Carmelo Ruíz Marrero - Infosur Rosario
Pueden las energías renovables sacarnos del aprieto ambiental y energético mundial en el que estamos? Sí y no. La respuesta a esa pregunta depende de las premisas sociales y económicas que uno adopte. Si uno presume una economía mundial que crece sin parar y por ende una demanda energética per cápita que aumenta eternamente, si uno presume que el espiral de consumo y desperdicio continuará ascendiendo para siempre, entonces las renovables no son opción viable.
El físico estadounidense Amory Lovins ha dedicado toda su vida profesional a la promoción de las energías renovables
y las medidas de eficiencia energética. Desde la publicación de su
artículo “Energy strategy: The road not taken?” (Estrategia Energética:
¿El Camino no Tomado?) en la revista Foreign Affairs en 1976 que
lo lanzó a la fama, hasta hoy, Lovins ha viajado a los confines del
mundo y hablado en todas las tarimas que ha tenido disponible, abogando
por lo que él llama “la senda de las energías blandas” (the soft energy path)
(1). Se ha reunido con 23 jefes de estado y ha testificado como experto
en 8 países, ha sido nombrado becario (fellow) de la American
Association for the Advancement of Science (AAAS), y en 2009 la revista Time
lo incluyó en su lista de las cien personas más influyentes del mundo
(2). Amory y su esposa y colaboradora Hunter Lovins ganaron juntos el
Premio Nobel Alternativo (Right Livelihood Award) en 1983. El señor
Lovins ha escrito 31 libros, varios de ellos junto con Hunter,
incluyendo el manifiesto eco-capitalista Natural Capitalism, que ambos escribieron con el empresario Paul Hawken en 1999 (3).
En la misma onda que los Lovins, el
ecologista-celebridad Al Gore presentó en 2008 una propuesta para
eliminar por completo el uso de combustible fósil para generar
electricidad en Estados Unidos en sólo una década (4). En ese mismo año
la compañía Google anunció un plan para eliminar el uso de carbón para
hacer electricidad en EEUU para el año 2030. Pero la propuesta que se
llevó a todas las demás por el medio fue una publicada en la influyente
revista Scientific American
en 2009, de la autoría de M. Jacobson y M. Delucchi, profesores de las
universidades de Stanford y California-Davis respectivamente, que
plantea convertir la economía mundial entera a fuentes renovables para 2030 (5).
Sin embargo, estas audaces propuestas descansan sobre fundamentos
altamente cuestionables, según los expertos Vaclav Smil y Ted Trainer.
El canadiense Smil, profesor de la Universidad de Manitoba, premiado
por la AAAS y nombrado uno de los cien pensadores más importantes del
mundo por la revista Foreign Policy (6), señala los verdaderos
costos del cosechar la energía del viento en Norteamérica. En Estados
Unidos la energía de viento es más viable en los grandes llanos del
centro-norte del país (Minnesota y las Dakotas), por lo que su
desarrollo exitoso requeriría de la construcción miles de kilómetros de
líneas de transmisión hacia las ciudades de mayor consumo energético,
que están en la costa este. Sostiene Smil que los proponentes de las energías renovables
han subestimado malamente el costo astronómico que tal construcción
conllevaría, incluyendo costos por concepto de expropiaciones, derechos
de paso en áreas densamente pobladas (vienen a la mente los estados de
Ohio y Pennsylvania, por donde necesariamente pasarían las líneas), y la
inevitable litigación por parte de grupos locales que se van a oponer a
la ubicación de al menos algunas de estas estructuras (7).
Y encima de eso, la red eléctrica actualmente existente en EEUU está
decrépita y en necesidad urgente de onerosas reparaciones, según la
American Society of Civil Engineers, la cual le dio D+ a la
infraestructura eléctrica del país en su informe Report Card for American Infrastructure (8).
Y, ¿De dónde vendrá el dinero para construir esos molinos y líneas de
transmisión asociadas, y además poner al día la infraestructura
existente? El sugerir que la empresa privada asumirá de buena gana los
costos y riesgos billonarios de la transición energética es más que
ingenuo, bordea en lo irresponsable. Sin una inversión pública
sustancial, no será posible. Pero, ¿Es el financiamiento público una
propuesta realista en una época como ésta, en la que los gobiernos de
los países más desarrollados, en Norteamérica y Europa Occidental, están
realizando salvajes recortes al sector público, incluyendo en la
educación y la investigación científica, mientras que rescatan bancos y
bonistas y emprenden guerras en el Oriente Medio?
Según Smil, el campo de las energías renovables
está repleto de Polyannas que no han echado una mirada seria y sensata a
la cantidad de capital y tiempo que se requerirían para transformar el
sistema energético mundial. Puntualiza que este sistema mueve anualmente
sobre 7 mil millones de toneladas métricas de carbón, alrededor de 4
mil millones de toneladas métricas de petróleo crudo, y sobre tres
millones de millones (trillion) de metros cúbicos de gas natural,
que producen juntos 14 millones de millones de vatios de energía. Y
encima de esto hay que considerar también la infraestructura asociada,
la cual es “el más costoso y extenso conjunto de instalaciones, redes y
máquinas que ha sido construido en la historia del mundo, que ha
requerido generaciones y millones de millones de dólares para poner en
pie”, dice Smil.
Añade, con el realismo brutal e inmisericorde que le caracteriza, que
“para 2025 las turbinas modernas de viento van a cumplir unos 30 años, y
si para entonces suplen sólo el 15% de la electricidad de Estados
Unidos, entonces será un asombroso éxito. Y hasta los más optimistas
proyectos de generación solar no prometen ni la mitad de eso. El afán
por fuentes de electricidad no basadas en carbono es altamente
deseable... Pero esto sólo puede ocurrir si los planificadores tienen
expectativas realistas.”
Por su parte, el australiano Ted Trainer, catedrático de la Universidad
de New South Wales, sostiene que las propuestas de Lovins y del dúo
Jacobson-Delucchi no aguantan análisis (9). Argumenta que estos autores
hablan de promedios de demanda de electricidad y de disponibilidad de
luz solar y viento, pero que estos promedios no tienen en cuenta cómo
estos factores varían dependiendo de la hora del día y época del año.
Por ejemplo: la demanda de electricidad cambia grandemente especialmente
en tiempos de mucho frío o calor, pues aumenta el uso de aire
acondicionado o calefacción. En cuanto a suministro de luz de sol,
obviamente aún en los tiempos más soleados, los paneles solares no
recogen energía alguna por alrededor de 14 horas diarias. Y posiblemente
no hay recurso energético más variable e intermitente que el viento.
Jacobson y Delucchi proponen redes eléctricas integradas a nivel
continental, partiendo de la premisa de que siempre está brillando el
sol o soplando el viento en alguna parte. Molinos de viento y paneles
solares en lugares donde hay viento y sol compensarán por similares
instalaciones ubicadas donde no hay ni viento ni sol en un momento dado.
Trainer encuentra que los datos y argumentos que presentan para esta
propuesta son superficiales y poco convincentes, menciona que Europa
Occidental tuvo en febrero de 2006 un periodo de dos semanas en el que
no hubo ni viento ni sol, y señala que tales lapsos no son atípicos. El
almacenar energía para satisfacer todas las necesidades eléctricas de
Europa Occidental por tal periodo presenta un obstáculo técnico y
económico prácticamente insuperable.
El problema básico que señala Trainer es que para que funcione una red
eléctrica, ya sea municipal o continental, ésta tiene que tener un
suministro de electricidad constante- no puede variar nunca, ni de
momento a momento ni de día a día. Es por eso que a los administradores y
técnicos de redes eléctricas lo que más les preocupa es la variabilidad
de suministro y demanda, la cual, si no es manejada correctamente,
puede causar apagones.
¿Pueden las energías renovables sacarnos del aprieto ambiental y
energético mundial en el que estamos? Sí y no. La respuesta a esa
pregunta depende de las premisas sociales y económicas que uno adopte.
Si uno presume una economía mundial que crece sin parar y por ende una
demanda energética per cápita que aumenta eternamente, si uno presume
que el espiral de consumo y desperdicio continuará ascendiendo para
siempre, entonces las renovables no son opción viable.
Pero si podemos plantear y visualizar una economía sin crecimiento, en
la que se reduce el uso de energía y recursos materiales con miras a
paulatinamente reducir nuestra huella ecológica colectiva, entonces las
energías renovables sí tendrían un lugar en el futuro. Pero no hace
falta un Nobel de economía para ver que el decrecimiento
económico va a contrapelo de todos los modelos económicos vigentes,
sean keynesianos, neoliberales, reaccionarios, progresistas o
desarrollistas. Los modelos actuales se riñen en cuanto a cómo lograr el
crecimiento económico, pero todos concurren en que tal crecimiento es
bueno e incuestionable.
Desafortunadamente todos los gobiernos del mundo, irrespectivamente de
ideología, parecen empeñados en hacer lo mismo: extraer todos los
recursos naturales a su disposición hasta no dejar nada. En todos los
países del mundo los defensores consecuentes de la ecología están en la
disidencia, ya sea en Estados Unidos, Rusia, Ecuador o Puerto Rico. Se
hace cada vez más urgente el crear espacios donde discutir y desarrollar
ideas que realmente puedan garantizarnos nuestro futuro como especie:
el decrecimiento,
el post-extractivismo, la economía ecológica, la ecología social, la
agroecología y la soberanía alimentaria, entre otras propuestas
prometedoras.
Me han contado que en Bhutan la actitud del gobierno es distinta, pero
yo nunca he ido allá. Si algún día visito el lugar les contaré.
Ruiz Marrero es autor, periodista investigativo y educador ambiental puertorriqueño. Su blog Haciendo Punto en Otro Blog (http://carmeloruiz.blogspot.com/search/label/esp) es actualizado regularmente, y su cuenta Twitter es @carmeloruiz.
NOTAS:
1) Amory B. Lovins. Soft Energy Paths: Toward a Durable Peace, Penguin Books, 1977.
2) http://www.rmi.org/Amory+B.+Lovins; Para más información sobre Lovins: http://carmeloruiz.blogspot.com/search/label/Amory%20Lovins
4) Katie Couric. “Al Gore: Energy Crisis Can Be Fixed” CBS Evening News, 11 de febrero 2009. http://www.cbsnews.com/stories/2008/07/17/eveningnews/main4270123_page2.shtml
5) Mark Z. Jacobson y Mark A. Delucchi. “A Plan to Power 100 Percent of
the Planet with Renewables: Wind, water and solar technologies can
provide 100 percent of the world's energy, eliminating all fossil fuels”
Scientific American, 26 de octubre 2009. http://www.scientificamerican.com/article.cfm?id=a-path-to-sustainable-energy-by-2030
7) “You can’t use wind turbines unless you’re prepared to hook them to
the grid by building lots of additional high-voltage transmission lines,
an expensive and typically legally challenging undertaking… Assuming
that any major wind farms in the United States would be built on the
Great Plains, where there is sufficient wind and land, developers would
need to construct many thousands of kilometers of transmission lines to
connect those farms to the main markets for electricity on the coasts.”
Vaclav Smil. “A Skeptic Looks at Alternative Energy: It takes several
lifetimes to put a new energy system into place, and wishful thinking
can’t speed things along” IEEE Forum, 28 de junio 2012. http://spectrum.ieee.org/energy/renewables/a-skeptic-looks-at-alternative-energy
8) “America relies on an aging electrical grid and pipeline
distribution systems, some of which originated in the 1880s. Investment
in power transmission has increased since 2005, but ongoing permitting
issues, weather events, and limited maintenance have contributed to an
increasing number of failures and power interruptions... Although about
17,000 miles of additional high-voltage transmission lines and
significant oil and gas pipelines are planned over the next five years,
permitting and siting issues threaten their completion.”
American Society of Civil Engineers. “2013 Report Card for America’s Infrastructure” http://www.infrastructurereportcard.org/energy/
La ASCE estima que la infraestructura de EEUU necesita una inversión de
3.6 millones de millones de dólares ($3.6 trillion) para el año 2020.
9) Ted Trainer. Reseña crítica del libro “Reinventing Fire” de Amory Lovins, 15 de septiembre 2012. http://www.resilience.org/stories/2012-09-15/review-reinventing-fire-amory-lovins; “A Critique of Jacobson and Delucchi’s Proposals for a World Renewable Energy Supply” Synthesis/Regeneration #60, invierno 2013. http://www.greens.org/s-r/60/60-09.html
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