El trabajo es la principal actividad humana, y no tendría porqué ser una actividad penosa. Todo el mundo debería trabajar.
El contenido del nuevo modelo se desarrollaría a través de la descentralización productiva y el incremento de la autosuficiencia local. El trabajo debe ser democratizado, arbitrando mecanismos de control y participación por parte de los trabajadores, y eliminando jerarquías y privilegios, repartiéndolo igualitariamente entre hombre y mujeres.
Se requeriría una fuerza de trabajo polivalente y politécnica alejada de la especialización sectorial.
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