Yves-Marie Abraham
1. Una palabra defensiva que está en contra de lo obvio que queremos pulverizar: la necesidad de crecimiento económico continuo.
2. Una palabra iconoclasta cuya adopción requiere la descolonización de nuestra cultura basada en crecimiento.
3. Una palabra que no puede ser reciclada por aquellos que buscan prolongar el modelo de sociedad que ya no queremos (contrariamente a "desarrollo sostenible").
4. Una palabra dura que ataca la raíz de la mayoría de nuestros problemas; la búsqueda del crecimiento continuo.
5. Una palabra que desafía nuestro mundo productivo-consumista de modo inequívoco, pero abre espacio para una discusión sobre como construir el nuevo mundo que buscamos.
6. Una "palabra sucia" que molesta, que genera una reacción y que da inicio a un debate sobre el dogma del crecimiento, la preocupación principal de quienes se oponen al crecimiento.
7. Una palabra sobre la cual no se puede y no se debe llegar a un consenso en un mundo que sigue siendo fundamentalmente basado en crecimiento.
8. Una palabra que es más fácil de pronunciar que "a-crecimiento" que es posiblemente más apropiada semánticamente.
9. Una palabra simple, con valor como lema, como consigna y como llamada a la unión – más que como concepto o programa – para todos aquellos quienes se rehúsan a aceptar nuestro modelo actual de sociedad productiva-consumista.
Pequeño vade mecum para quien se opone al crecimiento
Decrecimiento está bien, pero me gusta rizoma (raíz) me gusta crecer hacia adentro.
ResponderEliminar;-)
Es interesante el concepto filosófico de rizoma que expresaron Guattari y Deleuze.
ResponderEliminarLo encontramos en un artículo de este blog ya hace algun tiempo:
http://www.decrecimiento.info/2009/04/estado-asistencial.html
Un rizoma ni comienza ni termina, es una alianza indefinida consigo mismo...
Lo importante es que vayamos asumiendo el concepto en nuestras vidas cotidianas y predicando con el ejemplo, se irá extendiendo el crecimiento personal y el decreciemiento económico.
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