Michel Foucault sitúa a mediados del siglo XIX la materialización de uno de los sueños utópicos de la burguesía: lograr un encierro generalizado del proletariado. En la búsqueda del origen escabroso, vergonzoso, en que apareció la ‘paz social’ en que se dio este hombre fabril, industrioso, acumulador que sin seguridad no habría tenido estímulo alguno para sus esfuerzos, se subraya el papel prioritario jugado por la prisión como estructura arquitectónica eje de las demás instituciones, la escuela, el cuartel, la fábrica, el asilo, el psiquiátrico.... Todas estas instituciones organizadas en torno a la prisión corroboran una misma estrategia: someter al proletariado al orden de valores del capitalismo industrial emergente.
Además de la arquitectura racionalizadora del espacio se da un tratamiento político del cuerpo: las disciplinas, que aseguran una corrección constante e ininterrumpida del cuerpo, cuya función principal es el control de la actividad de movimiento, del tiempo y del espacio. La mecánica de esta física de los cuerpos viene dirigida por una relación económica de docilidad política y productividad. Se trata de trabajar, disciplinadamente, cada una de las parte del cuerpo, de acuerdo con su ejercicio, su movimiento, y la economía de su dinamismo.
Con una mayor racionalidad técnica y económica, el poder disciplinario plantea una ‘economía de poder’ inédita, dirigida a la docilidad política y rentabilidad económica.
Para saber más: Para leer a Foucault. Julián Sauquillo. 2001.
Para saber más: Panóptico
Para saber más: El panóptico urbano
es necesario tener claridad mental para no caer en los problemas psicologicos que menciona Focault
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