Si le pedimos a alguien que nos describa el anuncio de Acciona sobre la sostenibilidad ¿Qué nos dirá?
Nos dirá si le ha gustado o no.
Nos dirá que le ha causado una sensación de desasosiego, recordará algunos detalles que le han llamado la atención, una sucesión de imágenes con distintas luces, unos jóvenes con una voz en off... el nombre de una página web.
Esto no quiere decir que la información no llegue a nuestro cerebro, sino que percibimos una serie de elementos para quedarnos con una idea global de la imagen y la mayor parte de la información nos pasa inadvertida, son sensaciones perceptivas de las que no nos hacemos conscientes.
La cantidad de información que se recibe en este anuncio es demasiado grande y el cerebro humano no puede procesarla toda. Por esto, la mayoría de los estímulos permanecen en un plano difuso y sólo se hacen conscientes aquellos que merecen nuestra atención. La percepción se selecciona en base a estímulos externos, la propia organización del mensaje audiovisual – primeros planos, intensidad de luz, ritmo...- y por una serie de estímulos internos, se percibe aquello que está más acorde con nuestros intereses, esquemas de valores, contextos socioculturales.
¿Qué nos está diciendo el anuncio que refuerza los prejuicios que ya tenemos sobre la realidad?
“No paro de sudar; voy a poner el aire acondicionado. Eso, ¡carguémonos el planeta!” Descarga sobre las personas que pertenecen a la sociedad del consumo todo el peso de la destrucción del planeta: te esta diciendo que eres culpable, te criminaliza, desea que te sientas culpable; en ningún momento aparecen las multinacionales, ni los grandes consorcios financieros, ni el modelo económico que permite esta barbarie: el capitalismo.
“¿Qué es imprescindible?. ¿La nevera es imprescindible?”
La respuesta es obvia. En realidad se trata de una pregunta retórica para confirmar una idea. En realidad la mayoría de las personas que ven este anuncio piensan que una nevera es imprescindible, pero durante miles de años el ser humano no las utilizó, y de hecho en muchos lugares del planeta no las conocen.
“Olvidémonos de vivir como hasta ahora. Imagínate como sería ese mundo. Las escuelas cerrarían. Todo perdería sentido...”
Y aquí viene el discurso apocalíptico. Meter miedo. No hay lugar para un estilo de vida que haga se haga compatible un mundo de baja energía y que respete los ciclos de la naturaleza.
“Diríamos no a todo el progreso acumulado durante siglos”
La idea de fe en el progreso perpetuo de la sociedad occidental.
“Sigamos exprimiendo los recursos que nos quedan irresponsablemente”
El problema: la mala utilización de los recursos. El anuncio nos pregunta ¿Qué hacemos? Luego la solución es sencilla: utilicemos adecuadamente esos recursos para salvar el planeta, pero sin renunciar al crecimiento.
El espectador contribuye activamente a culminar un proceso iniciado por quien lo ha elaborado.
El anuncio no nos dice que tenemos que decrecer, consumir menos, ir a formas de vida más sencillas, ya no digamos plantearnos otro estilo de vida u otro modelo económico.
Quién paga el anuncio es una empresa que gana mucho dinero, no le interesa un discurso alternativo, simplemente se disfraza con la retórica del ‘desarrollo sostenible’, la estética ambiental, una especie de escaparate deslumbrante diseñado para ocultar el inmenso vacío existente tras él.
Lo que Acciona esconde
agosto 16, 2014
1 comment
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Este spot viene a confirmar que estamos ante el inicio probable de lo que algunos autores llaman la "sumisión sostenible":
ResponderEliminarhttp://surcalatierra.blogspot.com.es/2013/10/catastrofismo-administracion-del.html
Un saludo.