Cada día se hace
más evidente que los que nos gobierna, en España, en Europa, en el
mundo, han tomado la decisión firme de hacer frente al colapso
civilizatorio inminente mediante una reducción, no de la producción y el despilfarro, sino de la población y los estándares de vida de la mayoría social.
Pues, no se les escapa que estamos cada vez más próximos a un colapso
de la civilización tal y como la vivimos en los últimos decenios. Todas
las señales apuntan hacia esta realidad que no vamos a poder eludir.
Ante ello, los que gobiernan, con la anuencia de la población que los ha
puesto ahí con sus votos, han decidido que lo único inviolable, lo
único irrenunciable, es el modelo de desarrollo capitalista, el
productivismo extremo, la creación constante de riqueza a cualquier
precio. La humanidad, tanto cuantitativa como cualitativamente, es la que está en riesgo.
El desarrollismo
capitalista, adicto al crecimiento económico y al despilfarro asociado a
él, no va a ceder ni un ápice en su barbarie destructora del medio
natural con el fin de transformar todo en ganancia, en lucro, en
beneficio. Se trata de una carrera absurda, sin final posible, que pone
todos los recursos del planeta al servicio del lujo de una ínfima
minoría y de los que les sirven. La huella humana en el planeta
tierra, es decir, las consecuencias del modo de desarrollo capitalista,
supone que estamos utilizando recursos y contaminando como si tuviésemos
1,5 planetas tierra. Como es evidente que sólo hay uno, el resto lo
tomamos del futuro. Esto sólo es posible durante un tiempo limitado.
Llegará el día que ya no será posible extraer más recursos y contaminar
más. Y ese día se acerca irremediablemente. Si tomamos el caso de
España, nosotros consumimos 2,5 planetas tierra. Dicho de otra manera,
para extender nuestro modelo de sociedad a todos los habitantes de la
Tierra, se necesitarían 2,5 planetas. Lo cual es una verdadera
locura. En todo caso, no debería tranquilizarnos que para extender el
modelo USA hagan falta 9 planetas tierra.
Sin embargo, si
desglosamos los datos, vemos que el 50% de la población española vive
con los recursos de menos de un planeta tierra. El 25% siguiente está en
el límite, mientras otro 15% se pasa medio planeta. Ahora bien, existe un 10% de la población, la clases súper rica, que vive despilfarrando hasta 6 planetas tierra.
Por lo tanto, cuando se dice genéricamente que los españoles consumimos
2,5 planetas tierra hay que matizar el dato. Son los muy ricos los que
están despilfarrando los recursos como si no hubiera un mañana. Este
ejercicio se puede extender al planeta entero y tenemos datos similares.
El 1% de la población mundial consume y destruye recursos
equivalentes a 12 planetas tierra, mientras el 60% de esa misma
población, 4000 millones, apenas llega a consumir el planeta que les
tocaría en justicia.
La solución a
esto no puede ser otra que implantar un modelo de justicia planetaria,
en el que esas élites sociales que apenas suponen 70 millones de
personas en todo el planeta, reduzcan drásticamente su despilfarro hasta
el límite humano de un planeta tierra. Si hiciéramos esto
conseguiríamos hacer compatible la existencia del ser humano con la
supervivencia del planeta. Es evidente que para hacer esto es necesario
transformar la sociedad, pues hoy son ese 1% los que gobiernan en el
mundo y los que deciden qué políticas y qué decisiones económicas se
toman. Ellos son los que han decidido que ante el colapso civilizatorio
será la población mundial la que sufra. Están dispuestos a dejar que
desaparezca la mitad de la población mundial para ellos seguir
manteniendo sus privilegios. Nuestro trabajo es impedir esto, pero sólo
lo conseguiremos concienciando a las mayorías sociales que se ven
perjudicadas por esas políticas, aunque se les haya convencido de lo
contrario. Se trata de generar nueva hegemonía social que dé la vuelta al sistema económico y social.
La solución es generar una conciencia social que prime el crecimiento moral de la población y no el económico.
Los valores del capitalismo han infectado a la población en general y
el tener y tener más se ha convertido en el fin último de todo ser vivo
que habita este planeta, debemos revertir este proceso y avanzar hacia
una sociedad donde prime el valor de la cooperación, el compartir, la
solidaridad y la frugalidad; donde el bien común sea el sentido común de
los seres humanos y el individualismo sea tomado por lo que es, un
crimen contra la humanidad. El capitalismo y el liberalismo (al modo
inglés, no el español decimonónico) deben ser extirpados de la humanidad
para salvar al planeta y lo que contiene. Debemos vivir con menos, para vivir mejor y más.
Los próximos meses
van a ser cruciales para el futuro de este planeta. Antes de 2020 se va a
hacer evidente que no podemos seguir por este camino, que sólo nos
conduce a la barbarie. Hemos de tomar medidas ya. Mañana será demasiado
tarde.
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