La humanidad que durante milenios vivió dentro de lo que en términos ecológicos puede describirse como un ‘mundo vacío’, ha pasado a vivir en un ‘mundo lleno’. Habitamos hoy un planeta dominado por el ser humano. La humanidad extrae recursos de las fuentes de la biosfera y deposita residuos y contaminación en un sumidero. Pero el crecimiento en el uso de recursos naturales y funciones de los ecosistemas está alterando la Tierra globalmente, has llegar incluso a trastocar los grandes ciclos biogeoquímcos del planeta como la circulación del Nitrógeno o el almacenamiento del carbono en la atmósfera.
Casi la mitad de la superficie terrestre ha sido ya transformada por la acción humana. La humanidad utiliza más de la mitad de el agua dulce accesible en la superficie del planeta. Nuestra demanda sobre la biosfera supera ya su capacidad regenerativa.
La consecuencia más importante de la finitud del planeta es la estrecha interdependencia humana: las decisiones de cada persona o colectividad tienen consecuencias sobre todos los demás habitantes. El espacio ambiental es limitado. Ya no existen otros lugares, el mundo se ha quedado sin alrededores, sin márgenes, sin afueras, sin extrarradios. Lo global lo contiene todo.
La interdependencia es la cruda realidad de la que depende la supervivencia de la especie humana. En un mundo lleno nos enfrentamos a la inaplazable necesidad de reinventar lo colectivo. Un nuevo valor surge: la autolimitación.
Para saber más: ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles?. Reflexiones sobre biomímesis y autolimitación. Jorge Riechmann.
Casi la mitad de la superficie terrestre ha sido ya transformada por la acción humana. La humanidad utiliza más de la mitad de el agua dulce accesible en la superficie del planeta. Nuestra demanda sobre la biosfera supera ya su capacidad regenerativa.
La consecuencia más importante de la finitud del planeta es la estrecha interdependencia humana: las decisiones de cada persona o colectividad tienen consecuencias sobre todos los demás habitantes. El espacio ambiental es limitado. Ya no existen otros lugares, el mundo se ha quedado sin alrededores, sin márgenes, sin afueras, sin extrarradios. Lo global lo contiene todo.
La interdependencia es la cruda realidad de la que depende la supervivencia de la especie humana. En un mundo lleno nos enfrentamos a la inaplazable necesidad de reinventar lo colectivo. Un nuevo valor surge: la autolimitación.
Para saber más: ¿Cómo cambiar hacia sociedades sostenibles?. Reflexiones sobre biomímesis y autolimitación. Jorge Riechmann.