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Transporte y decrecimiento


Tratar el tema de la Automoción desde un punto de vista decrecentista y referido a los hábitos de consumo  requiere cuestionar previamente el desarrollo económico como está entendido en la actualidad y por tanto el mito por el cual se afirma que las infraestructuras de transporte son estratégicas para dicho desarrollo.

Lo que llamamos transporte, esto es, el movimiento horizontal masivo de personas y mercancías, es en su esencia una anomalía en el orden natural, que la Naturaleza no resiste. Aceptar esta realidad es imprescindible para entender las conflictivas relaciones que aparecen en todas partes entre medio ambiente y transporte. En realidad, a partir de un cierto punto, lo que se presenta es una elección: o medio ambiente, o transporte. La conciliación no es posible. No existe el transporte mecanizado masivo respetuoso con el entorno, ni la movilidad sostenible, si se está aludiendo a la movilidad motorizada masiva. Esas nociones son simples construcciones publicitarias, imprescindibles para tranquilizar a la población frente al crecimiento indefinido del transporte, y a sus visibles consecuencias. (“La enfermedad del transporte”, Antonio Stevan).

El proceso de internacionalización y globalización de la economía provoca el tráfico de mercancías y personas de una parte a otra de la Tierra…Este desarrollo exige la utilización de enormes cantidades de materiales y combustibles que no son renovables. Las infraestructuras del transporte consumen gran cantidad de espacio e inducen al crecimiento y la dispersión de la ciudad, disminuyendo el suelo fértil disponible, afectando a los cursos de agua, creando barreras en el territorio, empobreciendo con ello el medio natural y acentuando la pérdida de diversidad…La movilidad se entiende como un símbolo de libertad que es proporcionada por el automóvil. La velocidad se ha convertido en un valor en sí mismo y las autopistas y el AVE símbolos de bienestar y progreso. Aumentan los usuarios cautivos del coche y aumenta la exclusión de los que no lo utilizan. (Miguel Angel Llana).

André Gorz indicaba en su ensayo  “La ideología social del automóvil” (1973), que: “La alternativa al automóvil debe ser global. Para que la gente pueda renunciar a sus automóviles no basta con ofrecerles medios de transporte colectivo más cómodos. Es necesario que la gente pueda prescindir del trasporte al sentirse como en casa en sus barrios, dentro de su comunidad, dentro de su ciudad a escala humana, y al disfrutar yendo a pie, o en bicicleta, de su trabajo a su domicilio”.

Por su parte Iñaki Bárcena, Profesor e investigador en la Universidad del País Vasco, afirma que el pico del petróleo, gas natural y uranio marca un principio y un final para el abusivo uso de recursos energéticos, de los cuales el transporte motorizado se lleva la parte del león.




Según dicho autor el trasporte mundial consume anualmente cerca de 2.000 millones de TeP( toneladas equivalentes de petróleo), lo que supone un 26 por ciento de la demanda total de energía de la humanidad. En 2004 se estimó que el trasporte motorizado produjo cerca de 5000 millones de toneladas equivalentes de CO2 lo que supone el 21 por ciento del total de gases de efecto invernadero emitidos.

Datos también de 2004, de la Red de Acción del Clima, señalan que del total de las emisiones derivadas del transporte motorizado, el 79,5  por ciento correspondía al transporte por carretera, el 13 por ciento al aéreo, el 7 por ciento al marítimo y tan sólo el 0,5 por ciento al ferroviario.

Sin olvidar que diariamente 3000 personas mueren en accidentes motorizados, el 90%  en países empobrecidos (OMS).

La construcción de nuevas infraestructuras genera más consumo de recursos (cemento, petróleo, agua) y a mas larga distancia… por ello sería necesario plantear una moratoria para vías de gran capacidad y alta  velocidad (autopistas y autovías), ya que favorecen el uso del coche y generan más tráfico y mayor ocupación del territorio, la expansión urbana y el mercado global. Para trenes de alta velocidad, porque tienen un alto impacto ambiental, crean desequilibrios territoriales, favorecen la larga distancia sobre la cercanía, asumen precios elitistas, tienen escasa utilidad social y no reducen el tráfico de la carretera o el avión sino que crean nuevas necesidades. Para aeropuertos, ya que su proliferación aumenta el tráfico aéreo, cuyas emisiones tienen gran  impacto atmosférico. Los desplazamientos en avión tendrían que limitarse a largas distancias (más de 500 Km.) y a lugares inaccesibles por medios terrestres…La moratoria debería afectar a la ampliación de grandes puertos que favorecen el mercado global frente al local…. En las ciudades, la moratoria debería aplicarse a túneles, aparcamientos y nuevas vías de circulación. (Ecologistas en Acción).

Alta velocidad: “Si quieres llegar antes madruga” (Activismo ecologista vasco)

Se trata de potenciar nuevos valores como la cercanía y la parsimonia para calmar el tráfico, de convertir la industria automovilística y la de los combustibles fósiles para avanzar hacia medios de transporte colectivos basados en la energía solar y de defender la justicia social impidiendo que la movilidad siga creando marginación y graves desequilibrios entre las clases sociales. (Iñaki Barcena).

    “A causa de la multiplicación de los transportes por carretera, por barco y por avión, la deslocalización económica provoca un gran despilfarro de energía y una gran producción de gases de efecto invernadero. La fabricación de unos vaqueros requiere, en total, un periplo de 30.000 Km. para reunir materiales y componentes; la de un yogur de fruta, 10.000 Km.” (Edgar Morin- La Vía).

El transporte es el sector que más energía consume en España, alcanzando un 40% del total nacional. Por su parte, el vehículo turismo representa aproximadamente el 15% de dicho total. Las emisiones de C02 derivadas del uso de vehículos de transporte por carretera se estima que suponen un 48 por ciento del total de emisiones causadas por el consumo de energía.

El transporte es responsable en España, de más del 20% de las emisiones totales de GEI (Gases de Efecto Invernadero), y de este, el 80% corresponde al uso del transporte privado, es decir, unas 75 millones de toneladas de CO2e.

España es el país de la UE que más utiliza el vehículo privado en trayectos menores de 3 Km.

El avión es el medio de transporte que arroja una mayor tasa de emisión de CO2 por Km. y pasajero, pudiendo llegar a ser esta hasta 10 veces superior a la del tren o autobús. Un viaje Madrid-Londres de ida y vuelta en avión genera una cantidad de 811 Kg. de CO2e.


¿Qué podemos hacer?

En la etapa de cambio de civilización en que nos encontramos, la transición es obligada y hay que ser permisivos con nuestras incoherencias y contradicciones. Habrá que ir clarificando el camino y contagiándonos unos a otros de nuestros progresos a nivel individual y social.

  1. Uso del transporte público (trenes tradicionales, metro...).
  2. Hacer todo lo posible para que los viajes en avión sean una excepción.
  3. Oponernos radicalmente al AVE.
  4. Caminar y extender el uso de la bicicleta : carriles, aparcamientos, reparaciones (Acciones pro Bici).
  5. Oponernos a los transportes privados de lujo, jets privados, cruceros, petroleros y a los deportes de élite y su despilfarro energético y contaminante. (Automovilismo-Fórmula 1, Paris-Dakar, moto GP etc.).
  6. Cambiar el concepto de Turismo radicalmente.
  7. Evitar las grandes superficies y promover la compra de productos locales. Trabajar cerca de donde vivimos.
  8. Oposición a la industria automovilística en su totalidad e industrias satélites.
  9. Antimilitarismo
  10. Si no hay más remedio que tener un vehículo: Compartir la gasolina y trayectos con otras personas. Evitar trayectos largos y de una sólo persona. Mínimo consumo y mínimas emisiones. Consume poco agua en el lavado (¿50 litros?) . No sirve de nada doblar la eficiencia energética de los motores de los automóviles si doblamos el kilometraje: el consumo de carburante no habrá disminuido (Joaquim Sempere, fiolósofo, sociólogo y editor del libro “El final de la era del petróleo barato”).
  11. Promover la vela.
  12. Crecer en el concepto de Despacio, disminuir en la Velocidad.



Hay que tener en cuenta que el coche ecológico no existe y no solo por su consumo energético o sus emisiones contaminantes. Todos los accesorios son perjudiciales para el planeta…usamos artefactos cuyas materias primas vienen de África, se elaboran en industrias asiáticas y se ensamblan en Centroamérica para su envío a su destino final en Europa.

De cara al Proyecto de Cooperativa en San José:

  • El Bus del Parque: proyecto de un minibús con recorridos intrapueblos. Precios populares (para socios; con buena musiquita). Para excursiones comunales, visitas a ecoxarxas, viajes a Almería.

  • Puntos de salida señalizados para viajes compartidos. (Pizarras informativas de madera en plazas públicas. Información de viajes a través de correos electrónicos).

  • En el centro social de la cooperativa “Pez Verde” disponer de amarres para bicis y de un pequeño taller de reparación. Luchar por una red de carriles bici que conecte diferentes pueblos del Parque.
  • Jose


Bibliografía:


La ideología social del automóvil, por André Gorz

Iñaki Bárcena:
Decrecimientos. Sobre lo que hay que cambiar en la vida cotidiana. Decrecimiento y transporte. De los mitos del transporte a la utopía ecologista.

Ecologistas en Acción:
Infraestructuras de transporte y crisis. Mitos y realidades.

Ecologistas en Acción:
Los medios de transporte en la ciudad. Un análisis comparativo

Ecologistas en Acción
Ideas y buenas prácticas para la movilidad sostenible.

Ecologistas en Acción
Los problemas del coche en la ciudad

3 comentarios:

  1. muy buen articulo, estaba buscando todo sobre crecimiento ya que estoy haciendo una tesis :D

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  2. Ciertamente hemos avanzado hacia un modelo de movilización bastante complejo. Ello ha derivado, como se detalla aquí, en una circulación masiva y unas repercusiones negativas en contaminación y salud ambiental. Claramente el coche privado, el más usado, es a su vez el mayor contaminante. Hay que fomentar nuevos hábitos para frenar el uso masivo de medios privados y transmitirlo a las siguientes generaciones. Una de las soluciones que parece funcionar bien para ir modificando costumbres es compartir coche (véanse otros países; webs: BlablaCar.es, etc), se reduce el número de vehículos circulando, las emisiones de CO2 y los problemas de aparcamiento. Creo que es una opción de transición muy a mano, junto con la apuesta por el tren, la bicicleta o disfrutar de los paseos. La iniciativa individual impulsada por el reconocimiento popular es algo esencial para fortalecer la confianza en esta sociedad tan dada a marcar patrones de comportamiento a seguir, tratando de anular las maneras diferentes de pensar. Hemos ido lejos y costará pero no es algo utópico y se puede corregir.

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  3. Hola:

    El problema, a mi modo de ver, no está en el medio sino en el motivo. No en el medio de transporte sino en las carencias que lo mueven.El nomadismo es congénito hasta en las pulgas. Todo ser vivo, con capacidadde desplazarse, salta para buscar unas condiciones menos adversas de subsistencia.

    Si esto es así (y aquí excluyo a "los otros", a los no privilegiados quienes sí son impulsados por sus genes a saltar "Vallas de la Muerte"), resulta paradójico que nosotros, los afortunados ciudadanos con las mejores condiciones de vida del mejor de los mundos tengamos que huir en un neonomadismo tan desesperado como aquellos de las Vallas cada vez más altaso los que reciben el empujón y saltan al mar de los ahogados.

    ¿Qué le falta a nuestro lugar habitual de vida? ¿Qué nos falta para sercapaces de disfrutarlo? ¿Qué sueño prometido tenemos que consumir para ser felices? ¿Qué mundo nos hemos creado los ricos para tener que salir despavoridos en cuanto nos dan un día de ocio? ¿Qué infierno para tener que comprar paraísos inventados?

    No es el coche, no es el medio de transporte el que contamina, son nuestraspropias carencias, carencias que no colma el dinero, el poder ni el éxito.

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