MuchachitoOrdinario - La alternativa ética del decrecimiento
LUIS JIMÉNEZ HERRERO Director del OSE
http://www.elmundo.es/suplementos/natura/2009/36/1242079207.html
Dirige el Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE), un organismo fundado por convenio entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Fundación Biodiversidad y la Universidad de Alcalá que, desde su creación hace cuatro años, se ha convertido en un referente por sus informes sobre el medio ambiente, la economía y la sociedad. El último foro del OSE versó sobre la necesidad de hacer más eficiente el parque de viviendas español y, para hablar de ese asunto, me reúno con su director en su oficina de Alcalá de Henares. Es toda una revelación. Frente al ladrillo desbocado que triunfa en nuestros días, el edificio renacentista donde se asienta la pequeña sede del OSE es un ejemplo de racionalismo arquitectónico, adaptación al entorno y supervivencia al tiempo. El centenario patio ajardinado es un modelo de sostenibilidad. Y un remanso para la charla.
PREGUNTA.- ¿Qué ganaríamos rehabilitando viviendas para hacerlas más eficientes?
RESPUESTA.- Hemos tenido un desarrollo urbanístico un tanto peculiar en el modelo español. Hay que reconducirlo, y no a base de construir más, sino de reconstruir, de rehabilitar. Hay que aprender a construir ciudad, hacer tejido urbano, con cohesión social, con integridad cultural. Y este tipo de planteamientos no van de la mano del modelo de ciudad difusa, es decir, de la ciudad que se expande en horizontal y precisa más movilidad, más infraestructura, más gasto de energía, sino del modelo de ciudad compacta mediterránea, que tiene mejores condiciones para que el metabolismo urbano, los flujos de materia, energía y de información se articulen mejor. La rehabilitación, además, es buena para esta situación de crisis económica y para mantener animado un sector que no ha tenido un aterrizaje suave sino un desplome.
P.- ¿Qué opina sobre esta crisis que sufrimos? ¿Es sólo una crisis de los mercados o hay de fondo en realidad una quiebra ambiental?
R.- Lo que tenemos es una crisis ecológica que ya se manifestó desde los años 70 en la Cumbre de Estocolmo. Es una crisis ambiental y que está a escala planetaria. Y, además, en este último momento asistimos a una crisis financiera, que después se ha convertido en crisis económica y que actúa también sobre una crisis alimentaria. En definitiva, ahora mismo, tenemos una crisis de civilización, una crisis de valores de la civilización occidental que es lo que ha llevado a algunos a plantearse si estamos en una crisis sistémica, es decir, en un crisis del sistema global. Puede que sea así; en todo caso, la parte ambiental es muy significativa, porque eso nos lleva a poner de manifiesto que el sistema económico no respeta los límites establecidos.
P.- Dice usted que el sistema económico no respeta los límites. ¡Pero si cuando a los forofos del libre mercado se les recuerda que el crecimiento tiene un límite ponen el grito en el cielo!
R.- Pues hay que desterrar la idea de la crecimanía, la manía por el crecimiento, porque ésta nos lleva a un sinsentido. El sistema económico es un subsistema dentro del ecosistema global, por tanto no puede crecer indefinidamente, porque está dentro de un sistema planetario que nunca crece, solamente evoluciona, tiene límites. El sistema económico importa recursos y devuelve residuos al medio ambiente. Lo que tiene que entender la nueva economía es que por encima de las leyes del mercado están las leyes de la naturaleza. La economía depende del medio ambiente y se basa en el medio ambiente y no puede trascender de las leyes que manejan la naturaleza, que son las leyes de la termodinámica y la conservación de la materia; la ley de la entropía y la degradación de la energía; y la lógica del mundo viviente que, en definitiva, es decir que en el mundo viviente no hay residuos. Por eso se inventa el concepto de ecología industrial que aboga por la biomímesis, por imitar los ciclos de la naturaleza y hacer que los ciclos de producción industrial sean cerrados como los ciclos de la naturaleza.
P.- Claro, pero la economía nunca mide los bienes y servicios que presta la naturaleza, como ser el vertedero de los residuos del sistema industrial.
R.- Las contabilidades están pensadas en una época en la que no había problemática ambiental. Pero hace tiempo que sabemos que se tienen que integrar las cuentas ambientales con las cuentas económicas. Porque se piensa que un aumento del PIB nos lleva al desarrollo, pero si le descontáramos el desgaste del capital natural y los costes de la contaminación veríamos que el desarrollo es mucho menor de lo que nos cuenta la contabilidad nacional. Sucede que el PIB marca cosas erróneas. Los accidentes de tráfico, por ejemplo, hacen que aumente el PIB, pero desde luego no aumentan la felicidad. El PIB mide razonablemente bien el crecimiento material, el crecimiento cosificado, pero no mide muchas cosas que son cualitativas, mejoras de bienestar, condiciones de sostenibilidad e, incluso, condiciones humanas de felicidad o satisfacción de necesidades. La OCDE, ahora mismo, ha propuesto un proyecto llamado 'Beyond GDP', es decir, 'Más Allá del PIB', para crear un nuevo indicador sintético que mida el progreso, que es algo más amplio, que integra elementos de satisfacción humana.
P.- ¿Se puede escapar de la dictadura del PIB? Porque cuando se aboga por crecer menos siempre hay quien contesta que no podemos volver todos a las cavernas.
R.- Es un argumento trasnochado. Ahora estamos en una etapa que llamaría de 'sostenibilidad forzada', porque la crisis económica nos está enseñando que podemos prescindir de las necedades humanas, de mucho consumo superfluo, opulento e innecesario que no aporta ni mayor bienestar ni felicidad. Prescindiendo de eso tendríamos muchos más recursos disponibles para otro tipo de necesidades más reales, más solidarias con el resto del mundo y con el futuro.
P.- ¿Entonces cambiar a un modo de vida sostenible no significa vivir peor?
R.- No, no necesariamente. No hay que renunciar, no hay que volver a las cavernas, se trata de vivir de otra manera. ¿Con qué? Pues con otros criterios. Se trata de generar una economía mucho más competitiva y eficiente, usando la ecoeficiencia. En definitiva, adoptar una economía con menos intensidad en materia, con menos intensidad en energía y menos intensiva en carbono, incluso, una economía menos intensiva en territorio. Con esa desmaterialización de la economía podemos hacer más y mejor con menos recursos naturales, con menos impacto ambiental y con menos contaminación. Hay que desvincular el proceso económico del impacto ambiental, con una producción más limpia y un consumo más racional.
P.- ¿Es ese 'Green' 'New' 'Deal' del que habla Obama?
R. - Sí se puede hacer un 'Green New Deal.' Estoy convencido de que se puede hablar de grandes yacimientos de empleo verde en España y con cifras muy respetables. La economía moderna irá hacia tecnologías ambientales que evitarán costes ambientales y cargas para el futuro y serán fuente de empleo verde. Las energías renovables son un ejemplo estupendo porque no sólo hacen frente al cambio climático, sino que ahorran divisas gastadas en importar petróleo, reducen la dependencia del exterior y generan empleo local. Hay mucho que hacer en la economía incidiendo en los empleos verdes.
Hay grandes yacimientos de empleo verde en España
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