Hoy en día se puede afirmar casi sin riesgo de error, puesto que la realidad lo confirma, que estamos viviendo o somos contemporáneas de una sociedad en cambio y, lo que es más, sino que se ha universalizado, aunque en cada país, nación o ámbito geopolítico del planeta adopte una dinámica y una forma características. Estos cambios conllevan forzosamente un conflicto, bien porque no hay cambio sin conflicto, bien porque el conflicto conduce al cambio.
He aquí que cuando el feminismo, para expresarse, toma como prestadas de otros movimientos y áreas de lucha política palabras tales como esclavitud, servidumbre, explotación, alienación, colonización y otras más, puede que nadie se dé cuenta de que en el fondo les pertenecen de raíz, y por una razón en la que nunca se hace suficiente hincapié: todas las situaciones políticas, económicas y sociales que dichas palabras denuncian han llegado a producirse porque había un modelo previo a todas y cada una de ellas sobre el cual alzarlas: el de la dominación de un sexo sobre el otro, embrión a partir del cual, por un proceso evolutivo epigenético, se llegó a cualquier otra forma de dominación, sujeción y explotación humanas, también la del hombre por el hombre.
Toda inferiorización de seres humanos lleva aparejada una tarea de feminización que es llevada a cabo con violencia y que pasa por colocar a los feminizados – esclavos, siervos, obreros, indígenas...- en condiciones iguales o muy semejantes a las de las mujeres con respecto a los demás hombres
El reconocimiento explícito de la sociedad patriarcal permite su estudio y análisis desde todas y cada una de las áreas posibles de conocimiento. Este hecho supone por sí mismo la facultad de superación de la sociedad patriarcal y el desarrollo de una cultura femenina, no en el sentido de que puedan existir dos culturas excluyentes, sino en el de que, al ser la mujer en el patriarcado una 'no-existente', la cultura masculina es la cultura de la opresión, la discriminación y la persecución. Al incorporarse la mujer a la cultura, sus primeros pasos en ella necesariamente son denunciar, describir y analizar el modelo patriarcal a fin de poder superarlo y ello da salida al conflicto, sin la floración del cual no hay cambio posible.
"El futuro será mujer o no será"
Para saber más: Reflexiones feministas. Victoria Sau Sánchez. 2.000.
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