Decresita
Llegaron con el rostro tapado, y te esposaron. ¿Por qué, Enric?. Si todos sabemos que eres una persona de principios, honesto y que nunca has hecho daño a nadie. Has osado llevarte el dinero de los poderosos para denunciar la realidad en la que vivimos; eres un valiente que con ingenio has conseguido desvelar una ‘mentira’; los banqueros lo saben, los políticos también, pero el poder calla la tropelía.
Los opulentos envían a la Fuerza Pública para arrestarte; ellos que se enriquecen ilegítimamente con el sudor de sus esclavos y con la rapiña de la Tierra.
Ahora llegarán con las leyes, estas leyes que son telarañas para los ricos y poderosos y cadenas de acero para los pobres y débiles, para hacer callar tu denuncia; intentarán hacernos ver falsas realidades como aquellas con las que se justifican las guerras, aquellas con las que se justifican las torturas, aquellas que eliminan derechos de las personas que se conquistaron con sangre.
Has revelado una de las ‘mentiras sagradas’. El dinero que prestan los pudientes no existe, sus bancos están vacíos, es el dinero que se consigue con el trabajo de cada persona el que proporciona la riqueza a los banqueros, a los grandes empresarios, a los magnates y a todo tipo de ladrones de cuello blanco. Has mostrado el interior de la bestia en la que vivimos, y la has mostrado como es: obscena.
Enric, tú que te has atrevido a decir: ¡podemos!, has puesto voz a un grito; tendremos que ser nosotras quienes construyamos nuestro futuro. En estos tiempos de crisis, nos necesitamos, necesitamos apoyarnos mutuamente para poder conseguir la libertad.
Liberarte, es liberar la ‘verdad’ que está prisionera de los poderosos. Liberar a Enric es liberarnos a nosotros mismos. Somos nosotras las que estamos presas y tú, Enric, el que nos muestra el camino.
Carta abierta a un preso
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