Ecological Economics 84 (2012) 187-193
El decrecimiento y la oferta de dinero en un mundo con escasez de energía
Richard Douthwaite *
Cloona, Westport, Co.Mayo, Irlanda
Traducción N.C.
Sumario
El decrecimiento ocurrirá tanto si los gobiernos quieren como si no. A
medida que los combustibles fósiles se agoten, los ingresos se van a
reducir a la par que el suministro de energía. Dicho decrecimiento
puede ser imprevisto y catastrófico o bien gestionado y relativamente
benigno. Este trabajo sostiene que son esenciales tres herramientas para
evitar que el decrecimiento se convierta en un colapso catastrófico.
Estas son: (1) un sistema para compartir los beneficios del uso de los
combustibles fósiles cada vez más escasos, (2) nuevas formas de
financiar las empresas y (3) la introducción de las monedas regionales y
locales libres de deuda.
*******
Los países más ricos del mundo no tienen la opción de que sus economías
crezcan o o decrezcan. El declive en el suministro de energía fósil
forzará decrecimiento lo quieran o no, y su única elección será sobre
la forma en que maneja la contracción. El lamentable estado de la
economía mundial actual es un leve anticipo de lo que está por venir si
se toman las decisiones equivocadas.
Como en este documento se explica, la actual crisis financiera fue
causada por la incapacidad de los productores de petróleo para
satisfacer una creciente demanda global. El suministro de petróleo
mundial se ha estancado desde el 2004 debido a que los productores han
sido incapaces de abrir nuevas fuentes con más rápidez que el declive
de la producción de sus campos más viejos. Su incapacidad surge porque
el petróleo es cada vez más difícil de encontrar y extraer. BP no habría
intentado perforar su desastroso pozo a 1.600 metros bajo la
superficie del Golfo de México si hubiera tenido mejores opciones. Las
crecientes dificultades de producción significan que pronto comenzará
el descenso del suministro de petróleo y que, mes a mes, el descenso
acelerará su ritmo.
Aunque la producción de carbón y el gas sigue aumentando todavía, su
suministro comenzará también a contraerse dentro de pocos años. Un
analista canadiense, Paul Chefurka1, estima que la producción de gas
alcanzará su punto máximo en unos 15 años y la del carbón cinco años
mas tarde. No espera que el suministro de energía renovable y de energía
nuclear se expanda lo suficientemente rápido como para compensar su
declive y, como resultado, cree que la oferta total de energía de todas
las fuentes para la humanidad comenzará a disminuir a partir de 2025.
Una estimación similar2 del suministro mundial de energía se había
calculado en el informe británico Cero Carbón 2007. Este mostraba un
descenso suave de la producción a partir de 2010 y una caída más brusca a
partir de 2025. Del mismo modo, las previsiones más recientes del
geólogo especialista en gas y petróleo Colin Campbell, uno de los
fundadores de la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo ASPO,
indican que la cantidad total de energía disponible a partir de la
producción de petróleo y gas disminuirá ligeramente desde ahora hasta
el año 2020 y luego comenzará un descenso más rápido.
La disminución prevista por Chefurka se muestra en el Gráfico 1a, que
también indica que se espera un crecimiento muy pequeño en el total del
suministro de energía antes de comenzar el descenso. Esto significa que
habrá un incremento muy pequeño de los ingresos mundiales en la próxima
década. El gráfico 1b muestra por qué va a suceder así, ya que demuestra
la estrecha relación entre los cambios en la oferta mundial de
petróleo, el suministro total de energía primaria y el producto mundial
bruto, PMB. En consecuencia, dado que el suministro mundial de energía
primaria en realidad empieza a declinar, debemos esperar que los
ingresos y la producción mundial también declinen. El decrecimiento va a
suceder. Por lo tanto, el desafío al que se enfrentan los gobiernos es
cómo deberán gestionar esa caída para evitar que se convierta en tan
caótica que los sistemas económicos de los que nuestras vidas y nuestros
medios de vida dependen, colapsen porque la energía y otros recursos
necesarios para poder adaptarse a niveles mucho más bajos de consumo de
energía ya no están disponibles4.
Un análisis de las causas de la actual crisis financiera puede
proporcionar importantes conocimientos sobre los cambios que deben
hacerse en los servicios financieros y los sistemas monetarios para
evitar que el descenso sea caótico. Miremos primero la relación entre la
oferta monetaria y la energía. El sistema monetario actual emite dinero
a través de la deuda bancaria. Si el banco concede a alguien un
préstamo para comprar algo, en el momento en el que la cuenta del
proveedor se acredita con los fondos prestados y la cuenta del
prestatario se carga, se crea nuevo dinero en la cuenta del proveedor y
se equilibra con una deuda de igual valor pero de signo negativo en la
cuenta del comprador. El nuevo dinero será retirado gradualmente de la
economía a medida que el prestatario devuelve la deuda al banco.
Hasta hace poco, si la cantidad de dinero en circulación aumentaba
porque los bancos aprobaban nuevos préstamos más rápidamente que la
amortización de los antiguos, el valor de ese dinero de nueva creación
se respaldaba con la mayor cantidad de energía que se podía producir a
partir de las fuentes de combustibles fósiles. Esto dio lugar a largos
períodos en el que el precio de la energía se mantuvo estable en
términos monetarios, períodos en los que solo se produjeron rupturas
cuando el suministro de energía se limitaba artificialmente. Las bruscas
subidas del precio del petróleo como resultado de las restricciones al
suministro de la OPEP entre 1973 y 1979 son un buen ejemplo de los
efectos de las restricciones de oferta que destruyeron la relación entre
el dinero y el suministro de energía.
Los bancos comerciales aumentaron sus préstamos a partir de septiembre
2004, poniendo así cada vez más dinero en circulación. La oferta plana
del petróleo comportaba que su precio subiese cada vez más, arrastrando
con él los precios del gas, del carbón, los alimentos y otros productos.
Los bancos centrales de los países ricos se mantuvieron indiferentes a
estos aumentos de precio debido a que el coste general de la vida se
mantuvo estable. En parte, esto se debía a la gran cantidad de productos
manufacturados baratos importados que fueron entrando en la economía
de los países ricos procedentes de China y en otros lugares, pero la
razón principal fue que gran parte del dinero creado a través de los
préstamos de los bancos comerciales estaba siendo invertido en activos
como propiedades y acciones que no se tienen en cuenta en los índices
de precios al consumo examinados por los bancos centrales. El resultado
fue que permitieron que el crédito bancario y la oferta de dinero – y
deuda – aumentase cada vez más. La única inflación inducida importante
fue en el precio de los activos, muy bien aceptado por la mayoría de la
gente que se sentía como si se estuviese enriqueciendo. Los bancos
comerciales también estaban satisfechos con los altos precios de los
activos porque sus préstamos se veían respaldados por una garantía cada
vez más valiosa. Lo que los bancos centrales no comprendieron, sin
embargo, fue que su incapacidad para frenar los préstamos comerciales de
los bancos significaba que habían roto el vínculo crucial entre el
suministro de energía y el dinero. Esta ruptura dañó el sistema
económico severamente. El rápido aumento de los precios de la energía y
las materias primas que resultó de la oferta monetaria sin restricciones
significaba que cada vez más dinero tenía que salir de los países
consumidores para pagarlos. El problema consecuente fue que una gran
parte del dinero que había salido de los países consumidores no volvía
a ellos en la forma en que salía. Salía como un ingreso y volvía como
capital. Esta es la explicación: Si compro gasolina para mi coche y
parte del precio va a Arabia Saudita, sólo podré comprar gasolina de
nuevo durante los años siguientes si el dinero saudí retorna cada año
hacia la economía de donde vienen mis ingresos. El retorno puede ser de
dos maneras, una de las cuales es sostenible, la otra no. La forma
sostenible consiste en que los saudíes gasten de nuevo el dinero
comprando bienes y servicios de mi país o de países de los que mi país
no importa más de lo que exporta. De esta manera, el dinero volverá a
mi país como un ingreso. La forma insostenible ocurre cuando los saudíes
retornan el dinero en forma de préstamo, regresando como capital. Su
préstamo permite a mi país continuar comprando petróleo pero sólo a
base de aumentar cada vez más la deuda.
Como se muestra en el gráfico 2, un incremento masivo en el flujo de
ingresos desde las economías de los clientes durante los años de auge,
se convirtió en capital y fue prestado o invertido en mercancías de las
economías de los consumidores más que gastarse de nuevo en ellas5. Sin
embargo, antes de que el dinero del préstamo se pusiese a disposición de
la gente para comprar de nuevo gasolina u otros artículos, al menos
alguien tuvo que pedirlo prestado y gastarlo de una manera que lo
convirtiese de nuevo en un ingreso. Fueron necesarios gran cantidad de
préstamos y représtamos antes de que la suma total regresara a los
bolsillos de la gente. Por ejemplo, los préstamos para comprar casas
existentes no son particularmente buenos para la creación de ingresos
mientras que los préstamos para construir obra nueva sí lo son. Ello se
debe a que la mayor parte del préstamo para la compra de una casa
existente va al propietario que la vende, aunque una pequeña parte irá
destinada como ingreso al agente inmobiliario y a los abogados. El
vendedor puede poner el pago como depósito en un banco, el cual
deberá ser prestado de nuevo por una cantidad superior para convertido
en ingresos. O puede ser invertido en otra propiedad existente, por lo
que alguien más tomará el capital y lo depositará en un banco que lo
prestará. Un préstamo para una nueva casa, en cambio, financia todos los
salarios pagados durante su construcción por lo que una gran parte se
convierte en ingresos. El auge de la construcción en Irlanda fue por lo
tanto una forma muy eficaz de conseguir el dinero que el país había
gastado en exceso en el extranjero y que luego había pedido prestado de
nuevo convirtiéndolo en ingresos en los bolsillos de la gente. El
endeudamiento externo directo por parte de los gobiernos para pagar
los salarios del sector público es todavía una forma más efectiva de
convertir una entrada de capital en renta.
Gráfico 2. Los países ricos han pedido prestado masivamente a los países
”en desarrollo” y “en transición” durante los últimos diez años. Este
gráfico muestra el flujo neto de capital. Los fondos prestados venían
principalmente de los ingresos de exportación de energía y de materias
primas. Fuente: World Situation and Prospects 2010, publicado por la
ONU.
De aquí podemos concluir que un país que presenta un déficit comercial
de bienes y servicios durante varios años se encontrará con que sus
empresas y los individuos estarán altamente endeudadas debido a que
habrá sido necesaria la creación de una densa red de deuda en ese país
para conseguir que el poder adquisitivo perdido como resultado del
déficit regrese de nuevo a manos de todos. Esta es exactamente la razón
por la que el Reino Unido y los Estados Unidos están experimentando la
crisis de la deuda. Los EE.UU. sólo ha tenido superávit comercial
durante un año, y pequeño, desde 1982 y el Reino Unido no ha tenido
ninguno en absoluto desde 1983.
Las deudas contraídas por los países con déficit de cuenta corriente
eran de dos tipos: las originales adeudadas en el exterior y las de las
sucesoras, de mayor valor y adeudadas en casa en forma de préstamos
basados en deuda extranjera que se convertía en ingresos. La deuda
interna - es decir, la deuda contraída por el Estado o el sector privado
con los residentes del mismo país – es una carga mucho menor que la
deuda externa, pero aun así perjudica todavía a un país al deteriorar su
competitividad. Lo hace a pesar de que el pago de intereses de la
deuda implica un coste real mucho menor para el país ya que la mayoría
de los pagos no son más que transferencias de un residente a otro. (El
resto del pago consiste en los honorarios al sector de los servicios
financieros. El aumento de endeudamiento ha asegurado una gran parte de
su crecimiento reciente.)
La deuda interna es perjudicial ya que un país con un mayor nivel de
deuda en relación con su PIB tendrá mayores costos que un país
competidor con menor deuda interna. Esto es debido a que, a igualdad de
tasas de interés en ambos países, las empresas del país más endeudado
tendrán que permitir una carga de intereses más elevados por unidad de
producción que las del otro país a la hora de calcular sus costos de
operación y los precios. Estos costes adicionales afectan a la
competitividad nacional exactamente de la misma forma en que lo hacen
los salarios más elevados. De hecho, son los salarios de los que un
marxista llamaría la clase rentista, una clase a la que pertenece
cualquiera que, directa o indirectamente, tenga un ahorro que devenga
intereses. Por tanto, el banco central de un país debe publicar las
cifras anuales de la deuda nacional en relación a los ingresos para el
mercado interior (Gráfico 3).
Gráfico 3. La deuda de los países ricos ha crecido notablemente en los
últimos diez años debido a la cantidad de préstamos generados por los
flujos de capital procedentes de las naciones productoras de energía
fósil – y materias primas- se utilizó para inflar las burbujas de los
activos. Las economías emergentes, por el contrario, invirtieron el
dinero prestado en el aumento de la producción. Como resultado, su
deuda / PIB disminuyó. Fuente: The Economist.
El aumento de la deuda de la mayor parte del mundo se concentra en los
países mas ricos . Su ratio de deuda respecto al PIB se ha más que
duplicado, mientras que en las llamadas "economías emergentes" la
relación deuda-PIB ha disminuido. Esta diferencia se puede explicar
mediante la adaptación de un ejemplo dada por Peter Warburton en su
libro de 1999, Deuda y engaño. Supongamos que yo extraigo €1000 de mi
línea de crédito del banco para comprar una mesa de comedor y sillas. La
tienda de muebles utiliza la mayor parte de su margen de venta para
pagar al personal, el alquiler, la luz y la calefacción. Digamos que eso
cuesta € 250. La mayor parte del resto de mi pago lo utiliza para
comprar nuevo stock, por ejemplo, 700€. La fábrica a la cual él hace el
pedido adquiere la madera y paga sus costos y salarios. Pongamos que
cuestan € 650, pero ya que la madera viene de extranjero, € 100 de los
650 € salen fuera de la economía de mi país. Y así podría seguir
observando después de cada nuevo pago cómo se iría gastando y
regastando hasta que todos los euros que yo había pagado, finalmente se
habrían ido al extranjero. La pagos que se hicieron a las empresas y
personas que viven en mi país como resultado de mi préstamo de 1000 €
contribuyeron a su renta nacional. Si sumamos sólo los que he mencionado
aquí, € 1.000 + € 250 + € 700 + € 550, podemos ver que el PIB de mi
país se ha incrementado en € 2500 como resultado de la la deuda de 1.000
€ que contraje. En otras palabras, la relación deuda-PIB fue del 40%.
Ahora supongamos que en lugar de la compra de muebles, invierto mi
dinero prestado en la compra de acciones de una persona que ya disponga
de ellos, en lugar de una nueva emisión. De los € 1.000 que pago, sólo
los agentes de comisiones y los impuestos terminan como ingreso de
nadie. Digamos que la cantidad suma 100 €. Si es así, la relación
deuda-PIB es de 1.000% (Gráfico 4).
Gráfico 4. Debido a que los préstamos se han invertido principalmente en la compra de activos
en lugar de en capacidad de producción, cada aumento del endeudamiento
en los EE.UU. ha hecho aumentar cada vez menos la renta nacional. El
debacle más reciente de endeudamiento - para rescatar al sistema
bancario - logró realmente rendimientos negativos, ya que no fue capaz
de detener la contracción de la economía. Gráfico elaborado por
Christopher Rupe y Nathan Martin con EE.UU. Hacienda cifras de fecha 11
de marzo de 2010.
Fuente: http://economicedge.bIospot.com/2010/04/guest-ost-and-more-on-most-important.html.
Así que una razón por la que la carga de la deuda ha crecido en los
países "ricos" y ha caído en los "emergentes" es la forma en que se ha
utilizado esta deuda. Como que los sectores manufactureros de los países
más ricos generalmente no fueron aumentando su producción sino que, en
muchos casos, esta se encontraba en declive, una mayor proporción del
dinero prestado en algunos de estos países se destinó a la compra de
activos, haciendo subir sus precios, cosa que no ocurrió en los más
pobres. A partir de un cierto punto, en los países consumidores de
activos, fue má el aumento del precio de estos activos lo que hizo
atractiva su compra, quela renta que se podía ganar de ellos. Las rentas
se convirtieron en insuficientes para pagar los intereses sobre el
valor teórico de mercado de la propiedad, mientras que en el mercado de
valores, la relación precio-beneficio se elevaba cada vez más.
En 2007, la carga impuesta a la economía real por la necesidad de
soportar los precios de los activos y los niveles de deuda que
comportaban se hicieron demasiado grandes. Los países mas ricos que
habían estado funcionando con déficit en la balanza de pagos en sus
cuentas corrientes descubrieron que el pago de los altos precios de la
energía y de los materias primas más el interés de su aumentada deuda
externa, además de los pagos de transferencia requeridos en sus pagos de
la deuda interna, eran demasiado. Los prestatarios mas débiles, los que
tenían hipotecas sub-prime en EE.UU., se encontraron en la
imposibilidad de pagar los cargos más altos de energía y servicio de sus
préstamos. Y, ya que muchos de estos préstamos habían sido titulizados y
vendidos fuera a los bancos de todo el mundo, su valor como activo se
puso en cuestión. Los bancos temieron que los pagos que les debían otros
bancos podrían no llegar si otros se declararan insolventes debido a
sus pérdidas en esos activos dudosos. Esto hizo difícil los pagos
interbancarios y el sistema internacional de transferencia de moneda
casi se vino abajo.
Todos los valores de los activos cayeron tras el pánico. Las cifras de
los mercados de valores mundiales muestran que el FTSE-100 perdió 43%
entre Octubre de 2007 y febrero de 2009 y que el Nikkei y el S & P
500 perdieron el 56% y 52%, respectivamente, entre mayo y junio de 2007 y
su valor inferior se observó también en febrero de 2009. Todos los
tres índices han recuperado desde entonces parte de su valor anterior,
pero esto es debido sólo a que los inversores consideran que los
ingresos se van a recuperar, aumentando así la capacidad de la economía
para pagar las deudas y mantener los precios de los activos. Serían
mucho menos optimistas sobre los precios futuros si reconocieran que, en
el medio plazo al menos, la escasez cada vez mayor de energía
significará que los ingresos caerán en lugar de aumentar.
Varias conclusiones se pueden extraer de este análisis, pero en este artículo voy a concentrarme en tres.
1. No se llegará a permitir que los precios conseguidos por los
productores de energías fósiles aumenten tanto que haga necesario que
estos presten de nuevo grandes cantidades a sus clientes como
consecuencia de que su creciente deuda desestabiliza sus economías.
2. El sistema de creación de dinero basado en la deuda no puede
funcionar si cada vez menos cantidad de energía va a estar disponible y
en consecuencia los ingresos vayan cayendo de manera que estos sean
inadecuados para respaldar la deuda. Hay que encontrar por tanto,
nuevas formas de emisión de dinero.
3. También van a ser necesarias nuevas formas de endeudamiento y
financiación, ya que, como los ingresos se reducirán y se podrá utilizar
menos energía, las tasas fijas de interés impondrán una carga cada vez
mayor.
Vamos a discutir esto por orden.
1. Limitar el precio pagado a los productores de combustibles fósiles
Cuando el precio sube porque algo es escaso, los economistas denominan
"renta de escasez" al dinero adicional que los productores ganan de más,
por encima de su coste de producción. Si la economía mundial se
recupera y los precios del petróleo vuelven de nuevo a subir mucho se
necesitará encontrar una manera para evitar que el dinero que sale de
un país como ingreso regrese como capital. Esto significa que se tendrá
que encontrar un sistema que capture la mayor parte de la renta de la
escasez y la distribuya como ingresos en lugar de tener que terminar
como capital de un fondo soberano.
“Cap and Share” (limitar y distribuir), un método de reducción de las
emisiones de combustibles fósiles ideado por Feasta, think-tank con sede
en Irlanda6, sería un buen sistema de captura de la renta de escasez.
Se trata de la colocación de una cantidad anual límite global y
decreciente de toneladas de CO2 emitido por los combustibles fósiles y
la asignación anual de una gran parte de este tonelaje a cada habitante
del planeta de manera equitativa. Cada año, al recibir los permisos
anuales, cada individuo los vende a un banco u oficina de correos por
el precio al que valen el día de la venta, del mismo modo en que
vendería moneda extranjera. Los compradores reunirían el tonelaje
comprado y lo repartirían en bloques para venderlos a su vez a los
productores de combustibles fósiles que necesitarían adquirirlos para
cubrir las emisiones de su producción anual.
Los permisos, obviamente, tienen que ser más escasos que el la oferta de
combustible para poder capturar la renta de escasez y a medida que
fuesen distribuyéndose por todo el mundo, no sólo el dinero que se
recuperase seria gastado como ingreso sino que además, las personas
más pobres del mundo podrían, aún, comprar alimentos y combustible a
medida que el precio subiese. Esto es importante porque si la
distribución de la energía fósil se dejase en manos del mercado, sólo
los ricos serían capaces de comprarla, así como los alimentos producidos
y distribuidos con ella. Si los pobres se viesen empujados a crear
disturbios como consecuencia, contribuirían a una ruptura caótica. Es
improbable que la ONU adopte “Cap and Share” porqué en las negociaciones
climáticas se está siguiendo una via muy diferente. Sin embargo, algo
parecido a “Cap and Share” podría ser promovido por el G-20, que podría
crear un organismo especial, llamémoslo “La Fundación Clima Global”
(FCG). Aparentemente, la Fundación serviría para gestionar las emisiones
de CO2 pero, en realidad, su función sería la de asignar el uso de
combustibles fósiles en todo el mundo y por lo tanto evitar la
competencia excesiva por dichos combustibles, causando la ruptura de la
economía mundial.
En efecto, la Fundación Clima Global sería un intercambiador de
compradores de energía que tendría que conseguir que la mayor parte de
países consumidores de energía se uniesen para maximizar su poder de
negociación. Intentaría que los países se inscribieran al garantizarles
una participación en el cártel (conjunto de organizaciones
convenientemente reunidas para formar un monopolio) de los ingresos en
función de su población.
La legitimidad de la Fundación vendría de su papel en el clima más que
de su carácter económico. Teniendo el mejor asesoramiento científico,
debería decidir sobre la velocidad a la que tendrían que disminuir
anualmente las emisiones de los combustibles para evitar una catástrofe
climática. Dado que muchas propuestas para la estabilización del clima
calculan reducciones del CO2 de las emisiones de los combustibles
fósiles entre un 80% y un 100% en el 2050, la Fundación podría decidir
que se requiere una tasa anual de reducción de alrededor del 6%. Este
valor no se aleja mucho de la velocidad a la que la producción de
petróleo puede caer7.
Cada año, la Fundación subastaría los derechos de la cantidad máxima de
CO2 producida por los combustibles fósiles que habría decidido que se
podrían liberar aquel año. Estos derechos serían comprados por los
productores de combustibles fósiles que tendría que adquirir suficientes
permisos para cubrir las emisiones de los combustibles que planeaban
vender. La Fundación tendría un cuerpo de inspectores que visitarían las
empresas petroleras, gasísticas y de carbón para asegurar que sus
ventas concordasen con el número de permisos que habían comprado. La
Subastas anuales dejarían a la Fundación una gran suma de dinero en
efectivo y se producirían luchas políticas durante el período en que la
Fundación establecería su distribución. Los contendientes serían:
1. Pagos compensatorios por los mayores precios de la energía.
2. Una cuota de mantenimiento del carbono para proteger las reservas de carbono del suelo y los bosques.
3. Un fondo de solidaridad para las comunidades especialmente afectadas
por los perjuicios del cambio climático o por la transición a la energía
sin carbono.
4. Capital de inversión para el desarrollo de energías renovables.
5. Los gastos de funcionamiento de la misma Fundación Clima Global.
Demos un vistazo a los cuatro primeros.
1. Pagos compensatorios. Los productores de combustibles fósiles tendrán
que trasladar los costes de los permisos que han comprado a sus
clientes. Como el suministro de permisos es cada vez más difícil, su
precio, y por lo tanto el precio de los energía, subirá arrastrando con
él el precio de los alimentos y otras necesidades. La gente tendrá que
ser compensada por estas subidas en algún nivel básico ya que, si de lo
contrario, toda la regulación se dejase en manos de los mercados, los
pobres llegarían a situaciones de frío y hambre. Sin embargo, la
compensación básica nunca podría ser suficiente como para cubrir el
aumento del coste de la vida de las personas cuyo estilo de vida deriva
de la utilización directa o indirecta de una gran cantidad de energía.
Este grupo, que se compone de las personas más ricas de cada país, se
encontrará que inevitablemente su coste de vida subirá más que el pago
compensatorio.
2. Cuota de mantenimiento del carbono. Los altos precios de la energía
pondrían una presión adicional sobre los bosques y los pastos del mundo.
A menos que estos se protegieran, acabarían sucumbiendo a la producción
de biocombustibles y se liberarían cantidades masivas de dióxido de
carbono como resultado del cambio de uso del suelo. Esto ya está
sucediendo en Indonesia, donde se calcula que cuando la selva que crece
en turberas se elimina para producir aceite de palma, la cantidad de
dióxido de carbono liberado por la quema del aceite de palma en
substitución del diesel será tan grande que se tardará más de un siglo
para recuperarlo de nuevo8. El pago de la Cuota de Mantenimiento del
Carbono (CMC) para premiar a los países que mantienen el carbono
almacenado en los suelos y los pantanos y en las plantas que crecen en
ellos es, por lo tanto, una parte esencial de cualquier método para
limitar las emisiones de CO2 de los combustibles fósiles. En virtud de
los acuerdos de la FCG, se pagaría anualmente una pequeña cantidad por
cada tonelada que el país en cuestión hubiese mantenido intacta. Con
esta medida se cubriría el coste de oportunidad que el país soporta al
abstenerse de darle a las tierras en cuestión un uso más rentable. Sin
embargo, si el tonelaje tutelado decrece, el país responsable tendría
que comprar permisos de emisión especiales para cubrir la cantidad de
carbono implicada. Por otro lado, si un país aumentase la cantidad de
carbono en su biomasa y suelo, obtendría un precio especial de permiso
por cada tonelada de CO2 fijada.
3. El fondo de solidaridad. La población de algunas partes del mundo
está especialmente afectada por los efectos del cambio climático -
Bangladesh y las Maldivas están amenazadas por la subida del nivel del
mar, por ejemplo. Otras comunidades pueden necesitar hacer ajustes
excepcionales para hacer frente a los niveles mucho más bajos de
combustibles fósiles. Todo los países, ricos y pobres, podrían reclamar
los dos tipos de ayuda de este fondo.
4. Inversión en Energía. Habría muchas convocatorias anuales de la
Fundación para utilizar cantidades importantes del dinero ingresado
anualmente para financiar el desarrollo de fuentes de energía sin
carbono y probablemente se crearía un fondo internacional para conceder
préstamos para proyectos multinacionales y a los gobiernos nacionales
para inversiones en energía. Sin embargo, también es importante que las
comunidades y las familias puedan hacer inversiones en energía y, en un
mundo ideal, parte de los ingresos de la Fundación se destinarían a este
propósito.
Después de mucho regateo y alegaciones especiales, probablemente se
requeriría a la Fundación para que pagase parte del dinero colectado
anualmente a cada uno de los habitantes del planeta en una base
equitativa per cápita para compensar los mayores costes en alimentos y
energía tal como sucedería en la propuesta de Feasta de “Cap and Share”.
La mayor parte de dinero restante iría a los gobiernos bajo los
capítulos de Cuota de mantenimiento del carbono, Fondo de solidaridad e
Inversiones en Energía. El resto se utilizaría para financiar las
operaciones de la Fundación que incluirían programas para hacer frente a
otros gases causantes del efecto invernadero distintos del CO2.
Los productores de los combustibles tendrían que ponerse de acuerdo para
trabajar con la Fundación, por supuesto, y el incentivo para hacerlo
sería que aunque su producción se fuese reduciendo cada año, el precio
al que se la pagarían se incrementaría para mantener sus ingresos. Los
negociadores del cártel argumentarían que el precio que los productores
obtuviesen no podría ser menor que la media del precio que hubiesen
recibido en condiciones de libre mercado en el que después de períodos
cortos de precios muy altos les seguirían largos períodos de bajos
precios como consecuencia de la debilidad económica causada por la
subida de precios. Una tercera ventaja sería que las inversiones que los
productores hiciesen en las economías de sus clientes serian mejores
que las realizadas en condiciones de libre mercado.
2. El final de dinero basado en deuda
La producción en la economía actual se ve fuertemente impulsada por el
alto consumo de energía. Si en el futuro cada vez va a ser menor el
nivel de energía disponible, la producción media por persona disminuirá
y los ingresos reales caerán. La disminución de ingresos conllevará que
la deuda cada vez sea más difícil de pagar, creándose una resistencia
tanto a prestar como a pedir prestado. Durante varios años en el período
del declive energético, el suministro de dinero se contraerá ya que las
antiguas deudas se pagan más rápidamente que la velocidad a la que se
contraerán nuevas deudas, destruyéndose así el dinero creado cuando se
contrajeron las deudas antiguas. Esto hará que sea cada vez más difícil
para las empresas el comercio y el pago a los empleados. Las empresas
también tendrán más problemas para pagar impuestos y el servicio de sus
deudas. Abundarán las deudas incobrables y las quiebras y la economía
monetaria se romperá.
Los gobiernos tratarán de dirigir la ruptura con las herramientas que se
están utilizando en la actual crisis crediticia - producir dinero de la
nada con la flexibilización cuantitativa (quantitative easing). Hasta
ahora, el dinero QE que se ha introducido, que podría haber sido
distribuido libre de deuda, se ha trasferido a los bancos a tasas de
interés muy bajas con la esperanza de que estos reanudaran los préstamos
a la economía real. Pero esto no está sucediendo a ninguna escala
debido al alto grado de incertidumbre entre los potenciales
prestatarios. Hay muy pocas áreas en las economías de los países ricos
donde las personas pueden invertir el dinero prestado y estar
razonablemente seguras de ser capaces de devolver el crédito.
Por tanto, va a tener que encontrarse alguna manera mejor de obtener
dinero sin deuda en la economía real. En el diseño de dicho sistema, la
primera pregunta que hay que plantearse es "¿Son los gobiernos los
agentes adecuados para crearlo?. "El valor de cualquier moneda, incluso
aquellas respaldadas por oro o algún otro producto, es creado por sus
usuarios. Esto se debe a que cualquier persona sólo estará dispuesta a
aceptar el dinero de otra si sabe que alguien más aceptará el suyo.
Cuantas más personas acepten el dinero y cuanto mas amplia sea la gama
de bienes y servicios que se ofrezcan a cambio, más útil y aceptable
será la moneda. Si un gobierno y sus agencias aceptan este dinero,
aumentará mucho más su valor.
Dado que los usuarios dan valor al dinero se deduce que debería ser
emitido por ellos y que el sistema monetario funcionaria en su nombre.
El gobierno sería un importante usuario pero la moneda no debería
funcionar enteramente en su propio interés a pesar de que,
naturalmente, pretendería actuar en nombre de la sociedad en su conjunto
y, por lo tanto, de los usuarios. La experiencia del pasado con monedas
emitidas por los gobiernos no es alentadora debido a que
crear-dinero-y-gastar ha parecido siempre políticamente preferible a
recaudar-y-gastar y los resultados han sido algunas inflaciones
espectaculares que han socavado la utilidad de alguna moneda. Por lo
tanto, al menos sería necesario que se estableciera una autoridad
monetaria independiente para determinar la cantidad de dinero que un
gobierno debe permitirse crear y pasar a la circulación de mes en mes y,
en ese caso, las atribuciones de la comisión podrían incluir fácilmente
una cláusula en el sentido de que se debería tener en cuenta los
intereses de todos los usuarios al tomar sus decisiones.
Esto plantea otra cuestión de diseño. "la nueva moneda debería circular
por todo el territorio nacional o sería mejor tener un conjunto de
sistemas regionales?" A las diferentes partes de cada país va a irles de
forma muy diferente a medida que disminuya el uso de energía. Algunas
serán capaces de utilizar sus recursos locales de energía para mantener
un nivel de prosperidad, mientras que otras se encontrarán con que
tienen pocas fuentes de energía propia y que el coste de la compra de
energía del exterior los empobrecerá. Si ambos tipos de regiones
utilizan la misma moneda, los más pobres se encontrarán en la
imposibilidad de devaluar para mejorar sus exportaciones y reducir sus
importaciones. Su pobreza persistirá tal como ha ocurrido en Alemania
del Este, donde los problemas creados por la decisión política de
desechar el Ostmark y negar a los alemanes orientales la flexibilidad
que necesitaban para alinear su economía con la occidental han dejado
cicatrices en la actualidad.
Si las monedas regionales hubieran estado en funcionamiento en Gran
Bretaña en los 1980 cuando Londres experimentó el gran auge mientras que
la economía de Norte de Inglaterra sufría viendo que sus minas de
carbón y la mayoría de sus industrias pesadas se cerraban porque eran
poco competitivas, la brecha Norte-Sur que se originó podría haberse
evitado. La libra del norte de Inglaterra se podría haber dejado
devaluar en comparación con la de Londres, salvando a muchas de las
empresas que se vieron obligadas a cerrar. Del mismo modo, si Irlanda
hubiese introducido monedas regionales durante el breve período en que
tuvo la soberanía monetaria, un punt Connacht (antigua moneda irlandesa)
habría creado más oportunidades de negocio en el oeste de Shannon si
hubiera tenido un valor inferior al de su homólogo de Leinster.
Las monedas sin deuda no se deben planear a nivel nacional o, peor aún,
multinacional como el euro. La UE reconoce 271 regiones, cada una con
una población de entre 800.000 y 3 millones en sus 27 Estados miembros.
Si todos ellos tuviesen su propia moneda, la isla de Irlanda tendría
tres y Gran Bretaña 36, cada una de los cuales podría tener un tipo de
cambio flotante con una moneda de referencia común europea y así con
todas las demás. Si se considera deseable que el euro continúe, podría
hacerlo como moneda de referencia para todas las monedas regionales y su
autoridad monetaria independiente podría ser el Banco Central Europeo.
En este caso, el euro dejaría de ser la moneda única para ser
simplemente una moneda compartida.
Las ventajas de las monedas regionales podrían ser enormes:
1. dado que cada moneda seria creada por sus usuarios en lugar de tener
que ser ganada o prestada desde el exterior, debería tener siempre la
liquidez suficiente para que pudiese continuar un alto nivel de comercio
dentro de la región. Esto diluiría los efectos de los problemas
monetarios de otros lugares.
2. El comercio regional se vería favorecido porque el dinero necesario
para ello sería más fácil de obtener. Se desarrollaría una economía
regional fuerte e integrada, construyéndose así la resiliencia de la
región a los shocks externos.
3. A medida que el volumen de comercio regional creciese, el señoreaje
proporcionaría a la autoridad regional de una capacidad de gasto
adicional. Idealmente, esto se utilizaría para proyectos de capital.
4. Los niveles de deuda de la región serían más bajos, lo que supondría
un menor coste de estructura. Gran parte del dinero utilizado se crearía
libre de deudas.
Cabe señalar que algunos autores sobre los sistemas monetarios, Thomas
Greco por ejemplo9, no creen que el dinero sin deuda sea posible. Su
punto de vista es que cualquiera que emita el dinero en cuestión debe
garantizarlo de alguna manera si tiene que tener un valor. La historia
muestra que esto no es correcto. Nadie necesitó estar en deuda o dar
algún tipo de valor garantizado cuando el wampum, cinturón hecho con
conchas blancas y negras utilizado como dinero por varias tribus
indígenas en la Nueva Costa de Inglaterra, en los siglos 17 y 18, entró
en circulación. Fue suficiente que la oferta de cinturones estuviese
limitada por la enorme cantidad de tiempo requerido para recoger las
conchas y ensamblarlas, especialmente porque los agujeros se tenían que
hacer en las conchas con la tecnología de la Edad de Piedra, taladros
con punta de cuarzo. La persona que aceptaba un cinturón wampum en un
trato comercial lo hacía porque él o ella sabían que alguien más podría
aceptarlo también y a cambio ofrecer bienes y servicios. Se podrían dar
muchos otros ejemplos de moneda sin deuda.
Además de las monedas regionales, las monedas creadas por sus usuarios
necesitan establecerse de forma más local para proporcionar una vía para
que la gente intercambie su tiempo, su energía humana, sus habilidades y
otros recursos sin tener que ganar primero su moneda regional. Uno de
los modelos más conocidos y más exitosos es la Hora Ithaca, un sistema
monetario pionero creado por Paul Glover en Ithaca, Nueva York, en 1991,
en respuesta a la recesión del momento. La Hora Ithaca es
principalmente una moneda sin deuda ya que la mayor parte de su papel
moneda en circulación se da o se gana aunque también se realizan algunos
pequeños préstamos comerciales sin intereses. Un comité controla la
cantidad de dinero que va a utilizarse. En la actualidad, los nuevos
participantes pagan $ 10 para unirse y se les da publicidad en un
anuncio que aparece en la directorio del sistema. Se les da, también,
dos billetes de una hora cada uno – cada hora es normalmente aceptada
como equivalente a $ 10 - y se les paga más cuando renuevan su
participación cada año como premio a su continuo apoyo. En la actualidad
el sistema tiene sólo alrededor de 900 miembros y alrededor de 100.000
horas puestas en circulación, muy lejos de los días en que miles de
personas y más de 500 empresas participaban10. Su decadencia se remonta a
2005 cuando Glover se marchó a Filadelfia, un traslado que le costó al
sistema su jornada completa como cooperante.
La hora Ithaca no tiene mecanismos para sacar dinero fuera de uso por
la caída del volumen de negociación, ni puede premiar a sus miembros
más activos para ayudar a reconstruir el sistema. Tendría que seguir
todas transacciones para que eso fuese posible y esto exigiría abandonar
sus billetes de papel i pasar a la electrónica. El resultado sería algo
muy similar al sistema de red de liquidez que Feasta ha desarrollado11.
Muy probablemente van a surgir nuevas variantes de otro tipo de moneda
creada por los usuarios, el Sistema Local de Intercambio y Comercio
(Local Exchange and Trading System) (LETS) iniciado por Michael Linton
en Comox Valley, Columbia británica, en la década de 1990 12. Cientos de
LETS se han iniciado en todo el mundo en tiempos de recesión pero, por
desgracia, la mayoría han desaparecido después de unos dos años desde su
comienzo. La causa se debe a un defecto en su diseño: las monedas se
creaban en el momento en que sus miembros contraían una deuda, pero, a
diferencia del sistema monetario actual, no tenían ningún mecanismo para
controlar la cantidad de deuda asumida por cada miembro ni para
garantizar que esta deuda se reembolsase en el tiempo acordado.
Seguramente, los nuevos sistemas de tipo LETS que emerjan se
registrarán en la web y, por tanto, sea más fácil controlar las
deudas que sus miembros asumen. Como estas deudas serán de muy corto
plazo no deberían ser incompatibles con una reducción de la economía
nacional.
Las monedas complementarias se han utilizado con buenos resultados en
tiempos de crisis económica en el pasado. Algunas funcionaron tan bien
en los EE.UU. en 1930, que el profesor Russell Sprague, de la
Universidad de Harvard aconsejó al presidente Roosevelt clausurarlas
porque el sistema monetario americano se estaba "democratizado
escapándose de su control [del gobierno]". Lo mismo sucedió con las
monedas puestas en circulación por los gobiernos provinciales en
Argentina en 2001, cuando el peso se volvió muy escaso por la gran
cantidad de dinero que estaba saliendo del país. Estas monedas llegaron
a constituir el 20% de la oferta de dinero en su auge y evitaron una
gran cantidad de dificultades, pero fueron retirados a mediados de 2003
por dos razones principales. Una fue la presión del FMI, que consideró
que Argentina sería incapaz de controlar el suministro de dinero y, por
tanto, el tipo de cambio y la tasa de inflación si las provincias
seguían emitiendo sus propias monedas. La otra razón más poderosa fue
que el gobierno federal consideró que las monedas daban a las provincias
demasiada autonomía e incluso podrían dar lugar a la ruptura del país.
3. Nuevas formas de pedir prestado y financiarse
Las monedas regionales antes mencionadas no serán respaldadas por nada
ya que cualquier promesa de pagar algo específico a cambio, implicaría
una deuda. Además, si se hacen promesas, alguien tiene que comprometerse
a velar por su cumplimiento y eso significa que quien lo haga no sólo
tiene que controlar la emisión de moneda, sino que también tiene que
contar con los recursos para respetar la promesa en caso de requerirse.
En otras palabras, el sujeto de la promesa tendría que desempeñar el
papel que los bancos desempeñan actualmente con el dinero basado en
deuda. Tales monedas respaldadas no extenderían, por tanto, el poder
financiero y, en cambio, podrían dar lugar a su concentración.
Aún así, algunos tipos de divisas futuros estarán respaldados por
promesas. Algunas pueden prometer entregar cosas reales, como
kilovatios-hora de electricidad, al igual que la libra esterlina y el
dólar de EE.UU. fueron una vez respaldados por la promesas de la entrega
de oro. Otras pueden ser bonos respaldados por derechos a una
participación de un flujo de rentas en lugar de una participación de
beneficios. Estos dos tipos de dinero se utilizarán para el ahorro en
lugar de la compra y venta. La gente las comprará con su moneda regional
y, o bien las mantendrá hasta su vencimiento si son bonos, o bien las
venderá por dinero regional al tipo de cambio que exista cuando lo
necesite para gastar.
Estas monedas de ahorro podrían funcionar así. Supongamos que una
comunidad quisiese establecer una empresa de suministro de energía (ESE)
para instalar y hacer funcionar una planta de cogeneración para
suministrar agua caliente para la calefacción y electricidad a su área
local. El dinero regional necesario para adquirir el equipo podría ser
adquirido por la venta de "bonos" de energía que prometen pagar al
portador el precio de un número específico de kWh en el día de su
vencimiento. Por ejemplo, alguien podría comprar un bono que vale lo que
valga el precio de 10.000 kWh. en la fecha de vencimiento al cabo de
cinco años. El dinero para redimir estos bonos vendría de los pagos
realizados por las personas que compran la energía de la planta en su
quinto año. La ESE también ofrecería otros bonos con diferentes fechas
de vencimiento y, a medida que fuesen canjeados gradualmente, los que
comprasen electricidad de la ESE serían, de hecho, los propios
propietarios de la ESE.
Estos bonos de energía probablemente se emitirán con nominales elevados
para la venta a los compradores, tanto dentro como fuera de la comunidad
y no circularían como dinero. Sin embargo, una vez que la ESE estuviese
suministrando electricidad, el comité directivo podría convertirlo en
un banco. Podría emitir billetes de, por ejemplo, 50 y 100 kWh, que los
lugareños podrían utilizar para la compra y venta, con la certeza de que
el billete tendría un valor real, ya que siempre podría ser utilizado
para pagar sus facturas de energía. Una vez que sus billetes hubiesen
ganado aceptación, la ESE podría abrir cuentas a las personas para
ofrecer toda la gama de servicios de movimiento de dinero disponibles
para aquellos que utilizan las unidades respaldadas por energía. Sin
embargo, sería poco probable que una ESE hiciese tal cosa si la gente
estuviera satisfecha con el funcionamiento de la moneda regional. Sólo
si la unidad regional fuese perdiendo rápidamente su valor en términos
de energía, sus usuarios migrarían a otra unidad que no la perdiera.
4. Conclusión
Hasta ahora, los bancos comerciales han asignado la oferta de dinero de
la sociedad. Ellos han decidido quién podía pedir prestado, por qué y
en qué cantidad. Ellos han determinado lo que se llevaría a cabo y,
por tanto, la configuración de la economía y la sociedad. En el
futuro, ese papel pasará a los suministradores de energía. Sólo este
grupo tendrá, literalmente, el poder de hacer cualquier cosa. El dinero
tradicionalmente ha servido para comprar energía. Ahora la energía, o
por lo menos un derecho a ella, será en realidad el dinero y las
empresas de energía podrán convertirse en los nuevos bancos en la forma
descrita. Esto hace que sea especialmente importante que las
comunidades desarrollen sus propias fuentes de energía como parte del
proceso de decrecimiento y que, si se desarrollan bancos emisores de
dinero respaldado por energía, sean propiedad de la comunidad.
Como la energía va a ser más escasa, su coste en términos del tiempo que
deberemos trabajar para comprar un kilovatio-hora o su equivalente va
a aumentar. Visto al revés, probablemente la energía es mas barata
hoy que en el futuro y para siempre, en el sentido de tener que
renunciar a algo para obtenerla. Por tanto, debemos asegurarnos de que,
en nuestras comunidades y en otros lugares, los proyectos de uso
intensivo de energía que se requieran para proporcionar los elementos
esenciales de la vida en un mundo con escasez de energía, se lleven a
cabo ahora. Si no lo hacemos ahora, su coste real va a subir y puede que
nunca se lleguen a realizar.
Se necesitan con urgencia ejemplos de monedas regionales ya sea
respaldadas o bien sin respaldar que funcionen. Hasta que no se
encuentre al menos un ejemplo de una moneda no basada en deuda distinta
del oro que funcione bien en algún lugar del mundo, los gobiernos se
aferrarán a la esperanza de que las cada vez mas inestables monedas
basadas en deuda nacionales y multinacionales mantendrán su valor. Sus
esfuerzos para asegurarse que esto ocurra van a arruinar a millones de
vidas, al igual que está ocurriendo en Grecia e Irlanda mientras escribo
el artículo.
Sin alternativas monetarias equitativas, local y regionalmente
controlables que proporcionen flexibilidad la inevitable transición
hacia una economía de menor energía va a ser extraordinariamente
dolorosa para miles de comunidades corrientes y millones de personas
comunes. En efecto, con casi toda seguridad sus transiciones van a
producirse como resultado de un caótico colapso en lugar de un
decrecimiento gestionado y los niveles de consumo de energía que podrán
mantener posteriormente se reducirán considerablemente. Por tanto, sus
producciones se reducirán y puede que lleguen a ser insuficientes para
permitir la supervivencia de todos. Una reconstrucción total de nuestro
sistema de emisión de dinero y de financiación es, por tanto, sine qua
non si queremos escapar de un desastre económico, social y humano.
(tabla 1).
Tabla 1
Los mayores déficits mundiales en la balanza de pagos en el apogeo del boom de 2007.
Es de destacar que todos los países de la eurozona que experimentan una
crisis de la deuda - los "PIIGS" Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y
España - aparecen en esta tabla y que los tres peores déficits cápita
son los de Grecia, España e Irlanda. Los países con un fondo sombreado
tiene su propia moneda y por tanto son más capaces de corregir sus
situaciones.
Fuente: CIA World Factbook, 18 de diciembre de 2008, con los cálculos del autor.
****************
Notas
*Autor para correspondencia. Tel:. +353 98 25313. E-mail:richard@douthwaite.net.
1 http://www.paulchefurka.ca/WEAP/WEAP.html.
2 Zero Carbon Britain (2007) zerocarbonbritain: an alternative energy strategy, Machynlleth: Centre for Alternative Technology.
3 http://aspoireland.files.wordpress.com/2009/12/newsletter100_200904.pdf.
4 Ver David Korowicz, “On the cusp of collapse: complexity, energy and
the globalised economy” en Fleeing Vesuvius: overcoming the risks of
economic and environmental collapse, editado por Richard Douthwaite y
Gillian Fallon, Feasta,Dublin, 2010.
5 Obstfeld, Maurice y Kenneth Rogoff, 2009 ",“Global imbalances and the
financial crisis: products of common causes”, Centre for Economic
Policy Research Discussion.Paper No. 7606. argumentan que cuando el
crecimiento mundial se fortaleció y los precios de los productos básicos
se dispararon, los exportadores generalmente aumentaron su superávit en
cuenta corriente. Esto condujo a mayores s flujos de capital hacia los
países deficitarios que a su vez aumentaron los desequilibrios del
sector financiero. http://www.econ.berkeley.edu/ ~ Obstfeld /
santabarbara.pdf.
6 Véase Cap and Share, una manera justa de reducir las emisiones de
efecto invernadero, Feasta, mayo de 2008. Descargable desde
http://www.capandshare.org/download_files/C&S_Feasta_booklet.pdf.
C&S no se debe confundir con la propuesta estadounidense Cap and
Dividend (Ver http://www.capanddividend.org/) que tiene algunas
similitudes, pero limita sus actividades a nivel nacional. Sin embargo,
Peter Barnes, que lo ideó, también fue el impulsor de la propuesta para
la Fundación Atmósfera Tierra que operaría de manera muy similar a
C&S. Ver Barnes, PR Costanza, P. Hawken, D. Orr, E. Ostrom, A. Umaña
y O. Young. 2008. “Creating an earth atmospheric trust” Science.
319:724.
7 El IEA World Energy Outlook 2008 informó que la disminución de la producción de petróleo en
600 campos petroleros existentes es de un 6,7% anual en comparación con la reducción del 3,7% que se había estimado en 2007.
8 Página, SE, F. Siegert, JO Rieley, V. Boehm Hans-Dieter, A. Jaya y S.
Limin. 2002. "La cantidad de carbono liberado por la turba y los
incendios forestales en Indonesia durante 1997". Nature 420: 61. 65.
9 Greco, T. H. 2001. Money: understanding and creating alternatives to
legal tender. Chelsea Green, White River Junction, VT. 295 pp.
10 Personal communications from Paul Glover and Paul Strebel, August 2010.
11 Sede Graham Barnes, "Redes de liquidez: un sistema de moneda
electrónica libre de deudas para las comunidades” en Fleeing Vesuvius:
overcoming the risks of economic and environmental collapse, editado por
Richard Douthwaite y Gillian Fallon, Feasta, Dublin, 2010.
12 Sede Douthwaite, Richard, The Ecology of Money, Libros Verdes, Totnes, Devon, 1999, pp.39-44.
En mi opinión, el mejor respaldo para una moneda local es el territorio, de tan forma que no se pueda usar fuera del mismo y que tenga una emisión finita de forma que no pueda crecer.
ResponderEliminarHola Camino a Gaia:
ResponderEliminarMe gustan las monedas locales, así no se pueden acumular y se evita la especulación.
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