Cada disminución localizada de la entropía por la acción del ser humano o de una máquina va acompañada de un aumento aún mayor de la entropía del entorno; tal acción sólo se puede llevar a cabo a través de la utilización de energía concentrada –ordenada, disponible o utilizable- que después de su aplicación o transformación pasa a un estado disperso, no disponible o desordenado; es decir, esta energía disipada o degradada ya no puede rendir trabajo.
Lo que se conoce como ‘progreso’ consiste en la creación de islas de orden aparente a costa de provocar océanos de desorden cada vez mayor. Cada vez es más costoso –en términos energéticos- mantener el orden aparente del presente modelo y más costoso generarlo.
Para saber más: La explosión del desorden. Ramón Fernández Durán. 1993.
Muy interesantes tus últimos artículos sobre termodinámica. Tendría que haber más divulgación sobre este campo de la ciencia que nos permite explicar casi todo lo que pasa a nuestro alrededor.
ResponderEliminarHabrá que profundizar en la Teoría de Sistemas, en la que se analiza los modelos dentro del desorden al que tienden entrópicamente. No se puede ir contra este desorden, que es al que tiende las organizaciones celulares, atómicas, humanas, etc... Pero sí regular, de lo contrario el coste energético hará que la evolución de una organización, la humana en nuestro caso, no pueda seguir. Por eso creo que debería analizarse el decrecimiento desde el modelo de la RENTA BÁSICA. Les recomiendo el libro sobre los Fundamentos de la Renta Básica y la perestroika del capitalismo" de Ramiro Pinto. Cómo hacer que el desorden sea menos costoso energéticemente, o sea desde un punto de vista económico.
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