Aunque cada sociedad organiza las familias de manera diferente, en todas ellas se establecen vínculos afectivos muy fuertes entre sus miembros.
Existen tres grandes necesidades primarias, no aprendidas:
- Necesidad de establecer vínculos afectivos percibidos como incondicionales y duraderos: apego.
- Necesidad de disponer de una red de relaciones sociales: amigos conocidos, y pertenencia a una comunidad.
- Necesidad de contacto físico placentero: actividad sexual asociada a deseo, atracción o enamoramiento.
Estas tres necesidades, favorecen la supervivencia del individuo y de la especie, ya que el apego contribuye a asegurarle los “cuidados maternales” que requiere; la red de relaciones asegura la pertenencia al grupo y por consiguiente, la defensa y alimentación, y por último la necesidad de actividad sexual conlleva la reproducción.
Si el individuo concreto no satisface adecuadamente estas necesidades, aparte de otras consecuencias, sentirá soledad emocional, soledad social y frustración sexual. Es decir la naturaleza tiene previstos sentimientos de bienestar y gozo, si tales necesidades se satisfacen, y sufrimiento de uno u otro tipo en caso inverso.
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