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El ser humano según Tomás de Aquino


Tomás de Aquino (Italia 1224-1274), escribió Suma Teológica, libro que responde a todas las cuestiones que un cristiano puede plantearse: la naturaleza de los ángeles, las condiciones del pecado de lujuria, la manera de estar en el paraíso, las formas de probar la existencia de Dios, las definiciones del Espíritu Santo...


En primer lugar, es inherente al hombre la inclinación –que comparte con todas las sustancias- al bien según su naturaleza, en cuanto apetece la conservación de su ser según su naturaleza; y según esta inclinación, pertenece a la Ley natural todo aquello que contribuye a la conservación de la vida del hombre, y prohibe lo contrario.

En segundo lugar, es inherente al hombre la inclinación a cosas más especiales según la naturaleza en la que comunica con los otros animales; y, según esto, decimos que son de la Ley Natural aquellas cosas que la misma naturaleza enseña a todos los animales, como son la unión del varón y la mujer, la crianza y educación de los hijos y cosas semejantes.

De un tercer modo, le es inherente al hombre la inclinación a lo bueno según la naturaleza de la razón que le es propia; así como el hombre tiene natural inclinación a conocer la verdad acerca de Dios y a vivir en sociedad; y, según esto, pertenece a la Ley natural todo lo relativo a este género de inclinaciones, a saber, que el hombre evite la ignorancia, que no ofenda a otros con los que debe convivir, y todas las demás cosas de este género que se refieren a esto.”


La naturaleza humana posee unas líneas de conducta orientadas hacía el bien, hacia Dios, que solamente el ser humano es capaz de conocer. Como ser racional, el hombre, conoce la ley natural (que es evidente, inmutable y universal), y puede determinar unas reglas de conducta acordes con dicha ley.


Esta ley natural, en cuanto principio ordenador de la conducta humana, no es algo desconectado del orden general del Universo en el que el hombre se haya inserto - ley eterna - que es definida por Aquino como "la Razón de la sabiduría divina en tanto que rectora de todos los actos y movimientos".

Estas teorías constituyen aún el eje fundamental de la doctrina moral católica. En ellas el sentido de totalidad prima sobre lo que compone lo real en un momento concreto. Nuestra sociedad occidental está impregnada con esta visión de lo humano.

Para saber más: Historia de la filosofía. Juan Tomás Navarro Cordon y Tomás Calvo Martínez.

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