La ruptura del equilibrio ecológico mediaval
Si lo esencial es comer, todo debe concurrir a lo inmediato y a lo seguro. La especulación sobre las modas o las necesidades, la especialización de los productos o de las regiones, tal como se anuncian ya en el siglo XIV, siginican el fin del ecosistema anterior (típico de ocho o nueve siglos precedentes).
El equilibrio se basaba en un régimen alimenticio rico en calorías y en materias primas inmediatamente disponibles; lo que cuenta es la madera, la lana de las ovejas, el cuero de los bueyes, el cáñamo junto a los cursos de agua, el hierro, la sal. Los cementerios revelan las carencias alimenticias, cuyas secuelas son perceptibles en los huesos. A partir del año 1300 (tiempo de Contrarreforma) el clima pasa por una fase húmeda, el grano se pudre, las ubres de los animales dejan de manar, escasea el tocino, llega el hambre, después la peste y para no dejar de comer el Noble hace la guerra.
Las primeras estructuras capitalistas
En la ciudad sólo se puede contar, para vivir, con los cerdos que limpian las calles de inmundicias o con los huertos y campos englobados dentro del recitno amurallado; la madera, el hierro, la lana trabajada en los telares urbanos vienen de fuera; en ella el Señor encontrará pieles, joyas, bordados, caballos, armas, el Monje encontrará el relicario con un labrado de calidad.
El dinero, o más bien la moneda, no aportaba más que una comodidad técnica, pero para procurarse en la ciudad, un objeto nuevo o precioso, hace falta numerario, sobre todo hacia finales de temporada, cuando aún no se ha cosechado y sería imprudente desprenderse de ellos, víveres de resera. El dinero que necesita el señor lo exige del productor, y para suministrárselo y poder disponer también de una cantidad para sí mismo, este último deberá vender, y por consiguiente producir más.
Economía de Mercado, a la cual la ciudad añadirá su escaparte tentador y, mas tarde el salario pagado a obreros en los talleres.
Nuevos valores
Los valores burgueses -espíritu emprendedor, gestión racional, apetencia de lucro, interés privado han sustituido a los valores nobles -limosna, sumisión, costumbre, bien público. El homo faber se convierte en homo oeconomicus.
A finales de la Edad Media Europa inició su despegue con la subsiguiente conquista del mundo: América, África negra o Extremo Oriente.
Para saber más: La Edad Media de Robert Fossier. Editorial Critica
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