Julio García Camarero
El
Poder Supranacional, Los Mercados, El Neoliberalismo Global, Las
Corporaciones, El poder Mediático, el Poder Militar, Los Grandes
Grupos de Presión Global, El G-20, El Club Bilderbeg, La Reserva
Federal Americana, La Troica Global (Fondo Monetario Internacional,
Banco Mundial y Organización Mundial del Comercio), La Troica
Europea (FMI, Banco Central Europeo y La Comisión Europea), Los
BRICS, etc., etc. Es decir, El Capitalismo, no se limita a jugar
creando el consumismo en las mentes que previamente ha lavado
a base del mantenimiento de la ignorancia, del El Pensamiento Único,
de los tertulianos, del futbol, etc. No, también juega con los
deseos de las gentes, y lo hace creando seudo-deseos y
seudo-satisfactores que luego les vende. Artefactos como
un Play Station, una entrada de futbol, un decimo de lotería,
una Coca-cola, un vibrador sexual, una joya mejor que la de otros, un
arma de autodefensa etc. Artefactos, que te venden como objetos de
libertad, de liberación. Pero no veo yo que esto tenga mucho que ver
con la libertad. Más bien, desearlos, necesitarlos, comprarlos, es
el resultado de una falta de comunicación humana, de seguridad y
protección, de imaginación, etc. que existe en este sistema. No es
libertad, no es liberación, es una desgracia.
Pero
al capitalismo no le importa que sea una desgracia, el caso es que lo
venden como acto de libertad y de liberación. El caso es que lo
venden. Por que para el capitalismo lo único y exclusivamente
importante es vender. Y no le importa, para nada, la problemática
humana con tal de vender para lograr hacer crecer en PIBoligárquico*.
Le da igual que la venta sea de leche, que vibradores, decimos de
lotería, de metralletas, de drogas asesinas, etc., lo único
exclusivamente importante es vender. Así es, el capitalismo es una
auténtica enfermedad obsesiva centrada totalmente en el nefasto
crecimiento del PIBoligárquico.
Y
lo que el capitalismo siempre te vende son seudo-satisfactores
o seudo-deseos que previamente te impone en mente. Un caso
digno de especial mención es la lotería, que no te vende que vayas
a ser rico, te vende el deseo de ser rico, de ser propietario; algo
indispensable e inherente al capitalismo. Así, por ejemplo Margaret
Hilda Thatcher predicaba el capitalismo popular
de la propiedad individual, con la posesión de tu propia casa, de tu
propio coche, etc. Pero es que el capitalismo no sólo juega con los
solventes que tienen capacidad de caer en el consumismo,
si no que también juega con el deseo de los insolventes, les
convence de que sí pueden llegar a ser solventes y
consumistas, haciéndose solventes artificiales.
Un
caso muy representativo de lo que acabo de señalar es el de los
créditos sub-prime, con los que los bancos trataba de hacer
creer a los insolventes que podían ser solventes
gracias a un préstamo usurero, aunque el banco sabía que era
imposible que lo pudieran pagar. El caso era el beneficio a corto
plazo (a partir de los bienes de cambio), aunque fuera a costa de una
crisis económica mundial. La sorpresa fue cuando estalló la burbuja
y los solventes artificiales se encontraron de golpe con los
desalojos. Y este juego con los deseos de las gentes es el gran éxito
de los partidos PP de Europa, los cuales están basados en este juego
de azar, de engaño que es como una lotería “de lo posible” (es
posible que te toque…), pero que condena a muchos a una vida
azarosa, la del paro, la de la precariedad, la de los desahucios y de
la más bestial explotación humana, cuya única finalidad es la de
conseguir el crecimiento del PIBoligárquico.
Todo
esto resulta ser un gran escollo para el avance del movimiento del
decrecimiento, pues las gentes quieren alimentarse de deseos
coloreados, más que de realidades. Y terminan comprando e impulsadas
por seudo-deseos. Este es el motivo de que a la gente le haga
mucha ilusión llegar a ser como un Bárcenas, como una Pantoja, como
un Mario Conde, etc. Por eso vota, como vota, en su ignorancia plena,
al PP.
Y
por eso, lo más urgente que tiene que hacer el movimiento del
decrecimiento es denunciar la imposición de los seudo-deseos,
denunciar las seudo-necesidades que nos meten en la mente, que
nos imponen a través del poder mediático. Y no sólo denunciar,
sino también hacer ver que la felicidad no se encuentra en
todos estos seudo-deseos o seudo-satisfactores, y que
sólo conseguiremos alcanzar la felicidad si logramos
librarnos de estos engaños que nos venden como felicidad. ¡No
debemos conformarnos con que nos engañen!
Y
una vez más debemos recordar el gran escollo que tiene que superar
el movimiento
del decrecimiento,
que también nos lo describe Mark Twain: “El problema es que es mas
fácil engañar a las personas que hacerles ver que han sido
engañadas”
* Pero es que dada la escasez
de recursos planetarios que ya quedan y dado que el capitalismo está
basado en la desigualdad social y en la explotación del hombre por
el hombre, el PIB
(Producto
Interior Bruto) solo puede ser oligárquico, es decir solo puede ser
PIBoligárquico.
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