Niños y niñas desde que nacen, son cuidadosamente alimentados y su hambre se satisface hasta quedar saciados. Están al cuidado de niñeras e institutrices que, además de satisfacer su hambre, los someten en la mayoría de los casos a una rígida disciplina. Desde muy tierna edad los niños y las niñas se preocupan obsesivamente de la propia higiene, el orden y también de la apariencia física.
Con toda esta disciplina, cada uno de ellos aprende inconscientemente a tener control sobre sí mismo y sobre los demás. Aprenden desde temprano a obedecer para después ser obedecidos y a controlarse para después saber controlar a toda la sociedad.
Por eso desde que nacen encuentran ‘natural’ que todos sus deseos sean satisfechos, pues tan pronto lloraban eran inmediatamente atendidos. Y como saben manejar los controles conscientes e inconscientes, encuentran ‘natural’ manipular a toda la sociedad en beneficio propio.
Cuando los ricos nacen, también nacen con ellos los embriones de la clase dominante:
- Autoritarismo, la centralización; por eso en la edad adulta se consideran ‘naturalmente’ los poseedores de la economía y del Estado.
- La manipulación de las instituciones a su favor, principalmente el Estado, la Iglesia, el sistema económico.
- La resistencia al cambio, el conservadurismo.
- La visión circular y exclusiva de clase. Para ellos, ‘nosotros’, los buenos, es la clase a la que pertenecen, y ‘los otros’, los ignorantes, la población que ellos marginan. Los frutos de esta exclusión son el elitismo y el machismo, con todos sus mecanismos de explotación económica.
Para saber más: Femenino y masculino. Rose M. Muraro y Leonardo Boff. 2.002.
Los ricos opresores: La burguesía
febrero 22, 2008
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