Alejandro Jodorowsky - Plano sin fin
A
pesar de que la prensa mundial, controlada por las agencias informativas
norteamericanas, trata de extirpar de nuestras mentes la enorme
amenaza ecológica que significa el petróleo vertido en el Golfo de
México por la codicia industrial, debemos continuar protestando, el
tiempo que se sea, hasta que las multinacionales comprendan que ponen en
peligro la vida del planeta. Esta fábula puede ser útil:
En una comarca pobre, un grupo de
escarabajos trabajaba penosamente. Con grandes dificultades obtenían
alimento y un poco de abono para fabricar pequeñas esferas donde criar
sus larvas. Un bien día uno de ellos, motivado por la desesperación,
comenzó a cavarse una tumba: la quería profunda para reposar lo más
lejos posible de la superficie de su cruel mundo. Quiso el destino que
ahí encontrara un yacimiento de estiércol. ¡La alegría fue general!
Nuestro escarabajo se coronó rey y empezó a vender, desde lo que antes
iba a ser su fosa, pequeñas porciones del bienaventurado excremento.
Pronto llegó una comitiva de escarabajos dorados. Detrás de ellos venían
sus hembras empujando enormes bolas malolientes llenas de gordas
larvas. Ofrecieron un alto precio por la valiosa materia. El nuevo rey,
enfermo de codicia, comenzó a vender el estiércol en cantidades de más
en más voluminosas. A cambio de esto, recibía hojas frescas, resina y
otros alimentos. Su pueblo lo aclamó. De pronto el suelo cesó de dar la
valiosa materia. Por más que escarbaron, no encontraron ni un gramo más.
La cosecha había terminado para siempre. Los dorados compradores
regresaron a su rica comarca. Los otros, después de comerse lo que
habían ganado, comenzaron a padecer hambre porque el suelo, carente de
abono, ya no dio plantas. Tampoco encontraron un trozo de estiércol
donde poner sus larvas. No tardaron en perecer.
En el comercio, debemos comprender que hay
un límite de ventas. Pasada esa cantidad comenzamos a desprendernos no
de productos sino de nuestra propia vida. Lo que en un momento parece
prosperidad, en años posteriores puede resultar una sangría mortal… Creo
que el petróleo es la sangre del planeta: mantiene las capas terrestres
en su sitio. Es una materia vital cuando yace en la oscuridad, es una
materia mortal cuando se la extrae hacia la superficie. Igual la sangre:
dentro de nuestro cuerpo es vida, fuera del cuerpo provoca la muerte.
En la Biblia, Eclesiastés, se dice: “Todo
tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de
arrancar lo plantado; (…) tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar
piedras…”. Quizás el tiempo del crecimiento industrial de nuestra
sociedad ha terminado y ahora llega el tiempo de disminuir.
Quizás el tiempo del crecimiento industrial de nuestra sociedad ha terminado y ahora llega el tiempo de disminuir
septiembre 28, 2013
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