"La idea del paso a lo local también contradice la creencia de que es en las zonas urbanas que han crecido como las setas donde se encuentra la 'verdadera' cultura y que las pequeñas colectividades locales son agujeros perdidos, reliquias de un tiempo en el que la estrechez de espíritu y los prejuicios eran la norma.
Muchas veces se da por sentado que el pasado fue una época de brutalidad, con la explotación feroz, intolerante y violenta, mientras que el mundo actual está muy por encima de todo esto. Estas suposiciones hacen eco a la creencia elitista y racista según la cual los pueblos 'modernizados' son superiores a los pueblos rurales 'subdesarrollados' (cuando no se dice que los primeros son mucho más evolucionados).
Resulta interesante observar que en los textos sobre el desarrollo esas regiones son descritas como apartadas, pobres y primitivas, mientras que la propaganda turística las presenta como idílicas, apacibles y bellas. Millones de ciudadanos van a gastar una buena parte de su salario en ir a pasar una semana en 'esos agujeros primitivos y perdidos'. Es perfectamente normal entre hombres y mujeres de negocios estresados ir a 'desintoxicarse' precisamente un uno de esos pueblos tan sencillos a los que sin embargo califican como 'subdesarrollado'. De hecho, las casitas perdidas en el campo a menudo resultan más caras que un piso en la ciudad.
Aun así, el proceso de industrialización ha retirado por sistema todo poder económico y político a las regiones rurales, lo que ha determinado la pérdida del respeto y la autoestima de sus poblaciones."
Para saber más: De la independencia mundial a la interdependencia local. Helena Norberg-Hodge. Extraído del libro Objetivo decrecimiento.
Han estabulado a la gente en pisitos de 50 m2 y los han puesto a producir. Como si fueran ganado. Pero además les han convencido de que son muy felices... Da que pensar.
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