“La segunda ley de la termodinámica, la Ley de la Entropía, plantea que la materia y la energía sólo pueden cambiar en un sentido, esto es, de utilizable a inutilizable, de disponible a no disponible, de ordenado a desordenado. Los seres vivos parece que son capaces de moverse en dirección contraria al proceso entrópico, pero esto es así temporalmente, porque pueden absorber energía libre del entorno, incrementado su complejidad y organización. El ser humano al ser una especie con un gran desarrollo evolutivo y elevado peso necesita un gran flujo de energía para su existencia.
Además por su capacidad de raciocinio ha podido desarrollar instrumentos para poder captar o utilizar en su provecho una mayor cantidad de energía que la que le llegaba directamente del sol o la que podía consumir a través de los alimentos, donde se encuentra energía solar fijada mediante el proceso de fotosíntesis.
De esta forma el ser humano despliega, en un primer momento, la capacidad de utilizar la energía contenida en la madera que se libera a través de su combustión, así como aprende a utilizar la energía del viento y el agua. Con el advenimiento de la revolución industrial, se produce un salto cualitativo, se recurre a la utilización de los combustibles fósiles como forma de incrementar la capacidad de trabajo humano.
Sin embargo la Entropía es incompatible con el crecimiento cuantitativo indefinido, que está basado en el consumo creciente de fuentes energética de carácter finito, y por consiguiente con el concepto de ‘progreso’ sin límite.
Cada disminución localizada de la entropía, por la acción del ser humano o de una máquina, va acompañada de un aumento aún mayor de la entropía del entorno; tal acción sólo se puede llevar a cabo a través de la utilización de energía concentrada –ordenada, disponible o utilizable- que después de su aplicación o transformación pasa a un estado disperso, no disponible o desordenado.”
Ramón Fernández Durán. La explosión del desorden.
“No nos envanezcamos demasiado de nuestra victoria sobre la naturaleza, porque ésta se venga de cada una de nuestras victorias...”
Friedrich Engels. Dialéctica de la Naturaleza
Como ejemplo sirva lo que se ha dado en llamar la ‘conexión hamburguesa’, donde la carne bovina que se consume por los seres humanos es la causante de la deforestación de la Amazonia, pues en esta se talan los árboles de grandes superficies para introducir ganado vacuno y extraer su carne.
Hola!
ResponderEliminarGracias por la visita y el comentario en mi blog, puedes volver cuando gustes por allá.
Saludos
buena definicion sobre la entropia en el ser humano
ResponderEliminaral parecer por lo que pude entender es que laconsecuancia de consumnienrgia en el homrbe produce enrgia no es asi ?
si no es asi por favor corrigame con otro comentario garcias
la entropia lentamente puede ser derrotada, con estudio e investigación.-estamos hechos de atomos casi eternos y vivimos solo unos pocos años.-Fallan los sistemas de armado y esto es lo que hay que perfeccionar.-buen post.salufdos.-conocer cosmoglobal
ResponderEliminarPues tarea superdificil es. Tiene usted alguna teoría? Un saludo
EliminarFelicito no sólo el articulo post, sino, en especial, la preocupación por concientizar la convulsa ignorancia, ante la 2da, Ley Termodinámica. Innumerables blog, que he consultado, se ocupan del "tema" no así lo hacen a vox populi los Poderes democráticos y no tanto. "NACER-VIVIR-MORIR PERO SABER PORQUÉ HEMOS NACIDO Y PARA QUÉ? TRISTE ANTIGUO SER, COMO UNA RAMA SIN PÁJAROS" gracias. diguardo bravo.-
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog, que sigo hace tiempo. Este post sobre el segundo principio de la termodinámica y sus consecuencias para nosotros es particularmente acertado. Les dejo un enlace por si alguien quiere ampliar sobre este principio y sus demoledoras consecuencias para una civilizacion basads en el crecimiento como es la nuestra. http://megapraxis.blogspot.com.es/2011/07/entropia-social-1.html?m=0. Gracias
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPor más complejos, trascendentes que seamos (en términos de incidencialidad en la naturaleza), por nuestra funcionalidad estamos a la merced de la tendencia en la naturaleza a cambiar y causar-efectuar, y a la entropía consigo. Así que, si no entendemos bien nuestras necesidades y consistencia, moriremos fácilmente. Por capricho natural, no queremos eso. Pero tampoco queremos cambiar. Eso me recuerda a "las barreras de potencial de energía" en todas las cosas: superar a las fuerzas que sujetan a algo para desintegrar su sistema, y sujetarlo a otro orden. Está en nuestro albedrío hacer algo, o así dejarlo.
ResponderEliminartiene razon
ResponderEliminarEntonces si tenemos un alto grado de organización como nos afecta la entropía?
ResponderEliminarUna pregunta como alcanza el ser humano la maxima entropía y entalpia
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