Sergio Reyes - A escala humana
Si observamos estadísticas de crecimiento económico
de los países con mayores niveles de PIB per cápita, desde la era dorada
(los 60’s) hasta nuestros días, es evidente la disminución progresiva
de las tasas de crecimiento económico en distintos países, (como se ve
en el gráfico de las tasas de crecimiento en Estados Unidos), a pesar de
los discursos pro-crecimiento de los gobernantes para solucionar
problemas, desde la inequidad hasta el desarrollo sostenible en todas
estas épocas.
Por otro lado, desde la crítica al crecimiento
económico (como lo hemos hecho aquí desde el principio) por parte de la
economía ecológica y otras disciplinas afines (como la ecología
política) han surgido opciones al crecimiento económico como el
decrecimiento o acrecimiento del cual hablaremos hoy.
Como demuestra el gráfico las emisiones de dióxido de carbono -sólo por dar un ejemplo- en el cual vemos claramente
la pendiente positiva de la gráfica, la gran mayoría de las regiones
mostradas son todo lo contrario al crecimiento económico de los Estados
Unidos, o sea, a medida de que las tasas de crecimiento económico van
disminuyendo, las emisiones de CO2 van aumentando y deteriorando el
planeta -no dije algo nuevo, pero había que mostrarlo- por lo cual hoy
hablaremos de un paradigma alternativo al crecimiento económico como
forma de atenuar estos efectos contrarios.
En primer lugar, el decrecimiento se puede definir de
la siguiente manera: “en términos generales, el decrecimiento
sostenible es una reducción de escala de producción y consumo que
aumenta el bienestar humano y mejora las condiciones ecológicas y la
equidad en el planeta” (Tokic, 2012), este aumento del bienestar viene
dado por dos razones principales, las cuales están definidas en términos
de la felicidad -esta vez asumimos que felicidad = bienestar =
satisfacción de las necesidades humanas fundamentales- “i) en la
felicidad a largo plazo no aumenta con el ingreso nacional, ii) en las
comparaciones internacionales, y para los países que se han satisfecho
las necesidades básicas, el nivel de felicidad no varía mucho con el
ingreso nacional” (Kallis, Kerschner, & Martinez-Alier, 2012), por
estas razones y teniendo en cuenta los límites de recursos y la búsqueda
de la sostenibilidad y la satisfacción de las necesidades humanas
fundamentales, habría que disociar el crecimiento del producto y el
bienestar de forma aún más pronunciada. Por consiguiente diremos que el
Decrecimiento se basa en 4 razones fundamentales:
- La Economía mundial está -hace ya largo rato- en un exceso ecológico, donde explotamos más allá de la tasa de renovación natural de los recursos con los que contamos
- A raíz de lo anterior, es necesario reducir el tamaño de la economía a niveles tolerables por el planeta (de aquí el nombre de decrecimiento)
- Después de ese ajuste al límite ecológico, el crecimiento de la economía debe ser cero o igual a la tasa de renovación del planeta.
- Políticas conducentes a una mejor calidad de vida, enfocándose en la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales.
Estas cuatro razones están fundamentadas básicamente
porque como ya lo hemos dicho, el funcionamiento productivo necesita de
energía y materiales provenientes de la naturaleza, y este consumo de
energía es responsable en gran medida del cambio climático, dada que la
capacidad de absorción y renovación de la naturaleza ha sido dañada por
el ser humano y la amenaza de desastres naturales aumenta
considerablemente, a medida que vamos agotando aún más la capacidad de
la biosfera en renovarse continuamente. Por eso la reducción gradual de
la actividad económica reduce el consumo de energía total y por lo tanto
el riesgo de desastres. Visto desde otra óptica, cambiar el foco desde
el crecimiento económico hacia posiciones donde nuestra preocupación no
sea crecer -ya que nos mantendremos en un nivel donde podamos cumplir
con nuestros deseos sin dañar nuestros ecosistemas nos permitirá
enfocarnos en nuestro desarrollo como lo hemos planteado aquí.
En el contexto económico donde las deudas son la base
del funcionamiento las economías, donde cada vez necesitamos producir y
vender más para saldar nuestras deudas -a causa de que las tasas de
interés son calculadas de forma exponencial- llevar esta tasa de interés
a niveles cercanos a cero, donde tengamos que producir un mismo nivel
siempre para pagar nuestra deuda y así cumplir una de las condiciones
del decrecimiento, que es mantener niveles productivos constantes se ve
muy difícil, pero he ahí la clave, necesitamos del cambio de la visión
de nuestro mundo. Uno de esas visiones es que necesitamos de un
crecimiento negativo del producto interno burto (PIB) de más o menos un
3,2% (Tokic, 2012) en un muy largo plazo para después, cuando nos
encontremos debajo de la capacidad de carga (la capacidad regenerativa
natural de los recursos) mantenernos en un nivel de producción constante
-no creciente-, eso sí, con ese nivel de producción deberíamos ser
capaces de satisfacer nuestras necesidades lo que implica necesariamente
un cambio en los patrones de demasiadas variables socioeconómicas, como
pueden ser el consumo hasta cuestiones demográficas como la natalidad
de forma permanente.
Graficamente -los economistas amamos los gráficos- lo podemos mostrar tal como se ve en la imagen (en el eje X el Tiempo, en el eje Y el Tamaño de la Economía) la línea punteada es la capacidad de carga del planeta (definida como el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente en un periodo determinado, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente), tres zonas delimitadas, la zona del crecimiento (donde nos encontramos hoy), la zona del Decrecimiento (hacia dónde el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente en un periodo determinado, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente debemos avanzar) y la Zona SSE (steady state economy, en español, economía de estado estacionario, que corresponde a la zona donde la producción se mantiene constante en el tiempo). La línea continua representa el camino a seguir por la economía según la postura del Decrecimiento.
Graficamente -los economistas amamos los gráficos- lo podemos mostrar tal como se ve en la imagen (en el eje X el Tiempo, en el eje Y el Tamaño de la Economía) la línea punteada es la capacidad de carga del planeta (definida como el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente en un periodo determinado, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente), tres zonas delimitadas, la zona del crecimiento (donde nos encontramos hoy), la zona del Decrecimiento (hacia dónde el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente en un periodo determinado, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente debemos avanzar) y la Zona SSE (steady state economy, en español, economía de estado estacionario, que corresponde a la zona donde la producción se mantiene constante en el tiempo). La línea continua representa el camino a seguir por la economía según la postura del Decrecimiento.
Para terminar, el decrecimiento nos muestra una
opción para el futuro que debemos contemplar antes de que la misma
naturaleza nos obligue a decrecer de forma repentina y drástica a causa
de fenómenos naturales que no seamos capaces de predecir ni controlar y
que termine en catástrofe en cualquiera -o todas- las variables sociales
que atañen a la sociedad capitalista actual. Los proponentes del
decrecimiento (como Joan Martinez Allier o Giorgios Kallis) invitan a la
sociedad a discutir estos temas y añadirlos a las políticas públicas,
nosotros tomamos su invitación y le agregamos que cualquiera sea la
opción de (de)crecimiento que elijamos debemos tener en cuenta de que
las dimensiones materiales y ecológicas no son suficientes para un
análisis completo y complejo de la realidad, sino que debemos de colocar
al ser humano en todas sus dimensiones como el objetivo principal y de
ahí partir con las propuestas, esto tomará tiempo claro está, debemos de
educar y cambiar mentalidades que llevan más de un siglo pensando que
producir, producir y producir es el único camino a seguir cuando
alcanzar la plenitud debe ser nuestro objetivo a seguir.
Referencias
Schneider F., Kallis G., Martinez-Alier J., (2010) Crisis or opportunity? Economic degrowth for social equity and ecological sustainability. Ecological Economics 18(6) pp: 511-518
Tokic D., (2010) The economic and financial dimensions of degrowth. Ecological Economics 84 pp: 49-56
Kallis G., Kerschner C .,Martinez-Alier J., (2012) The economics of degrowth. Ecological Economics 84 pp: 172-180
Personalmente pienso que el artículo describe muy bien hacia donde deberíamos ir y comenzar a olvidar el capitalismo. Aún con todo, ya hay un gran mal hecho, sobre todo en lo referente al ecosistema y la capacidad de obtener los recursos imprescindibles en ausencia de energía fácil. Dolor en esta transición habrá mucho lamentablemente, lo interesante ahora es hasta que punto lo podremos minimizar. Al final, la ciudadanía somos los que vamos a tener que tomar la iniciativa y estoy seguro que saldrá algo interesante de ahí.
ResponderEliminarPor cierto, quizá encaja con lo que aquí se plantea, pero el vídeo "una granja para el futuro" es muy inspirador. Me encantaría conocer más sobre este tema y ponerlo en práctica sobretodo con ayuda de la experiencia de mi estimado padre.