La vida humana consiste en habitar un mundo en el que las cosas no sólo son lo que son sino que también significan, pero lo más humano de todo es comprender que, si bien lo que sea la realidad no depende de nosotros, lo que la realidad significa sí resulta competencia, problema y en cierta medida opción nuestra.
El sentido de la vida humana no es un monólogo sino que proviene del intercambio de sentidos, de la polifonía coral. Los humanos somos participes de un Universo simbólico -la humanidad- en el que nos hacemos conscientes de la realidad de nuestros semejantes.
Para ser una persona libre no basta con nacer, sino que también hay que aprender. La genética nos predispone, pero sólo mediante la educación y la convivencia social nos formamos plenamente.
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