Violeta Alcocer - Atraviesa el espejo
Queridos amigos y amigas que seguís Atraviesa el Espejo, no suelo esciribir entradas de este tipo, pero tengo que reconocer que el "caso Habiba" me ha llegado al alma y no quiero dejar de utilizar cualquier vía de expresión que esté en mi mano para dar a conocer no sólo este caso concreto, sino lo que representa, que es aún más grave.
Habiba es el nombre ficticio (inventado para proteger su intimidad) de una mujer de 22 años a la que han retirado la tutela de su bebé de 15 meses por negarse a destetarla y por una supuesta "falta de habilidades maternales".
Ambas estaban acogidas en un centro de la Comunidad de Madrid para jovenes mamás sin recursos (conozco bien estos centros porque precisamente yo hice las prácticas de mi master en psicodiagnóstico en dos de ellos).
Al parecer, la joven no cumplía adecuadamente las normas del centro y tenía conflictos con las educadoras, algunos de ellos relacionados con la insistencia de la madre en mantener la lactancia materna, a pesar de la presión de las educadoras para que destetara. (os recuerdo que la Organización Mundial de la Salud , UNICEF y la Asociación Española de Pediatría recomiendan la lactancia materna -complementada con otros alimentos a partir de los seis meses- a demanda hasta al menos los dos años de edad). Estos conflictos derivaron en la valoración de la madre como carente de habilidades maternales y , todavía no puedo creer cómo, en la retirada de la tutela de su hija.
La separación entre ambas se realizó de forma abrupta hace más dediez días, interrumpiendo no sólo la lactancia sino cualquier contacto entre ambas de la noche a la mañana y desvinculando drásticamente a la niña de su única figura de apego en este mundo.
Nada más ingresar a la pequeña en una institución para menores de la Comunidad, la madre fue expulsada del centro donde ambas habían residido y ahí es donde a través de diferentes conocidos, Habiba entró en contacto con la Fundación Raíces.
A partir de ese momento la madre ha sido evaluada por diferentes profesionales (entre ellos la prestigiosa psiquiatra infantil Ibone Olza, a la que admiro) que descartan cualquier patología, consumo de sustancias o circunstancia que la incapaciten para poder hacerse cargo de su hija.
Actualmente el caso está en manos de abogados y la madre ya tiene alojamiento, trabajo y manutención (todo gracias a diferentes iniciativas privadas y altruistas y especialmente a la Fundación Raíces, que está haciendo todo lo posible por que la situación se revierta) pero la niña permanece aún separada de su madre en dicha institución, en una situación de desamparo emocional desoladora y con un régimen de visitas de una hora a la semana (supuestamente para mantener la lactancia, lo que obviamente es imposible).
Como psicóloga que lleva más de quince años vinculada a la psicología infantil y la crianza (y autora como muchos sabéis de numerosos artículos, muchos de ellos publicados en prensa nacional) puedo asegurar que la forma y el contexto en el que se ha llevado a cabo dicha separación constituyen una grave agresión a la integridad psiquica y física de la menor y de su madre.
Después de haber leído y releído tanto el argumentario de la madre como la incoherente y anónima carta de la Comunidad de Madrid al respecto (en la que , entre otras lindezas,se considera la lactancia a demanda como "caótica") considero que la retirada de la tutela es un flagrante atentado contra los derechos de ambas y un abuso de poder por parte de las instituciones que supuestamente deberían protegerlas.
Este caso es la punta del iceberg del maltrato institucional que sufren los más débiles en nuestra Comunidad, cuyos protocolos incumplen los más fundamentales derechos humanos.
Pero en el fondo hay más:
Me preocupan, me inquietan y me entristecen profundamente los niveles de desamparo a los que estamos expuestas las familias cuando nos enfrentamos a la institucionalización de los hechos más básicos: embarazo, parto, atención a las madres y padres que lo necesitan y atención a los bebés.
Me enfurece la impunidad con la que dichas instituciones, desde su poder, manipulan con indolente ligereza la vida de aquellos a quienes tienen a su cargo y a quienes tienen la obligación de amparar, cuidar, proteger y ayudar.
Tod@s somos Habiba porque tod@s, en mayor o menor medida, hemos sido víctimas de la deshumanización de las instituciones y de la dureza con la que nuestra sociedad en ocasiones juzga a las madres y padres que promovemos una crianza basada en el respeto, el sentido común y el apego.
Es escalofriante que entre todos hayamos creado un sistema feroz y enloquecido (al que contribuimos con nuestros votos y nuestros impuestos) que nos ataca a nosotros mismos y pone en peligro los principales pilares de la naturaleza humana (el embarazo normal,el parto normal, la lactancia, el establecimiento y mantenimiento del vínculo padres-hijos, la crianza basada en unas sanas relaciones de apego).. ¿pero, cómo es posible? ¿en qué clase de mundo vivimos?
¿Cómo se puede penalizar de este modo a una madre que pese a lo adverso de sus circunstancias personales, tiene la lucidez, la madurez y el coraje suficientes como para mantener una lactancia que, lejos de lo contrario,contribuye a afianzar sus competencias maternales y el vínculo con su hija? ¿Cómo es posible que se juzgue tan sesgadamente a una mujer que se encuentra en clara desventaja de poder frente a los que la juzgan, sin aportar juicios médicos o psiquiátricos que avalen tal despropósito? ¿Y como podemos permitir que tras las pertinentes denuncias y demostración de craso error por parte de la Comunidad, madre e hija no estén ya juntas?
¿Estamos todos locos o qué?
Frente a todo ello, miles de voces claman justicia y esa es, precisamente, la única oportunidad que tenemos de recuperar un poquito de nuestra dignidad humana. Por esa dignidad, yo también me manifiesto y os invito a hacerlo desde donde estéis.
Hoy yo también soy Habiba.
Gracias!!! Lo publico en el grupo de facebook!!
ResponderEliminarYo también soy Habiba
Yo también lanzaría mi voz y me uniría a esta queja si realmente esto fuera cierto. Pero no me puedo creer que una psiquiatra, por muy prestigiosa que sea, tenga la capacidad sobrehumana de valorar a una mujer (que conoce dos días después de la retirada) como "una madre estupenda y con un vínculo sano con su hija" sin ver juntas a madre-hija. Denuncia lo que Habiba le verbaliza en su dolor ("me han quitado a la niña porque no la quería dejar de dar la teta") sin informarse antes de la evolución y desarrollo de Habiba e hija, y sin tener en cuenta el sufrimiento anterior de la niña. Me alegro por Habiba ya que según dicen le han proporcionado una vivienda y trabajo, pero no sé hasta qué punto este circo mediático las ayuda a las dos. Si publicáis este comentario os lo agradezco por darme la oportunidad de expresar mi opinión. Y a Poti Poti le agradecería que publicara este comentario en el grupo de facebook por si os apetece reflexionar y ser más prudentes en este asunto. No utilicéis el sufrimiento de las personas para vuestras propias reivindicaciones.
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