Yayo Herrero
Un mundo que se parte en dos: los dualismos que legitiman el dominio sobre la naturaleza y las mujeres
El
modelo occidental se ha construido sobre la idea del dominio del
hombre sobre la naturaleza y del hombre sobre las mujeres. No es que
esta visión androcéntrica nazca con la Modernidad, pero, desde
luego, la conceptualización de la naturaleza y del cuerpo de los
seres humanos que se conforma a partir de las visiones de la ciencia
moderna y de la economía capitalista otorga legitimidad a esa lógica
jerárquica.
Una
de las vías más eficaces en la construcción de la cultura de
dominación ha consistido en la consolidación de un modelo de
pensamiento dual, que aunque había nacido antes de la Modernidad, se
asienta a partir de ésta.
El
pensamiento dual interpreta el mundo organizándolo en una serie de
pares de opuestos que separan y dividen la realidad: naturaleza vs
cultura, razón vs emoción, ciencia vs saberes tradicionales… Pero
la especificidad de la visión occidental es que entre estos
pretendidos opuestos apenas se establecen interacciones mutuas ni
complementariedades y, además, las dicotomías establecidas
presentan un carácter jerárquico. Dentro de cada par de opuestos,
una de las posiciones se percibe como jerárquicamente superior a la
otra. La cultura supera a la naturaleza, la mente es superior al
cuerpo y la razón se encuentra por encima de las emociones.
Finalmente, el término considerado superior se erige en universal y
se convierte en la representación del todo. Así, el otro término
del par, el inferior, pasa a ser simplemente la ausencia o carencia
del término absoluto, quedando finalmente invisibilizado (Amorós
1985)
El
pensamiento feminista advierte sobre cómo estos pares se asocian
unos con otros, y son asignados a cada uno de los sexos, concebidos
también de forma binaria. Por un lado tenemos al hombre, próximo a
la cultura, la mente y la razón y, por otro, a la mujer, que es
percibida como esencialmente ligada a la naturaleza y el cuerpo, y
"sometida" a sus propias emociones. Sin necesidad de
establecer equivalencias directas, se establecen semánticas no
explícitas que asocian los términos percibidos como superiores
entre sí, construyendo mundos separados. Estas asociaciones
nebulosas son denominadas encabalgamientos
(Amorós,
1985).
La
construcción de una cultura de la emancipación, del no-dominio,
requiere revisar cuidadosamente algunos de los mitos que esta
comprensión dicotómica ha instalado en nuestro marco cultural.
Extraído de: 'Miradas ecofeministas para transitar a un mundo justo y sostenible'. Yayo Herrero.
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