El «marxismo tradicional» aborda el capitalismo básicamente, en términos de relaciones de clase estructuradas por una economía de mercado y por la propiedad privada de los medios de producción.
Las relaciones de dominación son entendidas fundamentalmente en términos de dominación y explotación de clase. Dentro de este marco general, el capitalismo se caracterizaría por una creciente contradicción estructural entre las relaciones sociales básicas de dicha sociedad (entendidas como propiedad privada y mercado) y las fuerzas productivas (entendidas como el modo de producción industrial).
La naturaleza del análisis crítico del capitalismo por parte del marxismo tradicional se ha revelado igualmente inadecuada. Ya no resulta convincente proclamar que el socialismo representa la respuesta a los problemas del capitalismo, cuando por ella entendemos, simplemente, la introducción de la planificación centralizada y la propiedad estatal.
La teoría del valor de Marx nos brinda la base para un análisis del capital en tanto que forma, socialmente constituida, de mediación y riqueza cuya principal característica es su tendencia a una expansión sin límites. El tipo de mediación constitutivo del capitalismo da lugar, en consecuencia, a un nuevo modo de dominación social abstracto: un modo de dominación social que somete a las personas a imperativos y constricciones estructurales impersonales y crecientemente racionalizadas. Es la dominación de las personas por el tiempo.
La dinámica histórica del capitalismo genera incesantemente lo «nuevo», al mismo tiempo que regenera lo «idéntico». Esta interpretación de la compleja dinámica del capitalismo permite realizar un análisis crítico y social (más que tecnológico) de la trayectoria del crecimiento y de la estructura productiva en la sociedad moderna. El plusvalor, concepto clave en Marx, no sólo indica, como han insinuado las interpretaciones tradicionales, que el excedente es producido por la clase trabajadora, sino que muestra también que el capitalismo se caracteriza por una modalidad determinada y ciega de «crecimiento», una modalidad que conlleva la destrucción acelerada del medio ambiente.
En este marco de análisis, el problema del crecimiento económico en el capitalismo no reside únicamente —como ha sido frecuentemente enfatizado por los enfoques marxistas tradicionales— en el hecho de que se encuentre gobernado por las crisis. Por el contrario, es la forma de crecimiento, en sí misma, la que resulta problemática. De acuerdo con esta perspectiva, la trayectoria del crecimiento sería diferente si el objetivo último de la producción consistiera en incrementar las cantidades de bienes en lugar del plusvalor. En otras palabras, la trayectoria de expansión propia del capitalismo no debería equipararse con el «crecimiento económico» per se. Se trata de una trayectoria específica, que genera una tensión creciente entre las consideraciones ecológicas y los imperativos del valor en tanto que forma de riqueza y de mediación social.
Para saber más: Marx reloaded. Repensar la teoría crítica del capitalismo. Moishe Postone.
Marx Reloaded: repensar la teoría crítica del capitalismo
noviembre 28, 2008
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