En los últimos 12.000 años, las sociedades humanas parecen haberse desarrollado hacia una mayor complejidad.
Entenderíamos la complejidad "como un mayor tamaño, número y clases distintas de las partes que componen una sociedad, la variedad de roles especializados que incorpora, el número de las distintas personalidades presentes y la variedad de los mecanismos para organizar todo ello en un todo coherente y funcional. Al aumentar cualquiera de estas dimensiones, aumenta la complejidad de la sociedad."
Se supone que lo complejo es algo deseable y el resultado lógico de un exceso de alimentos, tiempo libre y creatividad humana, pero en realidad las sociedades complejas son más costosas de mantener que las sociedades sencillas. La historia de la complejidad cultural es la historia de la resolución de los problemas humanos. En tiempos previos al subsidio de los combustibles fósiles, el aumento de la complejidad de una sociedad significaba que la mayoría de la población tenía que trabajar más.
A lo largo de la historia, las tensiones y los retos a los que se han enfrentado las poblaciones humanas, se han resuelto frecuentemente haciéndose más complejas. La sociedad crece en complejidad y con ella la producción de recursos, la tecnología, la organización política, la investigación, la administración, la defensa...Dado que las soluciones más sencillas ya están agotadas, la resolución de problemas se vuelve inexorablemente hacia una mayor complejidad, mayores costes y beneficios decrecientes.
Vivimos en una sociedad que para resolver los problemas desarrolla soluciones complejas, pero la energía siempre ha sido la base de la complejidad cultural, luego la disponibilidad de energía es un factor limitante del nivel de complejidad.
Para saber más: Complejidad, resolución de problemas y sociedades sostenibles. Joseph A. Tainter. 1996. Prólogo y traduccción de Pedro Pérez Prieto.
La historia de la complejidad es la historia de una carrera sin fin similar a la armamentística. Por cada nueva arma, se crea un nuevo escudo que la neutraliza y así sucesivamente. En esa carrera en la que creamos nueva complejidad para poder digerir la complejidad previa, estamos creando instrumentos cada vez mas potentes, mientras nuestra capacidad mental y ética para controlarlos apenas se desarrolla. Si algo profundo no cambia en este esquema, todo esto nos puede llevar a la autodestrucción. ¿Los drones de ahora, no os recuerdan al skynet de Terminator?
ResponderEliminarTal como dice Ignacio Aizpún en su artículo "¿Comprendemos la complejidad?" en ViveLibre
http://vivelibre.es/comprendemos-la-complejidad/
se avecina una importante disrupción. Y nadie dijo que esa disrupción fuera a ser agradable...