? ¿Cítame algunos autores que te parezcan de relevancia y que nos enseñen? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Creo
que necesitamos urgentemente que la filosofía nos ayude a conservar y
restaurar lo más básico de la condición humana: la reciprocidad, el
apoyo mutuo, el respeto a lo que nos permite mantenernos con vida, la
capacidad de comprender el alcance de nuestros actos que posibilita que
seamos seres morales y políticos.... </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hay muchos personas que
desde la filosofía u otros ámbitos me han ayudado a mirar el mundo de
otro modo: Jorge Riechmann, Günther Anders, Carlos Fernández Liria, José
Manuel Naredo, Belén Gopegui, María Zambrano, Amaia Orozco, mis
compañeros y compañeras de la comisión de Educación de Ecologistas en
Acció... Me reconozco en deuda con todas estas personas y muchas más.
Quiero destacar a un amigo al que admiro: Santiago Alba Rico. Tiene la
capacidad de interpretar el mundo con sus propios ojos, unos ojos
informados, sin duda, pero propios. Mirar con tus propios ojos a veces
es duro e incómodo, pero ayuda también a que otros miren. Simplemente he
aprendido mucho de él. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Sostenéis en vuestro artículo de <i>Pueblos</i> que la eco-eficiencia es condición necesaria pero no suficiente. ¿Por qué no es suficiente? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">La
economía ecológica ha mostrado cómo la eco-eficiencia no ha reducido la
presión sobre la naturaleza. Indudablemente cualquier coche hoy consume
menos energía que uno de hace treinta años, incluso aunque no sea de
los mal llamados “coches ecológicos”. Sin embargo, el número de coches
ha aumentado de una forma tan desmedida, que el ahorro que se consigue
por unidad, se pierde por el aumento del número de coches. Esta es la
paradoja de Jevons, también llamada “efecto rebote”. </span><br />
<span style="font-size: large;">La
eco-eficiencia es, entonces, condición necesaria pero no suficiente.
Hacen falta políticas de gestión de la demanda con criterios de justicia
y bajo control público y democrático. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Es necesario, señalas,
reducir y reconvertir aquellos sectores de actividad que nos abocan al
deterioro. ¿Qué sectores son esos? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">En una sociedad que
necesariamente tendrá que aprender a vivir bien con menos material, que
deberá adoptar modelo de producción y consumo más sobrio y más
equitativo, es de capital importancia reflexionar sobre qué trabajos son
social y ambientalmente necesarios, y cuáles son aquellos que no es
deseable mantener. La pregunta clave para valorarlos es en qué medida
facilitan el mantenimiento de la vida en equidad. Se trata de un tema
especialmente polémico en un momento en el las personas paradas se
cuentan por millones y en el que los gobernantes denominan austeridad al
proceso de expolio de lo común y de los recursos públicos que quedan
para retomar el crecimiento de los beneficios. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El gran escollo
que se suele plantear al habar de transición hacia estilo una vida mucho
más austero (ecológicamente hablando, no obviamente en el “sentido
Rajoy”) es el del empleo. Históricamente, la destrucción de empleo ha
venido en los momentos de recesión económica. Es evidente que un frenazo
en el modelo económico actual termina desembocando en el despido de
trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, algunas actividades deben
decrecer y el mantenimiento de los puestos de trabajo no puede ser el
único principio a la hora de valorar los cambios necesarios en el tejido
productivo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hay trabajos que no son socialmente deseables, como
son la fabricación de armamento, las centrales nucleares, el sector del
automóvil privado o los empleos que se han creado alrededor de las
burbujas financiera e inmobiliaria. Las que sí son necesarias son las
personas que desempeñan esos trabajos y por tanto, el progresivo
desmantelamiento de determinados sectores tendría que ir acompañado por
un plan de reestructuración en un marco fuertes coberturas sociales
públicas que protejan el bienestar de trabajadores y trabajadoras. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Reconfigurar
el modelo productivo requiere responder a las preguntas que realiza la
economía feminista. ¿Qué necesidades hay que satisfacer? ¿Cuáles son las
producciones necesarias para que se puedan satisfacer? ¿Cuáles son los
trabajos socialmente necesarios para ello?</b></span> <br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Los trabajos de
cuidados, que históricamente han realizado las mujeres, los que sirven
para mantener o regenerar el medio natural, los que producen alimentos
sin destruir los suelos y envenenar las aguas, así como los que
consolidan comunidades integradas en su territorio, facilitan el
mantenimiento de la vida en equidad y por ello son trabajos deseables.
También lo son los que sirven para detener la destrucción de los
territorios. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La mirada desde el prisma de la sostenibilidad nos
ofrece un panorama del mundo del trabajo completamente diferente del
actual. Si intentáramos clasificar los trabajos en relación con su
aportación a la calidad de vida, el orden de valoración social sería
justamente el contrario. Irían primero la crianza, la producción
agroecológica de alimentos, los trabajos dirigidos a la salud y la
higiene,… y en los últimos puestos quedarían seguramente los que
realizan los ejecutivos de las bolsas financieras, los fabricantes de
armas y los que promueves infraestructuras innecesarias. Podríamos
diferenciar con propiedad entre trabajos ligados a la producción de la
vida y trabajos que provocan su destrucción. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Se hace
imprescindible revisar y transformar profundamente el actual modelo de
trabajo. Como hemos comentado, no basta que con que el cuidado se
reconozca como algo importante si no se trastoca profundamente el modelo
de división sexual del trabajo. Es preciso romper el mito de que las
mujeres son felices cuidando. Cuidar es duro y se hace por obligación,
porque no se puede dejar de hacer. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Una de vuestras tesis
afirma que: “cualquier sociedad que se quiera orientar hacia la
sostenibilidad debe reorganizar su modelo de trabajo para incorporar las
actividades de cuidados como una preocupación colectiva de primer
orden”. ¿Es posible? Ese tipo de actividades no suelen ser muy
productivas si las pensamos en términos usuales.</b></span> <br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">La
convicción de que tanto la tierra como el trabajo son sustituibles por
capital propició que la economía se centrase sólo en el mundo del valor
monetario, olvidándose del mundo físico y material. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Cuando
reducimos la consideración de valor a lo monetario, muchas cosas quedan
ocultas a los ojos del sistema económico. Suman positivamente el valor
mercantil de lo producido, pero no restan los deterioros asociados o la
merma de riqueza natural. Al contabilizarse sólo la dimensión creadora
de valor económico y vivir ignorantes de los efectos negativos que
comporta esa actividad, se alentó el crecimiento de esa “producción” (en
realidad extracción y transformación) de forma ilimitada, cifrándose el
progreso de la sociedad en el continuo aumento de los “bienes y
servicios” obtenidos y consumidos. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Esta forma de razonar sitúa el
objetivo de la economía en incrementar las producciones sin que importe
la naturaleza de las mismas, celebrándose el crecimiento de actividades
que son a todas luces dañinas para el conjunto de las personas y el
medio ambiente, que crecen a expensas del deterioro los servicios
ecosistémicos y de invisibilizar los tiempos de trabajo necesarios para
la reproducción social. En nuestras sociedad da lo mismo producir
cebollas o bombas porque no se mira la naturaleza de la producción sino
el beneficio económico que comporta. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Se trata de concebir la
producción como una categoría ligada al mantenimiento de la vida y no a
su destrucción. La productividad, en el sentido capitalista, no busca
satisfacer necesidades, sino aumentar las ganancias. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El
capitalismo no podría sobrevivir si tuviese que pagar la reproducción
social, tan exigente en mano de obra. Es por eso que necesita del
patriarcado. Bajo su propia lógica, no podría reproducir la mano de
obra, por ejemplo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En la economía de los cuidados, la
productividad se mide en términos de bienestar y mantenimiento digno de
las condiciones de vida. Desde ese punto de vista, el cuidado en la
vejez, ante la diversidad funcional o en la etapa infantl, es
enormemente productivo y necesario. Sin embargo, bajo esta lógica,
construir la enésima carretera de circunvalación a Madrid, no sólo no es
productivo, sino que es absolutamente dañino. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>En una cultura
de la sostenibilidad, afirmáis, habría que diferenciar entre la
propiedad ligada al uso de la vivienda o el trabajo de la tierra, de la
ligada a la acumulación y poner coto a la última. Es otra de tus tesis.
Poner coto a la acumulación es eliminarla. ¿Qué coto habría que poner?
¿Cómo se impondría? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Aquí se abre un importante debate porque
la propiedad ha sido un tema tabú durante mucho tiempo. Muchas personas
hablan de simplicidad voluntaria, pero ¿qué hacemos con quienes no
quieren ser simples voluntariamente? A esas personas no hay más remedio
que pensar como obligarles a repartir la riqueza porque lo que les sobra
es lo que les falta a otros. La izquierda crítica tiene muchos
instrumentos y herramientas: impuestos, gestión de la demanda, etc. El
cambio fundamental es más cultural, porque muchos sectores sindicales y
políticos dejaron de cuestionar la propiedad hace mucho tiempo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Reducir
el tamaño de una esfera económica no es una opción que podamos escoger,
sostenéis. El agotamiento del petróleo y de los minerales, y el cambio
climático nos van a obligar a ello. La adaptación puede producirse por
la vía de la pelea feroz por los recursos decrecientes, o mediante un
reajuste colectivo con criterios de equidad, apuntas. Barbarie o
socialismo para decirlo rápido. ¿Cómo es posible un reajuste colectivo
con criterios de equidad? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Recuperar la Política es
imprescindible para abordar este reajuste. La política entendida como la
ética de lo común. No es tarea fácil </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿En qué sociedades estás pensando cuando hablas de decrecimiento? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">En sociedades socialistas, antipatriarcales, ecológicas y alegres. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Para
transitar hacia ellas es obligado plantear un radical cambio de
dirección. Descolonizar el imaginario económico, promover una cultura de
la suficiencia y la autocontención en lo material, cambiar los patrones
de consumo, reducir drásticamente la extracción de materiales y el
consumo de energía, apostar por las economías locales y los circuitos
cortos de comercialización, restaurar una buena parte de la agricultura
campesina, disminuir el transporte y la velocidad, aprender de la
sabiduría acumulada en las culturas sostenibles y situar el cuidado de
las personas en el centro del interés, son algunas de las líneas
directrices del tránsito de la sociedad del crecimiento a otro modelo en
el que la vida humana digna que se reconozca como parte de la biosfera.
</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Habláis de poner límites a la creación de dinero. ¿Qué limites serían esos? ¿Por qué son necesarios? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Se
podrían aumentar coeficientes de caja de la banca; prohibir los
paraísos fiscales; intervenir sobre la posibilidad de crear dinero
financiero o de comerciar con pasivos no exigibles. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">También sería
necesario anclar las monedas a algún elemento material. Algunos
economistas postulan que quizás a una cesta de materias primar o de
artículos de primera necesidad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Finalmente: disminuir incentivos al consumo es una de vuestras propuestas. ¿Cómo se consigue? </b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Un
eje claro es la prohibición de la publicidad. Nadie anuncia las patatas
o lo huevos. Se anuncia aquello que no es necesario y se crea la
necesidad de consumir confundiendo necesidades con satisfactores. </span><br />
<br />
<span style="font-size: large;">Establecer
políticas que gestionen la demanda con criterios de justicia permitiría
producir aquello que es razonable y posible producir desde el punto de
vista físico. El criterio de distribución no puede ir nunca separado de
cualquier política ambiental porque si no, lo que se producen son
enormes desigualdades en el acceso a las condiciones materiales de vida.</span><br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-79542505272893665022020-02-27T16:04:00.000+01:002020-02-27T16:04:10.660+01:00La ilegitimidad de endeudarse a costa de la naturaleza<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6zjL9PvjDvBmL_We973anBrr7RdFzFf3UgDiD9SJpAw4V8pbL2ioDWycnpRjD6AolANr-191QmDuvtqTWRM_IZexHMIprkrlWMX97FfKleuJOakZ_Puk25RtmTZTkcUFZaSbQqQ/s1600/deuda+ilegitima.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6zjL9PvjDvBmL_We973anBrr7RdFzFf3UgDiD9SJpAw4V8pbL2ioDWycnpRjD6AolANr-191QmDuvtqTWRM_IZexHMIprkrlWMX97FfKleuJOakZ_Puk25RtmTZTkcUFZaSbQqQ/s1600/deuda+ilegitima.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Inés Marco y Iolanda Fresnillo</b> - Observatorio de la deuda en la globalización</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>La industrialización y el desarrollo del modelo capitalista han avanzando en el mundo en base a procesos de endeudamiento. El crédito y, por tanto, la deuda son elementos consustanciales al proceso de crecimiento económico. “La pasión que predomina entre los individuos de una economía moderna es convertir la riqueza en deuda, que en el futuro genere un ingreso permanente; convertir la riqueza que es perecedera en deuda, que es perdurable. Una deuda que no se pudre, no tiene gastos de mantenimiento y produce intereses permanentemente” (Daly, 1999)</b></i>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde la perspectiva de los deudores, el objetivo de este endeudamiento es en principio invertir en procesos productivos para generar rendimientos suficientes para, una vez satisfechos los pagos de la deuda, obtener beneficios. Dichos procesos productivos no suelen tener en cuenta su vínculo con el mundo físico. La metáfora de la producción capitalista (Naredo, 2003) oculta un proceso de apropiación de la riqueza, y ha generado un patrón de crecimiento en términos monetarios que obvia los procesos de destrucción de la naturaleza y degradación de las condiciones de vida de las personas. La creación de valor añadido en los procesos de producción no contabiliza los costes reales de dicho proceso, subestima los costes generados durante los procesos de extracción de los recursos así como los costes laborales, y hace invisible los espacios de desarrollo humano. La economía de mercado desplaza sus costes hacia la naturaleza y las clases trabajadoras.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las deudas, en las que se incurre para fomentar estos procesos de producción, son expresadas en unidades monetarias, que no tienen límites físicos, pues se espera que crezcan de forma exponencial e ilimitada por la acumulación de intereses sobre el capital a retornar. Para hacer frente a su pago, los deudores (sean actores públicos o privados) tendrían que aumentar el rendimiento de los recursos que han tomado prestados de forma exponencial. Estos rendimientos suelen obtenerse mediante procesos de adquisición y extracción de recursos, por lo tanto sí están sujetos a límites físicos y dependen del ritmo de crecimiento de la naturaleza (Daly, 1999). En términos generales, para conseguir los recursos suficientes como para hacer frente a los pagos de las deudas y la acumulación de intereses, los deudores suelen apostar por una o varias de estas cuatro opciones: embarcarse en inversiones especulativas (burbuja inmobiliaria y financiera, que no pueden durar indefinidamente); aumentar la presión sobre los salarios de los trabajadores; incrementar los ritmos de producción y consumo de bienes y servicios; e intensificar los procesos de extracción de los recursos naturales.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En este contexto, emerge una tensión irresoluble entre garantizar el proceso de valorización del capital y garantizar el proceso de sostenimiento de la vida. Un conflicto permanente entre el capital y los trabajos, entre el capital y la vida (Orozco, 2010). Ocurre entonces que, ante la amenaza constante, se desencadenan acciones defensivas de repudio de la deuda para contrarrestarlas. La lógica exige que de algún modo restrinjamos el proceso de acumulación de deuda, limitando el efecto del interés compuesto, o aceptemos ocasionalmente repudios de la deuda como ajustes normales y necesarios para garantizar la defensa de la vida por encima de los derechos comerciales (Daly, 1999)</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Históricamente nos encontramos con momentos en los que el endeudamiento se produce a niveles o ritmos más elevados que la capacidad de creación de riqueza, como en la actual crisis, en la que la demanda no es suficiente para los elevados y sobrantes niveles de producción. Esta crisis de sobreproducción, con un estancamiento del consumo (por la pérdida constante de capacidad adquisitiva por parte de las clases trabajadoras), provoca un descenso de los beneficios y, por tanto, mayores dificultades de retornar las deudas acumuladas y mayor necesidad de crédito para hacer frente a gastos y necesidades de inversión. “El modelo económico, desde principios del siglo XXI, había llegado a sus límites (de explotación, de sobreproducción, de tasa de ganancia y límites físicos y ecológicos), y que la burbuja del crédito, que se cita como causa, no es sino una consecuencia más de un sistema en decadencia y que tiene a las crisis como elementos inevitables de su dinámica” (Taifa, 2010).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">(...)</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La deuda ha sido pues durante décadas una herramienta de dominación y neocolonialismo, que, a través de mecanismos como los descritos en las líneas anteriores, ha transferido del Sur Global al Norte Global ingentes cantidades de riquezas (tanto dinero como recursos naturales). La crisis de la deuda europea nos demuestra que esa transfusión de riqueza no se produce tan sólo entre el Sur y el Norte geopolítico, sino también dentro del centro del sistema, entre las clases populares y trabajadoras y las elites propietarias del capital y los medios de producción.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Extraído del artículo ‘La ilegitimidad de endeudarse a costa de la naturaleza’ escrito por
Inés Marco y Iolanda Fresnillo . Observatorio de la Deuda en la Globalización.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Artículo publicado en el número 42 de la Revista Ecología Política de diciembre de 2011</span><br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-21049710515192368862020-02-25T17:55:00.000+01:002020-02-25T17:55:15.743+01:00Extinción o decrecimiento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCVBc0s9wJnidke_njKlKsg809uZ0PyNwSRd1QLoeMT3Bq_zGAN5k4FhgmZhAlzLkp9nkIYoAP9mN_xlMVZjzQP8b6YInNTBZI0lmXQZwogWHzRRZz3IMNBopA3vtJTG1oa2DHUg/s1600/extinci%C3%B3n.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCVBc0s9wJnidke_njKlKsg809uZ0PyNwSRd1QLoeMT3Bq_zGAN5k4FhgmZhAlzLkp9nkIYoAP9mN_xlMVZjzQP8b6YInNTBZI0lmXQZwogWHzRRZz3IMNBopA3vtJTG1oa2DHUg/s320/extinci%C3%B3n.jpg" width="226" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><i><b>El humorista y cineasta norteamericano Woody Allen, que ha expuesto los puntos de vista de la clase media urbana de los Estados Unidos para tomar distancia, dijo respecto de la civilización actual globalizada: “hemos llegado a una bifurcación decisiva. Un camino nos lleva a la extinción de la especie y el otro a la desesperación. Espero que seamos capaces de tomar la decisión correcta”.</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>El fascismo del fin del mundo</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Un desvío lleva a la extinción. El otro genera hambre, guerras, pandemias y que probablemente esté controlado por un poder fascista o totalitario, que ya se está imponiendo como necesidad de corromper y contaminar para obtener beneficios.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hay, para algunos, una tercera vía: el decrecimiento, la elección consciente de la sobriedad. Para eso tenemos que crear otra manera de relacionarnos con el mundo, con la naturaleza, con las cosas y los seres que genere felicidad y pueda ser generalizada. Las sociedades que autolimitan su capacidad para producir también pueden ser alegres y vivir bien con menos bambolla de trastos inútiles y desechables que nosotros.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Los que tenemos algunos años hemos alcanzado a ver cómo se vivía con confianza y tranquilidad, con las puertas abiertas, sentados a la puerta conversando los adultos y jugando a la pelota los chicos en la calle. Y aquello, pocos años más tarde, parece otro mundo, un paraíso donde todo estaba al alcance de la mano.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">A pesar de las crisis que se suceden, y de que la que atravesamos desde 2008 llegó para quedarse, el crecimiento global no es negativo por ahora, solo se ha hecho lento pero ya nos preocupa gravemente. No hay crecimiento negativo todavía pero los países de Europa aceptan formas novedosas del autoritarismo del dinero: cambios de gobierno impuestos por los bancos en Italia y Grecia, “corralito” en España donde a los ahorristas les vendieron bonos “basura” sin advertirlos, amenazas en Irlanda o Portugal, advertencias para Francia y Alemania, represión e imposiciones fuera de la soberanía popular y estatal por todas partes.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Austeridad conciente</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Actualmente el crecimiento mundial es del 1 por ciento, lo que implica más o menos cien mil millones de euros para un país chico. Y sigue siendo demasiado para permitir la regeneración de la naturaleza. Pero por mucho que la crisis provoque efectos parecidos a cierto nivel con el decrecimiento, no es lo mismo que crecimiento negativo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El decrecimiento es la austeridad consciente, otra forma de relacionarse con las cosas y valorarlas, otra forma de estar en el mundo y vivir. Es el bienestar profundo en armonía y no la obesidad por exceso de comida chatarra ni la dieta forzosa que lleva a la desnutrición y a la muerte. Son grandes las diferencias y es preciso verlas bien. Estamos a la vista de un problema serio: mantenernos con la mentalidad de las sociedades en crecimiento, pero sin crecimiento. Es decir: una frustración sin válvula de escape.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Para abajo, pero sin querer</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Lo que tenemos en medio de la crisis es menos crecimiento debido a la dificultad del capital financiero para realizar activos y llevarse la parte que exige, y consiguiente presión sobre el Tercer Mundo, incluida la Argentina, para permitir la explotación de sus riquezas contaminando y corrompiendo para no mantener la tasa de ganancia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La sociedad occidental entera sufre la confusión, el paro, el aumento de las diferencias entre ricos y pobres, la concentración cada vez mayor, el abandono de la salud, la educación, la justicia, entre otras cosas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hace casi 40 años André Gorz dijo: “Esta caída en el crecimiento y la producción que hubiera podido ser buena en otro sistema (menos coches, menos ruido, más aire, jornadas laborales más cortas, etc.) tendrá efectos completamente negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Sarmiento nos da lecciones todavía</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La alternativa de Woody Allen se puede cambiar en esta “decrecimiento o barbarie”. Nosotros, en la Argentina, hemos padecido durante mucho tiempo la “civilización o barbarie” como modelo de establecimiento del estado “moderno”. Hoy vemos igualarse aquellos términos porque el crecimiento capitalista amenaza con llevarnos derecho a la barbarie.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El decrecimiento es un cambio de esquemas sociales y mentales, asumir otra lógica, vivir sobrios y felices, trabajar y consumir menos, producir menos basura y reciclar más.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Evitar la acumulación frenética y gozar del aire, del sol, de la amistad libre y lenta, ser de nuevo alegres sin motivo y disfrutar de cada cosa y con cada persona sin cálculo ni apuro.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>El turismo, un ejemplo</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La necesidad de viajar, el espíritu de aventura, se ha convertido como todo en una industria: el turismo. Se ha terminado por ofrecer al turista siempre el mismo paisaje y las mismas diversiones en hoteles siempre iguales, todo “globalizado” y a precios cada vez más bajos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las diferencias las ponen los lugareños en la medida en que les permiten aparecer en escena como adorno y en que no están ellos también corrompidos por la industria turística que todo lo ordena para su beneficio.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pero la escasez de petróleo y el desequilibrio climático han puesto un límite que nos hace pensar en los viajes de antaño. Tenemos noticia de que en otras épocas el viaje se preparaba largamente y se recorría despacio con gran atención cada lugar tomando notas de lo que se veía y aprendiendo si fuera necesario los idiomas locales. Tenemos ejemplos notorios de viajes famosos, aunque demasiado excepcionales para mencionarlos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Nosotros, por nuestra parte, regresamos cargados de artefactos, fotos y películas, deslumbrados y desinformados, y olvidamos rápidamente a la espera de otro viaje similar. La finalidad de aprendizaje queda limitada a experiencias que se revelan manipuladas y lo que sigue a cada regreso es una sensación de frustración.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>No a la colonización mental</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Para la sociedad en decrecimiento, que es la opción a la barbarie o a la extinción, se requiere una seria descolonización de las mentes, pero las circunstancias pueden ayudar a conseguirlo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En el camino en que estamos metidos, los efectos serán cada vez más negativos: la producción contaminante se convertirá en un producto de lujo fuera del alcance de las masas, aunque seguirá estando al alcance de quienes se lo puedan permitir; las desigualdades crecerán, los pobres serán relativamente más pobres y los ricos, más ricos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La sociedad debe eligir vivir con sobriedad como quisieran los que ven surgir los problemas sin solución de seguir el rumbo actual.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ya no se podrá viajar 15 días a las antípodas porque la brevísima edad de oro del consumismo en kilómetros habrá pasado para siempre. Y con él viajes programados que siempre terminan en el desencanto de no haber visto ni hecho lo que deseábamos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Artículo original: <a href="http://www.aimdigital.com.ar/aim/?p=76839">http://www.aimdigital.com.ar/aim/?p=76839</a></span><br />
<br />
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<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-20657641824234726102020-02-23T11:29:00.000+01:002020-02-23T11:29:10.215+01:00Bombas, economía e innovación<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCZb2xjNkgRnV7sObc4xw67WOVsNkwTmBe0GKUwLXaRTx_O5pGl00ZIpXnbzINWZtwFH-79sju9di4JpB1yYxwgohLIOj8kSVDgAiF2CEc-JXiG88SB9J3RKxj0y0F8dmmdp5nSA/s1600/bomba+innovacion.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCZb2xjNkgRnV7sObc4xw67WOVsNkwTmBe0GKUwLXaRTx_O5pGl00ZIpXnbzINWZtwFH-79sju9di4JpB1yYxwgohLIOj8kSVDgAiF2CEc-JXiG88SB9J3RKxj0y0F8dmmdp5nSA/s1600/bomba+innovacion.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Suricato</b> - <a href="http://innovacionydecrecimento.blogspot.com/">Innovación y decrecimiento</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La especie humana inventó el productivismo y sus dos grandes formas sociales de expresión en el último siglo: el capitalismo y el socialismo estatista. Ambos han fracasado como propuestas de bienestar humano; ambos se han sostenido por la dominación interna, la guerra externa y el expolio y destrucción de la naturaleza. El socialismo estatista, aunque cuenta todavía con nostálgicos de sus rituales y de su épica, pasó con más penas que glorias por la historia de siglo veinte. El capitalismo que pareció triunfante lanza ahora zarpazos de ahogado. Pero su máquina productiva sigue funcionando, sigue generando ideas para la destrucción, sigue aprovechándose de la capacidad de innovación y creatividad de la especie para sus fines egoístas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El gasto militar es una parte central de la economía del mundo: constituye un mercado. Mercado de bienes, materiales e inmateriales, y mercado, de trabajo. La industria de la guerra forma parte del PIB de las naciones y demandante de ideas, tiempo y recursos naturales. Cuando la economía tambalea la guerra aparece como una de las salidas posibles para hacer funcionar la maquinaria productivista. El Imperio busca lugares donde lanzar las bombas y la industria armamentística comienza a salivar. Ahora, al parecer, es el turno de Irán.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La imaginación peversa y belicista comienza a funcionar: se trata de pensar cómo destruir las instalaciones nucleares de ese país. Para ello se piensa en utilizar bombas con capacidad para penetrar hormigón armado de hasta diez metros de espesor. ¿Cuánta inteligencia, creatividad y trabajo han sido necesarios para fabricar tales artilugios de destrucción? ¿Cuanta energía colectiva ha sido puesta a disposición del horror? Y por el contrario: ¿qué otros lugares sociales han quedado vacíos de ideas, de energías creativas e innovación? La balanza social de la innovación es asimétrica.</span><br />
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<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-23364784091622668842020-02-21T17:12:00.000+01:002020-02-21T17:12:09.971+01:00Decrecimiento ¡Nueva fórmula mejorada!Miguel Brieva - <a href="http://guiadelcomic.es/miguel-brieva/memorias-de-la-tierra.htm">Memorias de la Tierra</a><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXbYBd501R2esx2qPDusQVL1-PWZoEp5csyKLjnjJfP2BaHut4Vg5OiafqnItnWV9074zW428k64OPznEZsXBc1JK7Wfh4zBaznaQwbeqJJEZB267KBSTy3XoD55AjSLezDa7QEg/s1600/decrecimientoformulamejorada.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="390" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXbYBd501R2esx2qPDusQVL1-PWZoEp5csyKLjnjJfP2BaHut4Vg5OiafqnItnWV9074zW428k64OPznEZsXBc1JK7Wfh4zBaznaQwbeqJJEZB267KBSTy3XoD55AjSLezDa7QEg/s640/decrecimientoformulamejorada.jpg" width="640" /></a></div>
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<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-7705344756172743302020-02-19T14:05:00.000+01:002020-02-19T14:05:10.609+01:00Arquitectura y decrecimiento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNvxHzGU2MvRXIy9Cevma8q7l4oQI1eUP7x6hE_7MVnkuqxQv6JDDNzi5ZphXr9giqv1ModUpa9IDNFcAwzx1xxikbg_iLtk9nDfIkArZmKxVHBeUIolw240szbDvWrlbVe-ojEw/s1600/arquitectura.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="167" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNvxHzGU2MvRXIy9Cevma8q7l4oQI1eUP7x6hE_7MVnkuqxQv6JDDNzi5ZphXr9giqv1ModUpa9IDNFcAwzx1xxikbg_iLtk9nDfIkArZmKxVHBeUIolw240szbDvWrlbVe-ojEw/s320/arquitectura.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Alba Carballal Gandoy</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El cambio de dirección que supone decrecer se resume fácilmente en una palabra: menos. Menos trabajo, menos materias primas, menos energía. La defensa de un proyecto decrecentista implica, en lo que a consumo y producción se refiere, reducir éstos últimos hasta que nos situemos en unos niveles verdaderamente sostenibles para el planeta. El porqué de la necesidad de decrecer, teniendo en cuenta todo lo dicho hasta el momento, parece obvio: las materias primas más vitales empiezan a escasear, los daños producidos sobre la biosfera comienzan a ser irreparables y vivimos por encima de las posibilidades del planeta. Para ilustrar esta realidad sólo necesitamos un dato: un crecimiento del 2% durante los próximos cincuenta años supondría sobrepasar treinta veces los límites de lo sostenible -que por otro lado, ya hemos dejado atrás mientras que aplicar el modelo decrecentista al 5% durante el mismo periodo de tiempo garantizaría la viabilidad de toda actividad humana.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las vías de decrecimiento que planteamos -que no son otras que las del más abrumador sentido común- no supone un crecimiento negativo (no se trata de hacer lo mismo pero en menor cantidad) , sino un cambio de paradigma; no es una tragedia sino una enorme oportunidad que todos -pero muy especialmente los arquitectos- debemos aprovechar.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En este sentido, el mítico <i>less is more</i> de Ludwig Mies Van der Rohe vuelve a cobrar vigencia -e incluso se revitaliza- a la luz del planteamiento decrecentista. La solución a los problemas arquitectónicos que se nos plantean es, por suerte, mucho más sencilla de lo que parece, pero para que estas soluciones tan obvias comiencen a efervescer el cambio de paradigma que el decrecimiento plantea ha de cristalizar y cuajar en el imaginario arquitectónico global. Para exponer los cambios que -desde un planteamiento decrecentista- se consideran necesarios en el panorama constructivo de nuestros días vamos a clasificar los problemas de una forma muy elemental que, sin embargo, es capaz de englobar todos los supuestos en los que nos podamos situar.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El primero de estos conjuntos está compuesto por aquellas obras arquitectónicas -edificios, centros cívicos o nuevos espacios urbanos- que simplemente están de más. A estas alturas no es necesario mencionar el gran número de proyectos desproporcionados y vacíos de contenido que caracterizan en gran medida al <i>star system</i> de la arquitectura mundial y que, en una época en la que los recursos escasean, pierden cualquier atisbo de sentido -si es que algún día lo tuvieron. Sin embargo, dentro de la arquitectura "sobrante" no es éste, ni de lejos, el peor de nuestros problemas: el de la vivienda es más grave y, desde luego, mucho más urgente. A grandes rasgos, en el Norte industrializado hay una gran demanda de apartamentos; pero ésta es, paradójicamente, mucho menor que la cantidad de viviendas que continúan vacías. La solución que se da a este conflicto consiste generalmente en la edificación masiva de más bloques de pisos que, a todas luces, son innecesarios e insostenibles. Desde el decrecimiento proponemos abandonar la vía constructiva y adoptar la vía política para resolver esta pugna: no necesitamos más casas, lo que es verdaderamente necesario es que las que están vacías se pongan a disposición de aquéllos que no disponen de una.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Por otro lado, es fácil objetar que hay lugares en los que la demanda de viviendas es real, en el sentido de que éstas no están todavía construidas. En esos casos nos topamos con el segundo bloque de problemas: los edificios que "faltan". Es obvio que la doctrina decrecentista no da una respuesta negativa a las necesidad de hacer habitable un paraje que no propicia un alojamiento digno. Sería absurdo reclamar un programa de decrecimiento en un lugar en el que reina la pobreza. Sin embargo, es necesario un compromiso por parte de los países en vías de desarrollo: tan simple como aprender de los errores relacionados con el consumo excesivo que hemos cometido los países industrializados y asegurarse de no volver a tropezar con ellos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i>"[el decrecimiento] no remite a una postura que reclama una renuncia a los placeres de la vida: reivindica, antes bien, una clara recuperación de estos últimos en un escenario marcado, eso sí, por el rechazo de los oropeles del consumo irracional."</i></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Carlos Taibo - En defensa del decrecimiento</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Extraído del texto <a href="https://docs.google.com/a/decrecimiento.info/viewer?a=v&pid=explorer&chrome=true&srcid=0B6p5qHEW-N8FYmUyZTU1ODgtYjViOS00ZWJkLWI0Y2EtZWRmOGQyZmI0MjI5">‘Altius Citius Fortius. El Pritzker de los necios’</a> escrito por Alba Carballal Gandoy</span><br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-67920740239477983602020-02-17T13:56:00.000+01:002020-02-17T13:56:10.042+01:00La limitación física al crecimiento económico<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSBhN9-UgdOISqBJcqasbk39rzsEdx7Wcw8lCjxLv2p2XOkcF-wIKeGHKge_WicCH9WgmMBwM9hoD9PChypLMlhOQaN9a1I6gF83DBqvQB8D1FyRNwBV9Oeapbr-daoB415PeGmQ/s1600/entropia.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSBhN9-UgdOISqBJcqasbk39rzsEdx7Wcw8lCjxLv2p2XOkcF-wIKeGHKge_WicCH9WgmMBwM9hoD9PChypLMlhOQaN9a1I6gF83DBqvQB8D1FyRNwBV9Oeapbr-daoB415PeGmQ/s1600/entropia.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;">‘En general, lo economistas hablan de energía y materiales sin preocuparse en exceso por las leyes que gobiernan el uso y aprovechamiento de este tipo de recursos naturales. En un sentido amplio se puede definir la energía como la capacidad o posibilidad de realizar un trabajo en su acepción no restringida [Conviene tener presente no obstante que “… la energía es una abstracción matemática que no tiene existencia aparte de su relación funcional con otras variables o coordenadas que tienen una interpretación física y pueden medirse. Por ejemplo, la energía cinética de una masa dada de material es función de su velocidad y no tiene otra realidad.”]</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pues bien, las leyes que rigen el comportamiento de la energía se conocen como leyes de la termodinámica. Dos van a ser los principios que nos interesan. El primero de esos principios se denomina <b><i>Principio de la conservación de la energía</i></b>. El segundo se conoce como <b><i>Ley de la entropía</i></b>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El primer Principio establece, como es sabido, que<i><b> la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma</b></i>. Es decir: la cantidad total de energía permanece siempre inalterable y constante, pudiendo transformarse de un estado a otro (por ejemplo, la energía calorífica que libera la combustión de fuel puede transformarse en electricidad y en calor ambiental, pero sin crearse ni destruirse en este proceso.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El segundo Principio o Ley de la Entropía no niega lo anterior pero añade algo importante: que <i><b>en esa transformación, la energía pierde su calidad y se degrada, disminuyendo sus posibilidades para el aprovechamiento humano</b></i>. Este hecho ha sido, tal vez, el que ha llevado a afirmar a algunos científicos naturales que la ciencia de la termodinámica “es tan sólo el conjunto de principios que rigen la contabilidad con la que se sigue el rastro de la energía conforme sufre dichas transformaciones”. Por esta razón, si una parte de la energía se convierte en calor a más baja temperatura, es decir, calor no utilizable o en residuo, las transformaciones energéticas nunca podrán ser eficientes al cien por cien.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Cabe recordar que, dado un ambiente o estado de referencia –en términos prácticos el planeta Tierra- la energía se presenta en dos estados cualitativamente diferentes: como <i>energía disponible o libre</i> (que podemos utilizar porque sus propiedades físicas intensivas son diferentes de las ambientales) y como <b><i>energía no disponible o disipada</i></b> (que resulta imposible aprovechar al estar en equilibrio con el ambiente). La energía disponible es la que nos permite producir trabajo (por ejemplo el petróleo aplicado a un automóvil que permite desplazarnos), y es precisamente en este proceso donde la energía libre pierde esta cualidad y se transforma en energía no disponible (o calor), trayendo consigo un claro cambio cualitativo en la naturaleza de esa energía. Además, lo que establece la ley de la entropía es que precisamente el sentido en que se realiza es transformación es único: <i><b>la energía se transforma siempre de energía disponible en energía no disponible o disipada y nunca viceversa</b></i>. O como lo formuló Rudolf Clausius por primera vez : “no es posible encontrar un proceso en el que el único resultado sea una transferencia de energía del cuerpo más frío al más caliente”. Es decir, que el calor siempre fluye desde el cuerpo más caliente al más frío, pero nunca al contrario.'</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Extraído del libro ‘La bioeconomía de Georgescu-Roegen’ escrito por Óscar Carpintero.</span><br />
<br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-26719142223621664272020-02-15T17:58:00.000+01:002020-02-15T17:58:07.598+01:00Reflexiones colectivas sobre política y decrecimiento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgssDhyphenhyphen6HfM7q65XW66_Q6tACNaJ2PAlD05GqXUH8JJSj19IjHaT10-PUE06R_Lgm6c2v9fOxA7VwUfaQbs6hvVnImazzrgLy8Q6sSTsFvOdCSV1Ae4m_bMKWRxNdX-QlbpZaQGrw/s1600/reflexionpoliticab.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgssDhyphenhyphen6HfM7q65XW66_Q6tACNaJ2PAlD05GqXUH8JJSj19IjHaT10-PUE06R_Lgm6c2v9fOxA7VwUfaQbs6hvVnImazzrgLy8Q6sSTsFvOdCSV1Ae4m_bMKWRxNdX-QlbpZaQGrw/s1600/reflexionpoliticab.jpeg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b><i>Un grupo de personas se reúne para reflexionar y hablar sobre política y decrecimiento</i></b>:</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos la Política como el arte de las relaciones humanas en la que todas somos actores políticos y todas tenemos algo que decir en los lugares donde se toman las decisiones, en contra de la forma de concebir la política actualmente dentro de la llamada ‘democracia parlamentaria’, o ‘democracia capitalista’.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos necesario reivindicar la política dentro del movimiento decrecentista para llevar a cabo sus propuestas, ya que el tema de la distribución del poder está poco hablado, y se hace imprescindible ayudar a liberar la política del capitalismo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos la horizontalidad como uno de los objetivos políticos del decrecimiento basado en el empoderamiento de las personas que se capacitan para ejercer el poder de una manera colectiva; de esta manera el decrecimiento sería entendido como un camino o una herramienta que se trabaja en la práctica.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Como agentes activos de poder, entendemos la comunicación como la forma de extender la base social mediante el acercamiento de las personas a las alternativas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos que es necesario un cambio mental. Somos conscientes que existen personas que no quieren ser libres o que están muy a gusto con la ‘democracia representativa’, pero la responsabilidad de tener voz requiere un cambio radical y este proceso personal requiere un esfuerzo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Nuestro objetivo político es una Democracia Real.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos que el decrecimiento es una crítica al sistema capitalista que funciona como un elemento transversal que es una constante de diferentes movimientos, destacando los puntos que tenemos en común pudiendo convivir con diferentes alternativas ideológicas; tiene fuerza política pero no tiene ideología propia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entendemos que los tiempos definen las estrategias de cada grupo decrecentista, sociedades pequeñas que se autogestionan, cada una de las cuales elige su camino y ofrece diferentes soluciones; cada biorregión debe adaptarse a su realidad.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El decrecimiento sólo puede ser voluntario, obligado no es una buena herramienta.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La diversificación del poder se tiene que dar en todos los ámbitos, también en el trabajo, mediante las cooperativas y la apropiación de los trabajadores de sus empresas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El empoderamiento de las personas requiere una continua formación de las personas, pero las limitaciones personales a veces pueden obligar a buscar la figura de la ‘persona de confianza’, facilitador, dinamizador o el conocido ‘mandar obedeciendo’ zapatista, teniedo siempre en cuenta que el poder es prestado. Se elimina la figura del experto, el especialista, el lider y también la tecnocracia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Como herramientas de gestión política tenemos presente la asamblea, internet y actualmente el 15-M puede servir como plataforma política al decrecimiento.</span><br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-39295498415441250102020-02-13T18:35:00.000+01:002020-02-13T18:35:02.799+01:00De vidas vivibles y producción imposible<span style="font-size: large;"><b>Amaia Orozco</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<span style="font-size: large;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-sBZoQcQzxFgcjQMTHJ58uRBDk42wQYYn8yN8t_PAd3C69M2bUtInxGsWwa8pUsdn959j1k4yVIxvS_nG6zj3lL1P9WjSbFc7Pm4wcptEUQkc4vjzDyJbP0bkgLv0CEf8XafyPQ/s1600/vida+vivible.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-sBZoQcQzxFgcjQMTHJ58uRBDk42wQYYn8yN8t_PAd3C69M2bUtInxGsWwa8pUsdn959j1k4yVIxvS_nG6zj3lL1P9WjSbFc7Pm4wcptEUQkc4vjzDyJbP0bkgLv0CEf8XafyPQ/s320/vida+vivible.jpg" width="320" /></a></span></div>
<span style="font-size: large;"><b>De vidas vivibles y producción </b><b>imposible</b><sup><sup>1</sup></sup></span><br />
<span style="font-size: large;"><sup><br /></sup></span>
<span style="font-size: large;">La crisis actual muestra la <i>imposibilidad</i> de este sistema para generar <i>vidas vivibles</i>. Desde la izquierda, corremos el riesgo de ver la <i>producción</i> como única alternativa frente al pandemónium de los mercados financieros. Pero ¿de qué hablamos cuando hablamos de <i>la crisis</i>? </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol>
<li> <span style="font-size: large;"><b>Introducción</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;">Estamos viviendo un cambio imparable que no podemos dejar al arbitrio
del libre mercado. Para afrontarlo bajo criterios de justicia, es
urgente romper con las miradas habituales de la crisis, tanto con la
hegemonía de la ortodoxia, secuestrada por los mercados financieros,
como con aquella mirada frecuente en la heterodoxia que se centra en la <i>economía real</i>, que sigue creyendo en la recuperación de la <i>producción</i>. La economía feminista, que es feminista en tanto en cuanto contiene una <i>pretensión de subversión</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote2sym" name="sdfootnote2anc"><sup>2</sup></a></sup>,
puede jugar un papel clave en este sentido. Este texto no pretende
ofrecer respuestas, sino abrir preguntas desde una apuesta analítica y
política concreta: poner la sostenibilidad de la vida en el centro. Se
recogen debates que hemos ido teniendo desde la economía feminista y que
entran en diálogo con otras perspectivas críticas. No busca ofrecer
ningún tipo de solución, sino lanzar ideas para sentarnos en una plaza,
debatir y empezar a balbucear respuestas colectivas. Es preciso señalar
que se localiza en el contexto concreto del estado español, por lo que
muchos de los ejemplos o afirmaciones responden a esa realidad,
especialmente el apartado último sobre el 15m. Sin embargo, tenemos la
esperanza de que esto no impida una discusión más amplia con miradas
propias de otros lugares.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La estructura del texto es la
siguiente: Para entender la crisis civilizatoria son imprescindibles
miradas críticas que se rebelen contra los mercados; una de ellas es la
mirada desde la sostenibilidad de la vida (apartado 2). Este artículo
ahonda en qué implica esta mirada y cómo se lee la crisis desde ella: en
qué consiste la crisis (apartado 3), cómo se produce el ajuste y cuáles
son las consecuencias que está teniendo (apartado 4).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ante esta crisis
civilizatoria, la contrapropuesta no puede ser recuperar la <i>producción</i> (apartado 5), sino abrir dos debates: qué es la <i>vida vivible</i>,
la vida que merece la pena ser vivida, y cómo colectivizar la
responsabilidad de garantizar sus condiciones de posibilidad (apartado
6). Estos debates han de ser radicalmente democráticos; en un contexto
donde no existen estructuras de democracia real, el 15m contiene la
potencia necesaria para abrirlos (apartado 7).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="2">
<li> <span style="font-size: large;"><b>Desde dónde (no) mirar la crisis</b></span></li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La mirada hegemónica que se nos impone para pensar la crisis posiciona
en el centro de atención a los mercados financieros, sus procesos,
lógica y necesidades; entendiendo que el conjunto social es
unilateralmente dependiente de su buen funcionamiento. Esta mirada se
caracteriza por su obscurantismo, respaldado por la complejidad del
aparataje financiero. Solo los expertos pueden entender qué ocurre y así
dilucidar la respuesta de política económica adecuada para restablecer
el equilibrio mercantil y, de manera derivada, el bienestar. A esta
mirada podemos calificarla como una <i>teocracia mercantil</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote3sym" name="sdfootnote3anc"><sup>3</sup></a></sup>, porque impone las necesidades del proceso de valorización del capital financiero como una especie de <i>designio divino</i>
inescapable (esto es, que ha de acatarse al margen de la voluntad
humana) e inescrutable (los tecnócratas se convierten en sacerdotes
mediadores entre la divinidad y el vulgo). Desde el feminismo afirmamos
que lejos de ser un discurso tecnicista neutro, la <i>teocracia mercantil</i>
es una mirada androcéntrica que no solo no es útil para los propósitos
emancipadores feministas, sino que resulta tremendamente peligrosa, toda
vez que impone como única visión verdadera aquella que sostiene el
statu quo y relega el bienestar del conjunto social a una posición
periférica y subalterna. Dicho de otra forma, desde la economía
feminista el capitalismo financiero lejos de ser naturalizado o, peor,
divinizado, es cuestionado.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hay otra mirada, con fuerte presencia entre la heterodoxia, que cae en lo que podríamos denominar un <i>estrabismo productivista</i> (Picchio, 2009). Esta perspectiva parte de una dura crítica a la subordinación de la <i>economía real</i> al capital financiero. Su foco de atención es el proceso de <i>producción</i>
y los elementos asociados al mismo: trabajo (remunerado), salario,
consumo, demanda agregada, inversión, gasto público, etc. Esta mirada
sigue anclada en los mercados, si bien en los de bienes y servicios y no
en los financieros.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El estrabismo productivista tiene una vertiente
feminista<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote4sym" name="sdfootnote4anc"><sup>4</sup></a></sup>, que pone el acento en la presencia diferencial de mujeres y hombres en los mercados y, sobre todo, en el mercado laboral<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote5sym" name="sdfootnote5anc"><sup>5</sup></a></sup>.
Desde aquí, se insiste en los efectos de la crisis sobre el empleo y se
reitera que, si bien en un comienzo pudo golpear más duramente a los
hombres (por atacar a sectores masculinizados como la construcción), la
dinámica posterior así como el peor punto de partida hacen que podamos
afirmar sin género de dudas que la crisis tiene un mayor impacto sobre
las mujeres. El leit motif de este <i>feminismo productivista</i> es demostrar que, al final, siempre <i>las mujeres, peor</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote6sym" name="sdfootnote6anc"><sup>6</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En este artículo intentamos dar una alternativa a esas dos opciones,
desde la convicción de que estamos afrontando una crisis sistémica y
civilizatoria, en la que lo que necesitamos cuestionar es el conjunto
del “proyecto modernizador”, la idea misma de desarrollo, progreso y
crecimiento<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote7sym" name="sdfootnote7anc"><sup>7</sup></a></sup>.
Frente a la existencia de un discurso hegemónico que legitima y fomenta
un sistema que es insostenible e injusto, es urgente la confluencia y
el diálogo de miradas críticas que arranquen desde fuera de los
mercados, desde un terreno de juego distinto. Aquí se sitúan propuestas
de corte más activista, como el decrecimiento desde el ecologismo
social; más académico, como el post-desarrollo; o de política aplicada
como el buen vivir o vivir bien (sumak kawsay en kichwa en Ecuador y
suma q’amaña en aymara en Bolivia, respectivamente, ambos recogidos en
sus constituciones)<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote8sym" name="sdfootnote8anc"><sup>8</sup></a></sup>.
En este texto se añade la mirada desde la sostenibilidad de la vida
(Carrasco, 2009). No se plantea como la única alternativa, o la mejor de
ellas, sino como una más en confluencia y comunicación con otras. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Poner la sostenibilidad de la vida en el centro significa considerar el
sistema socioeconómico como un engranaje de diversas esferas de
actividad (unas monetizadas y otras no) cuya articulación ha de ser
valorada según el impacto final en los procesos vitales. Aquí van
ligadas dos preguntas: cuál es esa vida cuyo sostenimiento vamos a
evaluar, qué entendemos por vida digna de ser vivida, o de ser
sostenida; y cómo se gestiona dicho sostenimiento, cuáles son las
estructuras socioeconómicas con las que lo organizamos. Como
argumentaremos a lo largo del texto, la construcción ética hegemónica
sobre la vida es perversa en diversos sentidos. Entre otros, porque
escinde vida humana y naturaleza, impone un sueño loco de
autosuficiencia y negación de la vulnerabilidad, e identifica bienestar
con consumo mercantil en permanente crecimiento. También están
pervertidas las estructuras socioeconómicas actuales porque ponen la <i>vida</i> al servicio del capital y, por tanto, establecen una amenaza permanente sobre ella. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="3">
<li> <span style="font-size: large;"><b>Pero, ¿de qué crisis estamos hablando?</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Usamos de forma recurrente el vocablo <i>crisis</i>,
a veces como un fenómeno omnímodo: LA crisis; a menudo acompañado de
epítetos mercantilistas: crisis de la deuda, crediticia, bancaria, de
rentabilidad…; menos frecuentemente como fenómeno de corte más social o
ambiental. Ante semejante polisemia, es preciso empezar por aclarar a
qué nos referimos cuando usamos la palabreja desde la mirada de la
sostenibilidad de la vida. Para ello, tenemos que empezar por
diferenciar dos momentos: el previo y el posterior al estallido
financiero de 2007.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>3.1- Crisis multidimensional antes del estallido financiero</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Antes del estallido, las miradas críticas ya señalábamos la existencia
de una profunda crisis multidimensional para referirnos, al menos, a
tres cuestiones: a la crisis ecológica de dimensiones globales; a la
crisis de reproducción social que afectaba al Sur global; y a la crisis
de los cuidados en el Norte global<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote9sym" name="sdfootnote9anc"><sup>9</sup></a></sup>.
La crisis ecológica abarca diversas dimensiones interconectadas: cambio
climático, agotamiento de los recursos naturales, y colapso de la
biodiversidad. Por crisis de reproducción social nos referimos a que el
conjunto de expectativas de reproducción material y emocional de las
personas resulta inalcanzable, pudiendo, a menudo, derivar lisa y
llanamente en muerte, como ocurre con la crisis alimentaria. La noción
de crisis de los cuidados afecta a una dimensión concreta de dichas
expectativas de reproducción: los cuidados, implicando que los arreglos
del cuidado son insatisfactorios, insuficientes, precarios y no
libremente elegidos<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote10sym" name="sdfootnote10anc"><sup>10</sup></a></sup>. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Estas
diversas dimensiones de la crisis están interrelacionadas. Los factores
desencadenantes son en ocasiones comunes. Por ejemplo, la explosión del
transporte motorizado y el asociado modelo de crecimiento urbano están
en el corazón de la crisis ecológica, lo cual resulta más obvio (ver,
por ejemplo, Fernández Durán, 1993), pero también de la crisis de los
cuidados: las grandes ciudades pensadas para el coche imponen unas
condiciones sumamente desfavorables para los cuidados al conllevar la
desaparición de espacios públicos donde se pueda cuidar de forma más
colectiva y menos intensiva, y al generar una escisión entre los
distintos espacios de vida que multiplica los tiempos perdidos en
transporte e impide la simultaneidad de tareas. Las dinámicas
desencadenadas por las diversas dimensiones de esa crisis también están
interconectadas. La crisis de reproducción social está en la génesis del
proceso de globalización de las migraciones y, particularmente, de la
feminización de las migraciones. A su vez, el cierre reaccionario de la
crisis de los cuidados deriva en la apertura de oportunidades laborales
en el sector precarizado de los cuidados, nicho donde encuentran empleo
cada vez más mujeres migrantes. Se conforman cadenas globales de
cuidados que son la encarnación cotidiana de la expansión transnacional
de un sistema socioeconómico donde la vida y su cuidado cotidiano es un
asunto a resolver en lo privado y por las mujeres<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote11sym" name="sdfootnote11anc"><sup>11</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En última instancia, lo que estábamos denunciando es que el proceso de
valorización de capital se daba a costa de la explotación de los
recursos naturales y de la vida humana misma, tanto en el Sur global
como en el Norte global (si bien esta explotación tenía características e
intensidades muy diversas). En el mejor de los casos, la vida y sus
necesidades eran un medio para el fin de acumulación de capital; en el
peor, un estorbo y lo más rentable era destruirla. A esto lo habíamos
denominado conflicto capital-vida. En el proceso de financiarización de
la economía, decíamos que este conflicto se había agudizado, al
producirse una parte creciente de generación de beneficios con una
desconexión tremenda de los procesos vitales mismos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En
definitiva, estábamos luchando por que se reconocieran como crisis
profundas y acumuladas estos gravísimos ataques a los procesos vitales.
Estábamos visibilizando las deficiencias estructurales de un sistema
depredador, que no solo era capitalista, sino también heteropatriarcal,
antropocéntrico, e imperialista y, por eso y ante la dificultad de darle
nombre, nos referíamos a “esa escandalosa Cosa” (Haraway, 1991).
Hablábamos de crisis civilizatoria porque atravesaba el conjunto de las
estructuras (políticas, sociales, económicas, culturales, nacionales),
pero también de las construcciones éticas y epistemológicas más básicas
(la propia comprensión de la <i>vida</i>). Y, sin embargo, no habíamos
logrado consenso social para entender todo lo anterior como una crisis,
sino que seguíamos hablando de procesos de <i>desarrollo</i> impulsados por la globalización de la economía de libre mercado. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>3.2- El estallido financiero y la respuesta política </b></i></span> <br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Llega entonces el estallido financiero y, automáticamente y sin
cuestionamiento alguno, le otorgamos el nombre de crisis; es más
hablamos de LA crisis, a la que además calificamos como global.
Realmente, lo que se produce primeramente es una quiebra en el proceso
de valorización de capital, en los circuitos financieros de los países
del Norte global. No es, en principio, una quiebra directa de los
procesos vitales ni tampoco reviste carácter mundial. En ese sentido, no
es una crisis, porque no está en crisis –o no tan agudamente<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote12sym" name="sdfootnote12anc"><sup>12</sup></a></sup>-
el proceso vital, que es el que nos importa si ponemos la
sostenibilidad de la vida en el centro. La clave aquí es la respuesta
política que se da al estallido financiero. Y, de nuevo, tenemos que
distinguir dos momentos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La primera respuesta política implicó
una breve, sorprendente y esperanzadora ruptura con el consenso
post-Washington (Young et al., 2011). Se hablaba de refundar las bases
del capitalismo y de poner coto a los mercados financieros. Se apostaba
por medidas de corte keynesiano, que promovían la recuperación de la
actividad mercantil mediante inyecciones de dinero público en ciertos
sectores financieros y productivos. Esta respuesta política inicial
puede leerse como el intento de recuperar las tasas de ganancia
salvaguardando al mismo tiempo las condiciones de vida de la población a
través de la protección del empleo y los niveles de consumo. Dicho de
otra forma, como un intento de conciliar los procesos de acumulación de
capital y de sostenibilidad de la vida; como una apuesta por la <i>producción</i> frente a las finanzas. En el estado español, el Plan Ẽ fue el máximo exponente de este ciclo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde una perspectiva productivista, esta reacción puede considerarse acertada. Desde el feminismo se planteó incluso como una <i>ventana de oportunidad</i>
para la inversión pública hacia sectores intensivos en mano de obra que
implicaran la socialización del cuidado y oportunidades de empleo para
las mujeres<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote13sym" name="sdfootnote13anc"><sup>13</sup></a></sup>.
Desde una perspectiva de sostenibilidad de la vida, la valoración no es
tan halagüeña. Ya estaban olvidándose las dimensiones de la crisis que
se habían intentado visibilizar. Así, la inversión pública volvía a
apostar por las grandes obras con un impacto ecológico tremendo; en
ningún caso se aprovechó para construir infraestructuras de cuidados;
las medidas de protección social olvidaron pronto a la población
migrante. En momentos de dificultad, quién se acuerda de la crisis
ecológica, de la crisis de cuidados o de que la ciudadanía ha de ser
global. Había grandes debilidades intrínsecas, pero, sobre todo, el
problema era que esa respuesta era una apuesta por negar la existencia
de esa contradicción profunda capital-vida. El breve lapso que nos duró
el espejismo de pensar que el sistema socioeconómico podía transformarse
desde dentro muestra que la vía de la paz social (de insistir en la
posibilidad de conciliar el proceso de obtención de ganancia, y los
procesos de sostenibilidad de la vida) tiene unos límites clarísimos:
cuando la situación exige hacer renuncias al proceso de valorización,
llega el ataque desde ahí, porque es ahí donde reside el poder. El
conflicto se desata desde el terreno que pone en jaque la vida misma,
empezamos a abordarlo en campo contrario.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Así se pasó al segundo momento de la respuesta política en el cual estamos inmersxs<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote14sym" name="sdfootnote14anc"><sup>14</sup></a></sup>
a día de hoy, caracterizada por el hecho de que los estados se escoran
hacia las necesidades y exigencias de los mercados financieros. Se están
socializando los riesgos del capital con medidas tales como los
rescates bancarios, los diversos mecanismos que implican la
socialización de la deuda privada de bancos y grandes empresas, y la
apertura de nuevos nichos de mercado con la privatización de
instituciones financieras y servicios públicos. Al mismo tiempo, se
privatizan los riesgos de la vida, los de la ciudadanía misma, con el
conjunto de medidas que forman parte de los paquetes de austeridad y
recorte<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote15sym" name="sdfootnote15anc"><sup>15</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Esta privatización implica un estrechamiento del nexo calidad de
vida-posicionamiento en el mercado, porque el acceso a recursos deja de
tener algún tipo de garantía colectiva y queda en manos privadas: a lo
que los hogares acceden vía mercado o vía trabajo no remunerado. Todo
ello, a la par que empeora el acceso a fuentes estables y suficientes de
ingresos y que se desregula el mercado laboral, implicando un peor
acceso a derechos sociales y una individualización de la negociación de
las condiciones laborales. En definitiva, tienden a desaparecer los ya
de por sí insuficientes mecanismos colectivos para garantizar el acceso a
condiciones de vida dignas en términos de universalidad e igualdad, y
en desfachatado contraste se refuerzan los mecanismos que colectivizan
la responsabilidad de garantizar la generación de tasas de ganancia
suficientes para el capital. Es un ataque directo a los procesos de
sostenibilidad de la vida. Y aquí sí ya, con toda contundencia, podemos y
debemos hablar de crisis. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="4">
<li> <span style="font-size: large;"><b>¿Quién y cómo se encarga del ajuste?</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El proceso de valorización en los mercados financieros quiebra y el
estado responde, readaptando su papel para que dicho proceso se
recupere. Pero ¿dónde se produce el ajuste final, en términos de
reacomodar el proceso de sostenibilidad de la vida a las nuevas
condiciones impuestas por los mercados financieros? Ante este sesgo del
estado y la inexistencia de otro tipo de mecanismos de respuesta
colectiva, es en los hogares donde se sigue intentando garantizar la
generación cotidiana de bienestar concreto para personas concretas. Una
vez más, se ve lo ya constatado para otras crisis: son los hogares el
colchón último del sistema socioeconómico, el lugar donde en última
instancia se absorben los shocks que se producen en otras esferas<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote16sym" name="sdfootnote16anc"><sup>16</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>4.1- Nuevas estrategias de supervivencia: privatizadas, globales y feminizadas</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿Cómo se produce este ajuste? Mediante el despliegue de <i>nuevas estrategias de supervivencia</i>.
Los hogares se las ingenian para afrontar el contexto explicado de, por
un lado, privatización del acceso a los recursos y la gestión de los
riesgos vitales, y, por otro, pérdida de fuentes de ingresos estables y
suficientes.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entre las estrategias podemos mencionar, al menos, tres<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote17sym" name="sdfootnote17anc"><sup>17</sup></a></sup>.
En primer lugar, la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos, intentando
encontrar empleo en sectores que se habían abandonado; por ejemplo, la
vuelta al sector agrícola o al empleo de hogar de parte de la población
autóctona. O bien con la inserción en el mercado laboral de sujetos que
antes estaban fuera, como es el caso de las mujeres mayores de cincuenta
y cinco años<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote18sym" name="sdfootnote18anc"><sup>18</sup></a></sup>. Esto supone una transformación de los roles económicos de los sujetos y una comprensión diferente de la <i>normalidad económica</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote19sym" name="sdfootnote19anc"><sup>19</sup></a></sup>.
Esta búsqueda de nuevas fuentes de ingresos se da a la par que van
paulatinamente volviéndose borrosas las fronteras que separan la
economía formal de la informal, en una vuelta de tuerca al ya señalado
proceso de <i>domesticación del trabajo</i>, que abarca y desborda el fenómeno de precarización del empleo<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote20sym" name="sdfootnote20anc"><sup>20</sup></a></sup>.
Tener un empleo y, por tanto, un salario directo, es cada vez menos
garantía de acceso a salario indirecto o diferido (prestaciones y
derechos contributivos). ¿Puede empezar a expandirse la realidad
prototípica del mercado laboral estadounidense de los “trabajadores pero
pobres”<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote21sym" name="sdfootnote21anc"><sup>21</sup></a></sup>? </span><br />
<span style="font-size: large;">En segundo lugar, se produce una traslación de costes y
responsabilidades hacia el trabajo no remunerado.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Si ya no es posible
acceder a ciertos bienes y servicios de mercado y hay otros que el
sector público deja de proporcionar, una alternativa es reducir los
niveles de consumo. Pero hay otros recursos de los que no se puede
prescindir, y cuya producción se vuelca al trabajo no pagado. Esto es
claro con los cuidados a raíz de los recortes en el gasto público (por
ejemplo, freno a la aplicación de la <i>ley de dependencia</i> en el
estado español, aumento del trabajo no pagado de atención a la salud y
la enfermedad a raíz de la implantación de sistemas de copago). Ya en
otras crisis se ha denunciado la derivación de costes a estos trabajos,
que de manera implícita se dan por infinitamente flexibles y que, sin
embargo, no lo son. En este sentido, la crisis se <i>resuelve</i> trasladando una enorme carga laboral a ciertos segmentos sociales (mayoritariamente mujeres). </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En tercer lugar, se despliega lo que se ha denominado una “economía de retales”<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote22sym" name="sdfootnote22anc"><sup>22</sup></a></sup>,
en la que los diferentes miembros de los hogares ponen en común todos
los recursos disponibles (de tiempo, haciendo gratis cosas que antes se
compraban; de dinero, generando flujos financieros alternativos e
informales; espaciales, compartiendo casa; de información, etc.). Esto
unido a una ampliación de las fronteras del <i>hogar</i>, con una vuelta
a la familia nuclear de jóvenes (y no tan jóvenes) que se habían
emancipado parcialmente, o con un reforzamiento de la familia extensa.
Esta economía de retales es sumamente elocuente de una cuestión clave
sobre la que volveremos: la realidad económica es una realidad de
interdependencia. La cuestión es que la red que se hace cargo de esa
interdependencia sigue estando sumamente asociada a los modelos
tradicionales de familia; no parece que surjan formas alternativas de
organizar la convivencia y de compartir recursos… ¿es esto realmente
así? En ese caso, ¿por qué?</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Difícilmente podemos contestar a
esas preguntas, porque de estas nuevas estrategias de supervivencia
sabemos poco. De la que más datos disponemos es de la primera dada la
focalización de las estadísticas en el mercado laboral. Pero la
domesticación del trabajo supone que proliferan realidades laborales
borrosas, difícilmente captables con categorías pensadas para el mercado
laboral formal. Tampoco sabemos bien qué está pasando en el empleo de
hogar y en el trabajo sexual, sectores históricamente feminizados
(siempre mal captados por los sistemas de medición androcéntricos), cuyo
comportamiento se define por pautas propias en parte ajenas al <i>clima económico</i>
general y que funcionan como nichos laborales de emergencia cuando los
socialmente aceptados fallan. Para visualizar la segunda tampoco tenemos
casi datos, entre otras cosas, porque las encuestas de usos del tiempo
se realizan cada grandes intervalos de tiempo<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote23sym" name="sdfootnote23anc"><sup>23</sup></a></sup>.
Y sobre la tercera cabe decir que no se presta suficiente atención a
este ámbito micro de ajuste del sistema. Son pequeños aspectos de la
cotidianeidad, imperceptibles para las estadísticas al uso, las visiones
macro y la mirada de la teocracia mercantil que, sin embargo, son clave
para comprender el impacto en el bienestar efectivo de los sujetos
concretos. Para entender estas estrategias convendría tener muy en mente
lo ocurrido en el Sur global a raíz de la imposición de programas
neoliberales muy similares a los actuales en el Norte global.</span><br />
<span style="font-size: large;">A
pesar de esas carencias, algo sabemos… Merece remarcar dos
características de estas nuevas estrategias de supervivencia, además del
hecho de que estén privatizadas (relegadas a los hogares). El primer
elemento a destacar es que son globales, que no se toman pensando en el
estricto ámbito de los estados-nación, sino en términos transnacionales.
La gente está migrando o proyectando migrar; tanto quienes lo habían
hecho previamente (personas ya instaladas, algunas que habían logrado la
nacionalidad del país de destino, que retornan o que envían a sus hijxs
a los países de origen) como quienes inician una nueva migración (cada
vez más gente joven con altos niveles educativos que buscan empleo
fuera)<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote24sym" name="sdfootnote24anc"><sup>24</sup></a></sup>.
La crisis no puede pensarse ni afrontarse desde una perspectiva
constreñida a las fronteras nacionales no solo porque los mercados están
globalizados, sino porque hemos construido y seguimos reforzando lazos
interpersonales de carácter global.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Los países del centro
estamos comenzando a formar parte del proceso de globalización de las
migraciones cada vez más en calidad de <i>países de origen</i>. Esto
obliga a nuevas miradas sobre la migración y a tener mucho cuidado en
comprender los dinámicos procesos de segmentación social a lo que esto
dé lugar. Entre otras cosas, esta migración desde los países del Norte
global se sigue dando en un contexto de hegemonía mundial y de mercados
laborales etno-segmentados en todos los lugares. Mientras que la
migración del Sur hacia el Norte implicaba la inserción de la población
migrante en los estratos más bajos del mercado laboral, dando lugar a
nuevos tipos de “clases sirvientes” (Sassen, 2008), la migración desde
el Norte puede implicar la aparición (o engrosamiento) de nuevas élites
blancas que copen los estratos superiores del mercado laboral de muchos
países del Sur global<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote25sym" name="sdfootnote25anc"><sup>25</sup></a></sup>.
Todo ello en un contexto de incremento de las desigualdades también
entre países a nivel global; de periferización de algunos países del
centro.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El segundo elemento a destacar es que se trata de
estrategias feminizadas o, dicho de otra manera, que el ajuste está
sexuado. Mientras que la construcción de la identidad masculina se
entiende como la construcción de sí para sí a través del mecanismo clave
del trabajo en el mercado; la construcción de la feminidad pasa por la
construcción de sí para el resto a través de la realización del conjunto
de trabajos y actividades necesarios para que el hogar salga adelante. A
pesar de las fugas y fracturas que se estaban produciendo en esta forma
de entender a los sujetos sexuados, cabe preguntarse si, en momentos de
crisis, no tienden a reforzarse. El desempleo masculino a menudo deriva
en un doloroso proceso de pérdida de identidad, de <i>sentido de la vida</i>.
Frente a ello, quienes tienden a reaccionar son las mujeres, buscando
nuevas fuentes de ingresos, intensificando el trabajo no pagado, o
creando redes de intercambio. Es decir, desplegando las estrategias de
las que hablábamos. Este proceso, que se observó con claridad en la
América Latina de los 80 y 90, difícilmente podría ser mejor expresado
que en la película “Los lunes al sol” de Fernando León de Aranoa, en la
que un conjunto de manos invisibles (manos que la pantalla invisibiliza)
siguen haciendo no se sabe bien qué, pero un algo que sostiene los
hogares que ya no pueden contar con el salario de esos <i>cabezas de familia</i> que han sido despedidos de los astilleros. Si recordamos, el único que sucumbe es aquel que vive solo, sin una mujer.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿Hasta qué punto esta construcción sexuada de las responsabilidades
económicas se refuerza con la crisis? ¿Hasta qué punto las fugas que ya
se habían producido modifican el panorama? De nuevo, una constatación
gruesa: hay una reacción diferencial de mujeres y hombres, en la que son
ellas quienes tienden a asumir la responsabilidad última del ajuste; y
una certeza: necesitamos mirar mucho más atentamente este proceso. Este
es uno de los terrenos clave en los que los feminismos han de aportar a
la comprensión de la crisis, pero, para hacerlo, es preciso la
confluencia de miradas, entre aquellas más preocupadas por los procesos <i>materiales</i> y las más pendientes de los aspectos <i>subjetivos y simbólicos</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote26sym" name="sdfootnote26anc"><sup>26</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>4.2- Hipersegmentación y crisis de reproducción social</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿Son suficientes estas estrategias para ajustarse a las nuevas
condiciones de privatización de los riesgos de la vida? No, claramente
no lo son, o no para todas las personas ni todos los grupos sociales.
Por eso, y salvo que se dé un giro copernicano al actual sentido de las
políticas, se está produciendo y va a intensificarse un proceso de
hipersegmentación social y una crisis de reproducción social. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Con la respuesta política al estallido, hay ciertos grupos sociales que
están enriqueciéndose. Decíamos antes que se socializan los riesgos del
capital, pero más correcto sería decir que se socializan los riesgos de
ciertas élites financieras, en cuyas manos se va concentrando la
riqueza; este proceso de concentración adquiere un ritmo vertiginoso en
el momento actual. Frente a este acaparamiento por parte de una minoría
de la población mundial, aquella a la que el movimiento <i>occupy</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote27sym" name="sdfootnote27anc"><sup>27</sup></a></sup>
se refiere como el 1%, amplios segmentos sociales viven un proceso de
intensificación de lo que desde el feminismo habíamos llamado <i>precariedad en la vida</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote28sym" name="sdfootnote28anc"><sup>28</sup></a></sup>.
Las dimensiones de esta precariedad que van a agravarse así como la
virulencia de dicha intensificación no van a ser uniformes ni
homogéneas. Habrá quien se quede desahuciada y con una deuda tremenda
con el banco. Habrá quien tenga que encargarse veinticuatro horas al día
de un anciano en situación de dependencia, sin acceso a ninguna
prestación, y entremedias se fastidie la espalda y no pueda ir al
traumatólogo. Habrá quien pierda sus redes afectivas porque el único
curro que le ha salido es muy lejos de su ciudad. En otros casos, de una
situación de precariedad se irá pasando a una situación de exclusión.
Decíamos hace tiempos que entre la precariedad y la exclusión no había
solución de continuidad, y que, de hecho, la exclusión funcionaba como
una amenaza para acatar la pérdida de derechos que estaba en la génesis
de la precariedad. Este proceso de amenaza, de inocular miedo, se
refuerza con la crisis. Es imprescindible estar pendientes para conocer
quién, cómo, por qué mecanismos y en qué sentidos está pasando de la
inseguridad en el acceso a recursos, al no-acceso, al quedarse al
margen. Caso claro es el de la irregularidad sobrevenida, fenómeno que
afecta a personas migrantes que tenían una situación administrativa ya
regularizada, pero que, al perder el empleo y dejar de cotizar, pierden <i>los papeles</i>,
pudiendo llegar a situaciones absurdas en las que sean no-ciudadanxs,
pero sí estén hipotecadxs. Otro caso es el de las mujeres viviendo
situaciones de violencia machista que no pueden separarse por el
agravamiento de las dificultades financieras.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pero lo que presenciamos no es una cuestión de dualización social, sino un fuerte aumento de las desigualdades sociales<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote29sym" name="sdfootnote29anc"><sup>29</sup></a></sup>.
El impacto de la crisis varía según diversos factores: De forma clave
el posicionamiento de cada quien en los mercados (si se tiene o no
acceso a rentas no salariales, y cuál es la inserción que se tiene en el
mercado laboral), pero también de otros elementos como las redes
familiares o sociales de las que se disponga y el estatus de ciudadanía.
Los procesos de inclusión/exclusión no son limpios, sino que discurren a
lo largo de un hilo de continuidad donde las vías y las dimensiones
mismas de la exclusión son sumamente complejas y diversas. La
desaparición de mecanismos colectivos de gestión de la vida, en general,
y de los riegos de la vida, en particular, lo que permiten es que se
desplieguen en todo su esplendor los mercados, poderosas instituciones
de multiplicación de las desigualdades. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Parte de la respuesta
política al estallido pasa porque el sistema de prestaciones en el Norte
global vive un proceso creciente de segmentación, en el que cada vez
son menos los sectores sociales protegidos que están dentro del sistema
contributivo, y cada vez más quienes quedan relegadxs a un sistema
periférico, de calidad ínfima. Se produce una pérdida del principio de
universalidad en la articulación de prestaciones, dicho de otra forma,
ciertos derechos dejan de entenderse como tal. Como afirman Gill y
Roberts (2011) la pobreza se individualiza y deja de entenderse sobre la
base de la “ciudadanía social” para verse desde una óptica de
“ciudadanía de mercado”. En ese sistema de protección social periférico
quienes reciben prestaciones se ven sujetxs a un control permanente y
reforzado para asegurar que siguen cumpliendo las condiciones de
vulnerabilidad y/o exclusión que les hacen merecedores de ayudas de
emergencia. Este control y disciplinamiento social contrasta fuertemente
con la falta generalizada de supervisión al capital mismo. Esta
creciente asimetría es parte de lo que Gill y Roberts (2011) denominan
el “neoliberalismo disciplinador”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En última instancia, decir
que el ajuste de y en los hogares es insuficiente significa decir que la
crisis multidimensional que precedía al estallido financiero va a
agravarse. Las preocupaciones ecológicas pierden el poco fuelle que
tenían frente a lo que se perciben como los verdaderos problemas graves y
urgentes. La crisis de los cuidados en el Norte global se agudiza, por
la pérdida de servicios y prestaciones públicas, la traslación de cargas
al trabajo no remunerado y la posibilidad de que se deteriore el estado
general de salud<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote30sym" name="sdfootnote30anc"><sup>30</sup></a></sup>. Y la crisis de reproducción social, además de poder agravarse en los países del Sur<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote31sym" name="sdfootnote31anc"><sup>31</sup></a></sup>, sin lugar a dudas va a comenzar a ser una realidad cotidiana en los países del Norte, que nos creíamos inmunes y a salvo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="5">
<li> <span style="font-size: large;"><b>Entonces: ¿producir o reproducir?</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde las visiones productivistas que comentábamos al comienzo, la clave es recuperar el <i>crecimiento económico</i>, la <i>producción</i>
y sus bondades asociadas (el empleo, los salarios, el consumo). El
feminismo productivista pone también aquí el énfasis, reivindicando que
esa recuperación no se haga forzando a las mujeres a volver a los
hogares (evitando que, en un contexto de escasez de puestos de trabajo,
estos se adjudiquen prioritariamente a los hombres) y/o que no refuerce
un modelo de ganador y medio (copando los hombres los puestos a tiempo
completo y dejando a las mujeres encasilladas en el tiempo parcial).
Estas reivindicaciones levantan importantes debates sobre la autonomía
monetaria y en derechos de las mujeres, pero no pueden evitar seguir
inserta en una lógica de <i>competencia por los empleos</i> que, en
última instancia, es indicativa de un problema más profundo: la
reivindicación de la producción es en sí el gran error. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La idea de la <i>producción</i>
ha recibido fuertes críticas desde varias miradas, entre ellas, el
ecologismo social y el feminismo. Desde el ecologismo social y la
economía ecológica se afirma que la “metáfora de la producción” (Naredo,
2006) se ha adueñado de nuestra forma de interpretar el mundo,
generando una falsa creencia en la capacidad de producir riqueza como un
proceso progresivo y creciente sin límite. Este sería el objetivo
socioeconómico por excelencia: el progreso y el desarrollo entendidos
como crecimiento sin fin. A su servicio estaría el planeta, el conjunto
de recursos naturales disponibles para que el hombre (en su acepción
metonímica) los domeñe y utilice para ir constituyendo civilización. Sin
embargo, los sistemas socioeconómicos son subsistemas abiertos, que
extraen recursos y absorben energía, y generan residuos y emiten energía
degradada. Estos subsistemas abiertos funcionan en un sistema cerrado,
la biosfera, que no intercambia materiales con el exterior y muy poca
energía (la solar); en este sistema cerrado la única producción es la de
la fotosíntesis, y es muy poca. Es decir, extraemos y transformamos,
pero no producimos nada. La producción no existe, es una fantasía
antropocéntrica que tiene una única forma de mantenerse: disponer de un
medio fantasma de acumular esa supuesta riqueza creada, el dinero. El
dinero, que no existe más que en la medida en que la gente crea que
existe (podemos decir que es una realidad de carácter performativo,
Cornwall 1998), no solo se convierte en el fin del proceso económico, en
medio de acumulación y no de mero intercambio, sino que es el sine qua
non para el funcionamiento de la metáfora de la producción.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde el feminismo se afirma que el otro oculto de la producción es la
reproducción, en un esquema epistemológico heteropatriarcal que está en
la base de la explotación de la naturaleza y la opresión de las mujeres.
Este esquema se caracteriza por interpretar el mundo de manera
dicotómica: comprender la realidad organizada en pares opuestos
(bueno/malo, producción/reproducción), con una valoración jerárquica del
binomio (la producción es el progreso, lo deseable) y donde el miembro
valorado termina arrogándose el todo, la universalidad (solo vemos y
hablamos de la producción). Además, hay un encabalgamiento entre toda
dicotomía y las dos clave de masculino/femenino,
civilización/naturaleza. La producción encarna valores de la
masculinidad, y usa la naturaleza feminizada para construir
civilización.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde aquí, se produce una disociación entre la
producción, el progreso, objetivo civilizatorio, y la mera reproducción,
el sostenimiento, condición que debe superarse. Lo plenamente humano es
trascender, y entra en contradicción con la inmanencia. Desde aquí, la
economía de mercado es un estadio de civilización superior a las <i>economías de subsistencia</i>,
porque permite colmar deseos, y no simplemente satisfacer necesidades.
Lo plenamente humano es crecer, poner la vida al servicio de algo
superior a la vida misma. Ante esta epistemología perversa, la cuestión
no es solo visibilizar que, además de producir bienes y servicios,
también se reproducen personas. Sino señalar que ambos procesos no están
escindidos, que la producción solo nos importa en la medida en que
reproduce vida. La reproducción es la lente desde la que mirar el
conjunto, el eje trasversal. Y, al aplicar esta lente trasversal, hay
que romper con la noción de que lo humano es superarse, progresar,
menospreciando el proceso en sí de mantenimiento. Dicho de otra forma:
se argumenta que no hay contradicción entre el objetivo de <i>vivir bien</i>
y la sostenibilidad. Se trata de apostar por una vida que merezca la
pena ser vivida, por vivir bien, en palabras de Tortosa (2009): Buen
Vivir es “la idea de una vida no mejor, ni mejor que la de otros, ni en
continuo desvivir para mejorarla, sino simplemente buena”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El
proceso de financiarización supone una vuelta de tuerca en esas
perversiones. Por un lado supone que el dinero, por primera vez, es
capaz de crear dinero. Esto implica perder por completo de vista toda
perspectiva y noción de los límites físicos, por disociar por completo
las nociones de <i>crecimiento</i> y <i>progreso</i> de la materialidad que las sustenta. Por otro lado, la financiarización supone un agravamiento del conflicto capital-vida<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote32sym" name="sdfootnote32anc"><sup>32</sup></a></sup>,
al establecer plazos cada vez más cortos para satisfacer el proceso de
valorización de capital, generándose una disociación absoluta con los
ritmos vitales (los de todos los procesos naturales, incluidos los
humanos). En un contexto, además, de distinta vivencia del espacio:
movilidad creciente de los capitales, control intensificado de la
movilidad humana, impactos ecológicos móviles y globales de las
actividades socioeconómicas. Con la financiarización, la <i>economía real</i> se pone al servicio de las finanzas, cierto, pero la base invisibilizada que sostiene el conjunto sigue siendo la <i>reproducción</i>,
el conjunto de esferas donde se recluye la responsabilidad de sostener
la vida en un sistema que coloca la vida al servicio del proceso de
valorización (en el ciclo del capital industrial y/o mercantil, antes;
del capital financiero, ahora).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<div align="center">
<span style="font-size: large;"><img src="http://www.rebelion.org/imagenes/144215_1.png" /></span></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Por todo ello, la desfinanciarización de la economía (el conjunto de medidas tendentes a poner control en ese <i>casino global</i>)
es clave, pero encierra en sí preguntas que van más allá: ¿queremos una
reforma que implique un mayor control y transparencia? ¿O queremos unas
finanzas que no estén bajo la lógica de valorización, apostando, por
ejemplo, por una banca pública? ¿O más bien se trataría de apostar por
pequeñas entidades financieras cercanas a la comunidad y bajo control
democrático local? O, incluso ¿queremos un nuevo papel del dinero,
volviendo a situarlo como medio de intercambio y no de acumulación?
¿Queremos que el dinero tenga algún tipo de vínculo con los recursos
naturales existentes?<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote33sym" name="sdfootnote33anc"><sup>33</sup></a></sup> Es decir, aparecen muchas más preguntas; no basta con volver a poner la <i>economía real</i>
por encima de las finanzas y con introducir ciertas enmiendas (por
ejemplo, garantizando plena igualdad de oportunidades para mujeres y
hombres). Se trata de hacerse complejos y radicales cuestionamientos del
statu quo y del hacia dónde ir.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La pregunta se transforma: no
se trata de cuestionarnos cómo volver a poner las finanzas al servicio
de la producción, sino de qué transformaciones radicales son necesarias
para reproducir las condiciones de posibilidad de una vida que merezca
la pena ser vivida, y de qué flujos materiales y de energía disponemos
realmente para lograrlo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="6">
<li> <span style="font-size: large;"><b>Dos debates: qué vida sostener y cómo hacerlo</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ante la crisis civilizatoria, tenemos que abrir muchos debates y, de
forma clave, los dos siguientes: a qué nos referimos cuando hablamos de
una vida que merece la pena ser sostenida; y con qué estructuras
reproducimos sus condiciones de posibilidad. A la noción éticamente
codificada y democráticamente discutida de vida vivible en condiciones
de universalidad e igualdad en la diversidad podríamos llamarla <i>buen vivir</i>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>6.1- Una vida que merezca la pena ser vivida</b></i><i><b>: el buen vivir</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">¿De qué vida estamos hablando? Al hablar de <i>la vida</i>
hay un riesgo implícito de pensar que “existe una vida más allá del
capitalismo, como si toda vida no estuviese ya inmersa en las relaciones
actuales de dominio: de nuevo, existe el peligro de esencializar la
vida, crear una especie de paraíso en algún lugar utópico al que
deberíamos poder acceder” (Gil, 2011b: 304-5). Para evitarlo,
necesitamos entender qué se entiende por vida que merece la pena en el
capitalismo heteropatriarcal; y preguntarnos qué vida nos merece la pena
bajo nuestros propios (otros) criterios éticos. Es un debate ético, en
ningún caso técnico; y no ha de ser respondido por ninguna clase de
expertos en ética, sino por el conjunto de la sociedad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El
capitalismo heteropatriarcal impone como objetivo vital la
autosuficiencia en y a través del mercado. Esta autosuficiencia es una
quimera inalcanzable y dañina, un espejismo que solo se mantiene en base
a ocultar las dependencias y a los sujetos que se hacen cargo de ellas
(a ocultar los cuidados que nos regeneran; a ocultar que economía de
retales en los hogares permite la recuperación de la ganancia en los
mercados); así como la dependencia de los recursos naturales y
energéticos que nos sustentan. En momentos de crisis muestra su tremenda
fragilidad, su imposibilidad de materializarse salvo en momentos muy
puntuales (siendo joven, teniendo plena salud, careciendo de
responsabilidades de cuidados) y cuando el contexto mercantil es
favorable; en cuanto alguno de esos elementos quiebra, vemos que nos
necesitamos unxs a otrxs. Es una quimera que obvia una condición
ontológica fundamental: la materialidad de la vida y los cuerpos. La
vida es vulnerable y finita; es precaria, por eso, si no se cuida, no es
viable. De ahí que debamos preocuparnos por establecer sus condiciones
de posibilidad, que no son automáticas: “la vida exige que se cumplan
varias condiciones sociales y económicas para que se mantenga como tal”
(Butler, 2009: 30). La única vía para hacerse cargo de la vulnerabilidad
y la precariedad es en la interacción: “La precariedad implica […] la
dependencia de unas personas que conocemos, o apenas conocemos, o no
conocemos de nada” (Butler, 2009: 30) Reconocer la vulnerabilidad no es
reconocer un mal, sino la potencia que hay ahí: la potencia de sentirnos
afectadxs por lo que les ocurre al resto, y la potencia de reconocer
que la vida es siempre vida en común, en interdependencia; en
ecodependencia, porque la vida humana no es superior ni está al margen
del resto del planeta, dependemos de los recursos naturales y
energéticos que nos sustentan.</span><br />
<span style="font-size: large;">Al abrir el debate ético sobre qué vida merece la pena ser sostenida, qué entender por <i>buen vivir</i>,
partiendo del reconocimiento de la vulnerabilidad, la interdependencia y
la ecodependencia, hemos de adentrarnos en numerosas cuestiones. Entre
ellas, vamos a señalar cuatro, haciendo unos breves apuntes sobre los
aportes específicos que el feminismo puede hacer. Primero: ¿qué es <i>vivir bien</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote34sym" name="sdfootnote34anc"><sup>34</sup></a></sup>?
¿Qué necesidades han de ser cubiertas? Esta pregunta no se plantea en
términos individuales ya que, como acabamos de decir, la vida es siempre
vida en común. La cuestión es dilucidar de qué necesidades nos vamos a
hacer cargo colectivamente. Los aportes de los feminismos a este debate
van en varias líneas: enfatizar la indisolubilidad de las dimensiones
materiales y afectivas de las necesidades; cuestionar la dicotomía deseo
(más allá del sostenimiento)/necesidad (sostenimiento)<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote35sym" name="sdfootnote35anc"><sup>35</sup></a></sup>;
y remarcar la importancia de la necesidad de cuidados como propia de
todas las personas a lo largo de todo el ciclo vital. El ecologismo
social enfatiza la noción de que la respuesta ha de darse desde la plena
conciencia de los límites de la biosfera, entendiendo el problema de
los límites no como un asunto futuro, sino como un tope al que ya hemos
llegado; dicho de otra forma, estamos viviendo de los ahorros del
planeta, en una fase de <i>translimitación</i>. En esta línea van planteamientos como el <i>mejor con menos</i> o el decrecimiento.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Segundo, cómo gestionar esa interdependencia inevitable. Si vamos a
seguir haciéndolo bajo relaciones de asimetría y jerarquía, donde
ciertos sujetos o colectivos, asociados a la feminidad, son
unilateralmente calificados como dependientes, con las connotaciones de
parasitismo que de aquí se derivan; mientras que otros, asociados a la
masculinidad, son socialmente legitimados como independientes (léase
autosuficientes) en aras de sus aportes a los mercados. La cuestión es,
por tanto, cómo hacer para que la interdependencia se dé en términos de
reciprocidad. Y aquí el feminismo añade una cuestión esencial: cómo
hacer para que esa interdependencia se combine con el logro de niveles
suficientes de autonomía, entendida como capacidad de decidir sobre la
propia vida, sabiendo a la par que “la autonomía personal y la autonomía
social mantienen una complicidad […] una no puede darse sin la otra”
(Gil, 2011b: 124).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tercero, cómo nos comprendemos los sujetos
sexuados que vivimos esa vida. Hablábamos antes de la construcción de la
masculinidad y la feminidad en el capitalismo heteropatriarcal. Esa
feminidad construida diluyendo la individualidad en los otros, bajo esa
ética reaccionaria del cuidado, produce lo que María Jesús Izquierdo
denomina un <i>sujeto dañado</i>. Y no es este el lugar desde el que
construir práctica política.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tampoco lo es la subjetividad construida en
torno al modelo hegemónico de masculinidad, que tiende a aproximarse al
ideal de autosuficiencia perverso y se configura bajo un aplastante
individualismo. En el momento de crisis corremos el riesgo de que estas
construcciones sexuadas perversas se refuercen, pero es también el
momento clave para cuestionarlas y para preguntarnos cómo articular
otras formas de estar en el sistema socioeconómico que sean liberadoras,
y que, al mismo tiempo, sean capaces de comprometerse, de asumir una
responsabilidad por el otro y la otra, por el colectivo. De nuevo, aquí
los aportes potenciales del feminismo son clave.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i><b>6.2- Hacia una responsabilidad colectiva en el sostenimiento de la vida</b></i></span><br />
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Si la primera pregunta es de corte ético, la segunda que planteábamos
es de corte más político: de qué estructuras socioeconómicas nos dotamos
para articular una responsabilidad colectiva en la reproducción de las
condiciones de posibilidad para esa vida que merece la pena ser vivida.
De nuevo, el sistema actual no nos sirve, por esa contradicción
estructural entre el proceso de valorización de capital y el proceso de
sostenibilidad de la vida. Bajo la preeminencia del primer proceso, la
vida éticamente cualificada está siempre bajo amenaza<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote36sym" name="sdfootnote36anc"><sup>36</sup></a></sup>;
como lo afirma Antonella Picchio, el capitalismo es una “economía de
muerte” o, en palabras de Herrero (2010b), es un sistema “biocida”. La
responsabilidad de sostenerla está privatizada, feminizada e
invisibilizada. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">De aquí se abren múltiples debates, y, al
menos, dos certezas: la propuesta no es dejar esa responsabilidad en los
mercados capitalistas; estos no pueden ser la estructura socioeconómica
priorizada, sino que, antes al contrario, han de tender a desaparecer. A
la par, esa responsabilidad ha de ir democratizándose, colectivizándose
y des-feminizándose. Si bien pueden parecer afirmaciones excesivamente
amplias y abstractas, de ellas se deriva un primer movimiento
estratégico fundamental: detraer recursos de la lógica del capital, para
poder ponerlos a funcionar bajo otras lógicas económicas (de
reciprocidad y solidaridad) en estructuras económicas democráticas. Para
lograrlo, disponemos de una plétora de mecanismos, que implican una
detracción más o menos amplia, intensa o directa<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote37sym" name="sdfootnote37anc"><sup>37</sup></a></sup>. Pongamos varios ejemplos:</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Para detraer espacio físico (tierra, espacio urbano y rural) el
ecologismo tiene muchas propuestas elaboradas: recalificación y/o
reclasificación de los suelos; redefinición de toda la orientación de
los transportes, priorizando el colectivo frente al automóvil y una red
ferroviaria electrificada que una todos los núcleos habitados y priorice
esta conexión frente a las líneas de alta velocidad que unen grandes
núcleos; espacio en las ciudades para el carril bici y zonas peatonales
frente al asfalto para los coches; tierras para la pequeña agricultura
ecológica frente a las tierras para los monocultivos para la
exportación… Para detraer espacios construidos y, en concreto,
viviendas, tenemos propuestas más reformistas como la dación en pago, y
otras más rupturistas, como la expropiación de la vivienda vacía y la
puesta en marcha de un parque público de vivienda en alquiler; o la
okupación misma.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En este debate es imprescindible introducir la
pregunta sobre los cuidados. En este caso, más que detraerlos de la
lógica de acumulación, se trata de evitar que continúe la tendencia
actual de que entren en ella. En ese sentido, la propuesta fundamental
sería prohibir que los cuidados puedan ser servicios proporcionados por
entidades con ánimo de lucro, retomando la vieja idea de que el ánimo de
lucro no puede operar en sectores básicos, y exigiendo que los cuidados
sean considerados como tal.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Para detraer recursos financieros,
dinero, hay muchas herramientas, entre ellas, persecución del fraude
fiscal, abolición de los paraísos fiscales, expropiación de bancos y
creación de una banca pública. Quizá especialmente bien hilada está la
propuesta de realizar una reforma fiscal progresiva que implique la
priorización de los impuestos directos sobre los indirectos; gravar más
al capital que al trabajo; y establecer un sistema de tipos y tramos
realmente progresivo, tanto para el capital como para el trabajo.
Podríamos añadir que una reforma fiscal progresiva debería eliminar los
mecanismos que redistribuyen hacia los modelos normativos de familia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Todas esas propuestas van en la línea de que, frente a la <i>crisis de la deuda</i>
y los asociados problemas de déficit público, la vía de reacción ha de
ser justo la contraria a la ortodoxia impuesta: aumentar los ingresos
públicos en lugar de reducir el gasto. Pero la pregunta de fondo aquí
es: ¿y para qué usar estos recursos? ¿Recaudarlos para ponerlos a
funcionar otra vez en los mismos circuitos, por ejemplo, financiar otro
mega-proyecto? ¿Recaudarlos para que la gente pueda satisfacer
expectativas de consumo que son insostenibles, por ejemplo, comprarse
otro coche nuevo? La idea no es <i>reactivar la demanda</i> (cualquier demanda, de cualquier necesidad, recursos producidos bajo cualquier forma organizativa) para incrementar la <i>producción real</i>, sino preguntarnos cuál es esa <i>producción</i>,
en qué estructuras se da, a qué necesidades responde, qué recursos
naturales utiliza. La cuestión es preguntarnos si queremos ligar esa
reforma fiscal con: (1) la socialización de la responsabilidad de
cuidados, con políticas de cuidados <i>clásicas</i> (la ley de dependencia y autonomía personal, las escuelas infantiles, derechos de <i>conciliación</i>…)
y/o políticas innovadoras (¿comedores colectivos?); (2) la puesta en
marcha de otro conjunto de mecanismos que permitan colectivizar los
riesgos del vivir (sistemas de pensiones, con un debate sobre su
carácter contributivo, recuperación de la noción de universalidad de los
derechos…); y (3) recuperar estándares de calidad y universalidad de
los sistemas educativos y sanitarios.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La pregunta es dónde poner
a circular los recursos detraídos a la lógica de acumulación de
capital: en qué estructuras, movidas por qué lógicas, con qué
organización del trabajo y con qué formas de reconocer las necesidades.
¿Queremos una red de servicios públicos de carácter estatal?, ¿queremos
otras formas de gestión de lo público más aterrizadas en lo local?,
¿queremos auto-gestión? Es un debate abierto. Para adentrarnos en él,
debemos partir de la “economía diversa realmente existente” (León, 2009)
y, sobre todo, de la diversidad posible. Hay que pensar más allá de la
díada mercado (lógica de acumulación)-estado (lógica de –supuesta-
redistribución). Hay que introducir un serio debate sobre el papel
económico de los hogares: qué queremos que quede como responsabilidad de
los hogares y qué tareas queremos externalizar. Y cómo democratizar los
hogares y lograr una redistribución intra-hogar más justa de los
trabajos y los recursos. Esta es una tarea esencial en tiempos de crisis
que sistemáticamente dejamos de lado.</span><br />
<span style="font-size: large;">Pero también hay que ir
más allá de la tríada mercado-estado-hogares. Hay que introducir en el
debate a la economía social y solidaria, la auto-gestión, las redes
comunitarias y vecinales, la pequeña agricultura campesina, el tercer
sector, etc. ¿Qué papel queremos que tenga cada forma posible?
¿Imaginamos nuevas maneras, por ejemplo, una forma de gestionar lo
público que no caiga en la lógica burocrático-administrativa?</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Todos estos son los puntos que necesitamos imperiosamente discutir,
entendiendo que esta discusión es política, y en ningún caso meramente
técnica (los tecnicismos vendrán después, o ayudarán a que el debate sea
informado, pero nunca suplantarán la política); y que ha de ser
radicalmente democrática. Y aquí aparece un problema fundamental: cómo
hacerlo si carecemos de estructuras políticas que posibiliten una
democracia real. Surgen aquí cuestiones relacionadas a la crisis de
representación, y al papel de la falaz democracia representativa como
sostén político del sistema socioeconómico que calificamos de
insostenible y perverso. Dicho de otra forma, que la crisis
multidimensional tiene una faceta política clave, que pocas veces desde
la economía feminista miramos de frente.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<ol start="7">
<li> <span style="font-size: large;"><b>Volviendo a pensar la economía desde la política: el 15m</b></span>
</li>
</ol>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En este contexto de urgencia de debates éticos y políticos, e
inexistencia de estructuras de democracia real, no podemos terminar sin
referirnos al movimiento 15m<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote38sym" name="sdfootnote38anc"><sup>38</sup></a></sup>.
Sin pretender hacer un análisis exhaustivo ni riguroso, sí merece la
pena señalar varios elementos que llenan de esperanza y que apuntan a
una potencia difícil de contener. Como exclama uno de los eslóganes: <i>esto es esperanza, y no la presidenta</i><sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote39sym" name="sdfootnote39anc"><sup>39</sup></a></sup>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Primera potencia: El 15m ha vinculado, desde el primer momento,
economía y política, partiendo de la enunciación de dos malestares de
base: <i>lo llaman democracia y no lo es</i> y <i>vuestra crisis no la pagamos</i>.
Esto, que puede parecer el simple sumatorio de dos eslóganes, implica
partir de la constatación de que las fallidas estructuras
socioeconómicas van mano a mano de las fallidas estructuras políticas.
El secuestro de las estructuras políticas por parte de las élites
financieras que se denunciaba desde el primer instante, se ha ido
haciendo cada vez más sangrante y desfachatado<sup><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote40sym" name="sdfootnote40anc"><sup>40</sup></a></sup>.
Frente a esto, el 15m hace una crítica profunda del sistema
socioeconómico y promueve alternativas, no desde la mirada de los
expertos, sino desde la mirada crítica ciudadana; y, a la par, reinventa
la política con la apuesta por el asamblearismo y la participación
directa de la gente. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Segunda potencia: El 15m implica rebelarse
contra los mecanismos que proliferan para controlar a la sociedad y que
están en directa contradicción con la falta de supervisión de los
grandes capitales. Gill y Roberts identifican esta asimetría como una de
las características esenciales de lo que denominan el “neoliberalismo
disciplinador” que “describe un orden socioeconómico global
caracterizado por el creciente poder del capital y la intensificación de
su disciplinamiento sobre la sociedad” (2011:162). Afirman que “un
sistema de mercado auto-regulado requiere la aplicación autoritaria y de
gran alcance del poder estatal” (2001: 161). Entre las varias
dimensiones de este poder se incluye un “programa punitivo de reforma
social”, que se impone, entre otras cosas, con mecanismos de represión
como la ley y la policía. Si antes del 15m no había casi práctica
política que se saliese de los cauces oficiales establecidos, el 15m
estalla esto, y se apropia del espacio público, de las calles. Ya no se
pide permiso para hacer una asamblea en una plaza, para cortar la
calzada, para ocupar espacios vacíos donde realojar gente desahuciada.
El 15m existe porque se rompe colectivamente con el miedo: <i>que no, que no tenemos miedo</i>; porque la amenaza de la exclusión no sirve para domesticar la precariedad: <i>juventud sin casa, sin curro, sin pensión: sin miedo</i>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tercera potencia: El 15m nace de un malestar común difuso que, podemos
decir, radica en el hecho de que el conflicto capital-vida no es una
tensión teórica o abstracta, sino que se encarna en la cotidianeidad, en
las vidas concretas de gente concreta. Ese malestar generalizado
expresa por tanto la afectación colectiva por un sistema en crisis. Al
mismo tiempo, estamos presenciando un proceso de hipersegmentación
social, en el que ciertos grupos van concentrando la <i>riqueza</i>,
mientras que la mayoría vive experiencias disímiles de intensificación
de la precariedad en la vida o de paso de la precariedad a la exclusión.
El magma de fondo compartido (el fortalecimiento de un sistema
socioeconómico pervertido, de un <i>proyecto civilizatorio</i> fallido)
se expresa de formas muy desiguales. Por eso, una tarea clave es ir
visibilizando y construyendo las raíces comunes de los problemas
cotidianos, sin negar su desigual virulencia; ir dando nombre al
malestar común sin quedarnos atascadxs en visiones simplistas (‘<i>somos el 99%’</i>, ‘<i>los de abajo contra los de arriba’</i>, ‘<i>y las mujeres, peor’</i>), ni atrapadxs en un <i>sálvese quien pueda</i>. Hay un <i>algo común</i>
que hace emerger al movimiento social, y este movimiento tiene como
tarea clave ir elaborándolo. En caso de no hacerlo, lo que coge fuerza
es la constatación de las desigualdades en el contexto que definíamos de
hipersegmentación social. Lo común “no solo [es] un lugar al que
llegar, sino también un lugar del que partir” (Gil, 2011: 304). El reto
es “escuchar y potenciar lo que hay en cada vida atomizada que consigue
hacer resonar y vibrar lo común” (Gil, 2011: 314).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Cuarta
potencia: El 15m ha llevado los cuerpos, con su vulnerabilidad, su
precariedad y su finitud, a la calle. Como afirma Butler refiriéndose a
las manifestaciones en Egipto: “en el caso de las asambleas públicas, se
ve claramente que no es sólo una lucha sobre el espacio público sino
también sobre cuáles son las formas básicas en las que, como cuerpos,
nos sostenemos en el mundo” (2011). En el mismo sentido, el 15m ha roto
las fronteras entre lo público y lo privado, especialmente durante el
tiempo que duraron las acampadas. Comer, vestirse, bañarse, el
cansancio, la sed, las quemaduras del sol… dejaban de ser
cotidianeidades vividas de manera individualizada y oculta en lo
doméstico para adueñarse del espacio público. Esto era encarnación de un
proceso amplio y crucial: la capacidad de vincular la micropolítica con
la macropolítica, de conectar las situaciones más privadas con los
procesos públicos. Pero este derribo de fronteras macro/micro,
público/privado ha continuado, por ejemplo, al ligar la paralización de
desahucios con la crítica a la <i>economía del ladrillo</i>, al poner en
marcha bancos de tiempo en los barrios a la par que se elaboran
detalladas propuestas de reforma de la ley electoral. El 15m rompe la
paz social, expresa el conflicto de fondo, pero lo hace como nunca antes
desde las esferas invisibilizadas del sistema socioeconómico; no desde
el ámbito privilegiado del mercado, el empleo ya no es el eje clave,
sino desde la cotidianeidad, los cuerpos, la experiencia vivida en toda
su amplitud.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Con todo lo anterior no queremos hacer una oda
acrítica al 15m ni pretender que no arrastra problemas ni contiene
debilidades. Lo que queremos es insistir en cuatro cuestiones clave para
responder a esa pregunta de qué hacer ante la crisis: necesitamos
imperiosamente volver a poner la economía en manos de la política;
identificar y rebelarnos frente a los mecanismos propios del
neoliberalismo disciplinador; entender lo común como lugar no solo al
que llegar, sino espacio del que partir; y encarnar los discursos
reconstruyendo el nexo entre lo privado y lo público, lo personal y lo
político, lo micro y lo macro, creando conflicto social desde los
ámbitos invisibilizados de la vida.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En definitiva, estamos
presenciando una grave crisis sistémica; se están produciendo profundos
cambios en la vida cotidiana. Estamos siendo testigxs de <i>algo muy gordo</i>,
pero que no va a suceder como un estallido espectacular y súbito, sino
que va ocurriendo con la suficiente parsimonia como para que vayamos
normalizando las nuevas condiciones, llegando incluso a naturalizarlas.
Como se afirma desde el ecologismo social, el cambio ya ha empezado y es
imparable; la pregunta es si queremos gobernarlo, controlarlo
democráticamente y con criterios de justicia, o si lo dejamos al libre
arbitrio de los mercados. Esto exige encarar hondos debates políticos
sobre los otros mundos posibles por los que apostar. Los feminismos, y
la economía feminista en concreto, pueden realizar aportes cruciales en
la confluencia de miradas críticas por la que apostábamos al comienzo de
estas páginas. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En esa confluencia está la potencia para
gobernar el cambio, para abrir debates radicalmente democráticos sobre
qué es una vida que merece y cómo poner sus condiciones de posibilidad,
para romper el cordel que nos ata al eje mercantil, liberarnos de la
fuerza centrípeta de la lógica de acumulación y poder salirnos por la
tangente. Como rezaba un cartel en la marcha del 25J: <i>somos más y estamos mejor desorganizadxs</i>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>BIBLIOGRAFÍA</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Agenjo Calderón , Astrid (2011), <i>
Lecturas de la crisis en clave feminista: una comparación de la
literatura en torno a los efectos específicos sobre las mujeres </i> , “Papeles de Europa”, 22, disponible en <u><a href="http://revistas.ucm.es/index.php/PADE/article/view/37936/36702"><b>http://revistas.ucm.es/index.php/PADE/article/view/37936/36702</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Aguinaga, Margarita (2010), <i> Ecofeminismo: mujer y Pachamama, no solo es posible una crítica al capitalismo y al patriarcado </i> , <i><b>ViVe/ALAI,</b></i> disponible en <u><a href="http://alainet.org/active/39531"><b>http://alainet.org/active/39531</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Álvarez Peralta , Nacho (2011), <i> Vivir en el ajuste salarial permanente </i> , “Diagonal periódico”, núm. 146, disponible en <u><a href="http://www.diagonalperiodico.net/Vivir-en-el-ajuste-salarial.html"><b>http://www.diagonalperiodico.net/Vivir-en-el-ajuste-salarial.html</b></a></u> Antonopoulos , Rania (2009), <i>Promoting gender equality through stimulus packages and public job creation. </i> <i>Lessons Learned from South Africa’s Expanded</i> , “The Levy Economics Institute of Bard College Public Policy Brief”, núm. 101, disponible en <u><a href="http://www.levyinstitute.org/pubs/ppb_101.pdf"> http://www.levyinstitute.org/pubs/ppb_101.pdf </a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Butler , Judith (2009), <i> Marcos de Guerra. Las vidas lloradas </i> , Barcelona, Buenos Aires, México, Paidós Butler , Judith (2011), <i>Bodies in Alliance and the Politics of the Street</i> , “Transversal”, núm. 10/11, disponible en <u><a href="http://www.eipcp.net/transversal/1011/butler/en"> http://www.eipcp.net/transversal/1011/butler/en </a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">CCCP (Comisión Confederal Contra la Precariedad de CGT) (2003), “Precariedad y la exclusión. ¿Cómo enfrentarnos?”, <i>Materiales de Reflexión</i>, 5, Junio 2003, disponible en <u><a href="http://www.cgt.org.es/IMG/pdf/MR_05_Precariedad.pdf">http://www.cgt.org.es/IMG/pdf/MR_05_Precariedad.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Cornwal L, Richard R. (1998), <i> A Primer on Queer Theory for Economists Interested in Social Identities </i> , <i> “ </i> Feminist Economics” , Vol. 4 núm. 2, págs. 73-82 </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Durán d e las Heras, Mª Ángeles (2011), <i> El trabajo no remunerado en la economía global </i> , Fundación BBVA. <i> El buen vivir: una vía para el desarrollo </i> (2009), A. Acosta y E. Martínez eds., Quito, Abya Yala</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Escobar , Arturo (2010), <i> Latin America at a crossroads: Alternative modernizations, post-liberalism, or post-development? </i> , “Cultural Studies”, 24:1, 1-65, disponible en <u><a href="http://www.sidint.net/docs/EscobarPaper.pdf"> <b>http://www.sidint.net/docs/EscobarPaper.pdf</b> </a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Ezquerra
, Sandra (2010), “Visiones feministas y anticapitalistas ante las
crisis”, en Amaia del Río Martínez y Marisa Sanz Moral (comp.) (2010), <i> ACTAS Encuentro: Feminismos en la agenda del desarrollo Bilbao, 27 y 28 de mayo de 2010 </i> , Hegoa y ACSUR, disponible en <u><a href="http://publ.hegoa.efaber.net/assets/pdfs/239/Actas_Encuentro_Feminismos.pdf?1311837152"><b>http://publ.hegoa.efaber.net/assets/pdfs/239/Actas_Encuentro_Feminismos.pdf?1311837152</b></a></u> Fernández Durán, Ramón (1993), <i>La explosión del desorden. </i><i> La metrópoli como espacio de la crisis global </i> , Fundamentos, disponible en <u><a href="http://www.herrera.unt.edu.ar/urbanismo2/primero/exdesorden.doc">www.herrera.unt.edu.ar/urbanismo2/primero/exdesorden.doc</a></u><i> </i></span> <br />
<span style="font-size: large;">Gálvez, Lina y Juan Torres (2009), <i>La crisis económica y sus alternativas: una perspectiva de género</i>, “Feminismo ante la crisis”, Fórum de Política Feminista, pp. 15-30, disponible en <u><a href="http://www.forumpoliticafeminista.org/fotos/files/1.pdf">http://www.forumpoliticafeminista.org/fotos/files/1.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Gil , Silvia L. (2011a), <i> Vidas precarias y la crisis global de la salud </i> , “Diagonal periódico”, núm. 160-161, disponible en <u><a href="http://www.diagonalperiodico.net/Vidas-precarias-y-la-crisis-global.html"><b>http://www.diagonalperiodico.net/Vidas-precarias-y-la-crisis-global.html</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Gil , Silvia L. (2011b), <i> Nuevos Feminismos. Sentidos comunes en la dispersión. Una historia de trayectorias y rupturas en el estado español </i> , Madrid, Traficantes de Sueños, disponible en <u><a href="http://traficantes.net/index.php/content/download/28063/260518/file/mov_11_FINAL.pdf"><b>http://traficantes.net/index.php/content/download/28063/260518/file/mov_11_FINAL.pdf</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Gill , Stephen y Adrienne Roberts (2011), <i> Macroeconomic governance, gendered inequality, and global crises </i> , B. Young, I. Bakker y D. Elson eds., “Questioning financial governance from a feminist perspective”, Routledge, pp. 155-70. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Herrero , Yayo (2010a), <i> Crisis ecológica. Aprendiendo a vivir pisando ligeramente sobre la tierra </i>
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treinta años después. Aquí y ahora. Jornadas Feministas Estatales” <i> , </i> disponible en <u><a href="http://www.feministas.org/IMG/pdf/crisis_ecologica.pdf"><b>http://www.feministas.org/IMG/pdf/crisis_ecologica.pdf</b></a></u> <i> </i> Herrero, Yayo (2010b), <i>Cuidar: una práctica política anticapitalista y antipatriarcal</i>, C. Taibo coord., “Decrecimientos: sobre lo que hay que cambiar en la vida cotidiana”, Los Libros de la catarata, pp. 17-31 </span><br />
<span style="font-size: large;">INE (2011), <i> Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011–2021 </i> , disponible en <u><a href="http://www.ine.es/prensa/np679.pdf"><b>http://www.ine.es/prensa/np679.pdf</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Latouche , Serge (2008), <i> La apuesta por el decrecimiento </i> , Barcelona, Icaria. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">OCDE (2011), <i> Divided We Stand: Why Inequality Keeps Rising </i> , OECD. Paiewonsky , Denise, </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Amaia Pérez Orozco y Mar García DomínGUEZ (2008), <b><i>Cruzando Fronteras II. Migración y desarrollo desde una perspectiva de género</i></b><b>, UN-INSTRAW-Ministerio de Igualdad, disponible en </b><u><a href="http://www.remesasydesarrollo.org/uploads/media/Crossing_BordersII_WEB.pdf"><b>http://www.remesasydesarrollo.org/uploads/media/Crossing_BordersII_WEB.pdf</b></a></u><b> </b></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pateman , Carole (1988), <i> El contrato sexual </i> , Barcelona, México, Anthropos, Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa (1995) </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Pérez Orozco , Amaia (2006b), <i> Amenaza tormenta: la crisis de los cuidados y la reorganización del sistema económico </i> , “Revista de economía crítica”, núm. 5, 7-37, disponible en <u><a href="http://www.revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/Revista_Economia_Critica_5.pdf"><b>http://www.revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/Revista_Economia_Critica_5.pdf</b></a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
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<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Picchio DEL Mercato, Antonella (2009), <i> Condiciones de vida: Perspectivas, análisis económico y políticas públicas </i> , “Revista de economía crítica”, núm. 7, pp. 27-54, disponible en <u><a href="http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n7/2_condiciones_de_vida.pdf"><b>http://revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n7/2_condiciones_de_vida.pdf</b></a></u> <i> Power, Production and Social Reproduction </i> (2003), I. Bakker y S. Gill eds., NY, Palgrave MacMillan. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Precarias a la deriva (2004), <i> A la deriva por los circuitos de la precariedad femenina </i> , Madrid: Traficantes de Sueños, disponible en <u><a href="http://traficantes.net/index.php/content/download/18059/184955/file/precarias%20a%20la%20deriva.pdf"><b>http://traficantes.net/index.php/content/download/18059/184955/file/precarias%20a%20la%20deriva.pdf</b></a></u> <i> Questioning financial governance from a feminist perspective </i> (2011), B. Young, I. Bakker y D. Elson eds., Routledge </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Q uién debe a quién (2011), <i> Vivir en deudocracia. Iban un portugués, un irlandés, un griego y un español... </i> Barcelona, Icaria <i>Revista OBETS. Revista de Ciencias Sociales</i> (2009), Núm. 4, Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz, Universidad de Alicante, disponible en <u><a href="http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/13396/6/Obets4.pdf">http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/13396/6/Obets4.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><i>Revista OBETS. Revista de Ciencias Sociales</i> (2011), Vol. 6 Núm. 1, Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz, Universidad de Alicante, disponible en <u><a href="http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/18071/1/OBETS_06_01.pdf">http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/18071/1/OBETS_06_01.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Ribas-Mateos , Natalia (2005), <i>The Mediterranean in the age of globalization: migration, welfare & borders</i> , Transaction Publishers. </span><br />
<span style="font-size: large;">Río, Sira del (2003), <i>La crisis de los cuidados: precariedad a flor de piel</i>,<i> “</i>Rescoldos. Revista de Diálogo Social”, núm. 9, págs. 47-57, disponible en <u><a href="http://www.caesasociacion.org/feminismo/ficheros/la_crisis_de_los_cuidados.pdf">http://www.caesasociacion.org/feminismo/ficheros/la_crisis_de_los_cuidados.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Río, Sira del y PÉREZ OROZCO, Amaia (2004): <i>Una visión feminista de la precariedad desde los cuidados</i>, “IX Jornadas de Economía Crítica”, UCM, 25- 27 de marzo, disponible en <u><a href="http://www.ucm.es/info/econom%C3%ADa/jec9/index.htm">www.ucm.es/info/economía/jec9/index.htm</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">SASSEN, Saskia (2008), <i>Actores y espacios laborales de la globalización</i>, “Papeles”, núm. 1010, pp. 33-51, disponible en <u><a href="http://biblioteca.hegoa.ehu.es/system/ebooks/17063/original/Actores_y_espacios_laborales.pdf">http://biblioteca.hegoa.ehu.es/system/ebooks/17063/original/Actores_y_espacios_laborales.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;"><i>Suma Qamaña. La comprensión indígena de la Vida Buena</i> (2001), J. Medina ed., La Paz, Comunicación PADEP/GTZ, disponible en <u>http://saludpublica.bvsp.org.bo/textocompleto/bvsp/boxp68/vida-buena.pdf</u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Taibo, Carlos (2011), <i>El decrecimiento explicado con sencillez</i>, Catarata.</span><br />
<span style="font-size: large;">Tortosa, José María (2009), <i>Sumak Kawsay, Suma Qamaña, Buen Vivir</i>, Fundación Carolina, disponible en <u><a href="http://www.fundacioncarolina.es/es-ES/nombrespropios/Documents/NPTortosa0908.pdf">http://www.fundacioncarolina.es/es-ES/nombrespropios/Documents/NPTortosa0908.pdf</a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Vásconez Rodríguez , Alison (2009), <i>Precarious
Work, Precarious Life: Interactions Between Paid and Unpaid Work for
Women in Ecuador Before and during Recent Economic Crisis</i> , “ GEM IWG International Conference 2009”, disponible en <u><a href="http://www.levyinstitute.org/pubs/GEMconf2009/presentations/Alison_Vasconez_Rodriguez-Panel_V.pdf"> http://www.levyinstitute.org/pubs/GEMconf2009/presentations/Alison_Vasconez_Rodriguez-Panel_V.pdf </a></u></span> <br />
<span style="font-size: large;">Weingärtner, Julia y Marta Monasterio Martín (2010), <i>Poner la vida en el centro: respuestas del ecofeminismo y del decrecimiento a la UE</i>, disponible en <u><a href="http://www.ecologistasenaccion.org/article16371.html">http://www.ecologistasenaccion.org/article16371.html</a></u></span><br />
<span style="font-size: large;">Young , Brigitte, Isabella Bakker y Diane Elson (2011), <i>Introduction</i> , B. Young, I. Bakker y D. Elson eds., “Questioning financial governance from a feminist perspective”, Routledge, pp. 1-9 </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote1anc" name="sdfootnote1sym">1</a> Una versión resumida de este texto será publicada en la revista <i>Investigaciones Feministas.</i></span> <br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote2anc" name="sdfootnote2sym">2</a> Expresión tomada de Sara Lafuente Funes.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote3anc" name="sdfootnote3sym">3</a>
Dado que el chantaje de la deuda es uno de los mecanismos principales
para imponer medidas que benefician al capital, hay quienes prefieren
hablar de una deudocracia. Para ampliar, ver, entre otros: Quién debe a
quién (2011), así como los videos del encuentro “Viviendo en
deudocracia” <u><a href="http://www.quiendebeaquien.org/spip.php?rubrique131">http://www.quiendebeaquien.org/spip.php?rubrique131</a></u>. </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote4anc" name="sdfootnote4sym">4</a>
Esta mirada tiene múltiples vertientes; algunas más marxistas
centradas en el conflicto capital-trabajo asalariado; otras más
(neo)keynesianas que enfatizan el rol del estado en dinamizar “la
economía”. Otras más feministas que se preguntan sobre el distinto
lugar de mujeres y hombres en la economía.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote5anc" name="sdfootnote5sym">5</a>
Si bien cada vez se presta mayor atención a la inserción desfavorable
en los mercados financieros: casi siempre como deudoras en lugar de
acreedoras, y con condiciones de relativa desventaja. Ver varios textos
en <i>Questioning financial governance from a feminist perspective </i>(2011).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote6anc" name="sdfootnote6sym">6</a>
Un buen análisis de esta perspectiva feminista sobre la crisis y de
la alternativa que se propone en este artículo centrada en la
sostenibilidad de la vida es Agenjo Calderón<i> </i>(próxima
publicación). La autora argumenta que “lo óptimo para la Economía
Feminista es unir esfuerzos para encontrar las sinergias ocultas que
permitan […] aprovechar las complementariedades que surgen de las dos
corrientes”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote7anc" name="sdfootnote7sym">7</a>
Este proyecto, de origen Europeo y varios siglos de consolidación, se
caracteriza, según Escobar (2010), por la centralidad social y
discursiva del capitalismo en la economía, del liberalismo en la
definición de la sociedad y la política, y por ser el estado la forma
de poder definitoria de la matriz de organización social. Sin lugar a
dudas, deberíamos añadir el heteropatriarcado como el contrato oculto
en ese contrato social, en línea con el argumento iniciado por Pateman
(1988).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote8anc" name="sdfootnote8sym">8</a> Para una introducción al decrecimiento, ver por ejemplo: Latouche (2008), Taibo (2011); o los artículos contenidos en <u><a href="http://www.decrecimiento.info/">www.decrecimiento.info</a></u>, red-ecomunidades.blogspot.com, <u><a href="http://www.decroissance.org/">www.decroissance.org</a></u>,
o degrowth.net. Perspectivas ecofeministas europeas pueden verse en
Herrero (2010a) y Weingärtner y Monasterio Martín (2010),
latinoamericanas en Aguinaga (2010). Sobre el sumak kawsay y suma
q’amaña: los especiales de la <i>Revista OBETS</i> núm. 4 y Vol. 6 núm. 1, <i>El buen vivir: una vía para el desarrollo </i>(2009), <i>Suma Qamaña</i> (2001), o portales como pydlos.ucuenca.edu.ec/buen_vivir y sumakkawsay.wordpress.com. </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote9anc" name="sdfootnote9sym">9</a>
Se utiliza esta terminología para dar cuenta de relaciones de poder
globales, entendiendo que este no está geográficamente concentrado. Se
usarán alternativamente las nociones de centro y periferia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote10anc" name="sdfootnote10sym">10</a> Sobre la crisis ecológica, ver (Herrero, 2010a); sobre la crisis de reproducción social, ver varios capítulos en <i>Power, Production and Social Reproduction</i> (2003); sobre la crisis de los cuidados, ver Río (2003), Pérez Orozco (2006a y 2006b) y Ezquerra (2010).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote11anc" name="sdfootnote11sym">11</a>
Una introducción a la feminización de las migraciones y las cadenas
globales de cuidados puede verse en Paiewonsky et al. (2008). </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote12anc" name="sdfootnote12sym">12</a>
Si bien es cierto que esa quiebra de los procesos de valorización en
los mercados financieros, primero, y de acumulación en el ámbito de la
“producción”, después, sí está directamente vinculada con el incremento
sostenido de la desigualdad y con la pérdida de peso de los salarios
frente al capital; es decir, con lo que se ha venido a denominar el
“ajuste salarial permanente” (Álvarez Peralta, 2011), que implica en sí
un ataque directo a las condiciones de vida. Igualmente, el estallido
financiero sí tiene un inmediato y gravísimo impacto en las condiciones
de vida de ciertos segmentos sociales, sobre todo, aquellos que habían
suscrito las llamadas hipotecas basura, donde las mujeres y,
particularmente, las mujeres negras estaban sobre-representadas a
consecuencia de lo que Young et al. (2011) denominan el “sesgo del
crédito” y el “sesgo del riesgo”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote13anc" name="sdfootnote13sym">13</a> En esta línea van Antonopoulos (2009) y Gálvez y Torres (2009).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote14anc" name="sdfootnote14sym">14</a>
En este texto hemos optado por substituir la @ por una x,
considerando que esta es una forma más inclusiva porque, además de
abarcar los géneros masculino y femenino, abre espacio para los sujetos
transgénero, que se reivindican en tránsito, o en algún lugar
intermedio.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote15anc" name="sdfootnote15sym">15</a>
Recorte del gasto público, reforma fiscal regresiva, desregulación
del mercado laboral, privatización de los pilares del estado del
bienestar (sistemas de pensiones, sanitario y educativo). </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote16anc" name="sdfootnote16sym">16</a>
En la crisis se ve con nitidez que la economía es un circuito
integrado, donde interactúan los diversos agentes (empresas,
instituciones públicas y hogares). Ante cambios en una esfera, el resto
también se recolocan. La clave es que la responsabilidad final de
garantizar que el conjunto <i>encaje</i> se asume en los hogares (está
privatizada), en gran medida a través de los trabajos no remunerados,
que juegan un triple papel económico: expansión del bienestar,
ampliación del bienestar y reducción del conjunto de la población a la
que se integra en el mercado como fuerza laboral (Picchio, 2001).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote17anc" name="sdfootnote17sym">17</a> Agenjo (2011) recoge literatura sobre las dos primeras. </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote18anc" name="sdfootnote18sym">18</a>
Su tasa de actividad mercantil se ha incrementado un 42,6% (de 11,81
el tercer trimestre de 2006 a 16,72 en el tercero de 2011) según datos
de la Encuesta de Población Activa.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote19anc" name="sdfootnote19sym">19</a>
En este contexto surgen afirmaciones como las del senador republicano
Newt Gingrich proponiendo que lxs niñxs de clases desfavorecidas
puedan trabajar a partir de los nueve años; declaraciones que, si bien
aún suenan a exabrupto en el Norte global, pueden ir adquiriendo carta
de normalidad, como lo han hecho en el Sur global a raíz de los
draconianos planes de ajuste que desencadenaron la crisis de
reproducción social (<u><a href="http://www.nytimes.com/2011/12/04/opinion/sunday/dowd-out-of-africa-and-into-iowa.html">http://www.nytimes.com/2011/12/04/opinion/sunday/dowd-out-of-africa-and-into-iowa.html</a></u>). </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote20anc" name="sdfootnote20sym">20</a> Ver por ejemplo en Pérez Orozco (2006a).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote21anc" name="sdfootnote21sym">21</a>
Con este término (working poor) se hace referencia a una nueva
modalidad de pobreza que ataca no a quienes no tienen empleo, sino a
quienes sí lo tienen: “El concepto de <i>working poor </i>nos sirve
para referirnos a aquellas personas que, a pesar de tener una relación
laboral normalizada (con contrato legal) se sitúan por debajo del
umbral de pobreza de su país” (Medialdea y Álvarez, 2005: 57).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote22anc" name="sdfootnote22sym">22</a> Ribas-Mateos lo explica como “las diferentes formas de utilizar todos los recursos disponibles por las familias” (2005: 264).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote23anc" name="sdfootnote23sym">23</a>
En el estado español hay dos oficiales (2002-2003 y 2009-2010). Este
largo intervalo se argumenta aduciendo que los cambios en la
distribución de los trabajos no remunerados responden a
transformaciones estructurales y no a variaciones coyunturales. Se
afirma que son encuestas caras, y que no merece la pena hacerlas a
menudo. Además de preguntarnos sobre lo relativo de qué se considera o
no costoso, hay alternativas. En Ecuador, por ejemplo, además de
realizar encuestas de usos del tiempo detalladas con lapsos más largos,
se introduce un pequeño módulo al respecto en las encuestas de mercado
laboral trimestrales. Esto ha permitido ver que, efectivamente, ante
la crisis de 2007 hubo un claro aumento del tiempo dedicado a trabajo
no remunerado, diferencial por clase social y por sexo (Vásconez,
2009). Este papel contracíclico lo identifica también Durán (2011).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote24anc" name="sdfootnote24sym">24</a>
Según INE (2011), si se mantienen las tendencias actuales el estado
español perdería casi un millón de habitantes entre 2011 y 2020.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote25anc" name="sdfootnote25sym">25</a>
Por ejemplo: copando puestos en los sistemas universitarios, en
cargos altos de las empresas, en el sector de la cooperación
internacional, etc. </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote26anc" name="sdfootnote26sym">26</a>
Un acercamiento que lamentablemente no es fácil ni fluido. La
economía feminista está bastante anclada en el sujeto clásico “mujer” y
tiene poca capacidad para comprender los cambios en los roles que
mujeres y hombres jugamos en la economía (por no hablar de partir de
nociones menos binaristas de los sujetos sexuados). Frente a ello,
otras corrientes como la teoría queer a menudo parecen sobredimensionar
los cambios y no ver que, en momentos críticos como el actual, el
papel en torno al reparto de los trabajos y a la asunción final de las
responsabilidades sigue destilando tintes muy clásicos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote27anc" name="sdfootnote27sym">27</a>
Nos referimos aquí al movimiento global de indignación en sus
diversas versiones: las diversas revoluciones de la “Primavera árabe”,
el movimiento “occupy” (por ejemplo <u><a href="http://wearethe99percent.tumblr.com/">http://wearethe99percent.tumblr.com/</a></u>); el movimiento “take the square” (<u><a href="http://takethesquare.net/">http://takethesquare.net/</a></u>), que no usa tanto el eslogan de “somos el 99%”. En el estado español se identifica con el 15m (<u><a href="http://tomalaplaza.net/">http://tomalaplaza.net/</a></u>). </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote28anc" name="sdfootnote28sym">28</a>
Al hablar de precariedad en la vida nos referíamos a la “inseguridad
en el acceso sostenido a los recursos adecuados para satisfacer
necesidades, inseguridad que se institucionaliza como falta de
derechos” (CCCP, 2003), es decir, finalmente, a la incertidumbre a la
hora de poder vivir la vida que se desea o decide vivir. No se trata
tanto de si se tiene una vida más o menos estable, sino al grado de
certidumbre de poder acceder a los recursos y mecanismos que permitan
tener una vida más libremente elegida. La idea de precariedad en la
vida y de precarización de la existencia está más desarrollada en
Precarias a la deriva (2004).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote29anc" name="sdfootnote29sym">29</a> Sobre la evolución de la desigualdad, ver el reciente informe de la OCDE (2011).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote30anc" name="sdfootnote30sym">30</a>
La salud se ha reconocido como un indicador agregado de desigualdades
sociales. En otro lugar hemos argumentado que la precariedad en la
vida incrementa las necesidades de cuidados y reduce las posibilidades
de recibirlos, esto es, agrava la crisis de cuidados (RÍO y Pérez
Orozco, 2004). Gil (2011a) llega a afirmar que otra de las dimensiones
de la crisis multidimensional es una grave y profunda “crisis de la
salud”.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote31anc" name="sdfootnote31sym">31</a>
En este texto no vamos a entrar en el debate sobre si la crisis
post-estallido es global (o va a llegar a serlo y qué grado de
autonomía han logrado articular al menos en algunas regiones para
mantenerse relativamente al margen, por ejemplo, mediante procesos de
integración regional), o si estamos poniendo la etiqueta global a una
crisis que tiene su epicentro en los países del Norte global (mostrando
cómo quien ocupa la posición hegemónica puede convertir sus problemas
en los problemas de todxs; al igual que el capital financiero ha
logrado que asumamos como propia su crisis). Igualmente, cabe recordar
que, desde muchos países del Sur se afirman que para crisis la ya
vivida por ellos. En todo caso, la crisis multidimensional vista desde
una óptica de sostenibilidad de la vida sí es global, y tiene un largo
recorrido histórico, no es nueva.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote32anc" name="sdfootnote32sym">32</a>
Si bien sabemos que este conflicto es inherente en el capitalismo
heteropatriarcal, puede tener diversas intensidades. Y en el paso de la
lógica del capital industrial (D-M-P-M’-D’) a la lógica del capital
financiero (D-D’) se había agravado. Sobre este conflicto y la metáfora
del sistema económico como un iceberg, ver Pérez Orozco (2006a y
2006b).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote33anc" name="sdfootnote33sym">33</a> En esta línea va la propuesta lanzada por José Manuel Naredo en su breve artículo de opinión <i>Materias primas y sistema financiero internacional</i> (“Público”, 1 de marzo de 2011).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote34anc" name="sdfootnote34sym">34</a>
Buen vivir o vivir bien en las propuestas del sumak kawsay y suma
q’amaña que mencionábamos en el apartado 2; lo que Butler (2009)
llamaría “vida vivible”; lo que en este artículo denominamos “vida que
merece la pena ser vivida” o ser “sostenida”… Como queramos llamarlo.
Desde distintas ópticas se usan diversos nombres. No disponer aún de un
vocablo claro y cerrado no es un signo de debilidad de los
planteamientos sino, muy al contrario, de su fortaleza y dinamismo, del
estar en plena ebullición y de la posibilidad de entrar en diálogo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote35anc" name="sdfootnote35sym">35</a>
Desde Centroamérica, en el contexto de la Educación Popular y la
Investigación Acción Participativa, las mujeres lanzan la propuesta de
un nuevo vocablo para resignificar la idea de “necesidades” sin
escindirla de los “deseos”: las “desesidades”. Esta propuesta surge
porque para ellas “la palabra necesidades les resultaba muy enemiga:
sus necesidades siempre tenían que ver con lo que decía su marido -si
existía- o su prole, los otros, de manera que se pasaban la vida
luchando por los deseos de otros. Ellas ‘deseaban’ y peleaban por
cambios, y nos les parecía que el proceso pudiera ser una simple
asunción de necesidades” (Miguel Ángel Martínez del Arco, comunicación
personal 9 de diciembre de 2011).</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote36anc" name="sdfootnote36sym">36</a> De nuevo, hay un riesgo implícito de esencialización de <i>la vida</i>.
Siendo este un debate complejo que ameritaría mayor discusión,
señalemos al menos tres cosas: la vida reconocida en sus dimensiones
ontológicas de vulnerabilidad e interdependencia no puede ser asumida
en el capitalismo porque se basa en el ideal (heteropatriarcal) de
autosuficiencia y omnipotencia. En ese sentido, siempre hay dimensiones
de la vida no rentables (no se cubren mediante el consumo mercantil).
Eso no es óbice para que el capitalismo heteropatriarcal construya un
ideal vital que resulta sumamente estimulante, y aquí deberíamos
utilizar nociones como el biopoder o el biocapitalismo. El capitalismo
heteropatriarcal no se impone a la fuerza sobre nuestras concepciones
de las vidas que merecen, sino que nuestra propia noción de la misma,
nuestras subjetividades, responden a sus mecanismos. Como lo afirma
María Jesús Izquierdo, el capitalismo es droga pura, engancha no tanto
por lo que te da, sino por lo que promete dar y nunca llega a darte.
Y, por último, si hablamos de una vida éticamente cualifica bajo los
criterios de universalidad y de igualdad (en la diversidad), cabe decir
que la vida en el capitalismo es insostenible porque el bienestar de
una parte se sustenta siempre sobre otra, porque siempre hay vidas
enteras que no resultan rentables (ni en tanto que fuerza de trabajo ni
en tanto que consumidoras) y porque es un sistema inherentemente
jerárquico.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote37anc" name="sdfootnote37sym">37</a> Podemos por ejemplo referirnos a las <i>Propuestas abiertas </i>del Grupo de Trabajo de Economía del 15m-Sol (<u><a href="http://madrid.tomalaplaza.net/2011/06/23/propuestas-abiertas-economia-sol/">http://madrid.tomalaplaza.net/2011/06/23/propuestas-abiertas-economia-sol/</a></u>). </span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote38anc" name="sdfootnote38sym">38</a>
Nos referimos al 15m porque este artículo está situado en el contexto
del Estado español, pero en un sentido más amplio desearíamos abrir
una reflexión sobre el conjunto del movimiento de indignación global
referido en la nota al pie 26.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote39anc" name="sdfootnote39sym">39</a>
En referencia a Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de
Madrid, del partido conservador y artífice de políticas de fuerte corte
neoliberal.</span><br />
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=144215#sdfootnote40anc" name="sdfootnote40sym">40</a>
Hasta llegar al proyectado nuevo tratado de la Unión Europea que se
firmará sin requerir siquiera el visto bueno, no ya de la ciudadanía,
sino siquiera de los poderes legislativos. Pasando por gobiernos de <i>tecnócratas</i>,
por la unificación de las figuras de primer ministro y ministro de
economía en Italia, por la represión del pueblo griego y el drama con
que se acogió la noticia del referéndum y el subsiguiente aborto del
mismo.</span><br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-55808519952444896932020-02-11T09:30:00.000+01:002020-02-11T09:30:03.216+01:00Tim Jackson: Entrevistas<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1iC4rgvQE4mAqtUWmy9pGj-syfVGT87QGZAom4phwZNjrw2Ub6vJy1hRP-sAod6XPddGMpujJFldNNjRpveSTSp9GJ4zPFMI4v2zmUrf4S01jPXmHjxlbzA5D7afCJusOjqngvQ/s1600/tim-jackson.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1iC4rgvQE4mAqtUWmy9pGj-syfVGT87QGZAom4phwZNjrw2Ub6vJy1hRP-sAod6XPddGMpujJFldNNjRpveSTSp9GJ4zPFMI4v2zmUrf4S01jPXmHjxlbzA5D7afCJusOjqngvQ/s1600/tim-jackson.jpg" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b><i>Entrevista en la contra de la Vanguardia</i></b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;"><b>Tim Jackson. Un raro en el reino</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Como comisionado de Economía del Gobierno británico, Jackson presentó a Gordon Brown un informe (2009) para la reunión convocada con los líderes del G-20. El informe proponía una economía estable, sin crecimiento, que evite tanto el colapso financiero como el ecológico. Ningún líder se lo miró, pero fue el informe más descargado entre analistas financieros. Prosperidad sin crecimiento (editado por Icaria e Intermón Oxfam) se ha traducido a 30 lenguas y defiende que vivir bien en un planeta finito no puede consistir en consumir cada vez más y acumular cada vez más deuda. La prosperidad tiene que ver con la calidad de nuestras vidas y relaciones y la economía debe adaptarse a ello.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Hoy la prosperidad es inseparable del crecimiento económico, de la expansión constante.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> Burro grande, ande o no ande.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Para mí eso no es prosperidad, y encima ese modelo no funciona.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>Defíname prosperidad</b>.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Necesitamos unas condiciones materiales para vivir bien: comida, casas acondicionadas, ropa... Pero más allá de eso la prosperidad tiene que ver con la salud, las buenas relaciones, pertenecer a una comunidad vigorosa, la confianza en el futuro y un sentimiento de propósito en la vida.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> Eso es filosofía, no economía.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Se equivoca, aparte de que acumular y consumir no tienen nada que ver con prosperar, es insostenible financieramente; de hecho, la crisis que estamos viviendo es la consecuencia de este sistema insostenible.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> Basado en el crédito y la deuda.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Con esta obsesión de buscar el crecimiento, lo que hemos conseguido es minar el crecimiento y la sostenibilidad del sistema. El sistema es insostenible desde el punto de vista ecológico e inestable desde el financiero.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Cómo escapar del crecimiento sin hundir la economía?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">En el sistema actual, imposible: si el crecimiento se detiene, el sistema se colapsa.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> ¿Entonces?</b></span><br />
<span style="font-size: large;">Propongo prosperar (en el sentido que decíamos antes) sin crecer, un modelo macroeconómico que permita una estabilización económica. Para eso debemos tener en cuenta dónde invertimos nuestro dinero. Dígame, ¿qué es la inversión?</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿...?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La relación entre el presente y el futuro: proteger los valores que tenemos para que estén ahí en el futuro; bajo esta premisa los objetivos de inversión serían los que permiten mantener las condiciones sociales, los valores ecológicos y la estabilidad.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>Entonces, habría que reformar los mercados financieros.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Efectivamente, y replantearse cuál es el objetivo de una empresa.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>Hasta hoy, hacer dinero.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Pues deben producir más servicios que objetos: salud, educación, cuidados sociales, ocio, cultura, protección de espacios verdes, construcción de espacios comunitarios...</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>Pero todo eso requiere dinero.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Pero también generaría ingresos si los mercados de capitales apostaran por ello. El problema es que las empresas basadas en el servicio están denigradas por la economía actual, yo le llamo el sector Cenicienta (que antes de ser princesa realizaba útiles trabajos domésticos no remunerados). En comparación con otro tipo de sector empresarial, no se le ve tanto potencial de crecimiento.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Bueno..., es que no lo tiene.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Debería permitirse que este sector de la economía fuera al baile, porque produce servicios en lugar de materiales y proporciona empleo que tiene sentido para la gente y con un impacto medioambiental muy bajo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>Sería bonito, sí.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Sé que es complicado, porque los beneficios que da este sector no son rápidos, así que requieren una inversión a largo plazo, comunitaria... Permitiría a la gente invertir en algo con sentido, y más seguro.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> ...</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Este tipo de fondos, que ya existen a pequeña escala, menos expuestos a los mercados financieros, toleran mejor el choque que pueda producir una crisis financiera.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>Pero la educación, la salud... no es una inversión, es un gasto.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Sí, un sector anticompetitivo, un agujero por el que se va el dinero. ¿No le parece patológico considerar el sector más importante de presente y de futuro de esa manera?</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> ¿Alguien ha apostado por él?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Noruega ha financiado de manera sabia ese sector Cenicienta aprovechando los recursos que ingresa por el petróleo, lo que le ha permitido avanzar de una economía insostenible hacia un modelo sostenible.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"> <b>De acuerdo, pero el dinero ha salido del petróleo, sucio, sucio.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Propongo aumentar las inversiones ambientales y desplazar el énfasis del gasto privado al gasto público, al mismo tiempo que se establecen firmes restricciones al consumo de recursos. Hay que aumentar los impuestos sobre los recursos naturales y la contaminación, establecer una renta básica universal y estipular medidas para desalentar el consumo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> Eso da miedo, pero ¿qué medidas?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Restricciones sobre la publicidad. Una redistribución de los ingresos y del empleo mediante la reducción de horas laborales.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Y cómo reformaría la estructura de los mercados financieros?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Implicaría no sólo regularlos, sino también alimentar las pequeñas estructuras financieras para que puedan dar créditos suaves a las comunidades, es decir, el pequeño sector empresarial también estaría implicado. Financiar una industria que ya está buscando inversión ética, que tiene en cuenta el impacto medioambiental y social, y que permite que la gente invierta en una economía real y útil para la sociedad.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>¿Qué más?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b></span>
<span style="font-size: large;">Los políticos están agotando las ideas, pretenden reducir la deuda reduciendo el gasto social, lo que hace que decrezca la economía y se pierda empleo. Hay que ir a una estrategia a largo plazo que reformule el sistema económico.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b><i>Stephen Leahy entrevista al economista británico</i></b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">“La continua búsqueda del crecimiento económico pone en peligro los ecosistemas de los que dependemos para una supervivencia a largo plazo”, asegura el experto, feroz crítico del Acuerdo de Copenhague.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TORONTO, Canadá, 25 ene (Tierramérica).- “La furia es a veces la respuesta adecuada”, dice Tim Jackson, en referencia a la falta de compromiso de los líderes mundiales que no pudieron articular un nuevo tratado climático en la cumbre de Copenhague.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Jackson entiende que el Acuerdo de Copenhague, resultante de la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15) de diciembre, no sólo reveló que la gobernanza ambiental global es una ficción, sino que demostró un apego ciego al mantra del crecimiento económico.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Profesor de desarrollo sustentable y director del Grupo de Investigaciones sobre Estilos de Vida, Valores y Ambiente en la británica Universidad de Surrey, también tiene a su cargo la dirección económica de la Comisión de Desarrollo Sostenible de Gran Bretaña y es asesor del gobierno en la materia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Aparte, es dramaturgo y ha realizado numerosos guiones radiales para la cadena BBC, con sede en Londres.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tierramérica entrevistó telefónicamente desde Toronto a Jackson sobre su nuevo y controvertido libro: “Prosperity without Growth - Economics for a Finite Planet” (“Prosperidad sin crecimiento: Economía para un planeta finito”), asunto sobre el que ya había adelantado un diálogo en la capital danesa. También abordó el Acuerdo de Copenhague y las perspectivas de un tratado climático real.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA</b>: <b>En su libro, usted sostiene que el crecimiento económico en los países industrializados está volviendo a la gente menos feliz y destruyendo la Tierra.</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TIM JACKSON: La continua búsqueda del crecimiento pone en peligro los ecosistemas de los que dependemos para una supervivencia a largo plazo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">También hay amplia evidencia de que una mayor riqueza material en los países industrializados no hace feliz a sus habitantes, sino todo lo contrario. Más allá de cierto nivel de ingresos, no hay una correlación de que ello sea directamente proporcional a la felicidad.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: Si la era del crecimiento económico se terminó, ¿qué ocupará su lugar?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: Es necesario redefinir la riqueza y la prosperidad en base a los parámetros de “capacidad de florecimiento” de Amartya Sen (ganador del premio Nobel de Economía en 1998). El florecimiento se define como tener suficiente para comer, ser parte de una comunidad, un empleo que valga la pena, una vivienda decente, acceso a educación y a servicios médicos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Esto supone un viraje importante de una economía que busca aumentar la riqueza material a un nuevo concepto de “empresa ecológica”, con actividades basadas en la comunidad y (austeras en el uso de los) recursos, que permitan que la población prospere, dentro de los límites ecológicos de un planeta finito.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Parte de eso tiene que ver con cosas materiales: alimentos, vestimenta, refugio. Pero también tiene que ver con nuestra capacidad de vivir bien, de participar en una sociedad de un modo menos materialista y más significativo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: ¿Y qué ocurre con los países en desarrollo?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: Los países industrializados necesitan hacer este viraje a fin de crear un espacio para que el mundo en desarrollo mejore el desempeño de su economía. Este crecimiento tiene que ser sostenible y estar dentro de los límites ecológicos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La actual desigualdad entre las naciones ricas y las pobres es una razón primordial por la que el mundo industrializado necesita hacer este cambio de rumbo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: ¿Por qué le enoja tanto que la COP 15 terminara en un acuerdo de 10 páginas en vez de en un tratado internacional vinculante?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: Es un documento lleno de aire caliente y promesas vacías, cocinado por las dos grandes superpotencias mundiales. ¿Realmente eso es lo mejor que tenemos que mostrar luego de 17 años de negociaciones? Es una política climática de los cañones.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El tratado climático no fue lo único que fracasó en Copenhague. La gobernanza ambiental mundial se fue al tacho.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: ¿Qué temas esenciales no fueron parte de las negociaciones de la COP 15?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: El debate sobre el crecimiento apenas figuró. Tanto este tema como una distribución justa del espacio ecológico tienen que estar sobre la mesa. De otro modo, las negociaciones no van a ninguna parte.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: ¿Qué piensa usted de los actuales esfuerzos por reducir las emisiones de carbono usando mecanismos como la limitación de emisiones contaminantes y el comercio de créditos?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: No es posible lograr una economía baja en carbono sin un cambio importante en la economía misma. Ajustes pequeños no funcionarán. Las corporaciones ven al clima como la nueva oportunidad de negocios. Los mecanismos de mercado son ahora las herramientas predominantes que se perciben como un cambio y que son buenas para las corporaciones pero malas para el público.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Consideremos la muy promovida idea de que el crecimiento puede continuar siempre y cuando sus emisiones de carbono (y otros impactos ambientales) se reduzcan en gran proporción.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En 2050, en un mundo de 9.000 millones de habitantes donde todos aspirarán a un estilo de vida occidental, la intensidad en carbono de cada dólar de producción deberá ser por lo menos 130 veces más bajo que ahora. Eso simplemente no es posible.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>TIERRAMÉRICA: ¿Qué pasará de aquí a las negociaciones de la COP 16, que tendrán lugar en diciembre en México?</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">TJ: Pienso que tiene que haber mayor presión internacional y un impulso en relación a cuestiones políticas clave como la regulación de los mercados financieros, los sistemas de cuentas nacionales y la obvia presión por crear un foro viable para la gobernanza climática, así como la medición del progreso social (en el estilo del informe de la Comisión de Medida del Desempeño Económico y del Progreso Social de Francia, encargado en 2009 a Sen y al también Nobel de Economía Joseph Stiglitz).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Es necesario que Estados Unidos y China participen en los debates más amplios sobre crecimiento y justicia.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Resulta interesante que en este momento haya, por ejemplo, un poco más de humildad y apertura en el Foro Económico Mundial, como no ha ocurrido hasta ahora. ¿Señales de esperanza? Posiblemente.</span><br />
<div>
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<br />
<div>
<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-75066010905505518852020-02-09T17:45:00.000+01:002020-02-09T17:45:02.922+01:00Procomún, propiedad y comunidades<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdW1QewLGXE9BsXsJvh0tm71kY6AOK9fR0QCjKkDXZucv_Ls7XzCC1Dti9mta5DDPA0e9r7ImIwAdTgbsfeAAgy5c39ixi3HckOVgp0TaxY-wSCqiyBEusngTB11dDzpR0Enpqw/s1600/procomun.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="142" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgKdW1QewLGXE9BsXsJvh0tm71kY6AOK9fR0QCjKkDXZucv_Ls7XzCC1Dti9mta5DDPA0e9r7ImIwAdTgbsfeAAgy5c39ixi3HckOVgp0TaxY-wSCqiyBEusngTB11dDzpR0Enpqw/s320/procomun.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Rubén Martínez Moreno</b> -<a href="http://leyseca.net/">Ley Seca</a></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Los <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/The_commons"> commons </a>
son un fenómeno complejo y a la vez complicado. Complejo porque depende
de varios elementos que hay que tener en cuenta a la vez; complicado
porque parece haber un exceso de definiciones o de acercamientos
diferentes que expanden su significado. En la última <a href="http://medialab-prado.es/article/ciudad_y_procomun"> reunión general del Laboratorio del Procomún de Medialab Prado </a> (febrero 2012) <a href="http://nomada.blogs.com/"> Juan Freire </a> abría la sesión comentando que “<b>lo que hace interesante al procomún es esa incapacidad para ser definido</b>” citando la entrevista en el <a href="http://blogs.20minutos.es/codigo-abierto/2012/01/23/el-estado-nacion-es-torpe-burocratico-y-homogenizador/"> blog código abierto </a> a <a href="http://medialab-prado.es/article/entrevista_con_antonio_lafuente"> Antonio Lafuente </a>.
Si bien estoy de acuerdo con muchas cosas que se comentaron durante la
sesión, la verdad es que me cuesta un poco celebrar que algo esté poco
definido. Bien visto, si así fuera, me pasaría todo el día de fiesta ya
que de indefiniciones sin duda andamos bien servidos. Pero temo que el
problema sea el inverso, que más bien se está vaciando «procomún» de
significado –por saturación–y que hay ciertas nociones, al parecer algo
incómodas, que no acaban de relacionarse con el concepto. Como ya
adelanta el título de este post, me refiero a conceptos como el de
comunidad y, especialmente, el de propiedad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Entraré un poco a
lo bruto. Desde mi punto de vista, la falta de definición no hace
especialmente interesante al procomún y, de hecho, creo que no es algo
que lo caracterice. Sí me parece que pensar procomún como «experiencia» o
como «ausencia» (ambas usadas en la sesión de Medialab Prado) son
buenos acercamientos poéticos pero añaden a su vez filtros borrosos que
no nos permiten ver lo evidente. Por otro lado, se mezcla procomún con
otras ideas de tono más esotérico como «lo común» o «el común» que
estiran tanto el concepto que acercan su significado a un resbaloso
“todo vale”. Como le he oído decir varias veces a <a href="http://medialab-prado.es/person/margarita_padilla_"> Marga Padilla </a> “<b>Cuando todo vale, nada importa</b>”
y no podría estar más de acuerdo. Que el error pueda generar
conocimiento no quiere decir que la confusión sea algo más
que..confusión. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tal vez, para analizar un fenómeno social éste
ha de ser observable y, para ser observable debe no solo contar con
alguna definición sino que es conveniente encontrar aquellas variables
que nos permitan reconocerlo. De hecho, suena obvio pensar que si algo
es algo es porque no es otra cosa, y si no es otra cosa es porque hay
una serie de elementos que lo caracterizan. Estaremos de acuerdo que
estos niveles de concreción son, como mínimo, deseables. Y es cierto que
hay conceptos poliformes, polisémicos y poligoneros, pero me ilusiona
pensar que cuantos menos, mejor. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> 1. Procomún y propiedad</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b>
Es probable que el tema no sea el procomún en sí mismo o cómo podemos
rellenarlo de significado. Creo recordar que «procomún» era la
consecuencia, no el objetivo. Es decir, que frente a la ineficacia de lo
público/estatal y la voracidad de lo privado/mercantil –ambas esferas
cada vez más alejadas de formularse bajo principios de justicia social–
el procomún (su marco conceptual, histórico y político) parecía
responder necesidades sociales y situar modelos de gestión más eficaces
para generar beneficio colectivo. Es más, <b>la propiedad bajo régimen
comunitario fue y es a día de hoy una fórmula que asegura medios de
existencia y producción para segmentos sociales que, en la lógica del
capitalismo tardío, claramente padecen procesos de desposesión</b>.
Propiedad bajo régimen comunal; justamente la propiedad, ese concepto
que una y otra vez entra en el tablero pero que nos permitimos eludir.
Desde mi punto de vista, el procomún ha de servirnos precisamente para
repensar la propiedad, tan marcada por un rumbo que parece
incuestionable. Difícil nos lo ponemos si decimos que “el procomún es lo
que es de todos pero no es de nadie”, ya que en el rincón oscuro y
caliente que deja esa frase descansa plácidamente la propiedad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">En esa misma sesión del Laboratorio del Procomún, Eduardo Serrano de <a href="http://www.lainvisible.net/"> la Casa Invisible </a>
de Málaga añadió cierta concreción respecto a la estrecha relación
entre propiedad y procomún. Comentando las actuales necesidades de La
Invisible, Eduardo añadía que: “<b>Necesitamos dotar de un estatuto jurídico al procomún</b>
(…) Es necesario un desarrollo protojurídico alimentado por la
jurisprudencia y, si bien no leyes (trascendentes), sí necesitamos
normas (inmanentes)”. Es decir, protocolos legales, contexto jurídico,
procesos para instituir otra manera de entender y gestionar la
propiedad. Vías concretas que permitan pensar otro régimen de propiedad
donde los/as comuneros/as puedan defender sus estatutos e ir ensamblando
el modelo de gobernanza que haga sostenible el recurso que producen,
difunden y que, en muchas ocasiones, es de acceso público (como sin duda
es el caso de La Invisible). Con algunos matices, esta misma
reivindicación nos puede servir para imaginar (o recuperar) esa otra
forma de propiedad tanto para recursos materiales, inmateriales o
directamente no-recursos (la democracia, por ejemplo). <b>¿Qué eran los
commons históricos sino una forma de propiedad diferente? ¿Qué significa
entender el software libre como un procomún sino es como un cambio en
la concepción misma de la propiedad?</b>. Más anclados en el presente que en el pasado, parece que miramos la propiedad de reojo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">De manera también clara y directa, en <a href="http://www.traficantes.net/index.php/editorial/catalogo/otras/La-Carta-de-los-Comunes.-Para-el-cuidado-y-disfrute-de-lo-que-de-todos-es"> La Carta de los comunes </a> del <a href="http://www.observatoriometropolitano.org/" target="_blank">Observatorio Metropolitano de Madrid</a> publicada por Traficantes de Sueños la propiedad aparece como tema central: </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<blockquote>
<span style="font-size: large;">«Este libro singular actualiza una propuesta antigua: una forma de
regulación y propiedad llamada comunal (…). La Carta de los Comunales
desarrolla la puesta en práctica de esta gestión comunal adaptada a
nuestro tiempo: normas para velar por la sostenibilidad de los bienes
naturales; para asegurar que la ciudad y lo que ésta produce sea de
todos; para que el trabajo de cuidado sea repartido y la salud, un valor
no mercantilizable; para evitar la segregación en la escuela y
garantizar que el conocimiento y sus aplicaciones pertenezcan a la
sociedad entera. Recoge también los principios de los comunes antiguos:
toda la comunidad debe participar y trabajar por la buena gestión y
sostenibilidad de los recursos, ya que solo así todos podrán
beneficiarse de sus frutos.» </span></blockquote>
<span style="font-size: large;">En definitiva, el
procomún no es solo un marco para reflexionar sobre otra forma de
propiedad, es la evidencia de que esa otra forma ya existe.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b> 2. Procomún y comunidades</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><b><br /></b>
Le toca el turno a «comunidad». Una interesante definición de procomún
–sintética pero compleja– y que debe su origen al trabajo de <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Elinor_Ostrom" target="_blank">Elinor Ostrom</a> nos la recordaba <a href="http://twitter.com/LumumbaJr/status/157417552136507392"> Isidro López, del Observatorio Metropolitano de Madrid, a través de un tweet (con los límites que exige el medio) </a>: “<b>Los commons son comunidades activas de gestión</b>“. Como comentaba <a href="http://twitter.com/subirats9"> Joan Subirats </a>
en la sesión del Laboratorio del Procomún, esta concepción del procomún
es problemática, ya que efectivamente otorga excesivo protagonismo a la
comunidad. La comunidad –continuaba Subirats– puede ser un organismo
que homogeneiza a los actores que pueden gestionar un procomún, incluso
puede comportarse como un dispositivo excluyente que limita la
diversidad y el acceso público al recurso. Si bien cabría ver si esto
siempre es un problema o si no es tanto la comunidad en sí (la relación
dependiente y cooperativa entre diferentes sujetos) como las formas en
las que ciertas comunidades tradicionales se han constituido como
organismos cerrados, sin duda es un tema que ha de mantenernos alerta. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Partiendo de esa mini-definición del procomún que ofrecía Isidro (“Los
commons son comunidades activas de gestión”) añado algunas notas para ir
concluyendo y situar más elementos que, unidos a su relación con la
propiedad, creo enfocan mejor el concepto: </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>1.</b> En esa
definición se entiende el procomún como verbo, no como sustantivo.
Cuando se habla de «comunidades activas» se subraya la necesidad de
«poner en acción», es decir, la necesidad de «procomunizar» recursos,
entornos, infraestructuras, tecnologías, etc. O, dicho de otra manera,
nada es procomún por naturaleza, nada es procomún para siempre, hay que
activarlo. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>2.</b> Se suele entender el procomún como el
recurso (el software, el agua, el conocimiento) pero, como decíamos,
esta definición que ahora manejamos pone énfasis en la comunidad. Sin
comunidad, no hay procomún. Sin modelo de gobernanza no hay procomún.
Tal vez esa tríada (recurso, comunidad, modelo de gobernanza) es la que
constituye el procomún. Esa articulación es la que genera beneficio
colectivo y evita (o intenta limitar) los procesos de cercamiento y de
privatización. Esos tres elementos son los que fundan una propiedad
distinta, con derechos de uso, acceso y explotación del recurso. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>3.</b>
La propia comunidad ha de entenderse como un conglomerado de intereses
recíprocos, afectos, cuidados, e interdependencias. Si la comunidad no
comparte un «sentimiento colectivo», si la comunidad no comparte que su
trabajo productivo y reproductivo estimula y es a la vez estimulado por
el beneficio que produce el procomún, esta espiral virtuosa puede
romperse. De hecho, es interesante pensar en el free-rider (traducido
como «polizón»), ese agente que se aprovecha del procomún maximizando
sus beneficios sin participar en su gestión y regulación, como alguien
carente de «lazos afectivos» con la comunidad. No se inserta en la
comunidad pero, sobre todo, no se articula con sus vínculos afectivos
porque su racionalidad le lleva a “quererse más a sí mismo” que a la
comunidad. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b>4.</b> El procomún existe cuando es sostenible,
cuando perdura, cuando genera beneficio colectivo, pero, sobre todo,
cuando su propiedad depende del modelo de gobernanza de la comunidad.
Por eso Google no es procomún. Por eso Megaupload no era procomún. Tal
vez generen beneficio colectivo –habría que matizar que entendemos por
beneficio colectivo– pero es evidente a quién pertenece Google y a quién
pertenecía Megaupload y, desde luego, es evidente quien impone las
normas de uso, acceso y explotación. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Tal vez es cierto que no
podemos considerar el procomún como una categoría cerrada pero no por
ello indefinida. Hay procesos o recursos que tienden hacia el procomún,
su estatuto de verbo –ese «poner en acción»– hace que usarlo como
sustantivo o como adjetivo sea más una cuestión formal que una realidad.
Como decíamos, ciertos recursos y procesos pueden devenir procomún de
la misma manera que pueden haber procesos de cercamiento o tendencias
hacia el free-rideo en sus propios usuarios y usuarias.<b> Pero no solo
su naturaleza y los usos reales que derivan del procomún, también la
emergencia actual reclama pensarlo como otra forma de entender la
propiedad y como una acción que ha de venir empujada por comunidades
activas. En ese mismo proceso se repiensan ambas nociones (propiedad y
comunidad) alejándolas de aquellas más hegemónicas que han servido para
naturalizar prácticas de exclusión social</b>. Tal vez así, cuesta menos pensar que estamos viviendo un cambio de época. Uno deseable.</span><br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-54052313295827784162020-02-07T19:40:00.000+01:002020-02-07T19:40:06.247+01:00Encuentro con Joan Martínez Alier<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH9JB4oDxbADgIJcg2Ni19NsaKoU6i6r6RjJBX3zlFoqFTFNTbIhB3Xck6G8a5k7mqAprVNj2ApbrHV7RuqPesLI-eNM8xV0jYf1PioiuWd3McGOWx5oyaoxaRMtzjAo_91BTfwg/s1600/encuentro.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH9JB4oDxbADgIJcg2Ni19NsaKoU6i6r6RjJBX3zlFoqFTFNTbIhB3Xck6G8a5k7mqAprVNj2ApbrHV7RuqPesLI-eNM8xV0jYf1PioiuWd3McGOWx5oyaoxaRMtzjAo_91BTfwg/s1600/encuentro.jpg" /></a></div>
<div class="GENERALTXT">
<span style="font-size: large;">Joan Martínez Alier (Barcelona, 1939) es uno de
los fundadores del ecologismo político, una corriente de académicos y
activistas que plantea que los problemas medioambientales y de manejo de
los recursos naturales no deben separarse de las relaciones de poder,
explotación y desigualdad. Autor de más de veinte libros, entre los que
destacan <i>Introducción a la economía ecológica</i> y <i>De la economía ecológica al ecologismo popular</i>, y coordinador de treinta números de la revista <i>Ecología Política–Cuadernos de debate internacional, </i>Martínez
Alier estuvo en agosto de 2011 en el ITESO, donde ofreció una
conferencia a maestros y estudiantes. Además impartió un taller a los
pobladores de Temacapulín que se oponen a la construcción de la presa El
Zapotillo. Para el profesor catalán, luchas como las de Temacapulín
—que se presentan por todo el mundo y que él llama “ecologismo de los
pobres”— pueden constituirse en la alternativa para enfrentar los
problemas medioambientales que padecemos en la actualidad</span></div>
<div class="GENERALTXT">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Qué plantea el acercamiento a la ecología desde la posición política?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">La ecología política empezó en la geografía,
en la antropología y, sobre todo, en el sur del planeta. El libro que
fundó la ecología política es de Blaikie y Brookfield, se llama <i>Degradación de los suelos</i>
y plantea que cuando hay erosión se pierden los suelos, y que esto no
se debe tanto a la sobrepoblación sino con mucha frecuencia a un exceso
de producción para la exportación o para otros mercados. O sea que los
culpables de la erosión no eran tanto campesinos pobres sino mas bien el
sistema exterior de producción para exportar. [Blaikie y Brookfield]
plantean que no hay presión de la población sobre los recursos sino
presión de la producción sobre los recursos. Para ello analizaron tipos
de tenencias de la tierra en México, en Honduras, en Ecuador, donde se
veía que muchas veces los campesinos estaban cultivando en las laderas
porque los fondos de los valles había sido absorbidos por fincas de
terratenientes… Entonces, la relación que hay entre el uso de los
recursos naturales y las estructuras sociales y económicas es lo que se
puede llamar ecología política. ¿Por qué no es ecología apolítica?
Porque se tienen en cuenta las luchas por el poder, los conflictos
sociales, en los que se explica el uso de los recursos y sus relaciones
con las desigualdades sociales y con el poder político y con la economía
también.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>Parece que estamos en una crisis medioambiental de enormes proporciones. ¿Qué vendrá de esta crisis?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Bueno, creo que en este conflicto entre
economía y medio ambiente una parte quedará para generaciones futuras y
no sabemos todavía cómo lo van a sufrir… El cambio climático es el tema
del que se habla…</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-destacados" style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"> “Es
el sistema industrial moderno lo que lleva a que no se cuenten los
daños ambientales y a que este esquema industrial necesite petróleo,
necesite gas, necesite carbón, necesite cobre, es el metabolismo,
necesita deforestar”</span></div>
<div class="COLLOQ-destacados" style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><i><br /></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>Pero, ¿el medio ambiente ya está perdido o se puede hacer algo?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">No, no, claro que se puede hacer algo. Un
lado positivo es que la población mundial ya no va a crecer mucho más de
su nivel actual de 7 mil millones de habitantes; parece que va alcanzar
su punto máximo de 9 mil millones hacia 2050. Pero antes del pico de
población vamos a tener el pico [de extracción] del petróleo: entonces
hay motivos para alarmarse por los recursos. El otro motivo de optimismo
que encaja con la ecología política es que hay muchos conflictos
actuales, mucha gente que protesta. Y desde la ecología política se ve a
estos conflictos como una fuerza que puede ayudar a la sustentabilidad.
Por ejemplo, quieren frenar La Parota [proyecto hidroeléctrico ubicado a
30 kilómetros de Acapulco, promovido por la Comisión Federal de
Electricidad] porque va a afectar a la gente que vive ahí y puede
afectar al medio ambiente; lo mismo en Temacapulín con la presa El
Zapotillo [promovida por la Comisión Nacional del Agua y el gobierno de
Jalisco]; hemos pasado dos días en Temacapulín y la gente dice que una
represa es algo malo para la biología de un río y también para la gente.
Y si la gente protesta, estas manifestaciones pueden llevar la economía
a un área más sostenible, poco a poco.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Quiénes son los
responsables de esta crisis medioambiental? ¿Tienen nombre y apellido?
¿Son los gobiernos que no han actuado, son las empresas, o es el
capitalismo?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Desde mi punto de vista, el nombre es
“metabolismo” y el apellido es “social”, que es el aumento de uso de
energía y de materiales. Pasaría lo mismo con otro sistema mundial que
no fuera el capitalismo, pero como no hay ningún otro, no lo sabemos. Es
el sistema industrial moderno el que lleva a que no se cuenten los
daños ambientales y a que este esquema industrial necesite petróleo,
necesite gas, necesite carbón, necesite cobre… Es el metabolismo.
Necesita deforestar. Son también conflictos de biomasa, conflictos de
minería, conflictos de agua y conflictos de combustible fósil, esto es,
extracción. A esto le llamamos capitalismo desde un punto de vista más
social y económico, porque el deseo de tener ganancias es lo que impulsa
a los empresarios. La acumulación de beneficios directos, de capital,
les lleva a buscar los recursos donde estén, sin misericordia, y se
avanza hacia las fronteras de la extracción.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Se llegó ya a un
límite en la expansión de este modelo industrialista o capitalista
moderno por no haber interiorizado los costes medioambientales?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Si se metieran estos costes, la contabilidad
sería totalmente distinta. En realidad no sabemos cuánto sería, cuánto
vale destruir a un grupo indígena con su idioma y todo, cuanto vale
destruir la biodiversidad que no está catalogada, porque no sabemos qué
especies están desapareciendo… Es difícil ponerle un precio. Entonces es
inviable que dure mucho tiempo, puede durar 30 o 40 años, pero ya se
van a advertir cambios climáticos y la gente se dará cuenta de que
desaparecen glaciares o de que va a aumentar un poquito el nivel del
mar. Ya hay gente que vive en islas del Pacífico y protesta. El hecho es
que podríamos cambiar la economía. Creo que podríamos ir en dos
sentidos: en el Norte con un decrecimiento que sea socialmente aceptado,
un decrecimiento material y energético, o un crecimiento cero —dejar de
pensar en el crecimiento en los países ricos porque ya somos muy
ricos—; y en el Sur, un crecimiento de otra manera.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>El decrecimiento en la
economía es uno de los planteamientos de la ecología política, pero
parece que lo toman a broma en los consejos de administración de las
corporaciones, de los gobiernos…</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Es que depende. Como política económica se
lo toman a broma, pero ya hay algunos objetivos de decrecimiento.
Decrecer la cantidad de bióxido de carbono que se emite hasta parar la
pérdida de biodiversidad es un objetivo de política pública; por otro
lado, los economistas mandan y dicen: “No, hemos de salir de la crisis
para pagar la deuda, y hace falta crecer”. Hay como una esquizofrenia.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Cómo se imagina que se puede salir de este atolladero y qué alternativas ve?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">El decrecimiento es tema para los estados
ricos del Norte: Japón, Europa, Estados Unidos. No creo que América
Latina tenga que decrecer, y la India mucho menos. Tendrían que crecer
de otra manera, no copiar las tecnologías tan exactamente, como el
automóvil. Ahora en la India todo mundo tiene la idea de comprar un
automóvil. Tendrían que haber pensado en no copiar el tipo de
urbanización que se hace.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-destacados" style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"> <span style="font-size: medium;">“El
otro motivo de optimismo que encaja con la ecología política es que hay
muchos conflictos actuales, mucha gente que protesta. Y desde la
ecología política se ve este conflicto como una fuerza que puede ayudar a
la sustentabilidad”</span></span></div>
<div class="COLLOQ-destacados" style="text-align: right;">
<span style="font-size: large;"><i><br /></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>Pero la solución viene de otro lado.</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Sí. Desde el Norte se dice: “Ya estamos en
un ingreso per cápita anual de casi 40 mil dólares y a este nivel se
puede vivir bien”. El tema es cómo repartir el ingreso mejor y cómo
repartir el trabajo mejor, porque si no, no hay crecimiento. Hay gente
que se queda sin trabajo, entonces hay que solucionar esto de alguna
manera. Por ejemplo, disminuir horarios de trabajo, dar una renta o
ingreso ciudadano a todo el mundo, apoyar nuevos sectores. Hay dos
libros recientes, uno de Tim Jackson (<i>Prosperidad sin crecimiento</i>) y otro de Peter Victor (<i>Managing Without Growth</i>),
que se llaman casi igual, y son libros que se van a convertir en libros
de texto de macroeconomía ecológica. En el Norte nunca se había
atrevido ningún economista respetable a decir que el objetivo no es
continuar creciendo. En el Sur, los movimientos que podemos llamar del
ecologismo popular y la justicia ambiental dicen: “No queremos continuar
vendiendo materias primas baratas, no queremos cumplir con la regla de
San Garabato, de compre caro y venda barato”, porque así se empobrecen a
la larga.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿La alternativa sería ya no más crecimiento en el Norte?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Creo que sí, mientras demos espacio a las
economías del Sur, pobres, para que crezcan. Es la cuestión del cambio
climático, por ejemplo, porque la atmósfera ya está llena, ya los chinos
se dan cuenta de que ya está llena y también los océanos. Aliados a
estos conflictos o movimientos de justicia ambiental del Sur que
propongan nuevas alternativas, están los gobiernos de Bolivia y de
Ecuador que, por ejemplo, en sus constituciones dicen que el objetivo de
las políticas ya no es el desarrollo sino el <i>buen vivir,</i> y
además lo dicen en quechua. Para mí esto es algo antiguo, Aristóteles ya
lo dijo, pero me parece mejor que se encuentren expresiones antiguas de
que el objetivo de la vida es ser feliz y vivir bien, no es tener o ver
cuántos carros más tengas.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>Pero tendría que ser un
movimiento muy fuerte para oponerse a la política del crecimiento; no
se ve a la clase empresarial norteamericana o europea renunciando a sus
intereses.</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Hay una discusión sobre el crecimiento cero
en el Norte. Esto ya lo discutieron en los años setenta, por ejemplo,
André Gorz ya lo dijo, esto significaría el fin del capitalismo. Sí, del
capitalismo tal como lo conocemos, pero no de otro capitalismo que
persistirá, por ejemplo, en sectores como la informática, que no es muy
pesada ambientalmente. Pero otros sectores como la agricultura orgánica,
la energía fotovoltaica, la arquitectura, muchos tipos de medicina
podrían crecer; muchas cosas, como el sector de la educación o la
economía ecológica tienen que crecer, la biología genética tiene que
crecer y quizás alguna ingeniería tendría que decrecer, y esto sería
compatible con el capitalismo, pero no con el capitalismo financiero que
se basa en aumentar las deudas. Esto tiene que acabarse.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿No es lo que planteaban el keynesianismo y la socialdemocracia hace 50 años?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Sí, la economía verde va a ser el lema que
viene. Yo creo que se podría pensar en otra cosa, que el capitalismo
está invadiendo la naturaleza, por ejemplo, con el pago por servicios
ambientales, pago por captura de carbono, y podría ser un sector del
capitalismo que crezca. Yo creo que es muy mala idea, porque al fin y al
cabo hay dinero en la conservación y vemos que no se conserva bien, que
hay mucha mentira en el mercado del carbono; les conviene mentir porque
el tema es el dinero.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><i><b>En este sentido, ¿cree que la noción de desarrollo sustentable ha sido más dañina al legitimar procesos de acumulación?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Fue una reacción contra el crecimiento del
ecologismo más radical de parte de la señora Brundtland [ex primera
ministra de Noruega que encabezó en 1987 un estudio internacional que
lleva su nombre], una representante del keynesianismo socialdemócrata.
Como los keynesianos pensaban que tenían la varita mágica para conseguir
eso [un crecimiento económico sin conflictos sociales] —me refiero a la
socialdemocracia europea de los años cincuenta, sesenta [del siglo
XX]—, igualmente pensaron que podría haber un desarrollo económico que
fuera ecológicamente sostenible. No es verdad, lo hemos visto a lo largo
de veinte años desde la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, cuando se
creó una corriente internacional con la bandera del desarrollo
sostenible. Se hizo el acuerdo sobre biodiversidad, el acuerdo de cambio
climático, y veinte años después vemos que se continúa perdiendo
biodiversidad y que continúa habiendo más bióxido de carbono en la
atmósfera. Desde mi punto de vista es un fracaso, lamentablemente.</span></div>
<blockquote>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;">“El
hecho es que podríamos cambiar la economía en dos sentidos: en el Norte
con un decrecimiento que sea socialmente aceptado, un decrecimiento
material y energético, o un crecimiento cero (…) y en el Sur un
crecimiento de otra manera”</span></div>
</blockquote>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Cuáles son las fortalezas que se están viendo en el ecologismo popular?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Está creciendo porque las agresiones son
mayores por el lado de la extracción y por el lado de los residuos. Por
ejemplo, hay un grupo que se llama Movimiento Internacional por la
Justicia Climática Internacional que apareció en Cancún (en la Cumbre
contra el Cambio Climático en 2010) y que va a ir a Durban en diciembre
[de 2011] a las reuniones internacionales de cambio climático. Hay gente
en Bolivia, por ejemplo, que está viendo que los glaciales se van
fundiendo y que se van a quedar sin esa reserva de agua. Recién está
empezando, pero ya hay un movimiento por la justicia climática… Luego,
hay redes que defienden los ríos, redes internacionales que han nacido
desde abajo, que dicen que las plantaciones de árboles no son bosques,
las plantaciones son monocultivo de eucalipto o monocultivos de acacia
para pasta de papel, que se chupan el agua y desplazan a la población. Y
hay movimientos parecidos en México en defensa del maíz, contra las
pérdidas de biodiversidad agrícola, movimientos contra la biopiratería;
hay redes internacionales contra la minería. Y no es porque haya un
politburó o un comité central en algún lugar del mundo organizándolo. Es
al revés: de abajo para arriba ha nacido un movimiento antipresas,
puede haber un movimiento mundial de pesca artesanal, porque muchas
costas se ven invadidas por la pesca industrial, de españoles o de
japoneses.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>Estos movimientos ecologistas populares, ¿están teniendo fuerza para cambiar políticas de gobierno?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Hay señales de esto en Ecuador y en Bolivia.
En Ecuador con el parque nacional Yasuní, en la frontera con Perú,
donde hay mucha biodiversidad y poblaciones indígenas no contactadas que
se han ido refugiando ahí. Ahí hay petróleo. Y desde antes de que
subiera a la presidencia Rafael Correa, ha habido una propuesta de dejar
el petróleo en tierra. Es una novedad la iniciativa. Si al final se
hace o no, pues vamos a ver, pero son 850 millones de barriles de
petróleo pesado. Y esto es lógico, porque si sacamos todo el petróleo y
todo el carbón de la tierra a la velocidad actual, se acumula bióxido de
carbono en la atmósfera. Por lo tanto, hay que reducir la velocidad de
extracción, dejar en tierra petróleo, carbón, gas, ahí en donde hace mas
daño la extracción. Entonces esto tan lógico parece una cosa insólita.
La idea de dejar el petróleo en tierra viene de grupos de acción
ecológica en Ecuador en 1997 y vamos a ver cómo acaba.</span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b>¿Es usted optimista sobre que se puedan resolver los desafíos presentes?</b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-preguntasubtitulos">
<span style="font-size: large;"><i><b><br /></b></i></span></div>
<div class="COLLOQ-respuesta">
<span style="font-size: large;">Claro, primero hay que ser optimista, y
entre más viejo eres más optimista; tienes que serlo para dejar una
buena memoria. Optimista de los movimientos de justicia ambiental que
están creciendo y no tan optimista en cómo procesar la crisis, de quién
va a salir beneficiado políticamente de la crisis en Estados Unidos, en
Europa y Japón —porque en China y en la India no hay ninguna crisis,
están creciendo. ¿Qué va a salir políticamente de esto? No lo sabemos,
pero yo creo que algo saldrá de la crisis. A mí me asusta un poco
Estados Unidos, esta bola de irracionalismo que hay. Por ejemplo, la
gente que niega el cambio climático, la gente que dice que Charles
Darwin es irrelevante, que enseña la Biblia sin darse cuenta de que una
cosa es la escuela y otra la religión. Ese irracionalismo me asusta,
porque en Europa con la crisis de los años treinta del siglo xx hubo una
ola de irracionalismo político y Hitler inventó que la culpa era de los
judíos y los mató. Es en las crisis cuando la gente se puede volver
políticamente irracional. </span></div>
<br />
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-35863507264763703902020-02-05T17:38:00.000+01:002020-02-05T17:38:11.414+01:00Transporte y decrecimiento<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQjrdUNkgaESIJPwiN9BI9Hwpjii9Xp3Ce8Zs4uh5JpZoOJ58c5f4worUcicnN-7_g5XRQIW8I3TqAfZ7WDhyphenhyphenHWVKR6yklXJNyts-Kdu1mTeXnZJyJ_FFmOlHBn4zkCZtP2n0j2A/s1600/transportedecre.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQjrdUNkgaESIJPwiN9BI9Hwpjii9Xp3Ce8Zs4uh5JpZoOJ58c5f4worUcicnN-7_g5XRQIW8I3TqAfZ7WDhyphenhyphenHWVKR6yklXJNyts-Kdu1mTeXnZJyJ_FFmOlHBn4zkCZtP2n0j2A/s320/transportedecre.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><a href="http://decrecimientosanjose.blogspot.com/">Decrecimiento San José</a></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Tratar
el tema de la Automoción desde un punto de vista decrecentista y
referido a los hábitos de consumo requiere cuestionar previamente el
desarrollo económico como está entendido en la actualidad y por tanto el
mito por el cual se afirma que las infraestructuras de transporte son
estratégicas para dicho desarrollo. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Lo
que llamamos transporte, esto es, el movimiento horizontal masivo de
personas y mercancías, es en su esencia una anomalía en el orden
natural, que la Naturaleza no resiste. Aceptar esta realidad es
imprescindible para entender las conflictivas relaciones que aparecen en
todas partes entre medio ambiente y transporte. En realidad, a partir
de un cierto punto, lo que se presenta es una elección: o medio
ambiente, o transporte. La conciliación no es posible. No existe el
transporte mecanizado masivo respetuoso con el entorno, ni la movilidad
sostenible, si se está aludiendo a la movilidad motorizada masiva. Esas
nociones son simples construcciones publicitarias, imprescindibles para
tranquilizar a la población frente al crecimiento indefinido del
transporte, y a sus visibles consecuencias. (“La enfermedad del
transporte”, Antonio Stevan).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">El
proceso de internacionalización y globalización de la economía provoca
el tráfico de mercancías y personas de una parte a otra de la
Tierra…Este desarrollo exige la utilización de enormes cantidades de
materiales y combustibles que no son renovables. Las infraestructuras
del transporte consumen gran cantidad de espacio e inducen al
crecimiento y la dispersión de la ciudad, disminuyendo el suelo fértil
disponible, afectando a los cursos de agua, creando barreras en el
territorio, empobreciendo con ello el medio natural y acentuando la
pérdida de diversidad…La movilidad se entiende como un símbolo de
libertad que es proporcionada por el automóvil. La velocidad se ha
convertido en un valor en sí mismo y las autopistas y el AVE símbolos de
bienestar y progreso. Aumentan los usuarios cautivos del coche y
aumenta la exclusión de los que no lo utilizan. (Miguel Angel Llana).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">André
Gorz indicaba en su ensayo “La ideología social del automóvil” (1973),
que: “La alternativa al automóvil debe ser global. Para que la gente
pueda renunciar a sus automóviles no basta con ofrecerles medios de
transporte colectivo más cómodos. Es necesario que la gente pueda
prescindir del trasporte al sentirse como en casa en sus barrios, dentro
de su comunidad, dentro de su ciudad a escala humana, y al disfrutar
yendo a pie, o en bicicleta, de su trabajo a su domicilio<span style="background-color: white; color: #515756;">”.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="background-color: white; color: #515756; font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Por
su parte Iñaki Bárcena, Profesor e investigador en la Universidad del
País Vasco, afirma que el pico del petróleo, gas natural y uranio marca
un principio y un final para el abusivo uso de recursos energéticos, de
los cuales el transporte motorizado se lleva la parte del león. </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Según
dicho autor el trasporte mundial consume anualmente cerca de 2.000
millones de TeP( toneladas equivalentes de petróleo), lo que supone un
26 por ciento de la demanda total de energía de la humanidad. En 2004 se
estimó que el trasporte motorizado produjo cerca de 5000 millones de
toneladas equivalentes de CO2 lo que supone el 21 por ciento del total
de gases de efecto invernadero emitidos.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Datos
también de 2004, de la Red de Acción del Clima, señalan que del total
de las emisiones derivadas del transporte motorizado, el 79,5 por
ciento correspondía al transporte por carretera, el 13 por ciento al
aéreo, el 7 por ciento al marítimo y tan sólo el 0,5 por ciento al
ferroviario.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Sin olvidar que diariamente 3000 personas mueren en accidentes motorizados, el 90% en países empobrecidos (OMS).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="mso-line-height-alt: 11.4pt; mso-margin-bottom-alt: auto; mso-margin-top-alt: auto; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">La
construcción de nuevas infraestructuras genera más consumo de recursos
(cemento, petróleo, agua) y a mas larga distancia… por ello sería
necesario plantear una moratoria para vías de gran capacidad y alta
velocidad (autopistas y autovías), ya que favorecen el uso del coche y
generan más tráfico y mayor ocupación del territorio, la expansión
urbana y el mercado global. Para trenes de alta velocidad, porque tienen
un alto impacto ambiental, crean desequilibrios territoriales,
favorecen la larga distancia sobre la cercanía, asumen precios
elitistas, tienen escasa utilidad social y no reducen el tráfico de la
carretera o el avión sino que crean nuevas necesidades. Para
aeropuertos, ya que su proliferación aumenta el tráfico aéreo, cuyas
emisiones tienen gran impacto atmosférico. Los desplazamientos en avión
tendrían que limitarse a largas distancias (más de 500 Km.) y a lugares
inaccesibles por medios terrestres…La moratoria debería afectar a la
ampliación de grandes puertos que favorecen el mercado global frente al
local…. En las ciudades, la moratoria debería aplicarse a túneles,
aparcamientos y nuevas vías de circulación. (Ecologistas en Acción).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Alta velocidad: “Si quieres llegar antes madruga” (Activismo ecologista vasco)</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Se
trata de potenciar nuevos valores como la cercanía y la parsimonia para
calmar el tráfico, de convertir la industria automovilística y la de
los combustibles fósiles para avanzar hacia medios de transporte
colectivos basados en la energía solar y de defender la justicia social
impidiendo que la movilidad siga creando marginación y graves
desequilibrios entre las clases sociales. (Iñaki Barcena).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">
“A causa de la multiplicación de los transportes por carretera, por
barco y por avión, la deslocalización económica provoca un gran
despilfarro de energía y una gran producción de gases de efecto
invernadero. La fabricación de unos vaqueros requiere, en total, un
periplo de 30.000 Km. para reunir materiales y componentes; la de un
yogur de fruta, 10.000 Km.” (Edgar Morin- La Vía).</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">El
transporte es el sector que más energía consume en España, alcanzando
un 40% del total nacional. Por su parte, el vehículo turismo representa
aproximadamente el 15% de dicho total. Las emisiones de C02 derivadas
del uso de vehículos de transporte por carretera se estima que suponen
un 48 por ciento del total de emisiones causadas por el consumo de
energía.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">El
transporte es responsable en España, de más del 20% de las emisiones
totales de GEI (Gases de Efecto Invernadero), y de este, el 80%
corresponde al uso del transporte privado, es decir, unas 75 millones de
toneladas de CO2e.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">España es el país de la UE que más utiliza el vehículo privado en trayectos menores de 3 Km. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">El
avión es el medio de transporte que arroja una mayor tasa de emisión de
CO2 por Km. y pasajero, pudiendo llegar a ser esta hasta 10 veces
superior a la del tren o autobús. Un viaje Madrid-Londres de ida y
vuelta en avión genera una cantidad de 811 Kg. de CO2e.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">¿Qué podemos hacer?</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">En
la etapa de cambio de civilización en que nos encontramos, la
transición es obligada y hay que ser permisivos con nuestras
incoherencias y contradicciones. Habrá que ir clarificando el camino y
contagiándonos unos a otros de nuestros progresos a nivel individual y
social.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<ol start="1" style="margin-top: 0cm;" type="1">
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Uso del transporte público (trenes tradicionales, metro...).</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Hacer todo lo posible para que los viajes en avión sean una excepción.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Oponernos radicalmente al AVE.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Caminar y extender el uso de la bicicleta : carriles, aparcamientos, reparaciones (Acciones pro Bici).</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Oponernos
a los transportes privados de lujo, jets privados, cruceros,
petroleros y a los deportes de élite y su despilfarro energético y
contaminante. (Automovilismo-Fórmula 1, Paris-Dakar, moto GP etc.).</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Cambiar el concepto de Turismo radicalmente.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Evitar las grandes superficies y promover la compra de productos locales. Trabajar cerca de donde vivimos.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Oposición a la industria automovilística en su totalidad e industrias satélites.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Antimilitarismo </span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Si
no hay más remedio que tener un vehículo: Compartir la gasolina y
trayectos con otras personas. Evitar trayectos largos y de una sólo
persona. Mínimo consumo y mínimas emisiones. Consume poco agua en
el lavado (¿50 litros?) . No sirve de nada doblar la eficiencia
energética de los motores de los automóviles si doblamos el
kilometraje: el consumo de carburante no habrá disminuido (Joaquim
Sempere, fiolósofo, sociólogo y editor del libro “El final de la
era del petróleo barato”).</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Promover la vela.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l1 level1 lfo1; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Crecer en el concepto de Despacio, disminuir en la Velocidad.</span></li>
</ol>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Hay
que tener en cuenta que el coche ecológico no existe y no solo por su
consumo energético o sus emisiones contaminantes. Todos los accesorios
son perjudiciales para el planeta…usamos artefactos cuyas materias
primas vienen de África, se elaboran en industrias asiáticas y se
ensamblan en Centroamérica para su envío a su destino final en Europa. </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">De cara al Proyecto de Cooperativa en San José:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<ul style="margin-top: 0cm;" type="disc">
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l0 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">El
Bus del Parque: proyecto de un minibús con recorridos
intrapueblos. Precios populares (para socios; con buena musiquita).
Para excursiones comunales, visitas a ecoxarxas, viajes a Almería.</span></li>
</ul>
<div class="MsoNormal" style="margin-left: 18.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<ul style="margin-top: 0cm;" type="disc">
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l0 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Puntos
de salida señalizados para viajes compartidos. (Pizarras
informativas de madera en plazas públicas. Información de viajes a
través de correos electrónicos).</span></li>
</ul>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<ul style="margin-top: 0cm;" type="disc">
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l0 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">En
el centro social de la cooperativa “Pez Verde” disponer de amarres
para bicis y de un pequeño taller de reparación. Luchar por una
red de carriles bici que conecte diferentes pueblos del Parque.</span></li>
<li class="MsoNormal" style="mso-list: l0 level1 lfo2; tab-stops: list 36.0pt; text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-size: large;">Jose</span></li>
</ul>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;">Bibliografía:</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Automóvil y Greenpeace: <a href="http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/other/2010-10-26-2.pdf">http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/other/2010-10-26-2.pdf</a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">La ideología social del automóvil, por André Gorz</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.letraslibres.com/revista/convivio/la-ideologia-social-del-automovil?page=full">http://www.letraslibres.com/revista/convivio/la-ideologia-social-del-automovil?page=full</a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Iñaki Bárcena:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Decrecimientos.
Sobre lo que hay que cambiar en la vida cotidiana. Decrecimiento y
transporte. De los mitos del transporte a la utopía ecologista.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/593">http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/593</a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ecologistas en Acción:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Infraestructuras de transporte y crisis. Mitos y realidades.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/cuaderno_infraestructuras_crisis.pdf">http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/cuaderno_infraestructuras_crisis.pdf</a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ecologistas en Acción:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Los medios de transporte en la ciudad. Un análisis comparativo</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_2_Comparativa_medios.pdf">http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_2_Comparativa_medios.pdf</a></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ecologistas en Acción</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ideas y buenas prácticas para la movilidad sostenible.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_3_Buenas_Practicas.pdf">http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_3_Buenas_Practicas.pdf</a> </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Ecologistas en Acción</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;">Los problemas del coche en la ciudad</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-size: large;"><a href="http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_3_Buenas_Practicas.pdf">http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf_Cuaderno_3_Buenas_Practicas.pdf</a></span></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-35559263906226414902020-02-03T21:12:00.000+01:002020-02-03T21:12:08.892+01:00Ecología, austeridad y hedonismo. Un apunte sobre necesidades y satisfactores<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQJGi1N1d76aAV_bKknpxxhpz8B1U5v_hcIVDiG8L7LMYYB_kddpGIQxMjTeuzdoHeHm3uTDk7oPt7H50_hetzrS9avgyZN61LqchUnMyWf3PQqUH6CmSfFXzQq8Ks6wmoqSRyxg/s1600/necesidades.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQJGi1N1d76aAV_bKknpxxhpz8B1U5v_hcIVDiG8L7LMYYB_kddpGIQxMjTeuzdoHeHm3uTDk7oPt7H50_hetzrS9avgyZN61LqchUnMyWf3PQqUH6CmSfFXzQq8Ks6wmoqSRyxg/s320/necesidades.jpg" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>Carlos Verdaguer Viana-Cárdenas</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El concepto de necesidad se refiere intrínsecamente a la interrelación entre el sistema cuerpo-mente de cada ser vivo y el ecosistema del que forma parte y que le provee los recursos para autorregularse (mantener su estabilidad como organismo) y constituye, por tanto, el núcleo de la visión ecológica. Desde este punto de vista, unos elementos del ecosistema constituyen recursos necesarios para otros elementos, es decir, recursos sin los cuales estos segundos elementos pierden su identidad como tales y experimentan transformaciones hacia su disgregación y recomposición. Puede decirse, así, que una cadena trófica está ligada por unas relaciones de necesidad que se inician con la necesidad de energía solar, agua y minerales por parte de la base productiva de la pirámide trófica y van avanzando hasta la necesidad de los organismos descomponedores de disponer de suficiente biomasa muerta que descomponer y reincorporar en forma de minerales y nutrientes al inicio del ciclo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Desde este punto de vista, la idea de necesidad puede ser objeto de análisis cuantitativo: la pregunta ¿cuánto es suficiente? en relación con cada organismo del sistema puede ser contestada identificando las variables fundamentales que precisa para automantenerse y los umbrales máximos y mínimos para cada variable por encima o debajo de los cuales ese automantenimiento no es posible y la integridad-identidad del organismo desaparece.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La idea de umbral máximo, desde la perspectiva ecológica, adquiere una importancia fundamental, sobre todo de cara a la visión antrópica de necesidad en su versión más extrema acuñada por la sociedad de consumo, que ha privilegiado la atención exclusiva a la superación de los umbrales mínimos. En efecto, frente a una determinada visión mecanicista dominante que, una vez identificado un recurso como necesario, aboga por maximizar su consumo, la visión ecológica permite constatar que la estabilidad de los sistemas depende tanto de sus umbrales máximos como mínimos: el consumo excesivo de un determinado recurso por parte de un determinado organismo se salda en la escasez de dicho recurso en el futuro o, en caso de hipotética abundancia ilimitada del mismo, en el desequilibrio interno del organismo en relación con otras variables: el hartazgo del depredador disminuye su agilidad y lo hace más vulnerable frente a otros depredadores competidores. Esta misma eco-lógica impera en los ecosistemas mismos: el exceso de agua en un determinado suelo genera el arrastre y la lixiviación de sus nutrientes, disminuyendo su fertilidad, o incluso su desaparición como tal suelo. Esto es aplicable incluso en términos abióticos en relación con la geomorfología: una cantidad suficiente de agua puede contribuir a la estabilización de una pendiente mediante la creación de una cubierta vegetal; el exceso puede provocar el deslizamiento y el desplome.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Por otra parte, el conocimiento sobre los mecanismos de reproducción de los seres vivos nos ofrece una idea del concepto de despilfarro desde el punto de vista ecológico: podría asociarse este concepto con la teoría de la estrategia R, según la cual determinados organismos se aseguran la supervivencia como especie mediante la producción de una enorme cantidad de descendientes cuando las probabilidades de subsistencia de cada uno de ellos es muy baja, adoptando la estrategia contraria, la denominada K, consistente en producir muy pocos descendientes y protegerlos al máximo durante su periodo de crecimiento, cuando las condiciones son inversas. En el caso de los mamíferos, por otra parte, la fecundación de un óvulo se lleva a cabo mediante la producción de un número ingente de espermatozoides. Sin embargo, la constatación de que dichas estrategias, en las que parece imperar la desproporción entre medios y fines, son en realidad las que el sistema determinado precisa exactamente para su supervivencia, permite reinterpretar el aparente despilfarro como necesidad, es decir, como adecuación entre el organismo y las condiciones particulares del medio. Por otra parte, tal como señala Monod, esta heterogeneidad de estrategias es debida al carácter intrínsecamente azaroso (estocástico) del proceso de evolución de las especies, no a una necesidad en el sentido teleológico, tal como pretenden las visiones religioso-deterministas.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Cuanto más evolucionado el organismo, es decir, cuanto mayor es su complejidad sistémica, mayor es el abanico de necesidades que presenta, es decir, mayor es el número de recursos que necesita para su subsistencia y más heterogéneas las fuentes a las que debe acudir para satisfacerlos. Así, los requisitos del sistema nervioso de los mamíferos introducen nuevas necesidades que se superponen a las exclusivamente fisioquímicas del sistema vegetativo. Estas nuevas necesidades se controlan a través del sistema neuronal mediante los mecanismos de placer y dolor, que, al multiplicar el número de niveles y formas de interrelación del organismo con su medio, incrementa enormemente su versatilidad y su flexibilidad y, por tanto, su capacidad de adaptación a situaciones y estados diferentes. Existe así una relación directa entre capacidad de adaptación y abanico de necesidades: el precio de la flexibilidad es un incremento de la necesidad.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Este proceso alcanza su nivel máximo de complejidad en términos ecológicos con la aparición de la memoria y la imaginación al introducir la posibilidad de que los mecanismos de placer y dolor no actúen exclusivamente en función de los estímulos inmediatos del medio, sino de estímulos recordados o imaginados, es decir, estímulos existentes en un mundo, como es el mental, en el que los intercambios de materia y energía son mínimos. De acuerdo con la formulación anterior, esto supone un incremento exponencial del nivel de necesidades asociado al enorme incremento de la flexibilidad y la versatilidad de adaptación al medio que supone el cerebro humano como maquinaria de inusitada eficacia ecológica por su capacidad de operar en términos literalmente inmateriales. 1 Los niveles de la necesidad humana y la irrupción del deseo</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">De acuerdo con este incremento en los niveles de complejidad en la interacción con el medio, en el ser humano se superponen, pues, diversos niveles de necesidad que podrían agruparse en tres ámbitos principales: las necesidades exclusivamente fisicoquímicas comunes a todos los seres vivos, las necesidades derivadas de los mecanismos básicos de placer y dolor comunes a todos los mamíferos por el hecho de poseer un sistema diferenciado de control e interrelación con el medio como es el sistema nervioso, y las necesidades derivadas de la memoria y la imaginación, como productos emergentes del hiperdesarrollo del sistema nervioso en los homínidos que traducen y hace trascender los mecanismos fisiológicos de placer y dolor a un espacio nuevo e inmaterial como es el de la noosfera. En este ámbito nuevo de creciente complejidad, el cerebro humano se transmuta en psique y las necesidades se hacen emocionales y psicológicas, dando lugar a un concepto puramente antrópico como es el de deseo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Estos tres ámbitos, naturalmente, no están regidos por una interrelación simplemente jerárquica, puesto que el sistema cuerpo-mente humano opera como un continuum en el que los procesos fisico-químicos son los que hacen posibles los procesos mentales y en el que, a su vez, los procesos mentales, a través de las emociones, generan procesos fisicoquímicos, disparando un ciclo de retroalimentación que liga indisolublemente el mundo inmaterial con el mundo de la materia y la energía.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Es esta irrupción del mundo inmaterial en el ámbito de las necesidades en la forma de deseos la que dificulta la aplicación del análisis meramente cuantitativo en el caso de los seres humanos y, a su vez, es esta dificultad la que, sesgadamente interpretada, se usa habitualmente como argumento para justificar el mito de que los deseos y necesidades del ser humano son ilimitados, un mito claramente instrumental para un modelo organizativo basado en el incremento del consumo. La aplicación mecánica de este mito, enfrentada a la constatación de la limitación de los recursos materiales y energéticos, conduce inevitablemente a la consideración de dos únicas opciones: desde una perspectiva solidaria, a la insatisfacción colectiva de un creciente número de necesidades y deseos, es decir, la austeridad obligada como frustración de los deseos; desde una perspectiva insolidaria, a la lucha sin cuartel por la posesión de los escasos recursos disponibles para la satisfacción de los deseos y necesidades de un número decreciente de seres humanos.[1]</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">A este callejón sin salida conceptual, que ha ocupado el núcleo del debate ambiental a lo largo del último medio siglo, contribuyen dos errores epistemológicos básicos: el primero es la idea ya comentada de que el único umbral a considerar cuando se trata de necesidades es el mínimo, de la cual se deriva la idea mecánica de que, si algo es bueno, más de lo mismo es mejor; el segundo es la idea de que para cada necesidad y, por ende, para cada deseo, existe un único medio de satisfacerlo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Al poner en evidencia estos dos errores de concepto, el paradigma ecológico nos permite romper el nudo gordiano, ampliando el número de opciones con el que hacer frente a la creciente escasez de recursos, aunque el factor tiempo incremente progresivamente el carácter de reto de estas opciones.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Frente al primer error, el enfoque ecológico opone la idea de que todos los procesos de interrelación entre los organismos y el medio se mueven entre un umbral mínimo y un umbral máximo, de tal modo que, aunque algo sea bueno, un exceso de lo mismo puede ser peor.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Frente al segundo de los errores, la visión ecológica demuestra que para la satisfacción de una misma necesidad, entendida en términos ecológicos como la consecución de un estado final determinado, existen diversos medios de satisfacerla, es decir, existen varias vías que conducen al mismo estadio final: el proceso de sucesión ecológica que conduce a un clímax climácico similar a partir de condiciones edafológicas, climáticas y geomorfológicas diferentes constituye un ejemplo. Naturalmente, cuanto menos compleja es la relación entre necesidad y medio de satisfacerla, menor es el número de vías posibles o más estrecha la franja de valores que puede adoptar la variable que represente dicho medio de satisfacción. Cuanto más simple el organismo, menor es, pues, el número de opciones de autorregulación y mayor su vulnerabilidad como unidad individual, y, por tanto, las estrategias de supervivencia de la especie han de basarse en incrementar el número de individuos o la amplitud de la franja de valores admisibles de las variables implicadas. 2 Rompiendo el nudo gordiano: el concepto de satisfactor</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Acuñado por Max-Neef y Elizalde, el término satisfactor para referirse sintéticamente a cada medio concreto para satisfacer una determinada necesidad es de una gran utilidad para incorporar esta visión ecológica al ámbito específico del ser humano. De acuerdo con esta terminología, para cada necesidad establecida existirían varios satisfactores, cada uno de los cuales, a su vez, llevaría asociadas redes de interrelaciones diferentes entre el organismo en cuestión y el medio y, por tanto, diferentes cadenas de impactos y diferentes niveles de consumo de recursos. La posibilidad de sustituir unos satisfactores por otros en relación con una necesidad u objetivo determinados y en función de sus diferentes niveles de impacto sobre determinadas variables, permite ampliar enormemente el margen de maniobra colectivo, es decir, multiplica los grados de libertad del sistema y por tanto su autonomía y su capacidad autopoiética.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Aplicado a los tres ámbitos de necesidad anteriormente identificados en relación con el ser humano, el concepto de satisfactor nos permite aventurar la siguiente formulación: cuanto más avanzamos en complejidad a través de estos tres ámbitos, mayor es el número de satisfactores identificables y más difícil resulta su traducción a términos exclusivamente cuantitativos. Al mismo tiempo, esta formulación, que desagrega fines y medios en relación con la idea de necesidad, permite constatar que en cada uno de los niveles, sin embargo, las necesidades identificables como básicas pueden formularse de manera sucinta y manejable.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Así, en el ámbito de los procesos físico-químicos, el número de satisfactores precisos para asegurar la necesidad básica de conservación del organismo viene impuesto por la lógica estricta de los flujos de materia y energía que caracterizan la vida. La cantidad de calorías que necesita un organismo humano para mantener sus constantes vitales se mueve dentro de una franja finita de valores, aunque sea relativamente abundante el número de alimentos y combinaciones de alimentos que permiten mantener la dieta dentro de dicha franja de valores. Del mismo modo, la franja de temperaturas dentro de las cuales es posible la vida humana se mueve entre umbrales sólo superables mediante aportaciones exógenas. A este nivel fisico-químico es posible establecer, pues, franjas de valores determinados que contemplen adecuadamente las variaciones entre los individuos de la especie humana y, como se observa desde la perspectiva de la ecología social, es posible conseguir consensos basados en criterios objetivos que permitan de forma más o menos fácil la sustitución de unos satisfactores por otros.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El siguiente nivel, el correspondiente a los mecanismos básicos de placer y dolor asociados al sistema nervioso, característicos de los mamíferos, está estrechamente ligado al anterior, del que supone un desarrollo evolutivo. El placer y el dolor no son, en términos cibernéticos, sino mecanismos de control y protección asociados a los flujos físico-químicos y destinados a incrementar la autonomía y la flexibilidad del organismo en sus interacciones con el medio: las sensaciones de placer o dolor asociadas a la temperatura, por ejemplo, no son sino indicadores internos de los umbrales de seguridad del organismo, que puede moverse así en un mayor número de medios diferentes. Determinados olores o sabores son codificados por el sistema nervioso de los mamíferos como indicadores de peligro[2].</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Sin embargo, como tales mecanismos, tienen una lógica propia emergente, ajena a la físico-química, que se mueve en torno a una necesidad básica consistente en maximizar el placer y minimizar el dolor. Dentro de esta dicotomía placer-dolor se desarrolla a modo de cualidad emergente el universo de lo emocional, donde operan el deseo, el afecto, la pasión como puente directo con la esfera de lo mental o noosfera. El placer sexual asociado al apareamiento, al margen de la función de reproducción, o el papel de la gastronomía en relación con la alimentación, son los ejemplos más evidentes.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">El hecho de que esta lógica esté basada precisamente, como hemos mencionado, en la función de hacer frente a un mayor número de situaciones, estados y medios por parte del organismo, hace que el número de satisfactores se multiplique enormemente, así como el rango de variaciones entre los individuos y colectivos de la especie: ya hemos visto que para conseguir la ingesta del número de calorías necesario para el organismo humano existe un amplio número de alimentos y combinaciones de alimentos posibles: la función de placer de las papilas gustativas humanas, a su vez, multiplica las posibilidades de tratamiento y preparación de los alimentos. A este nivel, sin embargo, se incrementan las dificultades de cuantificación de los umbrales implicados en el caso de cada satisfactor y, por tanto, la posibilidad de llegar a consensos basados en criterios puramente objetivos unívocos, por mucho que sea lo que hay escrito ya sobre gustos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Esta dificultad de cuantificación llega al máximo cuando nos introducimos en el último nivel, el correspondiente a la noosfera, donde la memoria y la imaginación, características emergentes del cerebro humano, respondiendo al mismo tiempo a las solicitaciones de los anteriores niveles relacionados con el sistema vegetativo y el nervioso, operan sin límites con un mínimo coste metabólico. Las necesidades básicas a este nivel pueden reducirse a la de mantener la autoconciencia y la identidad de cada individuo a lo largo del tiempo y la de posibilitar la socialización, es decir, la interrelación del individuo con los restantes miembros de la especie de cara a su autoorganización colectiva. Sin embargo, los mecanismos de memoria e imaginación, al igual que ocurría en el anterior nivel con los del placer y el dolor, operan con una lógica propia emergente que genera un salto cualitativo de la idea de necesidad a la deseo. Para operar con la idea de deseo, sin embargo, se mantiene la utilidad del concepto de satisfactor. En efecto, al igual que para cada necesidad básica identificada, para cada posible deseo se puede formular una batería de satisfactores aplicando diversas opciones y lógicas de uso en función del contexto, el medio y los recursos disponibles. 3 La necesidad de la política</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La anterior exposición nos permite entender la potencia de esta formulación de cara a la resolución de la falsa dicotomía antes enunciada entre austeridad frustrante y reparto desigual como únicas opciones frente a la crisis de los recursos. En efecto, al convertir en variables una gran parte de los datos de partida que en este momento se consideran como constantes, es decir, al redefinir como satisfactores solicitaciones que en estos momentos se presentan como necesidades invariantes desde la lógica de la sociedad de consumo, se multiplican considerablemente las posibilidades de utilización sinérgica de los recursos existentes, sin poner en cuestión las necesidades identificadas como básicas. Desde esta perspectiva, las opciones del tipo mejor con menos, o "Factor 4" se ven reforzadas desde el punto de vista conceptual al ampliar su campo de acción más allá (o más acá) del recurso a la idea de eficiencia técnica. Por otra parte, esta formulación posee el valor añadido de ayudar a disociar la idea de austeridad de la idea de frustración del deseo, una asociación firmemente anclada en el imaginario colectivo de los países hiperdesarrollados.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La primera tarea que se impone a partir de esta formulación es doble: por una parte, identificar con claridad las necesidades básicas asociadas a cada uno de los tres niveles y, por otra, elegir aquellos satisfactores que respondan dichas necesidades con el menor impacto sobre el entorno. Y es en estas tareas donde tiene cabida el conocimiento experto, cuya función es identificar de forma adecuada las redes de relaciones entre necesidades básicas, satisfactores y recursos, con el fin de ayudar a la adecuada selección. Paradójicamente, la importancia de este conocimiento puramente técnico disminuye a medida que se que se incrementa el nivel de complejidad del sistema implicado (vegetativo, nervioso, mental) debido precisamente a la creciente dificultad de establecer mecanismos de identificación de umbrales en función de criterios objetivos unívocos y en relación con los satisfactores. En términos sintéticos, la voz técnica debe perder volumen a medida que recorre la distancia entre la necesidad y el deseo.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Y así, la tarea principal desde el punto de vista de la especie humana, que aparece a la luz de esta formulación, es literalmente política y consiste en poner en marcha mecanismos para la elección colectiva de aquellos satisfactores que, sin poner en riesgo el adecuado mantenimiento de las variables metabólicas y vegetativas básicas, es decir, sin generar impactos en el entorno que hagan crecientemente difícil tal mantenimiento, y haciendo disminuir el nivel general de sufrimiento de la totalidad de seres humanos presentes y futuros, respondan de la forma más placentera posible al mayor número de deseos y anhelos generados desde la memoria y la imaginación en el ámbito de la noosfera.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Naturalmente, una de las mayores dificultades para llevar a cabo esta tarea es la carga profundamente adictiva inherente al modelo de consumo dominante, cuya lógica exige el continuo incremento en el consumo de bienes y productos crecientemente banales y perecederos (obsolescencia programada) y la inducción de satisfactores (enmascarados como necesidades) en función de los intereses del mercado dentro de un marco de sobrecarga estimular (medios de comunicación y publicidad agresiva dirigidos a la fidelización del consumidor). La miseria de la vida cotidiana, interpretada como ausencia de significado, generada por este modelo contribuye a fortalecer el carácter adictivo de la relación entre el ser humano (noosfera-biosfera) y sus realizaciones (tecnoesfera). Este contexto dificulta enormemente el éxito de aquellos vectores de cambio que vinculen desde una visión laica y materialista conceptos como contención, austeridad, frugalidad con objetivos como calidad de vida, placer y belleza, pero resulta imprescindible instituir las bases de un nuevo imaginario hedonista concebido y construido desde la perspectiva ecológica.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Notas</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">[1]: Aquí habría que abrir un pequeño paréntesis referido a las necesidades del sistema económico dominante: se trata de nuevo de funciones emergentes derivadas de la propia lógica estructural del sistema, a las que no resulta en absoluto útil aplicar criterios morales o éticos. Al igual que el escorpión del conocido relato, la sociedad de consumo precisa ciertamente para su subsistencia de un consumo creciente de recursos y, también al igual que el contradictorio artrópodo, esas necesidades indudables le conducen inevitablemente a su autodestrucción.</span><br />
<span style="font-size: large;">[2]: Y de protección de la otra especie que genera el olor o el sabor; el sabor extremadamente dulce de determinados frutos constituye una estrategia ecosistémica por parte de las plantas fanerógamas para asegurar su reproducción aprovechándose de los mecanismo de placer gustativo de los mamíferos.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><b class="pers">Verdaguer Viana-Cárdenas, Carlos</b> (2011) «Ecología, austeridad y hedonismo. Un apunte sobre necesidades y satisfactores», <i class="trevista">Boletín CF+S</i>, 50, pp. 89-92. Recurso electrónico en línea: <a href="http://habitat.aq.upm.es/boletin/n50/acver2.html">http://habitat.aq.upm.es/boletin/n50/acver2.html</a></span> <br />
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<br /></div>
<g:plusone></g:plusone>Antonio Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16608731102828619076noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27036666.post-9554925204334683342020-02-01T18:44:00.000+01:002020-02-01T18:44:07.678+01:00La salida del capitalismo ya ha empezado<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo40pc_ywicOfW10LP91eILU0j4EIKuA8QtNnjw7i2C0JaQUf3gGKGrSTqqfZSxPvxmrkgoz-r2BEpWu13xsdRkalTSj-C4WsKz00h8YEygMygnmpXXIij7K0pzBiYdS3p1Hpo1Q/s1600/salida+capitalismo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo40pc_ywicOfW10LP91eILU0j4EIKuA8QtNnjw7i2C0JaQUf3gGKGrSTqqfZSxPvxmrkgoz-r2BEpWu13xsdRkalTSj-C4WsKz00h8YEygMygnmpXXIij7K0pzBiYdS3p1Hpo1Q/s320/salida+capitalismo.jpg" width="264" /></a></div>
<span style="font-size: large;"><b>André Gorz</b></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Traducción y revisión de Florent Marcellesi y Lara Pérez Dueñas
</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><i>Poco antes de darse muerte, André Gorz envió a la revista ecorev este artículo. Escrito en julio del 2007, en él, Gorz constata que el sistema está en permanente crisis, y analiza de forma muy original lo que él entiende que es su principal causa, vaticinando la salida del capitalismo e interrogándose sobre si esta salida será bárbara o civilizada</i></span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La cuestión de la salida del capitalismo nunca ha sido tan de actualidad: se plantea hoy de una manera novedosa y con la necesidad urgente de una radicalidad nueva. Debido a su propio desarrollo, el capitalismo ha alcanzado un límite interno y externo que es incapaz de superar y que le convierte en un sistema que sobrevive gracias a subterfugios a la crisis de sus categorías fundamentales: el trabajo, el valor, el capital.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La crisis del sistema se manifiesta tanto a nivel macro-económico como a nivel micro-económico. La principal causa es el cambio radical tecno-científico que introduce una ruptura en el desarrollo del capitalismo y arruina, con sus repercusiones, la base de su poder y su capacidad para reproducirse. Intentaré analizar esta crisis primero bajo la perspectiva macro-económica [1], y segundo a través de sus efectos en el funcionamiento y la gestión de las empresas [2].</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La informatización y la robotización han permitido producir cada vez más mercancías con cada vez menos trabajo. El coste del trabajo por unidad de producto no ha dejado de disminuir y el precio de los productos tiende a bajar. Sin embargo, cuanto más disminuye la cantidad de trabajo para una producción particular, más tiene que aumentar el valor producido por trabajador -su productividad- para que la masa de beneficio no disminuya. Obtenemos por tanto esta paradoja aparente : cuanto más aumenta la productividad, más tiene que aumentar ésta para evitar que el volumen de beneficio disminuya. La carrera hacia la productividad tiende a acelerarse, los recursos humanos a reducirse, la presión sobre el personal a endurecerse, el nivel y la masa salarial a disminuir. El sistema evoluciona hacia un límite interno donde la producción y la inversión en la producción dejan de ser lo suficiente rentables.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Las cifras prueban que se ha alcanzado este límite. La acumulación productiva de capital productivo no ha dejado de experimentar una regresión. En los Estados-Unidos, las 500 empresas del índice Standard & Poor'fs disponen de 631 millones de millones de reservas líquidas ; la mitad de los beneficios de las empresas americanas proviene de operaciones en los mercados financieros. En Francia, la inversión productiva de las empresas del CAC 40 ni siquiera aumenta cuando sus beneficios se multiplican.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Puesto que la producción ya no es capaz de valorizar todos los capitales acumulados, una parte creciente de ellos se queda bajo la forma de capital financiero. Se constituye una industria financiera que no deja de refinar el arte de hacer dinero comprando y vendiendo solamente diversas formas de dinero. El dinero mismo es la única mercancía que produce la industria financiera a través de operaciones cada vez más arriesgadas y cada vez menos controlables en los mercados financieros. La masa de capital que la industria financiera drena y gestiona supera desde luego la masa de capital que valoriza la economía real (el total de los activos financieros representa 160.000 millones de millones de dólares, es decir de tres a cuatro veces el PIB mundial). El “valor” de este capital es puramente ficticio ; descansa en gran parte sobre el endeudamiento y el “good will”, es decir sobre anticipaciones : la Bolsa capitaliza el crecimiento futuro, los beneficios futuros de las empresas, el futuro alza de los precios inmobiliarios, las ganancias que podrán aportar las reestructuraciones, fusiones, concentraciones, etc.. Las cotizaciones de la Bolsa se hinchan de capitales y de sus plus-valías futuras : los bancos incitan a las familias a comprar (entre otras cosas) acciones y certificados de inversión inmobiliaria, a acelerar así el alza de las cotizaciones, a pedir prestado a sus bancos importes crecientes en la medida que aumenta su capital ficticio bursátil.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<a name='more'></a><span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">La capitalización de las anticipaciones de beneficios y crecimiento mantiene un endeudamiento creciente, alimenta la economía en liquidez, debidos al reciclaje bancario de plus-valías ficticias, y permite a los Estados-Unidos un “crecimiento económico” que, basado en el endeudamiento interno y externo, es claramente el motor principal del crecimiento mundial (incluso del crecimiento chino). La economía real se convierte en un apéndice de las burbujas especulativas sustentadas por la industria financiera. Hasta el inevitable momento en que las burbujas estallan, arrastran a los bancos hacia bancarrotas en cadena que amenazan de colapsar el sistema mundial de crédito, y que amenazan a la economía real de una depresión severa y prolongada (la depresión japonesa dura ya quince años).</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-size: large;">Siempre podremos culpar a la especulación, a los paraísos fiscales, a la opacidad y a la falta de control de la industria financiera (en particular los “hedge funds”), pero la amenaza de depresión, incluso de colapso que pesa sobre la economía mundial, no se debe a la falta de control : se debe a la incapacidad del capitalismo de reproducirse. Sólo se perpetua y funciona sobre bases ficticias cada vez más precarias. Pretender la redistribución, a través del impuesto, de las plus-valías ficticias de las burbujas precipitaría exactamente lo que intenta evitar la industria financiera: la desvalorización de masas gigantescas de activos financieros y la quiebra del sistema bancario. La “reestructuración ecológica” sólo puede agravar la crisis del sistema. Es imposible evitar una catástrofe climática sin romper de manera radical con los métodos y la lógica económica que impera desde hace 150 años. Si prolongamos la tendencia actual, se multiplicará el PIB mundial por un factor 3 o 4 hasta el 2050. Sin embargo, según el informe del Consejo sobre el Clima de la ONU, las emisiones de CO2 tendrán que disminuir de un 85% hasta esta fecha para limitar el calentamiento climático a 2ºC máximo. Más allá de 2ºC, las consecuencias serán irreversibles y no controlables.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Por tanto el decrecimiento es un imperativo de superviviencia. Pero supone otra economía, otro estilo de vida, otra civilización, otras relaciones sociales. Sin estas premisas, sólo se podrá evitar el colapso a través de restricciones, racionamientos, repartos autoritarios de recursos característicos de una economía de guerra. Por tanto la salida del capitalismo tendrá lugar sí o sí, de forma civilizada o bárbara. Sólo se plantea la cuestión del tipo de salida y su ritmo con el cual va a tener lugar.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Ya conocemos la forma bárbara. Prevalece en varias regiones de África, dominadas por jefes de guerra, por el saqueo de las ruinas de la modernidad, las masacres y tráfico de seres humanos, en un panorama de hambrunas. Los tres Mad Max eran novelas de anticipación. En cambio, no se suele plantear una forma civilizada de salida del capitalismo. La evocación de la catástrofe climática que nos amenaza conduce generalmente a considerar un necesario “cambio de mentalidad”, pero la naturaleza de este cambio, las condiciones que lo hacen posible, los obstáculos que hay que saltar parecen desafiar la imaginación.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Proyectar otra economía, otras relaciones sociales, otros métodos y medios de producción y otros modos de vida se tacha de “irrealista”, como si la sociedad de la mercancía, del asalariado y del dinero fuera infranqueable. En realidad una multidud de indicios convergentes sugieren que ya se ha iniciado esta superación y que las probabilidades de una salida civilizada del capitalismo dependen ante todo de nuestra capacidad de distinguir las tendencias y las prácticas que anuncian su factibilidad.</span><br />
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<span style="font-size: large;">El capitalismo debe su expansión y su dominación al poder que ha adquirido en un siglo, tanto en la producción como en el consumo. Al privar primero a los obreros de sus medios de trabajo y de sus productos, se ha garantizado progresivamente el monopolio de los medios de producción y ha conseguido subsumir el trabajo. Con la especialización, la división y la mecanización del trabajo en grandes instalaciones, los trabajadores se convirtieron en los apéndices de las megamáquinas del capital. Se tornó así imposible para los productores apropiarse de los medios de producción. Gracias a la eliminación del poder de aquéllos sobre la naturaleza y el destino de los productos, se ha asegurado al capital el cuasi-monopolio de la oferta, es decir el poder de anteponer en todos los ámbitos las producciones y los consumos más rentables, así como el poder de crear los gustos y deseos de los consumidores y la manera con la que iban a satisfacer sus necesidades. Este poder es el que la revolución informacional empieza a agrietar.</span><br />
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<span style="font-size: large;">En un primer momento, el objetivo de la informatización fue la reducción de los costes de producción. Para evitar que esta reducción de costes conllevara la correspondiente baja de los precios de las mercancías, había que, en la medida de lo posible, sustraerlas a las leyes del mercado. Esta sustracción consistía en conferir a las mercancías cualidades incomparables gracias a las que parecen no tener equivalente y dejan de ser por tanto simples mercancías.</span><br />
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<span style="font-size: large;">El valor comercial (el precio) de los productos tenía, por lo tanto, que depender más de sus cualidades inmateriales no medibles que de su utilidad (valor de uso) sustancial. Estas cualidades inmateriales -el estilo, la novedad, el prestigio de la marca, la rareza o “exclusividad”- tenía que conferir a los productos un estatuto comparable al de las obras de arte. Éstas últimas tienen un valor intrínseco : no existe ningún patrón que permita establecer entre ellas una relación de equivalencia o “precio justo”. No son por tanto verdaderas mercancías. Su precio depende de la rareza, de la reputación del creador, del deseo del comprador eventual. Las cualidades inmateriales incomparables proporcionan a la empresa productiva el equivalente de un monopolio y la posibilidad de asegurarse una renta de novedad, rareza, exclusividad.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Esta renta esconde, compensa y a menudo sobrecompensa la disminución del valor en su aceptación económica que la reducción de los costes de producción genera para los productos en tanto que mercancías por esencia intercambiables entre sí según la relación de equivalencia. De un punto de vista económico, la innovación no crea valor : es el medio para crear una rareza fuente de renta y conseguir un sobreprecio en detrimento de los productos competidores. La parte de la renta en el precio de una mercancía puede ser diez, veinte o cincuenta veces más grande que su coste de producción, y no sólo se aplica a los artículos de lujo; también se aplica a los artículos del día a día como zapatillas de deporte, camisetas, móviles, discos, pantalones vaqueros, etc..</span><br />
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<span style="font-size: large;">Sin embargo, la renta no tiene la misma naturaleza que el beneficio : no corresponde a la creación de un aumento de valor, de una plus-valía. Redistribuye la masa total del valor a favor de las empresas rentistas y en detrimento de los otros ; no aumenta esta masa [1].</span><br />
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<span style="font-size: large;">Cuando el incremento de la renta se convierte en la meta determinante de la política de las empresas -más importante que el beneficio que, por su parte, choca con el límite interno que hemos indicado antes- la competencia entre empresas descansa ante todo sobre su capacidad y rapidez de innovación. De ella depende ante todo la amplitud de su renta. Por tanto intentan superarse con el lanzamiento de nuevos productos o modelos o estilos, con la originalidad del diseño, con la inventiva de sus campañas de marketing, con la “personalización” de sus productos. La aceleración de la obsolescencia, que va de la mano con la menor durabilidad de los productos y de la menor facilidad para repararlos, se convierte en el medio decisivo para aumentar el volumen de ventas. Obliga a las empresas a inventar continuamente necesidades y deseos nuevos, a atribuir a las mercancías un valor simbólico, social, erótico, a difundir una “cultura del consumo” que apuesta por la individualización, singularización, rivalidad, envidia, es decir, lo que he llamado en otro escrito la “socialización antisocial”.</span><br />
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<span style="font-size: large;">En este sistema todo se opone a la autonomía de los individuos ; a su capacidad de reflexionar juntos sobre sus objetivos y necesidades comunes ; de concertarse sobre la mejor manera de eliminar el despilfarro, de ahorrar recursos, de elaborar juntos, como productores y consumidores, una norma común de lo suficiente -lo que Jacques Delors llamaba una “abundancia frugal”. Sin duda alguna, la ruptura con la tendencia del “producir más, consumir más” y la redefinición autónoma de un modelo de vida que aspira a hacer más y mejor con menos, supone la ruptura con una civilización donde no se produce nada de lo que se consume y no se consume nada de lo que se produce ; donde los productores y consumidores están separados y donde cada uno se opone a sí mismo ya que es siempre lo uno y lo otro a la vez ; donde todas las necesidades y todos los deseos se centran en la necesidad de ganar dinero y el deseo de ganar más ; donde la posibilidad de autoproducción para el autoconsumo parece fuera de alcance y ridículamente arcaico - sin razón.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Sin embargo, la “dictadura de las necesidades” pierde fuerza. La influencia que las empresas ejercen sobre los consumidores se vuelve más débil a pesar del aumento exponencial de los gastos para el marketing y la publicidad. La tendencia a la autoproducción gana de nuevo terreno gracias al peso creciente que tienen los contenidos inmateriales en la naturaleza de las mercancías. El monopolio de la oferta escapa poco a poco al capital.</span><br />
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<span style="font-size: large;">No era difícil privatizar y monopolizar contenidos inmateriales mientras los conocimientos, ideas, conceptos utilizados en la producción y concepción de las mercancías se definían en función de máquinas y de artículos en los que se incorporaban para un uso concreto. Máquinas y artículos se podían patentar y la posición de monopolio quedaba protegida. La propiedad privada de los conocimientos y de los conceptos se hacía posible, ya que eran inseparables de los objetos que les materializaban. Eran un componente del capital fijo.</span><br />
<span style="font-size: large;">Pero todo cambia en el momento en que los contenidos inmateriales no son inseparables de los productos que los contienen, ni siquiera de las personas que los poseen ; cuando acceden a una existencia independiente de todo uso particular y se convierten en susceptibles de ser reproducidos en cantidades ilimitadas por un coste ínfimo, tras su traducción en programas. Entonces se pueden convertir en un bien abundante que, por su disponibilidad ilimitada, pierde cualquier valor de cambio y cae en el dominio público como bien común gratuito - salvo si se consigue impedirlo al prohibir el acceso y el uso ilimitados para los cuales está hecho.</span><br />
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<span style="font-size: large;">El problema que enfrenta “la economía del conocimiento” proviene del hecho de que la dimensión inmaterial de la que depende la rentabilidad de las mercancías no es, en la edad de la informática, de la misma naturaleza que éstas últimas : no es propiedad privada ni de las empresas ni de sus colaboradores ; no tiene un carácter privatizable y no puede por consiguiente convertirse en una verdadera mercancía. Sólo se puede disfrazar de propiedad privada y mercancía al reservar su uso exclusivo a través de artimañas jurídicas o técnicas (códigos de acceso secretos). No obstante este disfraz no cambia nada a la realidad de bien común del bien así disfrazado : sigue siendo una no-mercancía no vendible cuyo acceso y uso libres están prohibidos porque permanecen siempre posibles, porque le amenaza las “copias ilícitas”, las “imitaciones”, los usos prohibidos. Incluso el autodenomidado propietario no los puede vender, es decir transferir la propiedad privada a otro, como lo haría con una verdadera mercancía ; sólo puede vender un derecho de acceso o de uso “bajo licencia”.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Así la economía del conocimiento se basa en una riqueza cuya vocación es la de ser un bien común, y los patentes y copyrights que debieran privatizarlo no cambian nada : la era de la gratuidad se expande de manera irrefrenable. La informática y el Internet atacan las bases del reino de la mercancía. Todo lo que se traduce en lenguaje numérico y reproducible, comunicable sin gastos tiende irresistiblemente a convertirse en un bien común, incluso en un bien común universal cuando es accesible a todos y utilizable por todos. Cualquiera puede reproducir con su ordenador contenidos inmateriales como el diseño, planes de construcción o de montaje, fórmulas y ecuaciones químicas ; inventar sus propios estilos y formas ; imprimir textos, grabar discos, reproducir tablas. Más de 200 millones de referencias están actualmente accesibles bajo licencia “creative commons”. En Brasil, donde la industria del disco comercializa 15 nuevos discos al año, los jóvenes de las favelas graban 80 discos por semana y los difunden en la calle. Las tres cuartas partes de los ordenadores fabricados en 2004 se construyeron en favelas con los componentes de materiales desechados. El gobierno apoya a las cooperativas y agrupaciones informales de autoproducción para el auto-abastecimiento. Claudio Prado, que dirige el departamento de cultura numérica en el ministerio de Cultura de Brasil, hace poco : “El empleo es una especie en vía de extinción Tenemos la intención de saltarnos esta fase sin interés del siglo XX para pasar directamente del siglo XIX al siglo XXI”. Por ejemplo se ha apoyado oficialmente la autoproducción de ordenadores : se trata de favorecer la “apropiación de las tecnologías por los usuarios con un objetivo de transformación social”. La próxima etapa será lógicamente la autoproducción de medios de producción. Volveré sobre este tema.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Lo importante por el momento es que la principal fuerza productiva y la principal fuente de rentas caen progresivamente en el dominio público y tienden hacia la gratuidad ; que la propiedad privada de los medios de producción y por tanto el monopolio de la oferta son cada vez menos posibles ; que por consiguiente la influencia del capital sobre el consumo se relaja y éste puede tender a emanciparse de la oferta mercantil. Se trata aquí de una ruptura que ataca la base del capitalismo. La lucha emprendida entre los “programas propietarios” y los “programas libres” (libre, “free”, es también el equivalente en inglés de “gratuito”) ha sido el inicio del conflicto central de esta época. Se extiende y se prolonga en la lucha contra la mercantilización de las riquezas primas -la tierra, las semillas, el genoma, los bienes culturales, los saberes y las competencias comunes que constituyen la cultura cotidiana y que son las condiciones previas a la existencia de una sociedad. Del resultado de esta lucha dependerá que la salida del capitalismo tenga lugar de forma civilizada o bárbara.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Salir del capitalismo implica necesariamente nuestra emancipación de la influencia que ejerce el capital sobre el consumo y de su monopolio sobre los medios de producción. Significa restablecer la unidad del sujeto de la producción y del sujeto del consumo y retomar la autonomía en la definición de nuestras necesidades y de su modo de satisfacción. El obstáculo insalvable que el capitalismo había colocado en este camino era el carácter mismo de los medios de producción que había creado : constituían una megamáquina donde todos eran sirvientes y que nos dictaba qué fines perseguir y qué vida llevar. Este periodo llega a su fin. Los medios de autoproducción high-tech convierten la megamáquina industrial en virtualmente obsoleta. Claudio Prado alega “la apropriación de las tecnologías” porque todos pueden apropiarse la clave común de todas : la informática. Porque, como lo pedía Iván Illich, “cada uno puede utilizarla sin dificultad tan a menudo o tan poco como lo desea” sin que el uso que hace de ella usurpe la libertad de otros de hacer lo mismo” ; y porque este uso (se trata de la definición de Illich de las herramientas conviviales) “estimula la realización personal” y amplía la autonomía de todos. La definición que Pekka Himanen da de la Etica Hacker es bastante parecida : un modo de vida que antepone “la felicidad de la amistad, del amor, de la libre cooperación y de la creatividad personal”.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Las herramientas high-tech existentes o en curso de desarrollo, generalmente comparables a periféricos de ordenadores, apuntan hacia un futuro donde prácticamente todo lo necesario y deseable podrá ser producido en talleres cooperativos o comunales ; donde las actividades de producción se podrán combinar con el aprendizaje y la enseñanza, con la experimentación y la investigación, con la creación de nuevos gustos, perfumes y materiales, con la invención de nuevas formas y técnicas agrícolas, de construcción, de medicinas, etc.. Los talleres comunales de autoproducción estarán interconectados a escala global y podrán intercambiar o poner en común sus experiencias, invenciones, ideas, descubrimientos. El trabajo será productor de cultura, la autoproducción un modo de plenitud.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Dos circunstancias abogan en favor de este tipo de desarrollo. La primera es que existe bastante más know-how, talento y creatividad de lo que la economía capitalista es capaz de utilizar. Este excedente de recursos humanos sólo puede ser productivo en una economía donde la creación de riqueza no se someta a criterios de rentabilidad. La segunda es que “el empleo es una especie en vía de extinción”.</span><br />
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<span style="font-size: large;">No digo que estas transformaciones radicales vayan a tener lugar. Sólo digo que por primera vez podemos querer que se realicen. Los medios existen, así como la gente que los ponen en práctica metódicamente. Es probable que sean los sur-americanos o sur-africanos los primeros que decidan recrear en los suburbios desheredados de las ciudades europeas los talleres de autoproducción de su favela o de su township de origen.</span><br />
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<span style="font-size: large;">André Gorz, el 17/09/2007.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Traducción y revisión de Florent Marcellesi y Lara Pérez Dueñas.</span><br />
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<span style="font-size: large;">Notes</span><br />
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<span style="font-size: large;">[1] El valor trabajo es una idea de Adam Smith, que veía en el trabajo la sustancia común de todas las mercancías y pensaba que éstas se intercambiaban según la cantidad de trabajo que contenían.</span><br />
<span style="font-size: large;">El valor trabajo no tiene nada que ver con lo que entenderíamos hoy en día y que (en el caso de Dominique Méda y otros) se tendría que designar como trabajo valor (valor moral, social, ideológico, etc.).</span><br />
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<span style="font-size: large;">[2] Marx afinó y siguió trabajando en la teoría de A. Smith. Simplificando al máximo, se puede resumir la noción económica de la manera siguiente : una empresa crea valor al producir una mercancía vendible con trabajo para cuya remuneración pone en circulación (crea, distribuye) poder adquisitivo.</span><br />
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<span style="font-size: large;">[3] Si su actividad no aumenta la cantidad de dinero en circulación, no crea valor. Si su actividad destruye empleo, destruye valor. La renta de monopolio consume el valor creado en otras partes y se lo apropia.</span><br />
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