El desarrollo no comienza con las mercancías, sino con la gente y su educación, organización y disciplina. Sin estos tres requisitos todos los recursos permanecen como un potencial latente. Si se presta ayuda para introducir ciertas actividades económicas nuevas, éstas serán beneficiosas y viables sólo si pueden ser sostenidas por el nivel educacional ya existente en amplios grupos de personas. No habrá de seguir en adelante en forma mecánica repitiendo: “lo que es bueno para los ricos debe ser bueno también para los pobres”.
La tarea puede formularse en cuatro proposiciones.
Los puestos de trabajo tienen que crearse en áreas donde la gente vive ahora, no principalmente en áreas metropolitanas, que es donde la gente tiende a emigrar.
Estos puestos de trabajo deben ser por término medio, suficientemente baratos, de modo que puedan crearse en grandes cantidades, sin que ello exija un nivel de formación de capital e importanciones imposibles de obtener.
Los métodos de produccción empleados deben ser relativamente simples, de modo que las demandas de altas especializaciones sean minimizadas, no sólo en el proceso mismo de producción, sino también en asuntos de organización, abastecimiento de materia prima, financiación, etc.
La producción debe estar principalmente basada en materiales locales y ser para uso local.
Textos sacados del libro 'Lo pequeño es hermoso' E.F. Schumancher Herman Blume 1978
Fomentar la equidad
mayo 20, 2006
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