Luis Valcarce - Última Llamada
Hay una chamarrita de Alfredo Zitarrosa que siempre ha tenido para mí un encanto especial. Pa’l que se va
habla de aquellos emigrantes que dejaban su pago para buscar una vida
mejor en la ciudad. El cantor les exhorta a no olvidarse del pago y a no
poner en la maleta lo que no vayan a usar, porque “son más largos los
caminos pa’l que va carga’o de más”, y concluye: “cierto que hay muchas
cosas que se pueden olvidar, pero algunas son olvidos y otras son cosas
nomás.”
En materia de olvidos casi siempre se nos olvida eso: las cosas son
cosas. Podemos obtener una utilidad de ellas, pero no son lámparas
maravillosas en las que resida la felicidad o los bálsamos del alma. Las
cosas ocupan espacio, pero no llenan vacíos.
Hoy día el paradigma dominante equipara felicidad a acumulación,
plenitud a consumo. La lógica interna del sistema es la depredación y
lleva a considerar como saludable la compulsión. Y de este paradigma,
esta religión de economistas de mainstream, participan ambos
lados del hemiciclo (salvo honrosas excepciones) e incluso, donde no hay
hemiciclos, el lado único. Ya lo decía el Partido Comunista Chino:
“enriquecerse es glorioso”.
Así, no es de extrañar que el espejo en el que nos miramos sea casa, coche, iphone, e ir de shopping (en inglés es más in)
y que el comportamiento deseado y razonable para quienes formamos las
capas medias del sistema sea pantagruélico, exagerado, glotón y ansioso,
aunque resulte insano e insostenible.
Frente
a esta realidad predadora en la que se confunde cantidad con calidad, y
en la que no se puede afirmar que seamos sustancialmente felices o
remotamente libres, surgen voces como las de Ted Trainer que fastidian por igual a la derecha neoliberal y a la izquierda industrialista.
Trainer es un decrecentista coherente, defensor de la simplicidad, de
la radical reducción del consumo, de la vida austera, digna y
sostenible. Es, en mi opinión, un revolucionario consecuente que no
necesita proclamarse como tal para serlo y, a la vez, un marxista
certero, ya que, aunque él no se considere como tal, su utilización del
método dialéctico para analizar la realidad es sobresaliente.
Su propuesta de transformación social y económica, La vía de la Simplicidad (Ed. Trotta, 2017) para construir un mundo sostenible y justo, se acompaña de su ejemplo personal. Trainer no sólo predica sino que ante todo practica
y lleva una vida sencilla, de bajísimo impacto en el medio. Un modo de
vida coherente que contribuye a la construcción de una alternativa al
paradigma dominante y que demuestra que la felicidad, la dignidad y la
libertad no son una cuestión cuantitativa sino cualitativa.
Como dijo una vez un santo: “deseo poco y, lo poco que deseo, lo deseo poco.”
Simplicidad
mayo 06, 2017
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Muchas gracias
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