Patricia Manrique -
Diagonal17-S114 puntos de encuentro se instalaron en las calles para invitar a desarrollar alternativas al capitalismo. Con la idea de que fuera un arranque, se cancelaron cuentas, tarjetas... pero, sobre todo, se crearon redes de afinidad locales.
“Lo más reseñable ha sido la cantidad de sitios donde se han hecho puntos de encuentro, que han servido para que gente de muchas poblaciones descubra que hay otras personas moviéndose en su zona, que se encuentren y trabajen juntos y, en un segundo nivel, que en las mesas conozcan a otra gente que va a colaborar con ellos en el futuro”, señala Enric Duran, uno de los promotores y miembro del equipo de coordinación de la huelga de usuarios de banca. El 17 de septiembre, 114 puntos de información repartidos por todo el Estado –la mitad en Catalunya–, salían a la calle con el lema “Podemos vivir sin capitalismo” y la intención de crear en sus poblaciones grupos de afinidad con personas dispuestas a “un proceso que cada uno tiene que hacer a nivel personal, cortando sus lazos con el sistema financiero en la medida en que le sea posible”, en palabras de Duran.
La preparación de la huelga de usuarios y usuarias de banca arrancó el 12 de noviembre de 2008, cuando empezaron a ser posibles las inscripciones en la web 17-S.info. Este 17-S ya había un millar de personas inscritas. La acción huelguista consiste en que “cada uno en la medida de sus posibilidades realice una acción individual: quitar todo el dinero del banco, eliminar tarjetas de débito o crédito, cerrar cuentas corrientes (y abrir cuentas en banca ética o cooperativas de crédito)... y hacerlo público en los puntos de encuentro organizados”, según se indica en el boletín Queremos!, distribuido durante la jornada.
Un equipo de coordinación con diversas sedes itinerantes en Catalunya, se ha dedicado a poner en contacto a las personas inscritas en cada zona. Asimismo, se han puesto también a disposición de aquellos que quieran hacer la huelga, directrices y consejos de actuación con la idea de maximizar los impactos de las acciones y materiales distribuidos en los puntos de encuentro. A juzgar por los testimonios en la web, las acciones que más se han repetido han sido cierres de cuentas, cancelaciones de tarjetas y de domiciliaciones de pagos o retiradas parciales de fondos. Para Duran “es una acción que en sí misma no es espectacular en cuanto a visibilidad, pero no importa: lo importante es todo lo que ha supuesto a nivel micro, que va a dar consecuencias a largo plazo”.
Podemos vivir sin capitalismoLa huelga se inscribe dentro de la campaña Podemos vivir sin capitalismo, iniciada el 17 de septiembre de 2008 con la publicación del Boletín anticapitalista Crisis. En el mismo se informaba de la acción por la que Enric Durán expropió a los bancos 492.000 euros, que destinó a los movimientos sociales, incluida la propia publicación.
A Crisis, cuya intención era “situarnos respecto a la coyuntura de crisis sistémica del sistema capitalista”, le siguió Podemos!, que actualizaba el análisis e introducía “propuestas de transición para abandonar el capitalismo”. En esta ocasión, se ha distribuido Queremos!, un boletín con un formato más modesto, que pretende ser “una especie de manual orientado totalmente a la acción práctica”, y que permite incluir los contactos más cercanos para cada alternativa en cada territorio. La contraportada ha sido personalizada en cada uno de ellos y el boletín está disponible en la web para todo aquel que quiera difundirlo.
La campaña se define como una iniciativa para la construcción de alternativas y no tanto de protesta, aunque “eso no significa que no pueda haber conflicto, que puede tener un papel estratégico, pero tiene que ser un conflicto que apoye la creación de alternativas”, según apunta Duran. Desde el punto de vista teórico, ha cundido entre los colectivos y personas que se integran en la campaña la teoría del decrecimiento entendido de un modo personal: “No podemos esperar que esos cambios los haga el poder, sino que tenemos que hacerlos desde abajo”, subraya Enric Duran. En cuanto a la práctica, señala: “Consiste en potenciar todos los cambios desde abajo, que empiecen en la vida personal, de ahí a la acción colectiva, y de ahí a la acción de cambio del sistema”.
El lema “¿Crees que los bancos te roban?”, que se ha exhibido en diversos puntos de encuentro, ha sido un reclamo en diferentes localidades. A medida que avanza la crisis, miles de personas se han visto obligadas a dejar de pagar créditos y préstamos personales: un planteamiento tan cercano ha atraído a gentes de diversas edades, que ya conocían los movimientos sociales o que se acercaban por primera vez a ellos a través de la iniciativa. Tras la jornada de huelga, se espera crear en muchas de las poblaciones grupos de afinidad y apoyo mutuo para superar el modelo y poner en marcha alternativas.
Por otro lado, en la página web hay una comunidad de morosos en la que los propios usuarios preguntan y contestan basándose en su experiencia personal. Un equipo de gente se encarga de contestar aquellas dudas que se plantean por correo. En dicho foro, las personas cuentan sus experiencias, en la mayoría de las ocasiones traumáticas, con las entidades de crédito y las agencias de recobro, que a menudo llevan a cabo prácticas de acoso muy dudosas. Cetelem, Cofidis o Citibank son algunas de las mencionadas por los usuarios, que han puesto en marcha documentos tipo y métodos de actuación para soportar el trance.
Problemas en MadridPara poder instalar las mesas informativas, se llevó a cabo una petición conjunta al Ministerio del Interior en la mayoría de los territorios inscritos. Tan sólo la Delegación del Gobierno en Madrid denegó la petición, menos de 24 horas antes de la jornada de huelga.
Argumentaban que los sitios no eran los más adecuados, que temían por la seguridad de edificios emblemáticos y que temían disturbios relacionados con el juicio al asesino de Carlos Palomino. Pese a ello, salieron a la calle y no se registraron incidentes. El viernes siguiente presentaron un recurso en nombre de Enric Duran. A este respecto, éste reflexiona: “Tenemos cada vez más ejemplos de cómo se vulneran los derechos civiles desde el poder y, aunque no se haya ejecutado, simplemente la intención de prohibir, no puede dejar de ser respondida. Empezando por el detalle, por esta prohibición, no tenemos que dejarles pasar una”. En otros territorios la cosa no pasó de identificaciones y alguna retirada de mesa por las que se van a presentar quejas.
114 MESAS EN TODO EL ESTADOEl 17-S contó con 114 puntos de encuentro en los que, además de repartirse los boletines Queremos!, se llevaron a cabo actos diversos: pasacalles en Granollers, performances en Bilbo o Santander, teatro anticapitalista en Madrid, mercadillos de trueque en Murcia, cuentacuentos en Zaragoza... En algunos territorios ya había un grupo previo; en otros, el 17-S ha servido para poner en contacto, a través del centro de coordinación y de las inscripciones en la web, a personas de edades muy diversas que en unos casos ya tenían experiencia previa en movimientos sociales, pero en otros muchos no. Se repartieron, además de los boletines, formularios en los que se buscaba conocer las necesidades e intereses de las personas que se acercaban a los puntos de encuentro y que ahora están colgados en la web. Al finalizar la jornada, en diversos puntos se organizaron asambleas y en muchos se están gestando nuevos colectivos.