“Los
bienes y servicios proporcionados por una economía en expansión llevan a
incrementos en el bienestar humano hasta cierto punto. Pero más allá,
los costes sociales y ambientales vinculados con el crecimiento tienen
un impacto tal que el nivel de bienestar se reduce (…), deja de
contribuir al bienestar humano; y más bien se torna contraproducente. Se
impone, por consiguiente, un cambio en el modelo de desarrollo: otra
manera de producir, consumir, trabajar, vivir…”. (Jorge Riechman)
Hace
décadas que cuestionamos nuestro modo de vida y la necesidad de cambios
en nuestro consumo desorbitado que está terminando con los recursos del
planeta. Todo cambio tiene un componente personal, más allá del social y
político. Vivir con sentido de responsabilidad universal, presente y
futura, es necesario por la interdependencia global. Entender que, cómo
vivimos influye directamente en las condiciones de vida de otras
personas, nos ha llevado a plantear el decrecer como proyecto político.
Para
construir sociedades sostenibles, justas y equitativas, consideramos
necesario realizar una transición hacia otro modelo radicalmente
diferente que sitúe el cuidado de la vida y del planeta en el centro.
Esto solo es posible si lo hacemos desde el trabajo conjunto y la
articulación de discursos, luchas y movimientos. Por ello, en 2010
colectivos diversos, movimientos sociales, ONGD, redes y sindicatos
provenientes de distintos ámbitos, comenzamos a trabajar conjuntamente
teniendo en común el objetivo de la transformación del modelo social,
político y económico, desde una mirada feminista. Así, se formó la Red de Decrecimiento y Buen Vivir, integrada por Ekologistak
Martxan, Desazkundea, Economistas Sin Fronteras, Bizilur, Coordinadora
de ONGD de Euskadi, ESK sindikatua, Ingeniería Sin Fronteras País Vasco,
REAS Euskadi y Mugarik Gabe.
Llevamos
desde el 2011 celebrando encuentros anuales donde hemos conocido
experiencias y alternativas prácticas ya en marcha que nos proponen
construir nuevos modelos de organización social para situar en el centro
el cuidado de la vida y del planeta. En estos encuentros incidimos en
el cuestionamiento del concepto de trabajo, la confluencia entre empleo y
ecología, así como el impulso de modelos de vida alternativos,
feministas y medioambientalmente sostenibles. Para transitar hacia un
modelo que ponga la vida en el centro, debemos tener en cuenta los
siguientes factores: los límites físicos del planeta que obligan al
inevitable decrecimiento de la esfera material de la economía; aceptar
la interdependencia para que la sociedad en su conjunto se haga
responsable del bienestar y la reproducción social; la necesaria
distribución de la riqueza en un planeta con recursos limitados; y la
necesidad de tomar medidas urgentemente.
En este último año y medio, esta red, junto a los colectivos aliados Goiener, Saretuz, Zentzuz Kontsumitu, Emaús, Ehne Bizkaia, Sector de Mujeres, Xochilt Acalt y Setem Hego Haizea, hemos trabajado en la publicación Construyendo
en colectivo desde Euskal Herria: análisis y reivindicaciones para la
construcción de una sociedad justa y equitativa basada en estilos de
vidas sostenibles, presentada el 3 de junio en Bilbao en los V Encuentros de Decrecimiento y Buen Vivir. En ella, proponemos reivindicaciones y reflexiones en torno a cuatro ejes primordiales que citamos más adelante.
El
modelo que hoy se encuentra en crisis y que se intenta volver a poner
en pie está construido sobre cimientos heteropatriarcales,
antropocéntricos y capitalistas, que ponen en riesgo los equilibrios
ecológicos que permiten la vida y que dificulta las relaciones de
interdependencia que nos sostienen como humanidad. Por ello, resulta
esencial promover procesos educativos que profundicen en las causas y
en las consecuencias que provocan aquellas situaciones que queremos
revertir y fomenten una conciencia crítica y de solidaridad.
Transitar hacia otros modelos requiere que la ciudadanía se reconozca como sujeto activo para la transformación. Tan
importante es participar, organizarnos y movilizarnos junto a otras
para exigir que cambien las políticas públicas como entender que nuestra
vida cotidiana también es revolucionaria. Por ello, en el
trabajo colectivo realizado recogemos tanto propuestas y
reivindicaciones dirigidas a instituciones, como alternativas a nivel
individual y colectivo para los cuatro ejes estratégicos.
Esperamos que este trabajo pueda contribuir a la construcción de una
agenda de incidencia política colectiva y a promover la puesta en
práctica de alternativas para el cambio en nuestro día a día.
Las
reflexiones que recogemos en la citada publicación no pretenden
construir un marco cerrado de actuación. Somos conscientes de que
todavía hay muchos debates abiertos, el reto será definir
democráticamente qué son para nosotras las vidas sostenibles y qué
condiciones se tienen que dar para poder llegar a ellas. Nos encontramos
en ese camino, mirando al futuro desde ángulos diversos, desde enfoques analíticos diferentes, desde estas y otras latitudes, asumiendo el reto complejo de esta situación, pero con las energías suficientes para hacerlo.
Red de Decrecimiento y Buen Vivir
Algunas alternativas para el cambio individual y colectivo basadas en la publicación
Soberanía alimentaria
Nuestro
consumo diario también es un acto político. Por ello, ya sea de forma
personal, familiar y/o colectiva, podemos participar en diferentes redes
de comercialización, como por ejemplo, los grupos de consumo, las
cooperativas mixtas de personas productoras y consumidoras, los
economatos, las distribuidoras alternativas que apoyan producciones
pequeñas y con este modelo, o la conversión al modelo agroecológico o
autoconsumo.
Modelo energético
Vigilar
la eficiencia de la envolvente de nuestra comunidad o vivienda, que la
fachada tenga aislamiento y las ventanas sean dobles. Poner el
termostato de forma continuada a una temperatura en la que tengamos que
abrigarnos pero sin renunciar a la confortabilidad. Usar la bici y
caminar. Disminuir el uso de coche u otros vehículos y, si se usan,
hacerlo de forma eficiente. Compartir vehículos.
Relocalización de la economía
Las 3R
en nuestro consumo: reducir, reutilizar y reciclar. Apostar por las
finanzas éticas, el mercado social, los circuitos cortos de
comercialización, las cooperativas energéticas… Desvincular el empleo
del derecho a una vida digna. Construir, difundir y multiplicar las
alternativas nos pone en un camino en transición hacia un sistema post
capitalista más solidario, equitativo y sostenible.
El cuidado de personas
Repartir equitativamente todos los trabajos de cuidados entre hombres y mujeres necesarios para la sostenibilidad de la vida.
Garantizar el acceso incondicional a un sistema público y universal de
cuidados. En nuestro día a día, fomentar alternativas que nos ayuden a
llevar los cuidados en colectivo, como son: modelos de convivencia
alternativos (cohousing y residencias), red de madres y padres para la crianza, sistema de cuidados intergeneracionales, espacios de trueque o debalde y experiencias de educación alternativas públicas.
Información ampliada en www.decrecimientoybuenvivir.info
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