No es posible el crecimiento continuo en un planeta limitado. Cada vez es más claro que estamos superando muchos límites ambientales, por lo que la única estrategia que parece viable a medio y largo plazo es la del decrecimiento. No hablamos de un concepto en negativo, sería algo así como cuando un río se desborda y todos deseamos que ‘decrezca’ para que las aguas vuelvan a su cauce. Cuanto antes seamos conscientes de la necesidad de desprendernos de un modo de vida inviable, mejor para todos y para el planeta.
La lógica del mercado prioriza la obtención de beneficios y la acumulación. En los mercados capitalistas, la obligación de acumular determina las decisiones que se toman sobre cómo estructurar los tiempos, los espacios, las instituciones legales, el qué se produce y cuánto se produce. En la sociedad capitalista no se produce lo que necesitan las personas, sino lo que produce lucro, por ello, en nuestra sociedad da igual producir cebollas o armamento con tal de que dé beneficios.
Una transición a la sostenibilidad requiere frenar, disminuir, reducir el consumo. Este cambio de mirada implica realizar una reflexión y debate profundo sobre las necesidades. No es sostenible posponer los cuerpos, las emociones, el sexo o el cariño a la acumulación de objetos y deudas. Las necesidades emanan de la interrelación entre la persona, el medio y el resto de personas y no de las multinacionales que fabrican objetos y servicios y los imponen para satisfacer supuestas necesidades. Colocar el mantenimiento de la vida en el centro supone minimizar el consumo desbocado.
El decrecimiento pretende “aprender a producir valor y felicidad, pero reduciendo la utilización de materia y energía”. Se pretende salir de un modelo económico que nos hace dependientes, redefinir la idea de riqueza, entendiéndola como satisfacción moral, intelectual, estética, como un empleo creativo del ocio…
Extraído del artículo Decrecimiento: camino de la sostenibilidad de Pepa Gisbert y de la editorial en la revista El Ecologista nº 55
Mucha gente piensa igual, muchos estan de acuerdo en lo que se debe hacer; pero claro que hay algunos (que especialmente estan en puestos de poder politico). No sera tiempo ya de pasar de la queja a la accion?, pregunto que estas haciendo tu para ello?, que se propone a nivel individual, local, provincia o nacion?, Tienen alguna estrategia?. Me dedico a ello...y mis esfuerzos los ven en la pagina de www.cefadebas.nireblog.com, y www.bocamich.blogspot.com. En ambas se aprecian esfuerzos para cambiar localmente. Son pininos. pero anivel comunitario es posible con algo de esfuerzo. Estamos preparados para disminuir el consumo?, sabemos las implicaciones?, si tienes hijos, ellos te entenderan?. En mexico, reciente reunion que tuve con el congreso de la union, el director del programa Nacional para el cambio climatico en Mexico, mostro la estrategia, y le hice varios senalamientos al respecto; especialmente porque EN MEXICO NO SE CONTEMPLA UNA ESTRATEGIA DE DISMINUCION DEL CONSUMO, SINO UNICAMENTE EL CAMBIO TECNOLOGICO PARA NO AFECTAR EL CONSUMO!!. esto es terrible, y definitivamente que Al Gore, va por ahi... creo que deberiamos mostrar que hay mejores alternativas.
ResponderEliminaro_O pero que buen articulo... definitivamente tienes un lugar en mis favoritos :) sigue escribiendo esta genial !
ResponderEliminarLa culpa del consumismo no la tiene el mercado libre (que no lo hay, está todo tremendamente intervenido). La idea de que "el consumo es el motor de la economía" es de John Maynard Keynes y sus discípulos. los auténticos defensores del mercado libre (Von Mises, Hayek, toda la escuela austríaca) siempre defendieron el ahorro y nunca identificaron la prosperidad con el consumo desaforado y el endeudamiento.
ResponderEliminarhttp://www.juandemariana.org/comentario/1844/consumismo/modelo/keynesiano/preferencia/temporal/
Un saludo
Menuda tonteria la que suelta el anonimo neocon.
ResponderEliminarEl keynesianismo propone una intervencion contraciclica, o sea consumo (en realidad gasto estatal) cuando la economia gripa y ahorro cuando la economia entra en efervescencia burbujeril.
El keynesianismo propugna la estabilidad que proteje el empleo, buscando evitar las crisis catastroficas a las que propende el capitalismo dejado a su libre tendencia, pues ya son muchas las "crisis" acumuladas que hipocritamente se pretende que son purgas naturales y purificadoras.
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ResponderEliminarNEO, está claro que Al Gore es un ecofascista (vendido a las multinacionales farmacéuticas, que están realizando ensayos de virus exterminadores)
ResponderEliminarPEPA: estoy admirado de tu capacidad de síntesis. Has resumido, espléndidamente, en muy pocas líneas muchas de las cosas que yo digo en ya cuatro libro que llevo publicados sobre decrecimiento feliz. Y me gustaría comentarte dos cosas:
1. No planteas (como dice NEO)soluciones, yo modestamente pero concierta profusión propongo 20 alternativas simultaneas en mi Manifiesto de la de la transición hacia el decrecimiento feliz:
http://www.decrecimiento.info/2015/10/manifiesto-de-la-transicion-hacia-el.html publicado en este blog.