Julio García Camarero
Está claro que el crecimiento económico, en el que el capitalismo nos tiene metidos, a todos los habitantes del planeta, (para bien en muy pocos casos y para mal en casi todos los casos) produce deterioro social y ecológico, mata y promete con acabar en un apocalíptico final.
Podemos poner inacabables ejemplos de ello:
En cuanto al impacto y deterioro social:
-En primer lugar, este despilfarro idiota y asesino de los países ricos, se obtiene en su mayor parte del expolio de de los recursos naturales del sur y de la ultra-explotación de los recursos humanos del Sur.
-Simultáneamente, también se esta aumentando cada vez más la explotación de los trabajadores del Norte (recortes salariales, de derechos sindicales, recortes de gastos en la seguridad social a la vez que se aumenta la “seguridad” callejera, aumento de la precariedad y de la jornada laboral, aumento de la edad de jubilación, aparición del despido gratuito, etc.).
-Imposición del aumento de la productividad como única forma de mantener el puesto de trabajo. Amenazas, por todas partes, para que con el miedo se pueda manipular mejor al personal.
-Someter al individuo a la condición de consumista (ello es indispensable para salvar al sistema capitalista), es decir convertirlo en un ser que destina un alto porcentaje de de sus gastos a seudo-necesidades (objetos que no sólo no son necesarios, sino que generalmente son perjudiciales para la salud corporal o mental y de forma directa o indirecta).
-Además, al “consumista” así conformado, por el marketing y por el poder mediático y económico, le han hecho creer que la felicidad consiste, precisamente, en este “mono” consumista, el cual solo nos conduce a la eterna insatisfacción e infelicidad.
En cuanto a impacto y deterioro ecológico, podemos mencionar:
-Agotamiento de los recursos del planeta (solo en los 30 últimos años hemos terminado con el 33% de los recursos totales del planeta).
-En EEUU, (en el país modélico del “sueño americano”) el impacto y deterioro ecológico es muchísimo más grave que en el resto de los países, por ejemplo: pese al tener solo el 5% de la población mundial, está consumiendo el 30% de los recursos que se consumen en el planeta y creando el 30% de los residuos mundiales. Si todos los habitantes de la tierra consumiéramos como los gringos necesitaríamos los recursos naturales de 3 a 5 planetas (esto es lo que se denomina “huella ecológica” o “huella humana”) y solo tenemos un planeta. Pero una amenaza productivista-consumista aún muchísimo mayor que EEUU, en tan solo un par de lustros, nos vendrá de la China; con su constante crecimiento anual de dos dígitos, y su campeona explotación mundial del hombre por el hombre.
- A nivel planetario ya hemos consumido un billón de barriles de petróleo de los 2 ó 3 billones que se calcula existían en toda la corteza terrestre.
EEUU y la EU se consume sobre unas 20 veces más energía en la obtención de alimentos, que la que en realidad aportan estos alimentos. Esta baja eficiencia les interesa a los suministradores de insumos pues con ella aumentan su ganancia independientemente de que estén ocasionando una crisis alimentaría plagada de hambruna. Además esto significa un despilfarro de energía cuando ya hemos agotado cerca de la mitad de las reservas mundiales existentes.
-Los niveles de aporte de agua potable por habitante se reducirán un tercio en los próximos 20 años. En consecuencia 2.500 millones de personas (casi un tercio de la población mundial) padecerán sed crítica.
- Aparecerá el cambio climático y el ascenso de la temperatura media global, a consecuencia del aumento de los gases de efecto invernadero (GEI) debidos a la frenética actividad consumista-productivista.
- Ya están avanzando los desiertos de entre 3 a 7 km. /año, y ello fundamentalmente a consecuencia del cambio climático.
En cuanto a que el crecimiento capitalista mata, también podemos citar algunos ejemplos:
-En el verano de 2010, en Moscú murieron 5.000 personas por el recalentamiento debido al cambio climático, (la temperatura ascendió a más de 40ºC, en un lugar que rara vez sobrepasó los 30ºC). A parte de estas muertes registradas en la capital a causa del ascenso de la temperatura se produjo un desastre total en el “granero del mundo” que constituye la estepa rusa. El trigo se agostó y su producción bajo por debajo del 50% lo que originó la subida del precio del pan en todo el planeta, lo que acentuó la crisis alimentaría y produjo muchas más muertes por hambruna en todo el mundo que las mencionadas muertes moscovitas.
-La necesidad de consumir energía nos empuja a construir centrales nucleares, con los incalculables peligros que estas y sus residuos conllevan. Sumando Hiroshima, Nagasaki, Chernovil y Fuku-Shima, ya se han sobrepasado los 100.000 muertos por causa nuclear, pero prosiguen habiendo infinidad de afectados que irán muriendo silenciosa y dolorosamente de cáncer, muertes que no se contabilizarán nunca. El costo de la construcción no las justifica en absoluto. No solo resulta caro en vidas humanas, sino que también desde el punto de vista económico tampoco esta justificada su construcción; pues resultan extremadamente caro en cuanto a su establecimiento, los almacenamientos de residuos y la seguridad nuclear. Por ejemplo, solo el costo de la construcción del nuevo sarcófago para cubrir el ya corroído y resquebrajado sarcófago de Chernovil, costará nada menos que 700. millones de dólares (pero aún puede sobrepasar los 1.000 millones de dólares); una obra faraónica que tal vez haya que repetir cada medio siglo durante milenios.
. La construcción de centrales nucleares sólo las justifica en desorbitado volumen de negocio sucio que generan.
- En el tercer mundo las muertes por escasez de agua (escasez debida fundamentalmente al cambio climático y a la contaminación y agotamiento de los acuíferos), ya es superior a las muertes debidas a todas las guerras producidas desde la primera guerra mundial.
Bueno, he llegado a mostrar algunos pocos ejemplos de los estragos que produce el capitalismo consumista que indican, sobradamente, que ya está siendo urgente salirse de este sistema. Pero estos ejemplos mencionados solos son la punta de iceberg, del problema, podríamos llenar libros y libros describiendo estos males ocasionados por el sistema capitalista y su manía del crecimiento ilimitado. Yo ya llevo escritos dos (1) y aún necesito continuar con unos cuantos.
Además casi todos los autores de la corriente del “decrecimiento” argumentan que para “decrecer” hay que salirse del sistema capitalista, y la razón más importante que argumentan es que crecer ilimitadamente (como se plantea el capitalismo) a partir de unos recursos naturales que son limitados es algo obviamente imposible. Pero pocos autores nos explican que es lo que hay que hacer para salirse de este sistema.
Por otra parte la mayoría del público que tiene cierta sensibilidad ecologista y decrecentista piensa que es una quimera pensar en salirse del sistema capitalista, pues lo tienen clarísimo que es imposible, esto es lo que les ha inculcado en sus cerebros el poder mediático y macroeconómico.
Pero salirse del capitalismo puede resultar insospechadamente sencillo. Y mas ahora que con la crisis está seriamente tocado de un ala.
Puede ser muy sencillo, en efecto: desde el crack de 1929 y sobre todo después de un par de lustros de pos-guerra de la 2º Guerra Mundial; al final los cuales los mercados comenzaron a saturar las necesidades creadas a causa de la destrucción de la guerra, la el capitalismo comprendió que la única forma de superar la crisis de saturación de mercados, era potenciar el “consumismo” de “seudo necesidades”. Es decir convertir al “consumidor” en un “consumista” enajenado y compulsivo.
Pues bien, si en la actualidad, individualmente, pero masivamente, tomamos conciencia de esta nociva estratagema del sistema, y en consecuencia, dejamos de consumir pseudos-necesidades. Es decir regresamos a ser simplemente consumidores en lugar de consumistas enajenados y compulsivos, simplemente con esto, el capitalismo se hundirá estrepitosamente y además dejaremos de joder a la naturaleza, esquilmándola y contaminándola. También, con esta sencilla acción entraremos en un sano decrecimiento, en donde inevitablemente se trabajará menos y habrá mas tiempo para le recreación y las relacionas humanas que son las que realmente producen la felicidad.
Pero esto, que es así de sencillo, no se está llegando a realizarse porque existen dos frenos que lo impiden:
1º No poseemos los medios de difusión masivos y potentes que son indispensables para difundir en todos los rincones de la tierra, la idea de que es urgente y muy sencillo salirse del capitalismo.
2º Nos da vértigo, salirnos del capitalismo (y yo me incluyo en ese miedo)… pues pensamos ¿Qué puede venir después del capitalismo (según aquel refrán ultra conservador que dice más vale malo conocido que bueno por conocer). Y además, de acrecentar este temor ya se ocupa el poder mediático y los fortísimos intereses del poder económico, el cual no desea que se le acabe el chollo de la explotación y del capitalismo.
Pero si consideramos aunque solo sea la punta del iceberg de los males del capitalismo señalados un poco más arriba, nos dará aún mucho más vértigo quedarnos dentro del capitalismo, pues él no es más que un tren veloz que nos está llevando aceleradamente hacia el abismo apocalíptico.
Pero hay que logar superar estos dos obstáculos y si lo conseguimos, veremos que no tenemos que hacer un gran esfuerzo para derribar al capitalismo: simplemente, dejar de comprar seudo-necesidades. Únicamente que todos pasemos de consumistas adictos y compulsivos a simples consumidores dotados de la mínima sobriedad necesaria. Simplemente al no comprar seudo-necesidades el sistema capitalista se derrumbará por si solo. Y con este derrumbamiento, al fin, descansaremos en paz y en felicidad a la vez que nos habremos quitado la losa pesada del capitalismo.
7 junio de 2011
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(1) -Julio García Camarero, El crecimiento mata y genera crisis Terminal. La Catarata, 2009, Madrid.
- Julio García Camarero, El decrecimiento feliz y el desarrollo humano. La Catarata, 2010, Madrid.
Esto que explicas es sencillamente sentido común. Se trata de evitar el consumo de todo lo que no sea una necesidad básica. La cuestión es estar lo suficientemente despierta para no dejarte llevar por esos impulsos que llevan al consumo indiscriminado.
ResponderEliminarY lo que es mejor, el refrán de no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita. Los sistemas estatales (sanidad, educación)a menudo han inducido al consumo desmedido. Prueba evidente de falta de inteligencia básica.
(lo dejo que me saldrá otro libro).
Un saludo.
Con un trasfondo de verdad que innegable, que es el hecho de que nuestro nivel de gasto de recursos no es sostenible a largo o incluso a medio plazo, en este post se están mezclando muchos conceptos que se deberían tratar por separado:
ResponderEliminarSistema económico basado en el crecimiento, regulaciones laborales, energía atómica, las bombas atómicas, falta de leyes medioambientales, falta de conciencia ecológica por parte del ciudadano medio, subidas puntuales de temperaturas y consumismo innecesario.
Citar el lanzamiento de las bombas atómicas hace más de 60 años me parece absolutamente demagógico y que poco tiene que ver con el debate actual.
Un pico de calor en Rusia no es sinónimo de calentamiento global, el deshielo progresivo de glaciares y casquetes polares sí. Nos referimos a un futuro negro a largo plazo hablando de hechos puntuales y eso da argumentos al que no quiere ver lo evidente.
Abaratar el despido tampoco creo que tenga que ver con el mayor o menor consumo de recursos. No sé si generará o no más puestos de trabajo pero provocará que en la empresa se quede el mejor trabajador y no el más antiguo aunque no dé un palo al agua, que es lo que ocurría hasta ahora y eso para mí es más positivo que negativo. Reconozco que podría haber abusos por parte de los empresarios pero se trata de buscar el equilibrio. De todas maneras como digo, creo que no es un debate que afecte en sí mismo al decrecimiento.
La propuesta de dejar de consumir cosas innecesarias es ciertamente de sentido común. Hacerlo de hoy para mañana con el fin de colapsar el sistema capitalista es una temeridad. Pensemos ahora en el cierre de todas las empresas de juguetes, de refrescos, industria del cine, hostelería, gran parte de la industria del automóvil y textil. Nos encontramos con un país que pasa de los 5 millones de parados a los 20. Gente sin capacidad de consumir ni "lo necesario" ni “lo innecesario” y sin seguramente sin capacidad de hacer otra cosa, puesto que no han recibido nunca la formación necesaria. Yo no quiero participar de eso.
Tiene que haber soluciones progresivas. Bajadas al mínimo de los tipos de interés por parte de los bancos centrales de las principales economías, leyes que no sólo favorezcan sino que obliguen al reciclado de los productos hasta llegar al 100% en un plazo razonable, obligar por ley a invertir en I+D para reducir el consumo de recursos, desarrollo y fomento de energías limpias por parte de las administraciones y efectivamente un consumo más racional por parte de los ciudadanos de a pie para que esa bajada de tipos de interés no dispare el consumo y los recursos no se empleen en cosas que realmente no aportan valor a la sociedad.
El cambio de paradigma es difícil de conseguir. Hace falta una gran tarea de sensibilización, pero para ello no hay que escribir varios libros sobre problemas puntuales, que muchos de ellos no hacen más que dispersarnos del verdadero objetivo. Hay que ser sencillo, concreto y hablar de plazos razonables. No toca una revolución hacia no se sabe dónde.
Excelente fórmula.
ResponderEliminarDesde mi perspectiva esteticista, propongo dejar de escuchar música de moda, y volcarnos a los clásicos.
La música de moda es cara y mala; la música clásica es bella y gratuita.
Creo que es necesario plantearse cómo realizar el decrecimiento a gran escala, como un país por ejemplo.
ResponderEliminarLas críticas que hace Jorge son muy sólidas, aunque no comparto su miedo por el abandono brusco del consumismo. Aún así lo que parece mas lógico es iniciar movimientos de transición.
Creo que de todas formas el decrecimiento no es una elección, es algo inevitable. Estamos a las puertas del crash oil, y no porque se me haya aparecido un extraterrestre y me lo haya contado. Es simplemente porque según la propia Asociación Internacional de la Energía, el pico de producción de crudo ocurrió en 2006, estamos pues al final de la fase de meseta y comenzando un declive que frustrará todas las previsiones de crecimiento económico. En una palabra, la crisis financiera de la que se supone estamos saliendo, es solo el ruido del impacto del Titanic contra el Iceber. Y como ocurrió en ese hundimiendo, se iran ahogando primero las economías mas débiles que iran cayendo en bancarrota y convulsionando en protestas sociales. Los índices de paro se harán completamente insostenibles y los estados colapsaran a menos que hagamos algo.
Es posible que en el segundo semestre de este año, debido al tirón de consumo mundial de petróleo que suele darse por estas fechas, empecemos a oír que las previsiones sobre la recuperación económica han vuelto a fallar por la subida del crudo, etc, etc...