Factores como la abundancia de caza, calidad de los suelos, pluviosidad y extensión de bosques disponibles para la producción de energía fijan el límite superior a la cantidad de energía que se puede extraer de un determinado medio ambiente con una tecnología concreta de producción energética. El límite superior de la producción de energía fija, a su vez, otro límite máximo al número de seres humanos que pueden vivir en un medio ambiente. Este límite superior de la población se denomina ‘capacidad de carga’.
Si en un determinado ecosistema humano tenemos una cantidad fija de tierra cultivable y debido al crecimiento demográfico la población que trabaja esta tierra para producir cereal es cada vez mayor:
En primera instancia la producción y la producción por persona de cereal aumentará.
En un determinado momento podrá seguir aumentando la producción de cereal, pero no así la producción por persona que disminuirá.
Esto lo explica la ley de rendimientos decrecientes.
Cuando se sobrepasa la ‘capacidad de carga’, la producción empezará a disminuir como consecuencia del daño irreversible en el ecosistema.
En los ecosistemas humanos, el cambio tecnológico constituye una frecuente respuesta a los rendimientos decrecientes. Así cuando los cazadores y recolectores agotan su entorno y rebasan el punto de los rendimientos decrecientes, es probable que empiecen a adoptar un modo de producción agrícola, cambiando de esta manera el modo de producción.
Si en un determinado ecosistema humano tenemos una cantidad fija de tierra cultivable y debido al crecimiento demográfico la población que trabaja esta tierra para producir cereal es cada vez mayor:
En primera instancia la producción y la producción por persona de cereal aumentará.
En un determinado momento podrá seguir aumentando la producción de cereal, pero no así la producción por persona que disminuirá.
Esto lo explica la ley de rendimientos decrecientes.
Cuando se sobrepasa la ‘capacidad de carga’, la producción empezará a disminuir como consecuencia del daño irreversible en el ecosistema.
En los ecosistemas humanos, el cambio tecnológico constituye una frecuente respuesta a los rendimientos decrecientes. Así cuando los cazadores y recolectores agotan su entorno y rebasan el punto de los rendimientos decrecientes, es probable que empiecen a adoptar un modo de producción agrícola, cambiando de esta manera el modo de producción.